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vampiro, vampirismo, vampiresa

Vampiro, definición

De acuerdo a ciertas tradiciones multiseculares, un vampiro es un muerto, espectro o muerto viviente —que ha sido resucitado de alguna forma— a menudo con colmillos afilados, que tiene la capacidad de salir de la tumba para chupar poco a poco la sangre de los vivos mientras duermen por la noche, hasta finalmente matarlos y eventualmente transformarse en vampiros. En sentido figurado (desde el siglo XVIII), un vampiro es una persona avariciosa y usurera que se aprovecha de los demás, especialmente para su beneficio personal. Aplicado a las mujeres, una vampiresa es una coqueta o casquivana que explota y arruina a los hombres.

Un vampiro es una criatura mítica que se cree que sobrevive alimentándose de la sangre de los vivos. Imagen tomada de https://www.bbc.com/mundo/articles/crggewdg585o

George-Louis Leclerc, conde de Buffon y los murciélagos vampiros de América

El naturalista francés George-Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788) fue el que introdujo el término “murciélago vampiro” (en su Histoire Naturelle, escrita entre 1749-1767) para denominar a ciertas especies de murciélagos de América tropical, de la familia Phyllostomidae del orden de los quirópteros (Chiroptera) que se nutren de sangre, gracias a unos dientes incisivos muy cortantes y a una saliva con propiedades anestésicas y anticoagulantes, que viven desde el suroeste de Estados Unidos, hasta el norte de Argentina y Chile.

Concretamente, en América existen tres especies de murciélagos hematófagos o que se alimentan de sangre, de la familia Phyllostomidae, subfamilia Desmodontinae: Desmodus rotundus que succiona sangre, en especial de ungulados (animales con pezuña) y a veces de humanos y otros animales domésticos; Diaemus youngii antes youngi y Diphylla ecaudata, que se alimentan preferentemente de sangre de aves. Aunque otros murciélagos de las familias Megadermatidae y Phyllostomidae no se alimentan de sangre, el folklore los considera “vampiros”.

Un murciélago vampiro común Desmodus rotundus, alimentándose de un animal. Showcase of taxidermied animals, Natural History Museum, Vienna. Autor: Sandstein. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Desmodus_rotundus_feeding.jpg

En el siglo XIX también se aplicó el término “vampiro” para nombrar a los mosquitos hematófagos y hasta cierto tipo de tarántula.

Vampirismo

El vampirismo es la acción cometida por un vampiro o también la creencia en los vampiros. Este término comenzó a usarse hacia el año 1794, con el agregado del sufijo griego -ismos (ισμος) que indica “proceso patológico”, del mismo modo que en las palabras paludismo, raquitismo, vaginismo y botulismo.

Origen de la palabra “vampiro”

El término “vampiro” fue tomado del francés vampire. El diccionario de la RAE incluye el vocablo en su edición 1843 y dice: Vampiro. “Nombre que dan en ciertos países septentrionales a los cadáveres que suponen salir del sepulcro a chupar la sangre de los vivos”. También “murciélago de gran tamaño que chupa la sangre de las personas dormidas”.

El francés vampire (“ser imaginario que saldría de la tumba de noche, para chupar la sangre de los vivos”) se documenta en 1738 en la novela epistolar Cartas Judías del escritor Jean-Baptiste Boyer D’Argens (1704-1771). En inglés se escribe también vampire, y en ambos casos deriva del alemán Vampir. Entonces, “Vampiro en español, del francés vampire y éste del alemán Vampir, probablemente de origen eslávico.

Vampir en alemán se registra primero en el año 1725

Según el historiador germano Thomas M. Bohn (1963-), autor de «El Vampiro. Un Mito Europeo”, el término alemán Vampir apareció escrito por vez primera en el periófico austriaco «Wienerisches Diarium» (ahora “Wiener Zeitung”) en el año 1725, de donde pronto pasó al francés y al inglés. Bohn también menciona un «Debate de los Vampiros en Leipzig» o la controversia científica, médica y teológica que surgió entre 1725 y 1735 en Leipzig. Quien tenga interés en este tema puede leer detenidamente este ensayo. En términos coloquiales, Vampir equivale a blutaussaugers “chupador de sangre”. 

Vampir, vampire, vampiro es un término que se originó entre los siglos XVII-XVIII en la región de Europa Central y Oriental en el bajo Danubio. En algún lugar comprendido en países como Serbia, Hungría, Montenegro, Bulgaria, Ucrania, Rumanía, Croacia, etc. Y aunque  no coinciden del todo los filólogos, puede proponerse la siguiente secuencia:

Vampiro en español, del francés vampire, de Vampir en alemán, probablemente del serbio (lengua indoeuropea eslava meridional) y también del magiar o húngaro vampir (relacionado con upir en lengua checa y upyr’, en ruso) a su vez de la hipotética raíz proto eslava *ǫpirĭ, *ǫpyrĭ o probablemente del túrcico obur, “voraz”, “insaciable”, tal vez de la raíz proto túrquica  *ōp-, “beber de un solo trago”, “engullir”. Como puede apreciarse, muchos términos y radicales llevan asterisco, lo que revela una gran carga hipotética.

Vampir en alemán también ocurre en idiomas como el ruso, polaco, checo, búlgaro, etc., con variantes como: vapir, vepir (búlgaro); veper, vopyr (lengua rutana, un dialecto del ucraniano); upyr, upir (ruso); upior (polaco).

¿Cómo es que Vampir en alemán tiene su origen en las regiones de Europa central y oriental?

Todo comenzó a finales del siglo XVII y principios del XVIII, cuando en Serbia empezaron a morir personas de manera inexplicable —con una sensación de asfixia—, que se decían perseguidas por ciertos vecinos ya fallecidos

Para indagar esas misteriosas muertes, acudían médicos austríacos —hablabantes de algunas variantes del alemán— que redactaban informes detallados de todo los hallazgos; memorias  que llegaban a la prensa de Austria y a los círculos médicos. Así fue como el término Vampir, vampire viajó de Europa oriental a Europa occidental, aunque debe decirse que historias parecidas sobre estos míticos seres ávidos de sangre, se han dado prácticamente en todo el mundo.

Ante la sospecha de que vecinos ya fallecidos salían del sepulcro durante la noche para chupar la sangre de ciertas personas mientras dormían, los vecinos decidieron exhumar cadáveres bajo sospecha, y los médicos y funcionarios austríacos acudían junto con los lugareños para recoger posibles evidencias.

Algunos reportes decían que el cuerpo de algunos muertos mostraba un excelente estado de conservación, que incluso a veces había restos de sangre en la boca, nariz, ojos y oídos; presumiblemente de la que succionaban a los vivos mientras dormían. 

Alguien debe haber murmurado ‘upir’

De acuerdo con Radenković, “el profesor Clemens Ruthner del Trinity College de Dublín, Irlanda, cree que la palabra ‘vampiro’ surgió de la época en que los médicos austriacos abrían las tumbas y hablaban con los intérpretes locales para entender lo que había sucedido”. “El intérprete probablemente murmuró algo como ‘upir‘, que es una palabra eslovena para ‘demonio’, y de ese malentendido nació la palabra vampiro”. “A través del encuentro colonial entre funcionarios austriacos que se consideraban ‘ilustrados’ y los aldeanos locales que eran percibidos como ‘primitivos’ por los austriacos, surgió una nueva criatura” (Milica Radenković Jeremić. El malentendido que dio origen al popular mito de los vampiros. BBC News Mundo (Serbia) 30 junio 2024. En línea.

