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pelo, cabello, vello, vibrisa, crin, tricoma

definiciones

‘Pelo’ es uno de los numerosos filamentos córneos que crecen en la piel de los mamíferos. En el caso del humano, cuando nos referimos a los pelos de la cabeza los llamamos cabellos. Aunque a veces también podemos hablar del pelo que crece en la parte superior y posterior de la cabeza. Algunos ejemplos: Debes elegir un buen tinte para tu cabello. Mañana iré a la peluquería a cortarme el pelo. Mira nada más, hay pelos de gato hasta en la mesa. 

Cuando uno habla de cabello, siempre se refiere al pelo de la cabeza humana, pues nunca se dice ‘el cabello del perro’, ni ‘el cabello del león’.

Vello 

Asimismo, el pelo que crece en algunas áreas del cuerpo humano recibe el nombre de vello, como el púbico o el axilar (de vellus, velleris, ‘vellocino’, ‘lana’, ‘oveja’, ‘nube en forma de vellón’, los cirrus, por ejemplo). 

Crin

El pelo que les crece a los caballos sobre el cuello se llama crin (del latín crinis, ‘cabellera’, ‘pelo’; también ‘cola de cometa’, ‘rayo luminoso’). 

Vibrisas

Un caso especial son las vibrisas (del latín vĭbrissæ, ārum, ‘los pelos de la nariz’, de vibrāre, ‘vibrar’, ‘agitar’) o los pelos táctiles que crecen en ciertas partes de la cabeza y de los miembros en muchos mamíferos, como los bigotes del gato, el león, la chinchilla, la zorra, la rata.

La palabra pelo es la que tiene el sentido biológico más propio y las demás son variantes que se refieren a casos concretos: Los hermosos cabellos negros de esa mujer. Me afeito el vello de las axilas. Le corto la crin al caballo. Los pelos de mi bigote. Cuando fui niño, le cortaba las vibrisas a mi gato ¡de verdad!

Etimología de ‘pelo’

El sustantivo ‘pelo’, proviene del latín clásico pĭlus que significa ‘el pelo o vello que cubre la piel’; pero también desde aquellos tiempos de la antigüedad, en sentido figurado, ‘un poco’, ‘lo que es de poca monta o importancia’, ‘algo insignificante’; tal vez —creo— debido a la relativa  finura o delgadez de un pelo, si se compara con otras cosas. Pilōsus (peludo) y dēpilatus (tener uno el pelo arrancado) son términos derivados de pĭlus 

Hay otro pīlus (con i larga) con significado castrense: ‘manípulo (unidad táctica) de soldados romanos armados de pilum o lanza arrojadiza’ (Gaffiot p. 1181).

Algunas frases latinas con pĭlus 

Non facit pili: ‘no hace ningún caso’.

Ne pilus quidem: ‘ni siquiera un pelo, nada’.

Pili non facio: ‘no hago caso’, ‘no me interesa’.

Pili oculorum: ‘las pestañas’, ‘los pelos de los párpados’.

Ego no pilo quidem minus me amabo: ‘mi amor hacia tí no se disminuirá en lo más mínimo’.

Vestitus pilis camelis: ‘vestido de pelo de camello’. En la Biblia Vulgata, Marcos 1:6. 

La palabra ‘pelo’ en lenguaje coloquial

1- Los detalles contados sobre un hecho. Me lo dijo todo, con pelos y señales.

2- Algo que se considera oportuno, que satisface una necesidad. Un café bien caliente me vendría al pelo.

3- Montar a caballo sin silla ni nada más. Me gusta montar mi caballo a pelo.

4- Referido a cosas o personas, de poca categoría. Persona de medio pelo, el medio pelo.

5- Persona con arrojo o valentía, osada, atrevida. En este caso se dice ‘de pelo en pecho’. Esas aventuras son sólo para hombres de pelo en pecho.

6- Carencia, nada. Así se ve tu amigo, pero no tiene un pelo de tonto.

