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difunto, finado, fiambre, muerto

Definición y sinónimos: difunto, finado…

Difunto es, referido a una persona, que ha muerto; regularmente se usa anteponiendo el artículo determinado ‘el’. El difunto se negaba a morir. Llevarán el difunto a misa de cuerpo presente. 

Sinónimos: cadáver, extinto, fallecido, fenecido, fiambre, finado, muerto. A veces se consideran sinónimos los términos interfecto y occiso, pero debe tomarse en cuenta que en estos casos se está hablando de personas que mueren de forma violenta, sobre todo en el primer caso, por una acción delictiva.

Fiambre (embutido o carne fría) deriva del castellano medieval *friambre, de frío, del latín frigidus, pero fiambre en sentido coloquial significa muerto, difunto, finado.

Etimología de ‘difunto’

Difunto es una palabra que deriva del español medieval y renacentista defunto. El diccionario de Cristóbal de las Casas (1570) dice que en toscano (lengua italorromance antecesora del italiano) es “defonto”. Defunto a su vez procede del latín dēfunctus, femenino dēfuncta, que significa: realizado, terminado; también muerto, fallecido, decesado según Tertuliano en su Adversus Valentianus del siglo III d. C.).

Dēfunctus es el participio pasado del verbo defungor, defungi, que quiere decir: ‘desempeñar’, ‘ejecutar’, ‘salir airoso de los peligros’, ‘pagar los diezmos’, ‘librarse de obligaciones’, porque ya se ha cumplido con algo. Además, ‘cumplir’, ‘terminar’, precisamente el sentido que lleva en el caso de la palabra difunto, ya que el que muere, irremediablemente abandona la vida y termina o finaliza (quiera o no) con las cosas que hizo (o estaba haciendo) cuando aún vivía. Por eso también dēfunctus puede interpretarse como ‘el que ha cumplido con lo que debía’, ‘el que ha concluido con sus tareas’, ‘que ha quedado libre de todo’.

En sentido estricto, dēfunctus se usó originalmente con el significado de ‘persona que se libera de alguna obligación, que cumple con algo’, pero tiempo después tomó la connotación (sobre todo en el catolicismo) de ‘el que ha muerto y se ha librado de toda tarea u obligación’. Aunque primero el poeta romano Ovidio (ss. I a. C.- I d. C.) y luego el historiador Tácito (siglos I-II d. C.) usaron dēfunctus para referirse a ‘muerto’, ‘muerte’; probablemente Tertuliano (siglos II-III d. C.) fue el primer escritor en usar la palabra con un claro sentido de “una persona muerta”.

Difunto, finado, eufemismos por “muerto”

En realidad los vocablos ‘extinto’, ‘difunto’, ‘finado’, ‘fallecido’ son distintas maneras de decir ‘muerto’, término que tradicionalmente constituye una especie de tabú o prohibición entre la gente. Se trata de “eufemismos” o formas más suaves de decir o nombrar las cosas; mejor “el finado o el difunto que el muerto”. Se oye más blando o piadoso “llevan el difunto al panteón” que “llevan el muerto al panteón”, “le van a practicar la autopsia al finado y no al muerto”, aunque claro que así también se puede decir. Porque la palabra más directa, sin ambages es “muerto”. Dēfunctus es entonces un modo de sacarle la vuelta o rodear el adjetivo o sustantivo “muerto” del latín mortuus, participio del verbo morīre (morir). En México usamos los términos ‘difuntito’, ‘finadito’, ‘muertito’, todavía más piadosos.

Estructura de defungor, defungi

En defungor encontramos dos componentes:

1- El prefijo de- (de la preposición de) que nos indica en este caso ‘separación’, ‘alejamiento’, cesación’, como en los términos latinos decedo, decedere (retirarse, alejarse, abandonar, separarse del camino, desaparecer, morir); deflecto, deflectere (desviar, apartar, apartarse del camino); decurro, decurrere (correr, hacer un viaje).

2- el verbo fungor, fungĕris, fungi (ocuparse en alguna cosa, cumplir, desempeñar algún oficio, tener algún cargo, ejercer). De fungi deriva la palabra ‘fungir’, o sea, desempeñar un cargo, empleo o función.

Luego entonces el difunto (dēfunctus) es la persona que ha abandonado (de-) para siempre,  ocuparse, desempeñar acciones, cargos, tareas, deberes, responsabilidades. Y es que ‘función’ deriva de functio, onus (de fungor) ‘función’, ‘cargo’, desempeño’. Pero como el muerto ya no puede hacer nada de esto, entonces lo llamaron en latín tardío dēfunctus. Como arriba lo mencioné, escritores romanos como Cicerón, Tertuliano, Ovidio, Tácito, Quintiliano y otros utilizaron esta palabra.

Algunos ejemplos

Defunctus periculis (Cicerón) ‘el que se ha librado de todos los peligros’.

Terra defunctus (Ovidio) ‘tierra muerta’.

Defunctus = mortuus (Tácito) ‘muerto, muerte’.

Defuncti (Séneca) ‘los muertos’.

Probable origen indoeuropeo

La raíz indoeuropea *beugh-4 (disfrutar; el difunto disfruta de un eterno descanso. Bueno, eso creo) se relaciona con estas palabras, así como con los términos latinos: fungēndus (cosa que uno debe pagar), fungĭbĭlis (cosas fungibles o que se consumen por el uso, perfūngor (desempeñar perfectamente un empleo). Debemos tener cuidado en no confundir con la palabra funginus (lo relacionado o parecido a un hongo) de fungus, ‘hongo’.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 8 de enero de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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