Según la creencia de los lugareños, cuando exhumaban “algún muerto sospechoso de vampiro”, le atravesaban el corazón con una estaca y después lo quemaban, para dar fin a esa abominable criatura influenciada por el demonio.

Interpretación científica

De una manera muy general, se ha propuesto que tal vez la causa de muerte de personas que supuestamente morían por el ataque de vampiros, haya sido el ántrax o carbunco (Bacillus anthracis) pulmonar o enfermedad de Woolsorter, que en aquellos tiempos solía asolar aquellas regiones. Los enfermos padecían fiebre, tos, debilidad, falla respiratoria, shock séptico y meningitis. Además, nadie vio o ha visto realmente jamás un vampiro, eso sólo son cosas de novelas y películas, con una gran carga de imaginación.

Pero además del ántrax, otras enfermedades como la porfiria, la tuberculosis, la pelagra y la rabia, pudieron ser causantes de un cuadro clínico que se asemejara al vampirismo. O también puede que a veces hayan sepultado personas vivas, por no existir un método fiable para dictaminar que alguien está realmente muerto y que ha llegado al fin de la vida, ya sin retorno.

Así mismo, el hecho de encontrar en las exhumaciones cadáveres con un aspecto “notablemente conservado”, puede explicarse en buena medida por las condiciones climáticas de aquella región europea, en las que prevalece un tiempo frío y húmedo que propician la saponificación, manteniendo al cuerpo con los miembros flexibles y la sangre algo fluida. Además, que las uñas y el cabello del difunto parecen crecer, se explica por la deshidratación natural del cadáver y la retracción de la piel, que produce esa apariencia.

En realidad, los hallazgos reportados de las exhumaciones de aquellos años eran auténticos, sin embargo, las interpretaciones sobre lo encontrado eran erróneas, pero ahora, a la luz de la ciencia actual, se pueden explicar mejor y desechar la creencia sobre los “vampiros”.

Agustín Calmet

Algunos escritores europeos, como el francés Agustín Calmet (1672-1757), avivaron el vampirismo. Calmet escribió un ensayo sobre los vampiros en 1746, en sus  Dissertations sur les apparitions des anges, des démons et des esprits, et sur les revenants et vampires de Hongrie, de Bohême, de Moravie et de Silésie (Disertaciones sobre las apariciones de ángeles, demonios y espíritus, y sobre los fantasmas y vampiros de Hungría, Bohemia, Moravia y Silesia), donde narra exhumaciones, convencido de que los vampiros eran una realidad.

El vampirismo o la creencia en los vampiros data de miles de años y ha existido en casi todo el mundo

En el folklore milenario de muchos lugares del mundo, la creencia muy antigua a veces atribuía a los vampiros el aspecto de murciélagos, pero también a veces se los consideraba demonios o íncubos que no sólo chupaban la sangre, sino que además tenían trato sexual con las mujeres víctimas. Esta superstición se fundamenta en la idea de que los cadáveres, por algún motivo insepultos o muertos en eventos violentos, llegan a una segunda vida terrena espectral. A todo esto se agrega el culto de la sangre como esencia biológica de la vida.

Muertos o espíritus que se alimentaban de sangre es una creencia popular en muchos países. Por ejemplo, en Indonesia, Polinesia, Escandinavia, Europa central y oriental, sobre todo en el bajo Danubio, en lugares como Rumanía, Bulgaria, Hungría, Ucrania, etc. también los pueblos prehispánicos de América tenían ciertos mitos sobre los vampiros. Pero obviamente el término no aparece sino hasta el siglo XVIII.

De los vampiros milenarios a los vampiros “modernos”

El concepto que actualmente tenemos sobre los vampiros se lo debemos a la literatura gótica, que floreció en Europa —especialmente en Inglaterra— entre finales del siglo XVIII e inicios del XIX —opuesta al racionalismo de la ilustración—, caracterizada por sus rasgos de ficción, exageración, crueldad, horror, espanto, fantasmas, apariciones de muertos. A estas obras debemos la idea de que los vampiros no pueden proyectar su imagen en los espejos, huyen de la luz, el agua bendita y los crucifijos, tienen la piel pálida como un cadáver, colmillos largos y afilados, que pueden volar con el aspecto de un enorme murciélago, que luego toma la figura humana cuando ya está ante la víctima, a la que cada noche visita para succionarle la sangre,y hacerla languidecer hasta que finalmente muere.

Una persona se convierte en vampiro de varias maneras, tal vez la más común era por ser mordido por otro vampiro, por brujería, suicidio, etc. Por lo general no mueren por enfermedades que habitualmente padecen los humanos. Se mencionan varias formas para destruirlos: clavándoles una estaca en el corazón, la incineración, la decapitación, la exposición a la luz.

Bram Stoker (1847-1912)

Por supuesto que hubo varios escritores que abordaban este tema, tanto en el siglo XIX como el XX, pero el novelista irlandés Bram Stoker publicó en 1897 su obra “Drácula”, la novela de ficción vampirista más destacada, inspirándose en las tradiciones irlandesas de su tiempo y la vida del conde de Transilvania Vlad Tepes III, hijo de Vlad II Drakul. Tepes significa “empalador” porque su método predilecto para asesinar a sus enemigos era el empalamiento. Una obra magistral que lleva a un horror que seduce. La leí dos veces con enorme fruición.

Pero no se crea que esto de los vampiros es cosa reciente, ya que hay antecedentes de seres mitológicos o imaginarios que atacaban a mujeres, niños y varones, aunque no necesariamente se alimentaban de sangre o carne humana. Basta citar sólo algunas.

Otros seres mitológicos que aterrorizaban

  • Súcubos. Durante la Edad Media, demonios con aspecto femenino que tenían relaciones carnales con varones mientras dormían. Del latín succŭba (concubina).      
  • Lilîtu.  una mujer demoníaca que, según los babilonios y los hebreos (milenios III-II a. C.), chupaba la sangre de los recién nacidos.
  • Λάμια (Lamia) otra mujer vampira que chupaba sangre según la mitología griega.
  • Στρίγξ (Strígx) latin strix, strigis citado por Ovidio vampiro que le chupaba la sangre a los niños. StrÍgx se tomó para denominar al orden de aves Strigiformes al que pertenecen las lechuzas y los tecolotes.
  • Para los romanos, larva era una sombra, demonio o fantasma semivivo que chupaba la sangre a doncellas y niños. Larvalis significaba horrendo, que produce espanto. Asimismo, los lemures eran fantasmas, espectros (spectrum) o demonios y Lemuria eran las fiestas para aplacar la sombra de los muertos, que se celebraban cada 9 de mayo.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 28 de septiembre de 2024.

horror, horrible, horroroso

Horror, horrible, horroroso, definiciones

Horror (sustantivo)

  • Emoción intensa provocada por algo espantoso y terrible. Espanto, miedo, temor, repugnancia. ¡Que horror me causan los alacranes! Los horrores de la guerra.
  • La cualidad de inspirar horror; algo repulsivo, horrible. 
  • Rechazo profundo hacia algo o alguien. Aversión, fobia, repulsión. 
  • Atrocidad, brutalidad, monstruosidad, crueldad. 
  • Con sentido informal o coloquial, «una gran cantidad». Lo critican horrores.

