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mareo, mar, marea, marear

Definición de ‘mareo’

Mareo es una sensación de desfallecimiento, de sentirse cerca de un desmayo, de no tener la habilidad de mantener el equilibrio normal. A veces —no siempre— está asociado a una confusión mental, aturdimiento, visión borrosa y debilidad. Sentir como que el suelo se mueve —como cuando está comenzando un sismo— o como decimos por acá “sentir que a uno le mueven el tapete”, el suelo, pues. 

El mareo por lo general se debe a un decremento del oxígeno que llega al cerebro y a la médula espinal, causada por varias circunstancias: a) levantarse súbitamente cuando alguien está acostado o sentado; b) tener una caída repentina de la presión arterial; c) estar deshidratado; d) dar vueltas con rapidez; e) exponerse a temperaturas elevadas o al sol por un tiempo considerable; f) ver cosas muy desagradables o espantosas; g) estar muy nervioso. Cuando el mareo se ocasiona por estas causas, suele ser algo que no indica una situación grave, dura poco tiempo, casi nunca más de un minuto, nos puede suceder prácticamente a todos, aunque su incidencia tiende a aumentar con la edad. 

Pero a veces —con mucho menor frecuencia, por fortuna— los mareos pueden ser la señal de trastornos más serios, por ejemplo: anemia, ansiedad generalizada, ataques transitorios de isquemia cerebral, disritmias cardíacas, enfisema, hipersensibilidad del seno carotídeo, hipertensión arterial, hipotensión ortostática, ataque de pánico, síndrome de hiperventilación, síndrome postconcusional, etc.

Etimología de ‘mareo’

Tanto ‘mareo’ como ‘náusea’ son palabras cuyo origen deriva de situaciones en las que uno viaja o se pasea en una embarcación, básicamente a través de las aguas del mar. Nada más que mareo es un vocablo que procede del latín, y náusea llegó al español también del latín, pero a su vez fue un préstamo del griego antiguo.

Mareo proviene del verbo marear o marearse, derivado de marea, a su vez del francés marée (marea) atestiguado desde los inicios del siglo XIII. Pero marée proviene de mer (mar) voz registrada en francés desde mediados del siglo XI; finalmente del latín clásico mare (mar). Voces vinculadas a la raíz indoeuropea *mori- (mar, extensión considerable de agua). 

Español mareo (desde el siglo XIV) < marear < marea < francés marée (siglo XIII) < mer (siglo XI) < latín mare < PIE *mori- (mar).

La vocal -o al final del término ‘mareo’, forma en español sustantivos a partir de verbos que terminan en -ar, porque primero existió el verbo marear (producir una sensación de malestar y náusea) en español bajo medieval. 

Otras palabras con la vocal -o con una función semejante: bostezo de bostezar, embarazo de embarazar, hormigueo, hormiguear, renqueo, renquear, ronroneo, ronronear y trastorno,  trastornar.

Palabras derivadas de mare: amarar o amarizar, mar, marea, marejada, maremoto, mareo, mareógrafo, mareoso, marero, mareta, marinero, marino, mariscada, marisco, marisma, etc. Algunas no son de tan amplio uso, pero existen.

Diversos significados de mareo, marear, marea, marée, mer, mare

Mareo, además del significado médico arriba explicado, puede también aplicarse con los significados de: enfado, molestia, cansancio mental. ¡Tus mismas explicaciones me causan mareo!

Marear, poner una embarcación en movimiento en el mar. Vender en público. Molestar, enfadar, fastidiar. Navegar, hacer viaje por el agua. Embriagarse levemente (me mareó la copita de tequila). 

Marea, movimiento periódico de ascenso y descenso de las aguas del mar que se produce con una periodicidad de unas 12 horas, debido a la influencia gravitatoria de la Luna y el Sol. viento suave que llega del mar. Rocío, llovizna. Multitud de personas que llegan a un lugar de forma impetuosa y desordenada (de pronto vi cómo llegaba una verdadera marea de gente a ver lo que estaba sucediendo). En astronomía, la deformación superficial de un astro debida a la influencia gravitatoria que otros astros ejercen sobre el mismo.

Marée en francés significa ‘marea’.

Mer en francés quiere decir ‘mar’, es decir, masa de agua salada que cubre la mayor parte de la superficie terrestre (alrededor del 70,9 % o unos 361,7 millones de km ²) es agua de mar.

MARE, ‘el mar’

Mare, (plural maria) en latín clásico significa ‘mar’, ‘el agua del mar’, ‘agua salada’, ‘el color verde del mar’ (Plinio). La idea de algo inmenso, según algunas frases de la Antigüedad:

  • Mare Oceanus, ‘el océano’ (Gaffior p. 950).
  • Nostrum Mare, ‘Nuestro Mar’. Fue el nombre que primer recibió el mar Mediterráneo. Mediterraneum Mare, literalmente, ‘mar en medio de las tierras de Europa, África y Asia Menor’ más bien aparece en latín tardío, en Isidoro de Sevilla (siglos VI-VII d. C.).
  • Aeris magnum mare (Lucrecio), ‘el vasto océano del aire’.
  • Mare cælo confundere (Juvenal), ‘mover cielo y tierra’. Todavía se oye decir “no me importa mover cielo y tierra hasta encontrarlo”.
  • Maria et montes polliceri (Salustio), ‘prometer el oro y el moro’, ‘un mar de cosas’, o sea, prometer cosas que nunca podrán cumplirse, cosas imposibles ¿Como muchos políticos? o ¿Muchos novios… y novias? 

Mareo, vértigo

A menudo la gente confunde el mareo con el vértigo, pero son cosas distintas. Este último consiste en que la persona que lo sufre siente que todo lo que la rodea da vueltas (vértigo objetivo) o que ella es la que gira (v. subjetivo) y con frecuencia se acompaña de náuseas, vómito, nistagmo, marcha tambaleante y tinnitus o zumbido de oídos. Casi siempre es causado por trastornos del oído interno o cerebrales, lo padece sólo un 3-5% de la población, y requiere de un diagnóstico médico adecuado. 

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 12 de diciembre de 2022.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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