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¿Qué es una herida?

Una herida es la lesión, el corte o rotura de la continuidad de las estructuras corporales, como la piel, las mucosas (oral, vaginal, rectal) u otros tejidos internos causadas por violencia, traumatismo, quemaduras, cirugía u otros procesos patológicos.

Dentro de esta definición general caben muchas subdivisiones, teniendo en cuenta y agrupando las diversas formas de violencia o daño tisular. 

El término se aplica a personas, animales o plantas. Así como se produce una herida cuando nos cortamos un dedo, los árboles también son heridos cuando, por ejemplo, los raspamos, los podamos, los injertamos o sufren el efecto violento del viento, rayos, etc.

Arturo sufrió una herida de bala. El cadáver presenta múltiples heridas por arma blanca. Todavía me duele la herida por la cirugía a la que fui sometido la semana pasada. El árbol presenta heridas por la quebradura de sus ramas.

Las heridas del alma

En sentido figurado, una herida del alma es cualquier daño o sufrimiento que afecta el sentimiento o el honor de una persona. Por ejemplo, agravios, amarguras, ultrajes, pesares, decepciones, desamores, penas, fracasos, frustraciones, desilusiones, desencantos, traiciones. Bueno, no me quiero poner patético, pero he vivido esas cosas más de una vez ¡Afortunados los que nunca han pasado por ellas!

Las cicatrices 

Así como las heridas corporales, las heridas del alma dejan una cicatriz, del latín cĭcātrix, īcisun cultismo que significa “cicatriz”, ‘marca que deja una herida, rasguño o excoriación’; también ‘alguna vivencia especialmente desagradable o dolorosa’. Cĭcātrix es un término atestiguado desde el siglo III a. C. (latín preclásico y quizá arcaico), y de origen indoeuropeo algo dudoso.

Tu desprecio e indiferencia me ha causado una gran herida en el alma. No quiero herir susceptibilidades, pero tengo que proceder contra el asesino.

Solución de continuidad

Una herida puede también expresarse por la locución adverbial “solución de continuidad”, es decir, la “interrupción o pérdida de la continuidad en una superficie”. “Pérdida en la integridad de cualquier tejido vivo”. Si alguien es herido por una bala, presenta una solución de continuidad en la piel y órganos internos que han sido afectados. Si se fractura el fémur, es el hueso el que presenta una solución de continuidad.

Esta locución se documenta en francés como solution de continuité, en La Chirurgie del anatomista y cirujano francés Henri de Mondeville (1260-1320), desde los inicios del siglo XIV (1314) para denominar llagas y fracturas corporales.

Solución, del latín solūtio, onis (separar, desatar, acción de resolver un problema o dificultad), del verbo solvo, solvere (separar, desunir, desatar).

Continuidad de contĭnuitās,ātis (continuidad), del adjetivo continuus, (no interrumpido), del verbo contineo, ere (abarcar, unir). En cambio feria (fiestas a donde concurre mucha gente)

Origen de ‘herir’

‘Herir es un verbo que proviene del latín fĕrĭo, ferīre, en donde la letra efe se hizo hache, del mismo modo que folia, plural de fŏlĭum, genitivo singular folīi (hoja de los árboles y de cualquier planta), se transformó en hoja y fames (deseo de comer, miseria) en hambre.

En realidad el verbo ferīre no tenía exactamente el significado concreto o exclusivo de lo que ahora entendemos por “herir”, o el sustantivo “herida” (una disrupción traumática de cualquier parte del cuerpo), sino que esencialmente tuvo la connotación básica de “golpear”, en el sentido más amplio del término: una puerta, un adversario, un muro, una moneda (al acuñar se necesita golpearla para imprimir la figura), cualquier víctima. También inmolar, despojar a alguien de algo, engañar, etc.

Palabras con un significado semejante o relacionado, no necesariamente sinónimos

Caedere (cortar, herir, matar, derribar); cadere (caer, desplomarse, sucumbir, la puesta del sol, morir), váse la entrada ‘cadáver’; fallere (hacer resbalar, eludir, violar); percutere, (herir, golpear); pulsare (golpear, echar, de pellere herir, golpear); tundere (tundir herir, golpear repetidamente); verberare (herir, maltratar, golpear de verber o verbera (látigo, palo para golpear); vulnerare (herir de vulnus golpe o herida recibida).

Herida

El sustantivo femenino “herida” es el participio pasivo o pasado del verbo “herir”, ya atestiguado en castellano medieval (c. siglo XIV); formado por el verbo ferīre antes citado, más el sufijo -ida que forma sustantivos a partir de verbos de la segunda y tercera conjugación, con el significado de acción o efecto. Con -ida tenemos palabras como sacudida, partida, acometida, medida, aludida, mordida, despedida; todas son sustantivos derivados de un verbo (partida de partir, despedida de despedir… herida de herir).

Origen indoeuropeo de fĕrĭo, ferīre (herir)

Los indoeuropeístas relacionan este verbo latino con la raíz IE *bher-3  que significa ‘cortar’, rasgar, ‘rasguñar’, vinculada a muchas palabras en diversas lenguas: latín foro, forare (perforar);. Griego: φάρσος = phársos (una porción de algo que ha sido cortado; Φάρυγξ = phárinx (faringe, tal vez porque por ahí pasa alimento que ha sido cortado con los dientes); φάρος = pháros (arado, quizá debido a que corta ¿hiere la tierra?).

HERIDAS ABIERTAS Y HERIDAS CERRADAS

En términos muy generales, pueden distinguirse las heridas abiertas, que consisten en una disrupción o ruptura traumática de la piel o las mucosas —especialmente la oral, vaginal y rectal—, que pueden penetrar tejidos más profundos y están expuestas a procesos infecciosos. 

En cambio, las heridas cerradas, no involucran daño a piel y a las mucosas arriba mencionadas, sino que se producen internamente, de modo que los tejidos afectados no están expuestos al exterior. Por ejemplo, una fractura ósea (salvo que sea expuesta), una úlcera esofágica, gástrica, duodenal, etc.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 15 de agosto de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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