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nariz, rinología, rinitis

Definición de ‘nariz’

La nariz es una eminencia o saliente de la cara con forma piramidal, impar y central, entre la frente y la boca. En su interior se encuentra el órgano de la olfacción, y sus dos orificios representan el inicio del aparato respiratorio. Su forma y tamaño está determinada por la lámina perpendicular del hueso etmoides y el tabique nasal, y presenta una gran variabilidad que depende de la herencia genética.

Etimología del término ‘nariz’

La palabra nariz procede del latín nāris (forma singular femenina, “cada uno de los orificios nasales”), nāres (plural femenino, “los orificios nasales”, “las narices”), y su forma vulgar naricae (narices). La forma más usada era el plural (nāres), mientras que el singular se usaba más en poesía o en prosa, pero ya en latín posclásico (siglos I-II d. C.). 

El hecho de que haya predominado el plural, se refleja en frases como: “me pegó en las meras narices”, “tápate las narices porque huele muy feo”, “no metas las narices en este asunto”, “mira cómo tuerce las narices”, “no ver más allá de sus narices”,  

En realidad el vocablo ‘nariz’ resulta del vulgarismo naricae, un cruce de nāres (las narices, los dos orificios nasales o narinas) con nāsīca (el que tiene nariz afilada, derivado de la forma más antigua nāsus): En ‘nariz’ podemos ver el sufijo latino īc, castellanizado como -iz, hacedor de sustantivos femeninos y que indica ‘instrumento’, ‘algo que hace’, como en la palabra ‘matriz’. 

Como ya lo mencioné, nāris (singular) significa ‘nariz’, ‘el olfato’, ‘órgano expresivo de sagacidad, también de desprecio y de ira’ y por lo tanto: ‘discernimiento’, ‘astucia’, ‘cautela’, ‘agudeza en lo que se percibe o piensa’. Como en la frase de Horacio naris emunctae homo (hombre de nariz fina, de buenas narices, de fino ingenio, juicioso, hombre conocedor y de buen gusto); en cambio, homo obesae naris (hombre bobo, abrutado o estúpido). También se usó con el significado de ‘zanja’, ‘tubo por donde se echa alguna cosa’.

Con el plural  nāres podemos citar las frases: nares acutae (narices finas, persona con espíritu crítico), de nare loqui (hablar a través de las narices).

Nāsus

Nāris (singular) y nāres (plural) proceden del término más antiguo nāsus (“nariz o el sentido del olfato”, “astucia”) en latín preclásico, en tiempos del comediógrafo Plauto, 254-184 a. C.). Este cambio de nasus a naris, nares se dio por rotacismo, un fenómeno que en lingüística consiste en el cambio de una ese (s) intervocálica por una ere (r), en palabras latinas. Aunque por supuesto que nāsus se siguió usando en latín clásico y posclásico. He aquí algunos ejemplos: nasus acūtus (Plauto), “nariz afilada”; nasum tentare ursi (Marco Valerio Marcial), “experimentar con la cólera de un oso”; vigilanti stertere naso (Juvenal), “hacerse el dormido”.

De nāsus, nasāl(em) en latín tardío y medieval, proceden los términos ‘nasal’, ‘nasofaringe’, ‘nasogástrico’, ‘nasoantral’ (relacionado con la nariz y el seno maxilar o antro), ‘nasoantritis’ (inflamación de la nariz y el seno maxilar), ‘nasofrontal’ (la nariz y el hueso frontal), ‘nasolacrimal’ (perteneciente al aparato formado por nariz y el aparato lagrimal), nasología, el estudio científico de la nariz y sus enfermedades, aunque tal vez es más usado el término rinología, con la raíz griega rhis, rhinos (nariz), etc.

Relación indoeuropea

Naris, nares y nasus son palabras que tienen nexos con la raíz indoeuropea *nas- (nariz), de donde parecen derivar en inglés: nostril (narina, orificio nasal); nose (nariz); nuzzle (frotar con la nariz o con el hocico); ness (en geografía, ‘un promontorio). No se han encontrado términos griegos vinculados a esta raíz.

         ῥίς (rhis), genitivo ῤῑνός (rhinós)

El antiguo vocablo griego rhinós, genitivo de rhis (‘nariz’, tanto del hombre como de las bestias) es preferido por la ciencia para acuñar términos médicos, mucho más que nāsus, nasal(em). Por ejemplo, la inflamación de la mucosa nasal se llama rinitis, en lugar de neritis o naricitis.

Con rhinós se han acuñado muchos neologismos médicos: rinalgia, rinedema, rinencéfalo, rinestesia, rinitis (recién citado), rinocefalia, rinodacriolito, rinofaringe, rinolalia, rinolito, rinomiosis, rinonecrosis, rinorragia, rinorrea ¿Te gustaría investigar el significado de cada uno? ¡Adelante!

Rinoceronte lleva el mismo componente rhinós y significa “que tiene nariz con un cuerno”, pero este no es un neologismo, sino un término griego que data del siglo II a. C.

Consideraciones finales

La nariz se divide en una porción externa y una interna. La primera consiste de una armazón de hueso y cartílago hialino, cubierto con músculo y piel, recubierta por dentro por una membrana mucosa. Los huesos frontal, nasales y maxilares forman la estructura ósea externa. Los huesos nasales son pares y se unen en la línea media formando parte del puente o dorso de la nariz. El resto del tejido de sostén es cartílago.

Las estructuras internas de la porción nasal externa tiene tres principales funciones: a) calentar, humedecer y filtrar el aire que penetra a las vías respiratorias; b) detectar estímulos olfativos (olores); c) modificar las vibraciones del habla, cuando pasan a través de las largas y huecas cámaras de resonancia.

En los mamíferos la nariz se encuentra por encima del hocico y tiene forma y tamaño variables. Destaca el caso de los équidos (caballos, asnos, cebras) que poseen orificios o ventanas  nasales dilatables (el cerdo los tiene rígidos) que permiten al animal abrirlos cuando hacen un ejercicio excesivo. Esos grandes orificios dilatables se llaman ollares. Ollar proviene del gallego ollo que significa ‘ojo’ (probablemente porque abren los ollares como grandes ojos); en portugués olho significa ‘ojo’, del latín oculus (ojo, vista).

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 6 de septiembre de 2021.

Categoría: ciencia, cultismos

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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