Horrible (adjetivo)

  • Que produce horror. Aterrador, espantoso, espeluznante, execrable, repulsivo.

Con sentido coloquial:

  • Muy desagradable, muy feo. Horrendo, espantoso. Lo que sucedió en aquella revuelta fue verdaderamente horrible.
  • Sumamente intenso. Terrible, tremendo. Me hiciste sentir horrible con tus comentarios.

Pésimo, muy malo, deplorable, nefasto. El aperitivo estaba horrible.

Horroroso (adjetivo)

Horroroso significa lo mismo que horrible, pero lleva el sufijo -oso, del latín -ōsus. En este caso, el sufijo está formando un adjetivo derivado del sustantivo ‘horror’, y expresa o indica abundancia sobre el significado de la base o sustantivo. Del mismo modo que: boscoso, lodoso, melodioso, fangoso, odioso, oloroso, perezoso, gozoso, empalagoso, gelatinoso, etc.

Etimología del término “horror”

Horror y terror

Horror y terror se consideran dos palabras sinónimas. Sin embargo, horror en origen significa “pelo erizado o encrespado” y se asocia a la raíz indoeuropea  *ĝhers-, *ĝher- que más abajo explico, en cambio, terror esencialmente quiere decir “pánico”, “pavor” y se vincula a la raíz IE  *tres-, *ters-, *teres- (temblar, estremecerse). Véase la entrada “terror”. 

Horrŏr, horrōris

El sustantivo “horror” viene del latín clásico horrŏr, horrōris, que originalmente tiene el significado de «cabello o pelo erizado o encrespado» por alguna emoción fuerte, como el miedo intenso o por el frío extremo, también «escabroso». Y luego pasó a usarse con el sentido de emoción religiosa, miedo, pavor, terror, así como estremecimiento de alegría. Todos hemos experimentado el erizamiento del pelo cuando sentimos un terror extremo, o también temblamos de frío.

Horrŏr, ōris a su vez deriva del verbo horrĕo, horrēre que significa: “tener el pelo erizado”; también “permanecer tieso”, como cuando alguien se paraliza por el horror. En sentido figurado, “temblar de frío o de emoción”, “estremecerse”; pero sobre todo “sentir pánico”, “temer lo peor”.

El sufijo latino -or

El sufijo -or del latín ōr, indica condición o propiedad de cosas o personas y puede formar sustantivos o adjetivos. En el caso de la voz “horror” se une a la raíz horr- del verbo horrēre. Muchas palabras llevan este sufijo: ardor, calor, candor, defensor, honor, lector, rigor, terror, torpor, tremor, esplendor y, por supuesto, horror y terror.

Algunas frases relacionadas con horrŏr, ōris y horrĕo, horrēre 

Horror serrae acerbus (Lucrecio): “El áspero chirrido de la sierra”.

Tremulus horror ramorum (Ovidio): “La trémula agitación de las ramas”. 

Scipiades, Carthaginis horror (Lucrecio): Escipión, horror de Cartago”

Terra horret (Cicerón): “La tierra se eriza de escarcha”.

Pili in corpore horrent (Varrón): “Los pelos del cuerpo se erizan”.

Nexos indoeuropeos de horrŏr, ōris

Horrŏr, ōris, horrĕo, horrēre y palabras derivadas se relacionan con la raíz indoeuropea  *ĝhers-, *ĝher- que contiene la idea de “rígido”, “firme”, “duro”. También asociada a:

1- Palabras latinas como: ērĭcĭus o hērĭcĭus (el erizo, también máquina de guerra con picos de hierro que estorbaba la entrada en las puertas); hirpus o irpus (lobo, voz de origen sabino); hispidus (erizado, áspero); hirsūtus (áspero, encrespado); hircus (el macho cabrío y su olor); hirtus (áspero, peludo) y otras.

2- En griego antiguo: χοῑρος choiros o khoiros (cerdo, igual que los caprinos, tiene el pelo áspero); χέρσος, χερσόνησος = chérsos, chersónesos, significa “península”, que el latín tomó en préstamos como Cherrŏnēsus o chersōnēsus y que significa “península” o casi una isla alargada, unida a una masa de tierra mayor, en español “quersoneso” ¿Por qué? Debido a que una península (literalmente “casi una isla”) o quersoneso se mantiene firmemente unida al continente, del mismo modo que los pelos de una cabra o de un suido son tiesos. Cicerón mencionó “el Quersoneso de Tracia” al oeste del mar Negro.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 20 de septiembre de 2024.

terror, terrible, terrorismo, terrorista

SIGNIFICADO DE TERROR, TERRIBLE, TERRORISMO, TERRORISTA

Terror (sustantivo), significados

  • Miedo intenso y abrumador; espanto, horror, t. que agita al cuerpo y la mente. Me sentí invadido por el terror ante tanta atrocidad. Me imagino el terror que se siente cuando un bañista ve un tiburón cercano.
  • Alguien o algo muy molesto y que causa t. Estos niños son el terror de todo el vecindario. El perro rabioso fue un terror en toda la vecindad.
  • La capacidad de producir un miedo intenso. El t. de la dictadura de la bota militar.
  • La violencia o brutalidad cometida para aterrorizar.

Terrible (adjetivo)

  • Que ocasiona t. Aterrador, espantoso, espeluznante, horrendo, horrible, insoportable, pavoroso. Recuerdo la terrible escena.
  • Dificultoso de tolerar o soportar; atroz, insoportable. El pobre tiene un terrible dolor.
  • Grande, enorme, desmesurado, brutal. Sentí una terrible decepción.

Terrorismo (sustantivo)

El terrorismo es la acción de aterrorizar, es decir, el uso de la fuerza o de amenazas para desalentar, subyugar e intimidar sembrando el t. como arma política. Implica el uso o la amenaza de violencia y busca crear miedo, no sólo entre las víctimas directas sino entre el público en general. 

Terrorista

Terrorista un adjetivo (que se dedica al terrorismo) que también se sustantiviza (persona que aterroriza). Palabra formada por “terror”, más el sufijo -ista del latín -ista que denomina ‘inclinado a’ (marxista, darwinista, creacionista, evolucionista) ‘oficios o profesiones’ (violinista, intensivista, almacenista, guitarrista, taxista), del griego -ιστής -istés.

 Etimología de terror y terrible

Terror y horror

Terror y horror se consideran dos palabras sinónimas. Sin embargo, terror en origen significa «pánico«, «pavor» y se vincula a la raíz indoeuropea  *tres-, *ters-, *teres- (temblar, estremecerse). En cambio, horror esencialmente significa «pelo erizado o encrespado», y se asocia a la raíz IE *ĝhers-, *ĝher-. Véase la entrada “horror”. 

