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abrumar, abrumado, abrumador, curar

El término abrumar no tiene relación etimológica con ‘bruma’ ni con ‘bromo’

La palabra abrumar o agobiar no tiene relación etimológica ni con el término ‘bruma’ (niebla ligera), ni con el elemento químico ‘bromo’, que ya han sido explicados en este mismo sitio.

Definiciones de abrumar…

  • Abrumar es un verbo referido a cuestiones psíquicas, que esencialmente significa: a) ‘someter a alguien a una pesada carga de trabajo, obligaciones, deberes, funciones, responsabilidades; b) producir consternación, pena, tristeza, desolación, pesadumbre, dolor, aflicción; c) ‘someter a una gran presión o agobio material o moral’; d) anonadar o desconcertar’. Me abrumó con tantas preguntas. El exceso de quejas y reclamos me abruman. 
  • Abrumado es el participio (forma no personal) del verbo abrumar. Estoy verdaderamente abrumado por la excesiva carga de trabajo. Se siente abrumado por tantas deudas.
  • Abrumador (adjetivo), femenino ‘abrumadora’ es todo aquello que abruma o agobia. Tantas vicisitudes resultan abrumadoras. 

El verbo abrumar deriva de brumar

abrumar viene del verbo brumar: “magullar, golpear con violencia un tejido orgánico, pero sin ocasionar heridas”; finalmente de broma: “situación o cosa molesta o pesada”, “acción de ridiculizar, bulla, burla”.

Abrumar < brumar < broma < antiguo griego βρῶμα 

Broma es un derivado directo del griego antiguo βρῶμα = brôma, que en origen significa “alimento”, “la comida”, de donde la palabra ‘bromatología’ o la ciencia de los alimentos. Pero  βρῶμα también se aplicó en la antigüedad con el sentido de ‘úlcera cancerosa y molesta’, ‘la herida que produce’’, ‘acción de devorar‘, ‘un diente con caries’, ‘carcoma, roedor que está comiendo’. Βρῶμα procede del verbo e βιβρώσκώ bibrṓsko, βιβρώσκειν bibrṓskein, ‘devorar’, ‘alimentarse con avidez’, atestiguado desde la Odisea de Homero, hace unos 2800 años.      

βρῶμος (bromos)

Βρῶμος es un término muy parecido que significa ‘hedor’, ‘olor repugnante’, aplicado especialmente a las bestias cuando andan en celo y se concentran en el bramadero, y fue tomado para poner el nombre al elemento químico “bromo” por su desagradable olor (véase la entrada ‘bromo‘).

Malestar, herida, dolor, sufrimiento

Precisamente de esos significados que revelan malestar, herida, dolor y sufrimiento, es de donde toma el sentido que tienen nuestras palabras, broma, brumar y abrumar ¿Quién no se siente a disgusto, enfadado, molesto, que lo están carcomiendo las excesivas cargas cuando está abrumado?

Baruc 6.11

El libro de Baruc (no figura en el canon judío), que hoy sólo se conserva en la traducción griega de la Septuaginta o LXX, cita en 6.11:

“Y estos dioses no pueden defenderse de la herrumbre ni de la polilla (βρῶμα)”.

“Aunque están envueltos en ropas de púrpura, no están a salvo del óxido y la corrosión”.

“Sin embargo, aunque estos dioses estén ataviados con vestiduras púrpuras, no pueden protegerse de los daños causados por la corrosión y los insectos”…

Puedo agregar: nadie, por más talentoso y trabajador que sea, puede estar a salvo de sentirse alguna vez abrumado, rebasado por el excesivo peso de las obligaciones, deberes o adversidades. Lo he vivido.

Algo más sobre abrumar, abrumado, abrumador

1- El verbo abrumar (a- + –brumar) lleva, en primer lugar, el elemento inicial a- (del latín ad-, ‘dirección’ o ‘tendencia’) ‘que tiende a’, ‘hacia’, pero en este caso indica: ‘causar’, ‘hacer que suceda o que sea’, como en ‘acabalar’ (completar) y ‘asegurar’ (hacer que algo o alguien quede seguro), ‘confirmar’. Más la terminación -ar, propia del infinitivo de los verbos de la primera conjugación, como en ‘brumar’, ‘amar’, ‘ganar’, ‘lograr’, ‘tomar’ y… ‘cuidar’, del verbo latino curo, curare, ‘ocuparse de’, ‘cuidar’, del mismo modo que un cura cuida su parroquia y un médico cuida y se ocupas de su paciente.

2- El participio abrumado contiene la terminación -ado que indica: ‘que recibe la acción de un verbo’, ‘que está caracterizado o posee cierta cualidad’. Como en ‘lavado’, ‘perfumado’, ‘atormentado’ y ‘alimentado’. Entonces abrumado es aquel que ha recibido la acción o efecto del verbo ‘abrumar’ (agobiar). Del latín -atum, el acusativo de –atus, con el significado de ‘que recibe la acción’, como catenatus (encadenado), de catenare (encadenar), de catēna (cadena).

3- En el adjetivo abrumador encontramos la terminación -ador, ‘que hace, realiza o actúa’, por ejemplo, en los adjetivos demoledor, avasallador, devorador, agotador, comprometedor, estremecedor, acogedor. Entonces ‘abrumador’ es “lo que hace que alguien se abrume”, como el exceso de obligaciones o de contrariedades. -ador, del latín -ator (que provoca, que hace) de -atus (que se distingue o caracteriza por): comprecatus es el participio de comprecari (llorar en común o en instancia).

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 14 de agosto de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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