varios
Dejar un comentario

tragedia

¿Qué es la tragedia? 

En su más original sentido, «tragedia» es una «canción de los gentiles o paganos en alabanza al dios griego Dioniso que representaba a la diversión, el vino y el teatro”. El dios Baco (Bacchus) de los romanos.

Obra teatral dramática que trata sobre acciones y problemas humanos graves,  en la que participan personajes ilustres o heroicos en situaciones propicias para excitar o infundir lástima, piedad y terror; y con un desenlace generalmente aciago y funesto, en contraste con la comedia (otro género dramático) que tiene un final feliz.

Los más ilustres poetas griegos de la tragedia fueron Esquilo (el más antiguo, 525-456 a. C.), Eurípides y Sófocles, que eran contemporáneos (siglo V antes de Cristo). La mayoría de las veces montaban la trama utilizando la copiosa y varia mitología griega.

Composición lírica (predominantemente musical) dedicada a dolerse de sucesos infaustos.

EN SENTIDO FIGURADO: Hecho de la vida real capaz de inspirar terror y conmiseración. Cualquier suceso fatal, infausto o desgraciado. La trágica muerte de la familia. 

Sinónimos de tragedia: adversidad, catástrofe, cataclismo, desastre, debacle, desgracia, infortunio, desdicha, fatalidad, adversidad, siniestro.

Antónimos: dicha, fortuna, ventura, buena suerte.

Origen de la palabra “tragedia”

El término “tragedia” procede del latín clásico trgăœdĭa o trăgoedĭa que significa “la tragedia como estilo teatral”, “una representación teatral con un final trágico o funesto, desde los tiempos de los poetas romanos Marco Pacuvio, Gneo Nevio, Plauto y otros, que se remontan a los siglos III-II a. C. También “sublimidad”, “grandiosidad” “magnificencia”. Y ya desde aquellos tiempos: “espectáculo que asombra”, “gran conmoción”, un significado muy coincidente con el que actualmente le damos a una tragedia, por supuesto no teatral.

.Tragoedia es voz latina tomada del antiguo griego

“Tragoedia” fue tomada del griego antiguo τραγῳδία = tragodía: literalmente “la canción del chivo o macho cabrío”; “tragedia” como composición y representación teatral. Según Aristóteles, la tragedia —quien decía que inspiraba emociones de piedad y temor—, fue inventada por los Dorios (que invadieron Grecia desde el norte, allá por el año 1100 a. C.), inicialmente con un carácter lírico, o sea, τραγικοὶ χοροί (tragikoi khoroí ‘tragedia coral’). Después la tragedia fue llevada a Atenas, donde tomó carácter dramático, y fue perfeccionada a finales del siglo VI a. C., entre los años 530-510, en la época del tirano griego Pisístrato, y se perfecciona entre 470-431 antes de Cristo, durante la edad de la Supremacía Griega, en tiempos de Pericles. 

Así mismo, τραγῳδία se refería a cualquier poesía seria, opuesto a κωμωδία (komodía, o ‘comedia’). Por eso Platón (siglo IV a. C.) consideraba a Homero un escritor trágico.

El término τραγῳδία también se aplicaba a cualquier evento o suceso melancólico, triste, profundamente lastimoso, precisamente el significado actual fuera del ámbito teatral. 

Tomemos en cuenta que la antigua tragedia griega se caracterizaba por un desenlace funesto, trágico, en el que el héroe ensalzado termina muerto o en una situación lastimosa.

El vocablo τραγῳδία a su vez proviene de τραγωδός = tragodós, que literalmente significa —según la Retórica de Aristóteles—, “un cantor chivo”, “actor o corista y danzante trágico”, “un poeta o cantor trágico que actúa su propia tragedia». Al poeta que compone tragedias lo llamaban τραγωδοποιός = tragodopoiós. Nótese el componente ποίησις, poíēsis que significa “producción” como en los neologismos  hematopoyesis, leucopoyesis y eritropoyesis. La palabra “poesía” tiene el mismo origen.

El término τραγωδός = tragodós consta de dos componentes: 

  1. τράγος = trágos que quiere decir “chivo”, “macho cabrío”, hircus en latín. Al temible dios Pan (Πάν) lo llamaban τραγοσκελής (tragoskelés), «que tiene patas de chivo». El vocablo τράγος deriva del verbo τραγεῖν (tragein), “mordisquear”, “masticar”, “devorar”, especialmente alimentos crudos. Nada más vean cómo comen las cabras. 

Es probable que de τράγος proceda nuestro verbo “tragar”, a través de un largo proceso evolutivo lingüístico.