Terror 

El sustantivo “terror” procede del latín terrŏr (genitivo singular terrōris): ‘terror’, ‘gran temor’, ‘pavor’, ‘espanto’, ‘pánico’, cualquier cosa que produce t.’, como la guerra o los dioses; a su vez del verbo terrĕo, terrēre: ‘hacer huir por miedo’, ‘ahuyentar’, ‘llenar de miedo’, ‘desalentar usando el t’.

El sufijo latino -or

El sufijo -or del latín –ōr, indica condición o propiedad de cosas o personas y puede formar sustantivos o adjetivos. En el caso de la voz “terror”, se compone del verbo terrĕo, terrēre más –ōr. Muchas palabras llevan este sufijo: ardor, calor, candor, defensor, honor, lector, rigor, torpor, tremor, esplendor y, por supuesto, horror y terror.

Terrible 

Terrible viene del adjetivo terrĭbĭlis ‘espantoso’, ‘horrendo’, ‘pavoroso’, del verbo  terrĕo, terrēre: terribilis aspectu (Cicerón) “de aspecto terrible”.

Otros derivados

Terrĭbĭlĭtās, ātis (sustantivo femenino). Carácter o aspecto terrible de cualquier cosa, la cualidad de provocar t.     

Terrĭbĭlĭter (adverbio). Terriblemente; sinónimos, violentamente, horriblemente. En sentido coloquial “excesivamente”: Lo vi con un semblante terriblemente desfigurado.

Terrorismo

Terrorismo es un término que procede del francés terrorisme (documentado desde 1794), de terreur (terror, del latín terrŏr ), más el sufijo -isme (-ismo en español) que en este caso indica doctrina, corriente de pensamiento, ideología. 

El sufijo -ismo

El sufijo ‘-ismo’, del griego -ισμός (ismós), con el significado de ideología o doctrina, también forma palabras como: capitalismo, creacionismo, darwinismo, esclavismo, comunismo, idealismo, materialismo, populismo, socialismo. Este sufijo también se usa en biología y medicina para indicar proceso: albinismo, alcoholismo, atavismo, autismo, botulismo, cataterismo, catabolismo, daltonismo, enanismo, erotismo, estrabismo, gigantismo, metabolismo, paludismo, reumatismo, etc.

Terrorism o “sistemático uso del t., sobre todo como medio de coerción” se documenta en inglés en el año 1795. En español, el vocablo es recogido por el diccionario de Núñez de Taboada en su edición 1825.

Vínculo indoeuropeo de terror, terrible…

Estos términos se relacionan con la raíz indoeuropea *tres-, *ters-, *teres- (temblar, estremecerse). También asociada a los antiguos vocablos griegos τρέω = treo (asustar, aterrorizar), ἄτρεστος = atrestos (valiente, osado, animoso), τρήρων = trérov (tímido, penoso, epíteto de la paloma desde Homero), τρέμω = trémo (temblar, estremecerse de miedo). Avéstico tarshta (temeroso, espantado). Irlandés antiguo tarrach. Lituano trišėti (estremecerse de terror). Sánscrito त्रसति, trasati, trasanti (temblar de miedo), trasami (álamo temblón). Ruso triasti (agitarse, sacudirse). Francés terreur (terror), etc.

Comentarios finales sobre el terrorismo

Aunque el concepto y el término “terrorismo” nació en Francia a finales del siglo XVIII, desde los años 1950s, ciertos grupos sociales han incrementado el uso de actos espectaculares de violencia para promover sus causas políticas e ideológicas.

El Reinado del Terror (septiembre 1793-julio 1794) durante la Revolución Francesa (1789-1799)

El gobierno revolucionario determinó hacer del “T.” la orden del día (decreto del 5 de septiembre de 1793) y tomar medidas duras contra aquellos sospechosos de ser oponentes de la Revolución (aristócratas, nobles, sacerdotes y acaparadores). En ese período, unas 18 000 personas fueron guillotinadas. Con la ejecución de Robespierre, el Reinado del Terror terminó.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 17 de septiembre de 2024.

selva, salvaje, silvestre, Silvano

Definición de selva, salvaje, silvestre

A.- Selva es un terreno no cultivado (inculto) muy poblado de árboles. El bosque ecuatorial es la selva lluviosa, ombrófila (del latín umbra, “sombra”) o pluvisilva, del latín pluvia (lluvia), más silva (bosque, selva).

B.- La palabra “salvaje” es un adjetivo que originalmente se refería:

  • A las plantas que crecen de manera natural, sin ser cultivadas, especialmente bosques, o lugares con una vegetación arbórea y arbustiva abundante. También:
  • Lejos de lugares habitados por los humanos,  
  • Agreste, no cultivado, lo perteneciente a los bosques.
  • Feroz, indómito, montés.
  • Incivilizado, bárbaro, primitivo.
  • Rudo, cruel, crudo, despiadado.

Como sustantivo: 

  • Un individuo perteneciente a una sociedad que tiene una forma de vida primitiva, que vive distanciado de ciertas formas de civilización. Una persona atroz, cruel, bárbara, desalmada, despiadada, sanguinaria; que por sus acciones, evoca la violencia de los pueblos primitivos.
  • Tierra lejana, indómita.

C.- Silvestre

  • Planta no cultivada, animal no domesticado, un lugar agreste, no cultivado.

Etimología de “selva”, “salvaje”, “silvestre”

La secuencia sobre el origen de “salvaje” es: salvaje < salvage < salvatĭcus < silvātĭcus, silva + -aticus < -icus. Veamos.

El adjetivo español salvaje primero se escribió “salvage”, como aparece en el diccionario de Nebrija de 1495 con el significado de “silvestre”, natural, no cultivado. Todavía en el siglo XVIII los diccionarios españoles daban salvaje, salvage como sinónimos, por la influencia del francés antiguo sauvage, savaige o salvage. En francés actual sauvage (que pasó al inglés savage). con el sufijo francés -age* (en español -aje), tomado del occitano y el catalán -atge, y éste del latín -atĭcus (neutro -atĭcum), una forma prolongada de -icus. Como en los términos:  aprendizaje, arbitraje, aterrizaje, chantaje y coraje.

Salvaje y su forma castellana arcaica salvage derivan del occitano medieval salvatge, a su vez del latín vulgar salvatĭcus, una variante del latín silvātĭcus.

Salvatĭcus (lo relacionado con lo salvaje o silvestre) es un término documentado en la Mulomedicina de Chirón y en Ars Veterinaria de Pelagonio de la segunda mitad del siglo IV d. C.

Así mismo, silvātĭcus, en origen significa “lo que está hecho de madera obtenida de los bosques”, atestiguado en la obra De Agri cultura de Catón el Viejo (siglo II a. C.). Tiempo después, Varrón y Plinio el viejo escribieron silvātĭcus, ya con el significado de “salvaje”, refiriéndose a los vegetales.

