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tumor, neoplasia, tumefacto, túmido

¿Qué es un tumor?

Un tumor es un crecimiento circunscrito y anormal de tejido, que resulta de la multiplicación descontrolada y progresiva de células que no tienen una función concreta. También se llama neoplasia, un neologismo del siglo XIX (en cambio, tumor es una vieja palabra latina que tiene más de dos mil años), con el significado literal de “una masa anormal o crecimiento celular nuevo”, que puede ser maligna o a veces benigna. La palabra tumor también puede referirse a cualquier parte del cuerpo tumefacta (hinchada, que se agranda) en el humano, los animales y las plantas.

Sinónimos de tumor

nódulo, dureza, bulto, tumefacción, induración, neoplasia.

Los cuatro signos de la inflamación

La tumefacción o hinchazón (tumor) es también uno de los cuatro signos cardinales (principales) de la inflamación aguda (infecciosa o traumática). Los otros tres son dolor, rubor (enrojecimiento) y calor. Estos signos fueron descritos en el siglo I d. C., por el médico y escritor romano Aulo Cornelio Celso, quien compiló una enciclopedia sobre medicina, retórica, historia, filosofía, guerra y agricultura. La única parte que se conserva es precisamente su obra De Medicina, que fue redescubierta por el papa Nicolás V (1397-1455), el fundador de la Biblioteca Vaticana.  

Etimología de la palabra tumor

El vocablo tumor es un cultismo que procede del latín clásico tŭmor, tumōris, que significa ‘estar hinchado, tumefacto’; también ‘absceso’, ‘llaga’ (en escritos de Plinio el Viejo, siglo I d. C.). Asimismo, ‘agitación del alma’, ‘turbación’ (en Cicerón, siglos II-I a. C.); ‘orgullo’, ‘estado amenazante’. En retórica, ‘grandilocuencia’, ‘pomposidad’, ‘exageración’. 

En fin, indica que algo (sea «una parte del cuerpo» o “cosas del alma”, sentimientos y ciertas actitudes), están más grandes de lo normal, por eso se usó también el término con el sentido de ‘arrogancia’, ‘altanería’, ‘ampulosidad’, ‘lenguaje pomposo y solemne’. Pero esos significados se consideran arcaicos en español y en pleno desuso. Y a propósito, Tŭmōrōsus en latín clásico significa ‘henchido o colmado de orgullo’ (término usado por el escritor Quintiliano, 35-95 d. C.).

Tŭmor deriva del verbo tŭmĕo, tumēre, «estar hinchado», «hincharse», y en el plano de las actitudes, ‘estallar en cólera’, ‘irritarse’, ‘reventar de orgullo’, ‘envanecerse’, ‘expresarse de manera enfática’. La frase del poeta romano Ovidio (43 a. C.-18 d. C.) «corpus tumet veneno» (‘el cuerpo está hinchado por el veneno‘) revela el uso de este término, en su obra Metamorphōseōn librī (El libro de las Transformaciones, Libro III, 33).

Nexos indoeuropeos del vocablo tumor

Tŭmor se vincula a la raíz indoeuropea *teuǝ- (forma antigua *teuh2‑) con el significado de ‘hincharse’, ‘incrementarse’. También en latín: tuber (tumor), de donde derivan tubérculo, tuberoso y tuberculosis. En griego: σω̃μα = soma (cuerpo), de donde palabras como somático, autosoma y cromosoma; τύλος = týlos (callo, induración circunscrita como una nudosidad), etc. Términos como tumba, túmulo, tumescente y otros, también se asocian a esta misma raíz. 

Tumor-neoplasia, términos con diferente origen

Mientras que el vocablo milenario tumor hace referencia a la tumefacción o agrandamiento de los tejidos, el neologismo (nuevo término) decimonónico neoplasia se refiere, no a la inflamación, sino al hecho de que se trata de una nueva formación celular. Veamos:

El tecnicismo médico neoplasia se documenta en 1863 como néoplasie en francés, luego, en 1864 en inglés (neoplasm) como sinónimo de ‘tumor’, y en 1871, también en inglés neoplasia.

Elementos lingüísticos del vocablo neoplasia

Para acuñar el término neoplasia, se unieron dos componentes lingüísticos tomados del griego antiguo:

  • Neo-, del adjetivo griego νεός = neós, que significa “nuevo”, “reciente”, que también vemos en las palabras ‘neofilia’ (preferencia por todo lo novedoso); neologismo (una palabra nueva); neoplatonismo (platonismo modificado de acuerdo a las ideas de Aristóteles); neocórtex (parte de la corteza cerebral humana filogenéticamente más reciente).
  • Plas(íā) = -πλασία, que en el argot de la ciencia, significa “cualquier material formado”, en este caso, formación de células. –Plas(íā) deriva de plásis = πλάσις, “conformación”, “algo configurado o modelado”, palabra que ha servido para crear muchos términos de reciente acuñación, por ejemplo: displasia, metaplasia, anaplasia, hiperplasia, hipoplasia, aplasia, homoplasia, y muchos otros.

ὄγκος, «una masa o bulto en el cuerpo»

Debo agregar además, que en el griego antiguo había el sustantivo ὄγκος = onkos*, que en general significaba “una masa o bulto en el cuerpo”, “algo grande o abultado”, y que, desde el siglo XIX, la ciencia médica lo ha tomado para referirse sobre todo a los tumores cancerosos o malignos. De este elemento se han acuñado palabras como oncovirus (cualquier tumor producido por virus), oncoterapia, oncogene, oncolítico (que destruye tumores), oncólisis, oncotomía (la incisión de un tumor, absceso o forúnculo), oncoma (tumor), oncología (especialidad médica que trata sobre las neoplasias, «onkos, más -logía, estudio o tratado»).

*En la palabra ‘onkos‘, la letra griega gama (γ) no se translitera como ‘g’, sino como ‘n’, debido a que está antes de un sonido velar.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 20 de abril de 2021.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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