breves, cultismos
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odio, aversión, antipatía

Odio es una aversión, antipatía o rechazo intenso, especialmente hacia una persona o cosa considerada como despreciable e insoportable; es también el hecho de ser objeto de desprecio, como resultado de un acto reprobable, un oprobio.

Etimología de odio

Esta palabra es un cultismo porque se tomó en préstamo del latín, sin pasar por los cambios fonéticos de los vocablos patrimoniales. Procede de ŏdĭum (Gaffiot p. 1070), que significa ‘sentimiento de rechazo hacia algo o alguien’, ‘aversión’, ‘disgusto’, ‘enojo’, ‘antipatía’, ‘actitud hostil’; del verbo ōdī, odīsse, ‘odiar a alguien’, ‘no soportar’, ‘no ver con agrado’, ‘aborrecer’, ‘detestar’. De donde los derivados: 1) odiōsus (detestable, insufrible, que derivó en la palabra ‘odioso’); 2) odiossicus (desagradable, también funesto, triste); el adverbio odiose (odiosamente). 

En la dicción o palabra ŏdĭum podemos distinguir el verbo ōdī, más el sufijo latino -ium, una terminación de ciertos nombres neutros, derivados verbales, a veces también con un sentido diminutivo, que podemos ver en muchos términos latinos o latinizados. Algunos ejemplos: delirium (delirio), primordium (origen, comienzo), officium (servicio, como se dice, «la misa se oficiará”…), patrocinium (defensa, protección), suffugium (refugio), territorium (territorio), millenium (milenio), y muchos más. En neologismos, -ium se emplea también para el nombre de elementos o compuestos químicos, por ejemplo: barium, ammonium, magnesium, sodium, rubidium; o como diminutivo: ommatidium (ojo pequeño), oogonium, antheridium, syncytium.

Estos términos están vinculados a la raíz indoeuropea *od-2 (aversión, antipatía), también asociada a ateam (yo odio), en armenio; atol, aetol (funesto, malo), en antiguo inglés; atall (violento, feroz), en nórdico antiguo; el radical griego ὀδυς- (odus-, odys-), de donde ὀδύσσασθαι = odyssasthai (estar enojado) en griego antiguo, etc.

Frases de la antigüedad con ŏdĭum y ōdī

Como ejemplos de expresiones antiguas con ŏdĭum, se pueden citar dos del escritor latino Tertuliano: 1) neque agri neque urtis ŏdĭum me unquam percipit (nunca llegó a cansarme ni el campo ni la ciudad), 2) cum tuo istoc odio (con esos tus odiosos hábitos). Y con el verbo ōdī: 1) ōdī tempus erit quum diem oderit (vendrá un tiempo en que aborrecerá ese día), del poeta Virgilio.

Como sinónimos de odio, se pueden citar los siguientes: animadversión, rencor, aversión, abominación, antipatía, tirria, desprecio, ojeriza. Y como antónimos: cariño, afecto, amor, apego, estima, aprecio.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 28 de septiembre de 2020.

Categoría: breves, cultismos

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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  1. Muchas gracias por tus aportaciones, Profe Treviño. Yo también soy amante de este tipo de indagaciones y reflexiones. Mezclar la exposición filológica con la historia es siempre enriquecedor.

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