Finalmente, silvātĭcus procede de:

1- Silva, menos correcto sylva, genitivo silvaï que significa “selva”, “bosque”, “vegetación abundante”, y por metonimia “materia”, “madera”, “recursos”. También “multitud”, “abundancia”. Por ejemplo: Inter silvas Academi (Horacio). “En medio de los sombríos jardines de Academo” (véase la entrada “academia”). La forma sylva se debe a la influencia del griego antiguo ὔλη (hū́lē, hýle) que desde los tiempos de Homero significó madera, bosque, terreno cubierto de árboles. También bosquecillo, arboleda, maleza, sotobosque, leña, etc.

A silva y sus derivados no se le han encontrado relaciones indoeuropeas.

2- más el sufijo latino de pertenencia o relación -atĭcus (neutro -atĭcum), una forma prolongada de -icus, que ya se citó arriba.

Por lo tanto, silvātĭcus, en español “selvático” es “lo que pertenece (-aticus) al bosque o a la selva (silva)”, “que crece o se cría en la selva”, “salvaje”, “rudo”.

silvestre

De silva deriva también silvestris o silvester, un adjetivo que significa: “relacionado con la selva o bosque”, con “las tierras cubiertas de bosque”, “lo campestre, lo rústico”, “que vive en los montes”, “montaraz». Plinio llamó tauri silvestres a los toros salvajes y arbor silvestris a un árbol salvaje, no cultivado.

El verbo silvesco, -ere significa “volverse bosque”, “cubrirse de vegetación un terreno”.

Silvānus era el dios romano de los bosques y que vigilaba los límites de las tierras.

Obviamente el nombre personal de Silvano tiene el mismo origen.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 16 de septiembre de 2024.

saliva

Saliva, definición

La saliva es un fluido acuoso, ligeramente viscoso, algo opalescente, segregado por las glándulas salivales, que humecta y ablanda el alimento en el interior de la boca antes de ser deglutido. Además contiene la enzima ptialina o alfa amilasa que convierte el almidón en maltosa y dextrina.

En el humano, hay tres pares de glándulas salivales, más las glándulas más pequeñas dispersas en el tejido superficial de los carrillos, los labios, la lengua y el paladar.

Ubicación de las glándulas salivales en un humano. Imagen de https://www.shutterstock.com/es/image-vector/parotid-salivary-glands-anatomical-inner-structure-2073586841 

Etimología de la palabra saliva

“Saliva” procede del latín sălīva que significa lo mismo, es decir, ‘saliva’, ‘baba’. Probablemente, (según De Vaan, página 536), derivado del radical protoitálico *sal-iwo~, *sal-es-ro- “sucio amarillento”.

En el diccionario de latín medieval de DuCange, fluor salivae (flujo de saliva), año 1152.

Algunas palabras derivadas de “saliva”.

  • Sălīvārĭus, a, um. Parecido a la saliva.
  • Sălīvătīo, onis. Salivación, producción de saliva.
  • Sălīvāre. Salivar, escupir, producir un líquido viscoso. 

Frases de la antigüedad con el vocablo “saliva”

  • Cochlearum saliva (Plinio). La baba de los caracoles.
  • Lacrimationum salivae (Plinio). Lagrimeo, llanto, lloriqueo.
  • Saliva siderum (Plinio). El rocío de miel de los astros. En latín, sidus, sideris significa un grupo de estrellas, una constelación, de donde proviene la palabra “sideral”. No confundir con “siderurgia” del griego σίδηρος, sídēro, “hierro”, pero eso es otro asunto.

A pesar que “saliva” es una voz que existe en prácticamente todas las lenguas romances, no se tiene claro su más remoto origen. Con nexos indoeuropeos no muy convincentes, aunque se han propuesto algunos.

Partiendo del hecho de que la s. ajena suele parecer algo repulsiva, se ha tratado de encontrar alguna relación o parecido de la palabra “saliva” con algunos términos en otras lenguas. Por ejemplo:

Gaélico (lengua céltica insular) seile, sal, de donde saile en irlandés.

Alemán moderno. Speichel. 

Neerlandés. Speeksel.

Slime en inglés (baba, cieno, la sustancia viscosa que cubre el cuerpo de un pescado, algo que no gusta), de slim en antiguo inglés, relacionado con el germánico schleim (resbaladizo, baboso, lúbrico), que algunos asocian a la raíz indoeuropea *(s)lei- (viscoso, lodoso).

Sol (oscuro, sucio) en inglés antiguo; salo, genitivo sahves (lodo, suciedad, grisáceo) en antiguo alto alemán; sölr (sucio, amarillento) en nórdico antiguo; slavojocije (entre grisáceo y azulado) en eslavo antiguo;  solovoj (en ruso), color crema; σίαλονsíalon”(griego antiguo) saliva, líquido sinovial en Hipócrates. Līmax, ācis, en la antigüedad romana significaba caracol, babosa, en sentido figurado, ‘cortesana’, ‘prostituta elegante’ ¿Porque muchos hombres la besuquean y la ensalivan? Quizá.

Esta fuente relaciona a la palabra s. con la raíz indoeuropea *sal- (2) «turbio, lodoso, grisáceo”

Los besos apasionados en la boca

Datos adicionales sobre la saliva

Normalmente la saliva es insípida, inodora, viscosa y levemente alcalina. Se neutraliza por la acción del jugo gástrico al ser tragada. Su gravedad específica es de 1,002 a 1,006. Una persona normal produce de 1,0 a 1,5 litros en 24 horas. El flujo varía entre 0,2 ml por minuto (12 ml/hora) a un máximo de 4,0 por minuto (240 ml/hora).

Composición

99,5% de agua; sales (cloruros, sulfatos, carbonatos, fosfatos), gases en solución, y a veces ciertas sustancias anormales que el cuerpo excreta, por ejemplo, acetona en pacientes diabéticos. Las sustancias orgánicas principales son: enzimas (maltasas, ptialina y lisozimas de efecto bactericida, por eso los animales se lamen las heridas); proteínas como sero albúmina, globulinas y mucinas. Y pequeñas cantidades de urea, ácido úrico, creatina, y aminoácidos. Elementos celulares como leucocitos y células epiteliales.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 12 de septiembre de 2024.

lágrima, dacriología

Lágrima, definición

Una lágrima es una gota de fluido salado secretado por las glándulas lagrimales, que normalmente sirve para lubricar los ojos, pero con frecuencia son segregadas cuando sentimos intensas emociones.

Niña llorando. Imagen de https://pixabay.com/es/illustrations/ni%C3%B1a-llanto-tristeza-pa%C3%B1uelo-8678205/

Lágrimas basales, reflejas y emocionales

Las lágrimas se clasifican en basales, reflejas y emocionales. Cada tipo de lágrima es segregado en respuesta a distintas situaciones, y difieren algo en su composición.

  • Las basales son las que sirven para mantener húmedos, lubricados y limpios los ojos. Los animales tienen también su sistema lacrimal.
  • Las reflejas son segregadas como respuesta a sustancias irritantes, como cuando partimos una cebolla, nos exponemos al humo o a gases lacrimógenos. También por  una infección, una irritación por cuerpo extraño, etc.

lágrimas basales del llanto y de la inmensa felicidad

  • Las lágrimas emocionales fluyen en mayor cantidad, tienen una composición distinta,  desbordan los párpados y caen a través de las mejillas. Son las que se relacionan con los sentimientos, la sensibilidad, las que nos salen cuando tenemos alguna pena, ira, coraje, disgusto, duelo por una desgracia, una pérdida, tristeza, una paliza, al momento de una despedida, por recordar un hecho doloroso, por frustración, desesperanza. Pero no siempre por emociones negativas, sino también por una explosión de felicidad o alegría que produce una emoción desbordante, como cuando nos encontramos con un ser querido que por mucho tiempo no veíamos, o cuando por fin logramos algo que anhelábamos intensamente.  

