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proteína, una cadena de aminoácidos

¿Qué son las proteínas?

Una proteína es un polímero con una relativamente alta masa molecular de L-aminoácidos. Ocupan una posición central en la arquitectura y funcionamiento de la materia viviente. Estructuralmente se dividen en dos grupos: proteínas globulares (como la hemoglobina) y p. fibrosas (fibrina, elastina, colágeno) y con frecuencia están asociadas con un componente no proteico, formando las ‘proteínas conjugadas’. Funcionalmente actúan como enzimas, como elementos estructurales, como hormonas, pigmentos respiratorios, elementos contráctiles, anticuerpos, material hereditario, etc. (Oxford Dictionary of Natural History, 1985).

De todas las moléculas que forman una célula, las proteínas poseen la mayor diversidad estructural y, por lo tanto, la mayor variedad de funciones biológicas. Los eslabones individuales que construyen las cadenas de proteína se llaman aminoácidos (se conocen 20) de los cuáles, nueve son esenciales o indispensables en la nutrición humana: histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina. Cada molécula de proteína tiene unos 300 o más aminoácidos.

Las proteínas contienen carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y pequeñas cantidades de azufre, a veces hierro o fósforo, en combinaciones complejas y más o menos estables. La cantidad de proteínas que existen es impresionante, se calcula que en una célula humana puede haber hasta 10 000 diferentes, cada una con una función distinta.

Introducción del término ‘proteína’ en el mundo de la química

El químico francés Antoine Fourcroy (1755-1809) distinguió varios tipos de proteínas (palabra aún inexistente en esa época), como gelatina, fibrina, gluten y albúmina o clara de huevo, que por aquel entonces se nombraba con la palabra alemana Eiweißkörper (albúmina de huevo).

En 1837 el holandés Gerardus Johannes Mulder (1802-1880) determina la composición elemental de algunas proteínas y concluye que todas tienen una sustancia fundamental común, llamada Grundstoff (literalmente materia de fondo o común), que sintetizan las plantas y es transferida intacta a los herbívoros y éstos a los carnívoros. En julio del año siguiente (1838, justamente hace 184 años), el químico sueco Jöns Jacob Berzelius (Eric Martz, April 2002) se entera del caso y envía una carta donde propone el nombre Protein en alemán, protéine en francés, del griego πρωτεῖος (prōteîos), que significa: “en el principal papel o función”, “de primerísima importancia”, “de primer rango”.

Berzelius sugiere el nombre porque las proteínas son primordiales o fundamentales para la vida animal o vegetal. (Eric Martz, April 2002. Timeline of Protein Chemistry).

Estructura de la palabra πρώτειος

El término πρώτειος (prôteios), femenino πρωτείᾱ (proteia), neutro πρώτειον (proteion), ya existía en la antigüedad con el significado de “el primer lugar», “el rango principal”, “de la primera o mejor calidad”. Formado por  πρῶτος (prôtos, ‘primero’, ‘que antecede’, también ‘primitivo’, ‘primero en el tiempo’), más el sufijo de pertenencia ‎-ιος. Luego entonces, πρώτειον se interpreta como “lo perteneciente al primero, al que tiene el primer rango”.

Antiguas palabras griegas con πρῶτος

Como una manera de ilustrar el significado de πρῶτος (prôtos, ‘primero’, ‘que antecede’, también ‘primitivo’, ‘primero en el tiempo’), anoto a continuación algunas palabras de la antigüedad griega con ese componente:

  • Πρωτεσίλαο (Protesílaus): “el primero del pueblo”. Un héroe legendario del que se cuenta fue el primer griego en poner un pie sobre Troya durante la guerra (La Ilíada). Y como tal, él fue condenado por el oráculo a morir bajo el ataque de Héctor o Eneas.   
  • Πρωτεύς (Prōteús), literalmente ‘el primero’. Una divinidad menor del mar. Probablemente hijo de Oceanus y de Tethys. Su morada era el mar en las costas del Mediterráneo. Como un viejo hombre de mar, él podía asumir forma de animal, de planta, de fuego o de agua, para eludir a los que querían preguntarle alguna profecía. De ahí viene el nombre de Amoeba proteus, porque con sus seudópodos cambia de forma constantemente
  • Πρωτοδρομία (protodromía): la primera carrera o competencia. Aquí vemos el componente δρόμος (drómos), ‘pista de carrera’, como en las palabras autódromo, hipódromo y dromedario.
  • Πρωτομήτωρ (protométor): ‘la primera madre’ o tal vez ‘la mejor madre’.

La palabra πρῶτος se vincula con la raíz indoeuropea *per- (estar o ser primero, el más antiguo, etc. Pokorny p. 810), que ha originado muchas preposiciones y preverbales.

Sufijo -ina en el nombre de sustancias

En la palabra proteína se encuentra el sufijo -ina (del latín -ina, el femenino de -inus), muy utilizado en los nombres de sustancias. Por ejemplo: aspirina, bacitracina, cafeína, dopamina, efedrina, fenilalanina, guanina, histidina, isoleucina, lisina, miosina, nistatina, oleína, penicilina, quinina, reserpina, teofilina, valina, zeína. 

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 11 de julio de 2022.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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