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Diablo, príncipe de los ángeles apóstatas

Significado de la palabra ‘diablo’

  • El diablo es el supremo espíritu del mal en la teología judía y cristiana. El enemigo espiritual y tentador de la humanidad, quién es el adversario de Dios, con poderes sobrehumanos, aunque subordinado a él, y capaz de actuar solamente por su tolerancia. Representado frecuentemente como líder o príncipe de todos los ángeles apóstatas (que renuncian a los mandatos de Dios) y como gobernante del infierno, que puede influenciar a los hombres… y mujeres, por supuesto.

Para el diablo y los ángeles perversos está preparado el fuego perpetuo, como podemos leerlo en el libro bíblico de Mateo 25:41 “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”. 

  • Aplicando el término a los humanos, el diablo es: “un hombre cruel, despiadado, con cualidades o carácter diabólico; un hombre malvado, perverso, inicuo, espantoso”. También una persona que, por sus dichos o acciones, mete cizaña, enemistad, discordia, disensión entre las personas (como más adelante lo veremos, es el significado griego original del vocablo)

Sinónimos: demonio, Satanás, belcebú, Lucifer, luzbel, el Maligno, el Archienemigo, Príncipe de las Tinieblas, la Vieja Serpiente, el Dragón.

Demonios con cuerpos y rostros grotescos. Autor Edal Anton Lefterov. En el monasterio de Rila, Bulgaria. Imagen tomada de https://en.wikipedia.org/wiki/Devil#/media/File:Devils-from-Rila-monastery.jpg

Origen de la palabra ‘diablo’

Como comentario preliminar, el significado original de «diablo» es «el que arroja la discordia, el odio y la desunión entre las personas». Pero siglos después adoptaron el término algunas religiones.

La palabra ‘diablo’ llegó al castellano del latín eclesiástico dĭăbŏlus, “el diablo”, “el espíritu de la mentira, de la calumnia”, voz atestiguada en el escritor Tertuliano (circa 160-220 d. C.), y diăbŏlĭcus era “lo perteneciente al diablo”, “diabólico” (del griego antiguo διαβολικός, ‘diabolikós’), palabra que encontramos en epístolas del clérigo y escritor italiano San Ambrosio (340-397).

De la Antigüedad griega διάβολος

El término latino dĭăbŏlus fue tomado del griego antiguo διάβολος (diábolos), que literalmente significa “que desune”, “que introduce la discordia”, “que inspira odio y envidia”, “que arroja algo entre otros”, atestiguado en Píndaro (siglo V a. C.) y Aristóteles (s IV a. C.); derivado a su vez del verbo διαβαλλειν (diaballein), que quiere decir “difamar”, “infamar”, “calumniar”, “desacreditar”, “propiciar la desunión”.

Nótese que para los griegos de la antigüedad, διάβολος no tenía el significado de «Ángel expulsado por Dios», que luego le dieron los cristianos durante los inicios del primer milenio de nuestra era. El cristianismo simplemente tomó el vocablo en préstamo.

Elementos constitutivos de la palabra

Voz formada por a) el componente διά- (diá-), “a través de”, “atravesar”, “separar”, como en las palabras: diafragma (‘lo que separa’), diabetes (‘discurrir a través de, cruzar’), diálogo (‘a través de la palabra’) y diapédesis (‘salto a través de’). Más b) βάλλειν (bállein), “lanzar”, “arrojar”, como en el vocablo ‘problema’. Entonces diábolos (el diablo) “es el espíritu maligno que arroja (-bolos, -bállein) la calumnia, para sembrar el odio y la envidia, y separar (día-, dia-) a los humanos entre sí o de Dios”.

‘Diablo’ en otras lenguas

Del latín dĭăbŏlus las lenguas romances formaron sus propios nombres (en singular masculino): español (diablo), italiano (diavolo), portugués (diabo), provenzal (diable, diabol), francés (diable). En otros idiomas indoeuropeos toma diferentes grafías, pero derivadas del griego o del latín: en ruso (дьявол), inglés (devil), neerlandés (duivel), islandés (djöfull), sueco (djävul, jävul), polaco (diabel), rumano (diabol, drac).

