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árbol, arbusto

Definiciones de ‘árbol’, ‘arbusto’

Un árbol es una planta leñosa perenne (que vive más de dos años), con un tallo principal o tronco, el cual desarrolla muchas ramas generalmente a cierta altura arriba del suelo. Los árboles son las plantas (reino Plantae) más grandes que existen. Forman parte del grupo de las plantas vasculares: a) las pteridofitas o plantas sin semillas, ‘helechos arborescentes’; b) gimnospermas, plantas con semillas desnudas, ‘coníferas, cícadas y ginkgos’; c) angiospermas, plantas con flores y semillas cubiertas, ‘roble, manzano, ahuehuete, ciprés’. 

Un arbusto es también una planta leñosa, pero más pequeña que un árbol (por lo regular, su altura no es mayor a 5-6 m). Usualmente con muchos tallos separados que surgen de o muy cerca del suelo. Tienen muchas características que comparten con los árboles, pero son de talla más modesta. Ejemplos: muchas plantas del género Rhododendron, como las azaleas o azáleas, como las llamamos en México; la hortensia (familia saxifragáceas); gardenias (familia rubiáceas), etc.

Etimología del término árbol  

La palabra ‘árbol’ proviene del latín clásico arbŏr (diccionario Gaffiot p. 153), genitivo arboris y arbōs en sentido poético (principalmente en las plumas de Virgilio y Ovidio), cuyos significados son: a) ‘árbol’, b) arbore mali, ‘el mástil o árbol de una embarcación’, c) ‘el madero o viga de un lagar (recipiente donde se pisa la uva, donde se prensa la aceituna o se machaca la manzana para obtener la sidra); d) nombre de cierto pez marino.

Algunas expresiones con arbor

Arbor novella (Cicerón), ‘árbol nuevo, arbolito’, de novellus, ‘árboles recientes’.

Arbor infelix (Livio), ‘la horca’, de infelix, ‘triste’, ‘desgraciado’, ‘siniestro’, ‘funesto’.

Arbor fici (Cicerón), ‘la higuera’.

Arbor Pelĭas (Ovidio), ‘el navío Argos’, por Πελίας (Pelías), un semidiós de la mitología griega, monarca que mandó a Jasón en busca del vellocino de oro.

Arbŏres felīces (Plinio), árboles frutales, de felicitas, ‘prosperidad’, ‘suerte’.

Arbŏre dejēcta quivis ligna collĭgit (sentencia o adagio), ‘del árbol caído todos hacen leña’. Adagio que aún pervive.

Los dioses tenían su propio árbol:

  1. A. Phoebi, ‘el laurel’, árbol consagrado a Febo (brillante), epíteto del dios Apolo.
  2. A. Palladis, ‘el olivo’, dedicado a Palas.
  3. A. Jovio, ‘el roble’, el árbol de Júpiter.
  4. A. Herculea, ‘el álamo’, dedicado a Hércules.

Por metonimia arbŏr se usó para nombrar algunas cosas hechas de madera.

Origen del término arbŏr (árbol)

Aunque muy discutible, algunas fuentes dicen que por rotacismo, arbŏr procede de la forma alternativa arbōs, del protoitálico *arðōs, término hipotético emparentado con el latín arduus (erguido, alto, elevado, escarpado, de donde proviene la palabra ‘arduo’, algo difícil, que presenta muchas dificultades y requiere de mucho esfuerzo y dedicación). En este caso, una planta de gran altura. 

Probablemente relacionado con la raíz PIE *h₃erdʰ- (quizá con el sentido original de ‘verticalidad’, después ‘alto’, ‘crecer hacia arriba como un árbol’). Aunque existe el inconveniente de que todos los vocablos derivados de esta hipotética raíz significan ‘alto’, ‘vertical’, ‘erguido’; así que tal vez arbŏr (árbol) sea una voz de un origen mucho más antiguo, y no tenga nexos con esta raíz. Sugiero al lector que consulte al lingüista De Vaan (página 50) en este enlace.

δένδρον = déndron

Los griegos de la antigüedad tenían la palabra δένδρον = déndron, (genitivo δενδρέων) que significa ‘árbol’. Término que no comparte relaciones indoeuropeas con el vocablo arbŏr (árbol) latino.

Origen de la palabra arbusto (arbustum)

Arbusto procede de arbustum (contracción de arbosetum, de arbos) que significa ‘lugar donde se plantan árboles, ‘plantación de arbustos’, especialmente cuando sirven de espalderas para la vid’, ‘una huerta’, ‘plantación’, ‘viñedo plantado además con árboles’. 

De arbustum deriva arbosetum (o arboretum, de  arbŏr), ‘lugar con abundantes árboles que han sido plantados’. Del mismo modo que de salix (sauce) derivan salicis, salicetum, salictum (sausal).

Dos frases latinas del poeta y filósofo romano Lucrecio del siglo I a. de C. donde se hace referencia al plural ‘árboles’

  • E terrāque exorta repente arbusta salirent (árboles que brotan repentinamente de la tierra, como disparados).
  • Florescunt tempore certo arbusta (los árboles florecen al tiempo señalado).

Plinio el Viejo (siglo I d. C.) escribió: arbusta vitis for arbustiva (sujetado a un árbol o encauzado sobre él). También para este autor, vitis arbusta es la vid maridada o enlazada a un árbol. También usó el verbo arbusto, arbustare o plantar árboles: arbustare agros populo, ‘plantar un campo de álamos’. 

Para Isidoro de Sevilla, un ‘arbusto’ era un arbolito, un pimpollo o árbol muy joven. Seguramente desde entonces ‘arbusto’ comienza a significar algo así como un árbol, pero más pequeño y de consistencia menos recia.

Arbusto toma su significado actual en la Edad Media 

Sin embargo, fue el polímata alemán, seguidor de las obras aristotélicas Alberto el Magno, Albertus Magnus (siglo XIII), quien usa la palabra ‘arbusto’ ya con el pleno significado actual en sus escritos sobre botánica. Se llama mata a un arbusto cuya altura no pasa de un metro.
En conclusión, arbusto es una palabra que significa ´planta de menor tamaño que un árbol’, porque procede de arbustum, arburetum y el verbo arbusto, arbustare, vocablos que se refieren a un conjunto de árboles plantados o a plantarlos, lo que en general hace referencia a árboles de escaso desarrollo, de baja altura, porque apenas iniciarán su crecimiento. 

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 6 de enero de 2022.

Categoría: cultismos, varios

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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