En estos casos, interviene el sistema límbico cerebral que controla emociones como el miedo, la ira, la alegría, la tristeza; de donde se mandan señales a las glándulas lacrimales, cuando una persona rompe en llanto y sollozos. Es una forma de comunicación no verbal propia de los humanos. 

Pero como las lágrimas llegan al ducto nasolacrimal, cuando lloramos, el exceso de lagrimeo llega a la nariz y moqueamos… y luego llegan nuestros seres queridos, amigos y familiares a consolarnos, y es que el llanto y las lágrimas son un mensaje que el lloroso nos envía para que lleguemos a consolarlo, a tranquilizarlo.

Bueno, después de todo, nacemos llorando, nunca he sabido de un bebé que se ría al nacer, ya que durante el alumbramiento, el neonato siente que lo han despojado del cómodo vientre materno. Debe decir: Y ahora ¿qué voy hacer?

Dacriología 

Dacriología es la ciencia que estudia el sistema lagrimal de los humanos, su anatomía, su fisiología y sus enfermedades. Es una subespecialidad de la oftalmología. La primera mención del sistema lagrimal se remonta al código Hammurabi de Babilonia del siglo XVIII a. C.  

O también “la ciencia y la práctica clínica de las lágrimas, su producción, sus constituyentes y función, su recorrido por la superficie del ojo, la función de los párpados en relación con las lágrimas, la salud de la superficie ocular, el drenaje de las lágrimas a través del sistema de drenaje lagrimal en la nariz; así como el espacio nasal y el revestimiento mucoso, en estado de salud y enfermedad…” Sen, M., & Ali, M. J. (2024). Lacrimal History – Part V: Doyens of Dacryology Series – Johann Christian Rosenmüller. Seminars in Ophthalmology.

Sociedad Internacional de Dacriología

La Sociedad Internacional de Dacriología y Ojo Seco (ISD-DE) fue fundada en 1982 por el profesor, doctor, académico, dacriólogo y oftalmólogo español Juan Murube del Castillo (1934-2024), el Prof. Barta de Hungría, el Prof. Holly de USA y el Prof. Gyssbet Van Setten de Suecia.

AHORA VAMOS A TRATAR SOBRE EL ORIGEN DE LA PALABRA “LÁGRIMA”

Lágrima procede del latín clásico lăcrĭma, dăcrĭma  (lágrima de los ojos o gotas de goma o savia de los árboles), de las formas arcaicas en latín antiguo (siglos VI-IV a. C.) y preclásico (siglos III-II a. C.) lacrŭma, lachrĭma o lachrŭma. Aunque algo discutible, es un préstamo del antiguo griego δάκρῡμα, -ματος, dákruma o dákryma -matos que significa “lágrima por el llanto”, “motivo de llanto”, “una desgracia” (Heródoto) o también “cualquier líquido que rezuman gota a gota las plantas”. 

A su vez derivado de δακρύω, -ειν, dakrúo, -ein, “lagrimear”, “llorar de pena por algo o por alguien” (Ilíada y Odisea), “estar bañado en lágrimas” “derramar lágrimas”, “lagrimear”, “echarse a llorar”. “Destilar, gotear la savia”. También “eyacular el pene”.

Finalmente de δάκρυ, δάκρυον, dákru, dákruon o dákryon, plural δάκρυα, dákrua, o dákrya, “lágrima”, “lágrimas”, “llanto” “gota(s) de resina, goma o savia”, documentado desde la Ilíada y la Odisea. Por lo tanto δάκρῡμα dákruma (lágrima), contiene al término δάκρυ (lágrima) más el sufijo de resultado o efecto -μα (-ma), es decir, lágrima es el resultado del llanto.

Antiguos términos griegos derivados de δάκρυ, δάκρυον, dákry, dákryon

Δακρυρροέω (dakryrroéo). Romper el llanto. Por analogía, destilar savia, resina, goma los árboles.

Δακρυρροια (dakryrroia). Flujo, emanación de lágrimas.   

Δακρυοποιός (dakryopoiós). Que estimula el lagrimeo (Dioscórides, siglo I d. C.).

Algunas palabras latinas derivadas de lăcrĭma

Lăcrĭmābĭlis. Algo digno de ser llorado, lamentable, trágico, desconsolador.

Lacrĭmābūndus. Bañado en lágrimas. 

Lacrĭmātĭo, ōnis. La acción de llorar.

Lacrĭmāre. Lagrimar, verter lágrimas, llorar.   

Lacrĭmōsus. lagrimoso, que hace llorar, lastimero, conmovedor, digno de compasión.    

Lăcrĭmātōrĭus. Lacrimatorios o vasos pequeños en los sepulcros de la antigua Roma que se supone servían para que los dolientes depositaran allí sus lágrimas cuando lloraban por el finado. Sexto Plácito, un médico romano del siglo IV, llamaba lăcrĭmātōrĭus a un remedio que combate el lagrimeo.

Raíz indoeuropea *dakru- (lágrima)

Se ha propuesto a la raíz IE *dakru- (lágrima) como posible origen de δάκρῡμα en griego; lăcrĭma, lacrŭma, lachrĭma, lachrŭma, dăcrĭma en latín; tagr en gótico; tear, teagor en inglés antiguo; tear en inglés moderno; zäre en germano, etc. De manera que lágrima en español y tear en inglés, parecen no tener un origen común, pero según los indoeuropeístas, coinciden en la raíz *dakru-

Hay que tomar en cuenta que ciertas palabras en griego antiguo que se escriben con δ = ‘d’ han pasado al latín con la letra ‘l’. Por ejemplo Odiseo o Ulises, en griego clásico: Ὀδυσσεύς =Odusseús, en latín Ulixes; dákryma en griego, lăcrĭma en latín.

Neologismos médicos con dákry, dákryon (dacry-, dacryo-)

Dacriología (latinizado dacryology). El estudio del sistema lacrimal, del griego dákryon  δάκρυον, “lágrima” y -logíā -λογία logía “estudio, tratado”. Si hubieran tomado el latín Lăcrĭma, entonces en vez de dacriología sería lacrimología, pero para los neologismos médicos se prefiere casi siempre el griego.  

Dacrioadenitis (dacryoadenitis). Inflamación de la glándula lagrimal.

Dacriocistectomía (Dacryocystectomy). Parcial o total extirpación del saco lagrimal.

Dacriocistitis (dacryocystitis). Infección del saco lagrimal causada por obstrucción del ducto nasolagrimal, caracterizado por lagrimeo y descarga de secreciones del ojo.

Dacriocistocele (dacryocystocele). Protrusión del s. lagrimal. 

Dacriolitiasis (dacryolithiasis). Presencia de cálculos o piedras en el aparato lagrimal.

