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lóbrego, lubricante

Definición

El término lóbrego y su femenino lóbrega es un adjetivo que significa ‘oscuro’, ‘tenebroso’; también ‘triste’, ‘melancólico’ (DLE 2020).

Etimología de ‘lóbrego’

procede del latín lūbrĭcus, a, um (Gaffiot p. 922), que significa ‘escurridizo’, ‘resbaladizo’, ‘lúbrico’, ‘peligroso’, ‘arriesgado’, ‘inseguro’, ‘vacilante’, etc. Por lo tanto, lóbrego está relacionado con las palabras ‘lubricante’ y ‘lubricar’, derivados del verbo lubrico, lubrcāre o ‘hacer vacilar’, ‘poner algo resbaladizo’, precisamente lo que hacen los lubricantes para que las piezas de una máquina se deslicen o resbalen entre sí.

Con lūbrĭcus se pueden citar algunas expresiones del latín clásico: lubrica adolescentiae via (senda peligrosa para los jóvenes, Cicerón), lubrici pisces (peces que se deslizan entre las manos, Plinio el Viejo), lubrica vallium (los malos pasos de los valles, por lo resbaladizo del terreno, Apuleyo), lubrica fata (lo incierto del destino), porque en nuestra ruta de la vida, podemos resbalar a quién sabe que derroteros ¿Verdad?

Nexos indoeuropeos

Lūbrĭcus y lubrcāre son vocablos latinos que tienen relación con la forma sufijada *sleub-ro- de la raíz indoeuropea *sleubh-, *sleub(h)-, según la relación del lingüista Pokorny en su página 963. Raíz vinculada a palabras en inglés como sleeve (manga de camisa), slip (escurrirse), lubricate (engrasar, lubricar), etc.

El diccionario español-latino de Antonio de Nebrija de 1495 dice: “lobrego. Lugubris.e. Miser.a.um” (de misera miser = ‘desgraciado’, ‘lamentable’, ‘triste’, ‘que inspira compasión’, ‘pobre’, ‘enfermo’).

En definitiva lóbrego encierra un significado etimológico de ‘peligroso’, ‘arriesgado’, ‘resbaladizo’, ‘inseguro’, por eso se relaciona con algo sombrío, oscuro, lúgubre, inseguro. Se me ocurre la siguiente frase: “andar por las lóbregas sendas de los caminos del bosque, sin saber con certidumbre mi suerte”.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 30 de junio de 2020.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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