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Tierra

Introducción

La Tierra es el quinto planeta más grande del Sistema Solar y el único conocido que alberga vida tal y como la conocemos. Es el tercero en orden de la distancia media al Sol; sólo Mercurio y Venus están más cerca. Nuestro planeta se encuentra en promedio a 150.000.000 km del Sol. A esta distancia se la llama Unidad Astronómica (UA). La Tierra tiene una luna o satélite natural, mientras que Mercurio y Venus carecen de lunas.

"The Blue Marble" photograph of Earth, taken by the Apollo 17 mission. The Arabian peninsula, Africa and Madagascar lie in the upper half of the disc, whereas Antarctica is at the bottom.
«La esfera azul». La primera vista completa de la Tierra, fotografiada desde la nave Apolo 17, por astronautas que iban rumbo a la Luna en diciembre de 1972. En este tipo de imágenes de la tierra se puede ver África completa, con la región del Sahara sin nubes, mientras la porción central con nubes abundantes sobre la región selvática del continente. Wikipedia.

Etimología del término ‘tierra’

La palabra tierra procede del latín terra, que significa ‘la tierra’, ‘el globo terrestre’, ‘la tierra como materia elemental’, ‘la superficie de la tierra o el suelo’, ‘el continente en oposición al cielo y al mar’. Ejemplos de expresiones latinas de la antigüedad: terra motus (terremoto, temblor o sacudida de la tierra, de motus, ‘movimiento’, ‘agitación’); iter terra petere (‘hacer la ruta por tierra’, de peto, petere, ‘tomar un camino’ e iter, ‘trayecto’, ‘camino’); orbis terrarum (‘el globo terrestre’, de orbis, ‘globo terráqueo’, ‘círculo’, ‘disco del Sol o de la Luna’).

De terra derivan palabras como: terrulentus (‘terrestre’, de la tierra); terrōsus (‘terroso’, color tierra); terrŭla (diminutivo de tierra, ‘un rinconcito de tierra’); subterraneus (‘subterráneo’); mediterraneus (‘medius-terra’, que se encuentra en medio de tierras), precisamente la ubicación del mar Mediterráneo, al sur de Europa y al norte de África. Con terra y sus derivados existen muchos vocablos, entre otros: terrateniente, terraplén, territorio, extraterrestre, terremoto, terrícola, terrenal, terrario (de terrarius, ‘en plena tierra’), Mediterráneo, enterrar, terreno, terrier (raza de perros), Terranova (Tierra Nueva), desterrar, subterráneo, terrestre, Inglaterra, etc

Vínculos indoeuropeos con la palabra ‘tierra’

Terra probablemente proviene de la hipotética raíz protoitálica *tersa- (tierra), *terso- (área), a su vez derivado del protoindoeuropeo *ters- (seco, sediento, secar, que Pokorny tiene en la página 708). Raíz también vinculada al vocablo griego ταρσός = tarsós, que significa ‘armazón plana de cestería que originalmente se usaba para secar quesos, y por extensión, una superficie plana como la planta (el tarso) del pie con numerosos huesos o el tarso de los párpados por tener muchas pestañas en hilera, como la superficie de cestería de los griegos. Este sentido se lo dio el médico griego Hipócrates (s. V a.C.). En latín, el verbo torreo, torrere (asar, abrasar, tostar, de donde procede torrencial y tórrido). Tir en antiguo irlandés (seco, territorio). Thirst (sed) y thyrsty (sediento) en inglés también se relacionan con *ters-.

Datos históricos de interés

Las primeras imágenes de la tierra o el terreno que pisaban los hombres primitivos los llevaron a la idea de que era plana, con irregularidades o accidentes, como montañas y depresiones; una plataforma rígida en el centro del universo (geocentrismo, puesto que veían que todos los astros (estrellas, Sol, Luna, planetas) “daban vueltas” en el cielo alrededor de esa plataforma. Pero ya en el siglo VI a. C., algunos estudiosos griegos de la antigüedad como Pitágoras (¿580-500? a. C.) superó esta idea simplista al imaginar que la tierra podía ser acaso una esfera, al ver cómo las naves en el mar parecían hundirse bajo el horizonte cuando se alejaban; también al observar que si se viajaba hacia el norte o hacia el sur la posición de las estrellas cambiaba con respecto al horizonte, y que en los eclipses lunares la sombra de la tierra era curva.