Dacriohelcosis, dacriohemorrea (lágrimas sanguinolentas), dacriopiorrea (pus en las lágrimas), dacriosolenitis…

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 10 de septiembre de 2024.

estrago, estragar

Estrago, estragar, definiciones 

Estrago (substantivo) deriva de estragar

Se llama estrago al daño o destrucción causado por la matanza de gente; el asolamiento, la ruina, especialmente en cuestiones pertenecientes a la guerra, ya que es el significado etimológico original. Pero también puede decirse, por ejemplo, el estrago causado por cuestiones naturales como sismos, ciclones, inundaciones, incendios. O también el estrago que causa un padecimiento (el e. de la diabetes, los estragos de la resaca), una epidemia (la Peste Negra fue un estrago que mató unos 25 millones de personas en Europa, entre 1347-1351) 

Palabras como aniquilación, arrasamiento, asolamiento, catástrofe, destrucción, devastación, matanza son sinónimos de estrago.

Estragar (verbo con uso muy raro en México): causar un daño físico o moral. Provocar o causar estrago, ruina, devastación, destrucción. El huracán estragó el poblado.

Etimología de estrago, estragar

Estrago proviene de del verbo estragar, de *strāgare, un término hipotético que según los lingüistas debe haber existido en la Edad Media y que deriva del latín clásico strāges: montón de cosas confusas o caóticas sobre el suelo, trastorno de cosas, matanza, ruina, carnicería; derrota, un derrocamiento mortal.

Strāges procede a su vez del tema o raíz del verbo sterno, sternĕre: extender en el suelo, derribar, abatir, aplacar.

Estrago < estragar < *strāgare < strāges < raíz de sternĕre < raíz IE *ster-5, *sterǝ- (dispersarse, desparramarse).

Frases

  • Cruentae strages “montón de cadáveres”
  • Strages aquarum “acumulación de agua”
  • Strages nemorum “árboles derribados”.
  • Sternere viam “empedrar un camino”.
  • Sternere equum  “ensillar un caballo”.
  • Sternere mensam “poner la mesa”.
  • Sternere hostes “deshacer a los enemigos, masacrarlos”. 

Vínculos indoeuropeos de estrago, estragar, esternón, construcción, obstrucción, etc.

Estrago, estragar se asocian a la raíz indoeuropea *ster-5, *sterǝ- (dispersarse, desparramarse) con los derivados *strē-, *steru-, *streu-. Otra fuente propone *ster-² y sus formas arcaicas *ster‑, *sterh3‑ con igual significado.

Esta raíz IE tiene muchas palabras derivadas en diversas lenguas. Sólo citaré algunas en antiguo griego y latín.

Griego:

El vocablo στέρνον (stérnon, pecho de un hombre, de donde deriva el término “esternón”) y probablemente στῆθος (stethos pecho de hombre o de mujer, que forma parte de la palabra “estetoscopio”), así como στόρνῡμι stórnūmi (extender, suavizar), στρατός stratós (multitud, expedición, ejército), στρῶμα strōma (cama, colchón, tendido para acostarse), etc.

Latín:

Sterno, sternĕre recién citado (extenderse, tender en el suelo), stratum (cama, tapete, alfombra), struo, struere (apilar, amontonar, edificar, construir) stramen (paja que sirve de cama), strōma (cobertor, tapiz), derivado del griego στρῶμα arriba mencionado.

Algunas palabras de uso común vinculadas a esta raíz

Construir, construcción, destruir, instruir, estrato, estratigrafía, perestroika (перестройка, reconstrucción en ruso), consternación, estroma, estromatolito, esternón, obstrucción, instrucción, industria y por supuesto estragar, estrago. 

En inglés: stratocracy (‘gobierno encabezado por los militares’, de στρατός); street (‘calle’, calzada, vía pública), porque se extiende por una gran distancia; del latín strāta, ‘camino pavimentado’, ‘vía larga’); straw (‘paja’), del inglés antiguo strēaw, strē con la idea de ‘esparcir’.

Diversifico los ejemplos para evidenciar cómo es que los términos «estrago» y «estragar», probablemente se relacionan (a través de *ster-5, *sterǝ-) con palabras tan diferentes en su significado. Pero claro, es una relación hipotética (pero siguiendo el método científico) no documentada y lejana en el tiempo al menos 5000-6000 años atrás. 

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 8 de septiembre de 2024.

tranquilo, tranquilizante, tranquilidad, tranquilamente

Definición de «tranquilo» y los derivados tranquilizante, tranquilidad, tranquilamente

A- Tranquilo (adjetivo). Libre de perturbación. Apacible, calmado, moderado, pacífico, quieto, sereno. Tratándose de una persona, “que toma las cosas con calma, con tiempo, sin agobiarse, sin preocuparse”. El mar está tranquilo. A pesar de todo, permanezco tranquilo.

B- Tranquilizante (adjetivo). Que produce tranquilidad, que tranquiliza, que elimina el desasosiego. En farmacología, una sustancia de efecto sedante o tranquilizador. Calmante, hipnótico, lenitivo. Tranquilizante viene del verbo tranquilizar (aquietar, sosegar) más el sufijo latino -ante de -ns, -ntis que forma participios de presente activos a partir de verbos, como en las palabras lacerante, paseante y, por supuesto, tranquilizante. Adjetivos que pueden sustantivarse. Tranquilizar a su vez viene del verbo tranquīllo, tranquillāre (sosegar, calmar, tranquilizar), de tranquillus que más abajo explico. La clorpromazina, el meprobamato y el diazepam son tranquilizantes.

Tranquilidad, Tranquillitas tua

C- Tranquilidad (sustantivo femenino). Es el atributo o cualidad de tranquilo. Calma, despreocupación, serenidad, silencio, sosiego, paz, placidez, quietud; un estado libre de agitación o perturbaciones. Del latín tranquillĭtas , ātis (de tranquillus): bonanza o calma de la mar, paz, tranquilidad, la quietud que trae la paz, tranquilidad del alma. Tranquillitas tua —del latín tuus, tua, “tuyo”, “vuestro”, ambos, adjetivos posesivos: Vuestra serenidad. Un título que se daba a los últimos emperadores romanos, en la época de la decadencia del Imperio romano.

De ahí el título de “Su Alteza Serenísima» del General mexicano Antonio Lopez de Santa Anna (1794-1876). Ejemplos con “tranquilidad”: Ya vienes a perturbar mi tranquilidad. Aquella noche volteé al cielo, vi las estrellas y sentí una inefable tranquilidad.

D- Tranquilamente (adverbio). De manera tranquila, apaciblemente, plácidamente. Formado por tranquilo (de tranquillus), más el sufijo adverbial -mente, el ablativo singular de mens, mentis (entendimiento, razón, inteligencia, mente, propósito) que va al final de un adjetivo (en este caso “tranquilo”) y que nos indica el modo en el que algo se hace: ágilmente, finalmente, humildemente, mentalmente (‘lo que se hace utilizando la mente’, ‘desde el punto de vista mental’), rápidamente, pobremente, lentamente, velozmente, torpemente, magistralmente.  (véase la entrada “mente”). Se alejó tranquilamente, sin decir más nada. Murió tranquilamente, sin mostrar angustia en su rostro.