7- ‘No tener pelos en la lengua’, cuando se tiene el arrojo de decir las cosas sin tapujos, sin disimulo. Cuando le tocaba opinar, no tenía pelos en la lengua para decirle sus verdades, así, de frente.

8- Cuando los pelos o vellos se erizan por sensación de frío, horror, o cualquier otra cosa estremecedora. Nomás de ver la escena dantesca se me pusieron los pelos de punta.

9- Sobrepasar por un pequeño margen lo que se requiere. Gané la carrera por pelos. Por un pelito y no supera la meta.

10- Soltarse alguien el pelo. Hablar o hacer cosas sin temor a lo que piensan los demás. Nomás ve el jolgorio y se suelta el pelo.

11- Tirarse uno de los pelos. Sentir arrepentimiento por cierta cosa o acción. Cuando recuerdo la oportunidad que perdí, me tiro de los pelos.

12- Se dice ‘tomar el pelo a alguien’, cuando se burlan de él o lo engañan. El vendedor me quiso tomar el pelo.

‘Cabello’ y su etimología 

‘Cabello’ proviene del latín căpillus (nominativo singular) y su acusativo căpillum, que significa ‘cabello’, ‘cabellera’, término ya escrito por el comediógrafo latino Plauto (siglos III-II a. C.). Capillus promissus (Julio César), ‘cabello largo que cuelga’; compti capilli (Cicerón), ‘cabello cuidadosamente peinado’. También se usó el término para designar ‘la fibra, las hebras o pelusa de plantas’, ‘los pelos de la barba’ y al ‘pelo de los animales’, pero parece que esto último ya no se usa, o al menos nunca he leído o escuchado sobre los cabellos de un lobo o de un oso, una cabra, mucho menos de una abeja.

Referente a căpillus, aplicado al pelo de los animales, se escribió, por ejemplo: c. cuniculi (del conejo), c. apum (de la abeja), c. haedi (de la cabra).

căpillus, căpŭt + -illus

Muchas fuentes dicen que căpillus (cabello, pelo) es un diminutivo de la palabra căpŭt (cabeza humana o de cualquier animal), por lo tanto, căpillus podría traducirse como ‘cabecita’, ‘pequeña cabeza’; formado por caput más el sufijo diminutivo -illus, -illum, como en la palabra oscillum, ‘mascarilla que se colgaba de un árbol en honor a Baco o a Saturno’, o en bacillum, ‘bastoncito, báculo’. Sin embargo, tal explicación parece que no es aceptada por todos los etimólogos.

Si capillus tiene relación con caput, genitivo capitis, entonces es probable que ambos términos compartan la misma raíz indoeuropea *kaput- (cabeza). De esta hipotética raíz se han originado palabras como: bacalao (según esta fuente), cadete, capo, chef, capital, capitán, capítulo, caudillo, bíceps, tríceps, decapitar, occipucio, capilar y capilaridad. Obviamente estos dos términos son una derivación directa de capillus. 

Según el lingüista De Vaan (p. 89), “desde el punto de vista semántico (significado de la palabra), la derivación de căpillus como ‘cabello de la cabeza’, a partir de caput + -illus, ‘pequeña cabeza’, es algo difícil de aceptar”. También dice que si procede de una supuesta raíz *kaput-, debe haber originado capullus, pero no capillus. En fin, son cosas que la lingüística no ha logrado dilucidar.

De cualquier modo, conviene decir que ‘cabello’ guarda un gran parecido en otras lenguas: cheveu (francés), capello (italiano), cabelo (portugués y gallego), cabell (catalán), capiddu (siciliano), cavel (veneciano), etc.

En botánica, pelo, tricoma

En botánica también se emplea el término pelo, por ejemplo, los pelos del elote; las hojas pubescentes están cubiertas de abundantes pelos finos. Los tallos pilosos están cubiertos de  pelos. La región absorbente de la raíz tiene abundantes pelos. Los pelos de las plantas reciben el nombre de tricomas, del griego θρίξ, τριχός (thrix, trichós), ‘pelo’, τρίχωμα (tríchoma) que significa ‘crecimiento de pelo’. Otros neologismos con la misma raíz: Trichomonas, género de protozoo parásito; Trichoptera, orden de insectos que tienen alas con pelos; tricocisto, un pequeño saco en algunos protozoos que contiene una especie de púa con apariencia de pelo. Trichogramma, un género de himenópteros parasíticos usados en control biológico de insectos.