Διάβολος en la Septuaginta

La Septuaginta es la traducción del hebreo al griego helenístico del Antiguo Testamento (AT), hecha entre los siglos III-II a. C. Se abrevia LXX (70 en números romanos, porque según una antigua tradición, fue escrita por 72 judíos enviados a Alejandría, en 70-72 días ). En ella aparece por primera vez el término διάβολος con el significado de “adversario de Dios”, una traducción del hebreo שָׂטָן (sâtân), que quiere decir “adversario” “enemigo”, “oponente”. En el libro de Job 1:6 dice: “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás”, según la antigua versión de la Biblia Vulgata de San Jerónimo, siglos IV-V d. C.), revisada en 1569 por Casiodoro de Reina.

διάβολος aparece en la Septuaginta en vez del hebreo שָׂטָן (sâtân), y en la Vulgata, dĭăbŏlus

Este es sólo un  ejemplo, hay otros pasajes del AT con este término, por ejemplo Salmos 109, 6 («Pon sobre él al impío, y Satanás esté a su diestra»); pero no con el explícito sentido de “un ángel expulsado por Dios y que siembra la tentación y la discordia entre los hombres”, como ya se indica en el Nuevo Testamento, cuando surge el cristianismo.

En el Nuevo Testamento (NT)

El Nuevo Testamento es la Segunda Parte de la Biblia escrita durante el siglo I d. C., cuando nace el cristianismo. En él se narra la vida, ministerio y muerte de Cristo y otros sucesos posteriores. A los cristianos les pareció que la palabra dĭăbŏlus (diablo) era muy apropiada para nombrar a Satanás (nombre de origen hebreo) o al Demonio (denominación de origen griego), un ángel desterrado por Dios. Por eso vemos escrito el término en los libros de Mateo, Lucas, Juan, Hechos, Efesios, Timoteo, Santiago, Pedro, Juan, Apocalipsis. Por lo tanto, διάβολος es término que existía en la Antigüedad griega cuando menos desde el siglo V a. C., pero sin la connotación religiosa que fue tomando siglos después.

En conclusión, el diablo en el AT, es el enemigo de Dios y del bien, el causante de la ruina del hombre, pero poseyendo solamente poderes limitados y subordinado a él. Hábil para operar nada más en las formas permitidas por Dios, a quien siempre está subordinado. Difiere, por ejemplo, de Ahriman (Aríman el espíritu atormentador), el príncipe maligno del sistema dualista de los persas, quien era contemporáneo y se coordinaba con Ormuzd, el espíritu de la luz y la bondad, omnisciente (que todo lo sabe), dios de los cielos. 

Fuente:

  • Oxford English Dictionary. 1984. Edición impresa micrografiada. Oxford University press.
  • The Century Dictionary online. Vol 2. P. 1579. Consultado el 30 de julio de 2021.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 30 de julio de 2021.

Categoría: patrimoniales, varios

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

2 Comentarios

  1. Que tal Profesor, espero se encuentre bien y me presento, soy Andres, mi profesión es la informática pero un tiempo estudie teología, así mismo di servicio en mi parroquia, como ministro de la eucaristía y en el coro, claro está en busca de Dios y la paz interior, así como en busca de la hermandad, siendo sincero no fue lo que encontré en este tiempo que camine adentrado a la religión, fueron otras las perspectivas que se me presentaron, voy a ser sincero con usted, considerando su grado de preparación, conocimiento, sabiduría y madures, solo lo hice para saber si la religión que mis padres abuelos y demás antepasados profesaban y de la que tanto se publica y se hace propaganda, la correcta y la que lleva a un verdadero camino espiritual, tal vez con conciencia y aferrada ignorancia, podría decir que algunos lo logran así, pero con real conocimiento y verdadera información de lo que sucede en la religión y como se manipula, no lo creo, es por eso que al buscar la palabra «Diablo» me encontré con su página, y se me hizo muy interesante saber la etimología de la misma y de cómo realmente con su conocimiento esto da una luz diferente. Actualmente estoy en un grupo de autoayuda y sigo en busca del camino espiritual, ese que nos abre las verdaderas puertas del yo ante pa propia lucha del ego, aun no lo he encontrado porque mi espíritu aun está en el camino que confió, alguna vez podre encontrar.

    Me fue de mucha ayuda su publicación, espero leer más en su página para conocer y obtener más sabiduría.

    Un fuerte abrazo Profesor Treviño.

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