Aristóteles también sostiene hacia el año 330 a. C. que la Tierra es esferoidal al advertir que algunas estrellas y constelaciones pueden verse solamente si se viaja al sur, argumentando que si fuera plana la imagen del cielo mostraría las mismas estrellas desde cualquier parte. Asimismo, Eratóstenes hizo el primer intento por calcular la circunferencia terrestre por el año 240 a. C., al notar que cuando el sol estaba en la vertical (cenit) sobre Syene (ahora Asuán, al sur de Egipto), se encontraba 7° al sur de la vertical sobre Alejandría (norte de Egipto), en la misma fecha y la misma hora. Usando este ángulo y conociendo la distancia entre las dos ciudades, calculó el radio terrestre con una precisión muy alta para su tiempo.

Edad Moderna

Sin embargo, el conocimiento de que la tierra es una esfera casi perfecta tuvo aceptación generalizada hasta la Edad Moderna. De cualquier forma, la versión de que durante los viajes de Colón desde Europa a América, a fines del siglo XV se desconocía este hecho, es falsa, pues justo unos 2020 años antes, Pitágoras comenzó a sospechar la redondez del planeta. El geocentrismo (la tierra como centro del universo), teoría consolidada por el astrónomo griego Ptolomeo del siglo II d.C., fue absolutamente desechado con los estudios de Nicolás Copérnico, Johannes Kepler y Galileo Galilei durante los siglos XVI-XVII, cuando surgió el heliocentrismo (el sol, centro del universo).

Datos numéricos, diámetro de la Tierra y edad estimada

Nuestro planeta tiene una edad de unos 4500 millones de años, aunque otras fuentes la estiman en 4600 (el Sol es unos 100 millones de años más viejo) y las primeras formas de vida fueron probablemente bacterias, que aparecieron hace unos 3800-3500 millones de años. Su forma es de un esferoide achatado o aplanado en los polos, por ello, el diámetro ecuatorial es de unos 12.756 km y unos 40.075 km de circunferencia, mientras que el diámetro polar es de 12.713 km y unos 40.008 km de circunferencia, con un achatamiento polar de 1/298 = 0,003356.

Su área es de unos 510 millones de km ², de la cual, el 29,1% (148,9 millones de km ²) es tierra firme y el 70,9 % (unos 361,7 millones de km ²) es agua (océano).

La Tierra gira alrededor del Sol en una órbita casi circular (ligeramente elíptica) de unos 958 millones de km a una velocidad media de ¡107 200 km/hora! o 29,77777 km/seg y gira diariamente sobre su eje a una velocidad ecuatorial aproximada de ¡1667 km/hora!

Inclinación del eje terrestre y su relación con el eje de rotación y el plano orbital. Wikipedia 6 de septiembre de 2020.

Tierra-tierra, Sol-sol

Nótese que escribo Tierra con mayúscula cuando me refiero a ella en contextos astronómicos y geológicos, pero cuando decimos por ejemplo: “quita la tierra a tus zapatos” o “remueve bien la tierra”, debe ir con minúscula. Lo mismo sucede con el Sol, si lo escribo tratándose de un cuerpo celeste, pero si digo “mete al caballo por que el sol está muy molesto” o “me gusta que el sol penetre por la ventana todas las tardes”, se anota con minúscula porque la palabra está utilizada con un sentido coloquial o informal.

Lectura sugerida:

Chernicoff Stanley & Donna Whitney. 2007. Geology. pp. 268-287. USA. Edición impresa. Consulta del 20 de agosto de 2020.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 20 de agosto de 2020.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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