COMENTARIOS FINALES     

Ya se mencionó que los pelos son estructuras filamentosas queratinizadas de la piel de los mamíferos. Un pelo consiste de células muertas epidérmicas fuertemente queratinizadas, hechas de proteína, que crece de células vivas en su raíz.

Estructura básica de un pelo 

Un pelo es una estructura filiforme y flexible de células cornificadas, que se desarrollan de una invaginación cilíndrica de la epidermis, es decir, el folículo del pelo. Cada pelo consiste de una porción libre (la visible o externa muerta) o scapus pili, ‘el fuste’ y una raíz o radix pili embebida dentro del folículo. La porción libre (el cabello, o el vello) consiste de tres capas concéntricas de células: la cutícula o más externa; la media o córtex que forma la porción córnea principal del pelo y la que contiene el pigmento que da el color; y la médula en el centro. El grosor del pelo varía según la región donde crece (por ejemplo, los púbicos son más gruesos que los de la cabeza).

Hay regiones del cuerpo en las que nunca hay pelo: plantar, palmar, el glande, el clítoris, los labios menores, los labios de la boca.

Algunos datos numéricos

El pelo en cada parte del cuerpo tiene un periodo de crecimiento definido, después del cual se cae, de manera que en el humano adulto hay una pérdida y reemplazamiento constante (se caen entre 70-100 al día). Los pelos de las cejas y las pestañas crecen durante unos 70 días, luego descansan por unos 2-4 meses y se caen; en cambio los de la cabeza crecen por 2 a 6 años, lo que explica porqué una persona que no se lo corta en mucho tiempo, puede desarrollar una cabellera hasta abajo de la cintura.

En promedio (con notables variaciones), el cuero cabelludo de un humano adulto tiene unos 100 000 cabellos (unos 150 por cm² de cuero cabelludo), y, en un momento dado, un 80-85% se encuentra en crecimiento activo y un 15-20% ya no crece. El total de pelos en todo nuestro cuerpo puede variar entre 4,5-5,5 millones, de modo que los de la cabeza son sólo el 2% del total. Nada más la cara tiene unos 600 vellos por cm², en algunas personas más visibles que en otras. 

En realidad el ritmo de crecimiento del pelo presenta variaciones notables, cuyo rango oscila entre 0,4-0,8 mm al día; así que en los casos de mayor velocidad de crecimiento (0,8 mm diarios), una persona puede poseer en seis años sin corte de pelo, una cabellera de unos 170 cm de largo, hasta sus talones y algo más. Obviamente alguien cuyo pelo crece con mayor lentitud, nunca desarrollará una cabellera tan larga.

La quimioterapia y la pérdida de pelo

La quimioterapia es unos de los tratamientos aplicados a los enfermos de cáncer, y estos fármacos interrumpen el ciclo de vida de las rápidas divisiones de las células cancerosas. Pero, por desgracia, estas drogas también afectan otras células del cuerpo con elevada velocidad de división, como las células que generan el pelo. Esta es precisamente la razón por la que las personas sometidas a quimioterapia anticancerosa, experimentan la caída del cabello, pero como ya sabemos que siempre hay un 15% de pelos que ya no crecen, entonces el enfermos pierde el 85% y se queda con el 15 restante, o sea, no queda totalmente pelona. Una vez que se suspende el tratamiento, se restablece la actividad y se recupera el pelo.

Bien pudiera seguir tratando otras cosas sobre el pelo, pero se alargaría excesivamente el artículo… Recordemos que el estudio del pelo es parte de la dermatología o el estudio de la piel y sus anexos.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 20 de marzo de 2023.

Categoría: ciencia, varios

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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