Etimología del término “tranquilo”

“Tranquilo” proviene del latín tranquillus: quieto, tranquilo, sereno, apacible; aplicado al mar, al aire, al alma, a la vida. Tranquillus era el apodo de Suetonio (historiador romano Gaius Suetonius Tranquillus. c. 69-122). De tranquillus (adjetivo) deriva el sustantivo tranquillum que significa: la tranquilidad, la calma del mar, del tiempo, del alma; el hecho de traer o llevar la serenidad, el reposo.

Unas frases

  • Tranquilla senectus (Horacio). “Una vejez tranquila”.
  • Tranquillus animus (Cicerón). “Espíritu tranquilo”.
  • In tranquillo tempestatem adversam optare dementis est (Cicerón). “Desear la tempestad en medio de la calma es una locura”.

Elementos compositivos de “tranquillus

Haciendo una disección del término tranquillus, podemos distinguir dos componentes:

1- El prefijo latino trans- que procede de la preposición trans, que significa “más allá”, “al otro lado de”, “el paso de un punto a otro”, “que cruza”, y forma parte de muchos términos latinos, por ejemplo: trănsădĭgere (hacer pasar o penetrar); transcendĕre, ‘trascender’, ‘pasar de una cosa a otra’, ‘traspasar’, atravesar; transfĭgūrātĭo, -onis, transfiguración.

2- El verbo quiēsco, quiescĕre: ‘descansar’, ‘reposar’, ‘estar tranquilo’, al margen de asuntos políticos, militares y públicos; ‘dormir’, ‘estar en calma’, ‘sosegado’, ‘yacer’, ‘descansar en la muerte’, ‘cesar toda actividad’. La expresión de Virgilio (Eneida 1. 249): Placida compostus pace quiescit se traduce “enterrado ya, descansa en paz”. Las palabras aquietar, aquiescente, quieto, quietud, quiescencia, quiescente, quietar, quietamente, réquiem, etc, llevan la misma raíz verbal (quiēsco, quiescĕre) que tranquilo, tranquilizante, tranquilidad y tranquilamente.

Se ha propuesto la raíz indoeuropea *k w eiə- también *k w yeə- (descanso, quietud) como el hipotético origen de *qĭēs,  quiēsco, quiescĕre, rĕquĭescēre. 

El sentido etimológico de “tranquilo”

Visto lo anterior, el vocablo “tranquilo” y sus derivados, llevan la idea de “más allá de la quietud”, “un estado aún más allá de la quietud”: Por lo tanto, “tranquilo”, de trans (más allá) del reposo y la quietud” (quiēsco, quiescĕre). Entonces los despojos de un difunto descansan tranquilamente, porque el alma ¡Quién sabe! Por eso en la misa de réquiem se implora a Dios por el eterno descanso de su alma.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 7 de septiembre de 2024.

malo, mal, maldad

Definiciones de mal, malo y maldad

“Malo” casi siempre se usa como adjetivo y es sinónimo de: dañino, diabólico, defectuoso, desfavorable, enfermo, infame, insano, maligno, peligroso, penoso, pernicioso, vil, etc. Como sustantivo: el diablo o el malo, el príncipe de los ángeles rebelados o el supremo espíritu del mal. 

Mal es una palabra trilítera que puede ser adjetivo (mal momento, m. comienzo), sustantivo (me causaron un mal, mal de Alzheimer, m. de Cayenne o elefantiasis) o adverbio (mal que bien, de mal en peor).

“Maldad” es un sustantivo femenino que significa: una acción mala e inaceptable; cualidad de malo. Sinónimos: bajeza, crueldad, infamia, iniquidad, vileza; mal, malicia, perversidad 

Origen de “mal”, “malo” y “maldad”

Estos términos y otros derivados se registran en el castellano o español antiguo, hacia los siglos IX-XII. Por eso el diccionario de Antonio de Nebrija de 1495 ya recoge términos como mal nombre, mala cosa, malamente, mal estar, maldadoso, maldadosamente, maldecir, maldición y otros.

“Mal”, como adjetivo y sustantivo es un apócope de “malo”, porque se suprime la “o”, y “malo” viene del latín preclásico y clásico mălus, a, um, (opuesto a bonus, “bueno”) un adjetivo que significa: adverso, contrario, dañino, destructivo, hiriente, ímprobo, infeliz, ingrato, malvado, perjudicial, deforme o feo (en Plauto siglos III-II a. C.). Mientras que mălum es un sustantivo que quiere decir: calamidad, castigo, daño, el mal, enfermedad, desgracia, desventura, infortunio, injuria, maldad, pecado. 

Algunas frases

  • Malus militiae (Horacio). El que no es apto para la guerra.
  • Mala consuetudo (Livio). Pasión funesta.
  • Mala gramina (Virgilio). Pastos malos, venenosos.
  • Malus ager (Virgilio). Campo estéril.
  • Malus pudor (Horacio). Pudor mal entendido, falsa vergüenza.
  • ¿Quae , malum, est ista audacia?  (Cicerón). ¿Qué diablos de atrevimiento es éste?

  ă, ā

En latín existe la ‘a’ breve (ă) que se pronuncia rápidamente, como en mălus y mălum que se acaban de mencionar, y la ‘a’ larga (ā) con una pronunciación más prolongada, como en mālus que significa “el árbol del manzano” y mālum, “la manzana y otros frutos”. Mālus también significa en latín “mástil de barco”, “el mástil al que se sujetan los lienzos del teatro”.

Derivados de mălus

Malitas y su genitivo singular malitatis. Maldad, infamia, bajeza. Con el sufijo –tas, genitivo -tatis, que indica “cualidad”, como en los vocablos maldad, bondad, crueldad, falsedad, ansiedad.

  • Malignus. De naturaleza infame, cruel, mezquino, ingrato. 
  • Malignitas. Crueldad, infamia.
  • Malitia. Carácter malvado, cruel, infame.
  • Malefacere. Hacer cosas malas, despiadadas e injustas.
  • Malevolus. Que tiene mala voluntad, inclinado a hacer cosas malas. 

mălus y mălum tienen un origen incierto

Que mălus y mălum es el origen de nuestro término “malo”, no hay duda. Lo irresoluto es cómo llegaron estos términos al latín, pues no hay una explicación satisfactoria. Por ejemplo, el lingüista Michiel de Vaan (página 360) dice que malus quizá proceda del proto itálico *malo-, emparentado morfológicamente con el osco (lengua itálica indoeuropea extinta) mallom, malom (acusativo singular), mallud, malud (ablativo singular) que significa “mal”, “malo”, tal vez de *maluo, *malio o a lo mejor un préstamo del latín.

Propone además la raíz protoindoeuropea *mol-o- ¿malo?, relacionada con meli ‘destruction’, en irlandés antiguo; μέλεος (méleos) ‘miserable’, ‘infeliz’, ‘desafortunado’ y βλσφημέω (blaspheméo) ‘yo calumnio’ en antiguo griego; mei ‘pecado’ en armenio; melas ‘embuste’ en lituano, etc. y pone como referencia a Ernout-Meillet, 1979 página 380-01.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 6 de septiembre de 2024.