  1. ώδός (odós) un acortamiento de ἀοιδός (aoidós) que significa “cantor”, “corista”, de  ᾠδή = odé (canto, alabanza), que pasó al latín ōda (canto), del verbo ἀείδω, ἀειδειν = aeído, aeidein (cantar, alabar).

¿Por qué “el canto del chivo”?

quizá (adverbio)Bueno, hay cierta controversia, pero las dos explicaciones más admisibles dicen que el premio al mejor corista (τραγωδός = tragodós) era un chivo (τράγος = trágos), entonces se interpreta como “cantar para ganarse un chivo”, o quizá debido a que los coristas que interpretaban la obra llevaban máscara y se  vestían o cubrían con una prenda hecha con piel de chivo. O acaso porque en los momentos que se interpretaba la oda, un chivo era sacrificado. 

Originalmente estas actuaciones las realizaba un coro. Más tarde se inicia un elemento dramático cada vez más dominante. Un miembro del coro se separaba de los demás y daba una introducción hablada o cierta interpretación de la historia, empezando a asumir un papel cada vez más protagónico en las actuaciones. Posteriormente se unieron más oradores al protagonista principal, hasta que las tragedias o dramas terminaron por ser como nuestras obras modernas, con muchos roles representados.

Tespis y Frínico

Se sabe que hacia el año ―534 el dramaturgo griego Tespis (c. ―550-500) ejecutó una representación trágica durante las fiestas dionisíacas (había dos cada año) y fue el primero en transformar al corifeo (director del coro) en un actor que representa a un personaje que dialoga con el coro o “el primer actor”, el ὑποκριτής = hupokrités, “el simulador”. Véase la entrada «hipócrita«

Frínico (siglos VI-V a. C.), alumno de Tespis ―que muchos lo consideran el creador de la tragedia―, incluyó un segundo actor, y a partir de entonces comienza un acelerado desarrollo de la tragedia griega.

El carácter religioso de la tragedia se debe a que se representaba durante las festividades del dios Dionisio, aunque no era ya un culto religioso a la manera del ditirambo (δῑθύραμβος (dīthúrambos, «himno en honor a Dionisio”, pero como una alabanza excesiva), en el que los atenienses rendían culto a la divinidad.

El húbris (ὕβρις), el motivo principal

La tragedia griega era, en sus más prístinos orígenes, un drama (una actuación u obra teatral) en el que el desenlace trágico era atribuído a lo que llamaban la ὕβρις o  (húbris, hýbris) que significa: “violencia excesiva ejercida por un acto de pasión intensa” (Odisea); “pasión arrebatada”, “desenfreno”, “insolencia”. De manera que el personaje principal era el que, por insolente, soberbio y violento, desafiaba a los dioses y como respuesta recibía un castigo que se traducía en algo infausto, trágico o aciago, que suscita temor y piedad. 

Una experiencia que evoca compasión, pena y temor 

Pero los conceptos cambian a través de los siglos, y “tradicionalmente, una tragedia es una narrativa con carácter dramático, en la que un desastre sorprende al héroe, muy a pesar de su noble y admirable resistencia al destino o al designio de los dioses. Ya que las posibilidades de una tragedia siempre persisten en un mundo en el cual los poderes humanos son limitados y en los que el heroísmo y la virtud no aseguran salir victorioso”.

“En la tragedia folclórica, el destino, plasmado como las inexorables leyes de causa-efecto y por otro lado los dioses que representan a los poderes trascendentales del cosmos, se combinan para aniquilar al héroe, quien transgrede (ὕβρις) las leyes naturales, sin importar cuán virtuosos sean sus ideales”. 

“El resultado final es una experiencia que evoca compasión y pena por el héroe, cuya figura fracasada, emerge como una reafirmación de las potencialidades humanas y de su capacidad de autoconocerse, a través del abnegado sufrimiento” (Karl E. Beckson).

La tragedia en el Medievo

Durante el período medieval (10 siglos), la tragedia se volvió una especie de narración que aconsejaba o advertía a las personas contra la soberbia y el pecado. Sobresalen autores como Petrarca (siglo XIV), un humanista italiano, cuyas obras marcan el inicio del Renacimiento en Italia. Giovanni Boccaccio, también del siglo XIV. 

“El británico religioso y poeta John Lydgate, que floreció durante la primera mitad del s. XV, escribió Fall of Princes o “La caída de los príncipes”, una representación de un desastre súbito, como una seria advertencia, recordando la omnipotencia de Dios y el pecado original del hombre” (Karl E. Beckson). 

Una lectura

  • Karl E. Beckson. Tragedy. Encyclopedia Americana. Volumen 26 p. 921-923. USA. Edición impresa.      

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 23 de mayo de 2024.

Categoría: varios

por

Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *