Religión, religioso, creyente, sus definiciones
No hay una definición que pueda describir todas las religiones del mundo. Para muchos, la religión es un sistema organizado de creencias, ceremonias, prácticas y cultos que se centran en un dios supremo o deidad, si se trata de una religión monoteísta, o en varias divinidades en las religiones politeístas, como el hinduismo, budismo y la santería.
Otra manera de definir la religión: Conjunto de creencias relativas a la causa, naturaleza y propósito del universo, especialmente cuando se considera como producto de la creación de un agente divino y suprahumano. Normalmente incluye acatamiento o sumisión, adoración y ciertos rituales, así como un código moral como guía de conducta. Prácticamente todas las personas que siguen alguna forma de religión creen en un poder divino que creó al mundo e influye en nuestras vidas.
Religioso o creyente
A- Una persona religiosa profesa una religión y además practica sus normas y cultos de adoración, y muestra fervor religioso, apego, devoción. En cambio, un creyente es aquel que cree o acepta que ciertas cosas (Dios, Jesucristo, los ángeles, el demonio, la santidad, etc.) son reales o verdaderas, aunque no participe de manera activa y sistemática en los rituales religiosos. Es muy común escuchar “yo creo en Dios y en la virgen María, pero no asisto a misa ni a las fiestas de la iglesia. No observo la abstinencia durante la cuaresma”.
La palabra “religioso” es un adjetivo que viene del latín clásico rĕlĭgōsus: “devoto”, “piadoso”, “religioso”, “escrupuloso”, “riguroso en el cumplimiento del deber”, “delicado de conciencia”. El término “religioso” viene del latín clásico rĕlĭgio, ōnis que en seguida explicaré.
B- “Creyente” es un adjetivo formado por el verbo “creer” más el sufijo latino -ns, -nte que forma adjetivos deverbales o participios activos, que pueden terminar en -ante, -ente o -iente, que da el significado de “el que ejecuta la acción expresada en el verbo”. Es así que creyente es el que cree, del mismo modo que oyente es el que oye (oír más -ente) y contribuyente es el que contribuye (contribuir más -ente).
El creyente es el que tiene una creencia, es decir, una aceptación o asentimiento sobre una idea, sin exigir una demostración que la valide, ya porque en sí sea indemostrable o por la firme convicción de la persona que la profesa.
«Creer» del latín credo
Creer deriva del latín credo, “yo creo”, “yo confío” y su infinitivo credĕre, “creer”, “confiar”. De donde también el nombre de la oración del Credo (creo, yo creo). Esta oración surge en el año 325 en el Concilio de Nicea en la actual Turquía. En su origen es un símbolo de la fe, confianza o seguridad, ordenada por los apóstoles.
Crédito deriva del latín creditum (deuda, crédito), del verbo credĕre (creer, confiar), porque el que otorga un crédito, cree, confía que el deudor va a pagar. ¿Y si no? Pues vienen los problemas jurídicos.
ORIGEN DE LA PALABRA “RELIGIÓN”
El término religión se documenta en español desde la primera mitad del siglo XIII, entre los años 1220-1250. Proviene del latín clásico rĕlĭgĭo, genitivo religiōnis “atención escrupulosa o cuidadosa”, “conciencia”, especialmente escrúpulo religioso, con el sentido de ser riguroso en el cumplimiento de los deberes; «sentimiento religioso», «creyente piadoso», «práctica religiosa», «veneración», «el culto o las prácticas religiosas», «sentimiento de respeto a las cosas sagradas», «el deseo de complacer a la divinidad». Ya en latín medieval, “el conjunto de todas estas devociones religiosas”.
Frases de Cicerón (siglo I a. C.) con el término rĕlĭgĭo
Religio testimoniorum: “la religión del juramento”.
Religio oficii: “exactitud escrupulosa en cumplir con su obligación”.
Tanta erat auctoritas illius religionis: “tan grande era la autoridad de aquel culto”.
Religio vitae: “una vida intachable”.
Praedo religionum: “ladrón de objetos sagrados, un sacrílego”.
¿De dónde proviene rĕlĭgĭo?
El problema sobre la procedencia de rĕlĭgĭo, onis era ya objeto de análisis por parte de los estudiosos de la antigüedad. Cicerón, por ejemplo, decía que era un derivado del verbo relegĕre que quiere decir “repasar cuidadosamente, escrupulosamente”, “pasar por algo de nuevo”, ya sea mediante la lectura o el pensamiento”, pues la partícula inseparable re- indica “de nuevo”, “hacia atrás”, como en los términos reeditar, rehacer y recordar (volver a pensar en algo, de cor, cordis, “el corazón” como sede del pensamiento). Pero en relegĕre (re- + legere) se encuentra además el verbo lĕgo, lĕgere que quiere decir escoger, apropiarse, considerar, examinar, leer. Luego entonces, relegĕre se traduce, según esta interpretación, como “volver a leer, a considerar, a examinar”. Bueno, en todas las religiones se repiten (re-) las mismas lecturas (legere) y los mismos rituales o liturgias.
La explicación más aceptada dice que rĕlĭgĭo proviene del verbo rĕlĭgo, religāre
Pasados unos 370 años, ya en el tiempo del cristianismo, el escritor y apologista cristiano Lucio C. F. Lactancio (c. 245-325 d. C.), escribió que rĕlĭgĭo, onis deriva del verbo religāre que significa “amarrar, atar con firmeza”, con la partícula re-, pero no con el sentido de “de nuevo”, sino con una función intensificador o de fuerza, más el verbo, ligāre: “ceñir”, “rodear”, “encadenar”, “unir”, como en ligare pacta “sujetar los pactos a las condiciones”; ligare argumenta “ligar razonamientos”.
Para entender mejor la función intensificadora de re-, es bueno citar como ejemplo algunas palabras de la antigüedad romana:
Recandescere: “ponerse incandescente”, “ponerse muy blanco”, “comenzar a brillar”; de candere “ser o tener una blancura resplandeciente.
Recitatio, onis: “recitación”, “dar un discurso con voz fuerte”, del verbo recitare, “gritar», «llamar con fuerza”.
Reclamare: “resonar”, “gritar contra”, “decir a gritos” de re- más el verbo clamare, “gritar”, “invocar”.
¡Ah! Pues del mismo modo religāre significa “atar, sujetar, amarrar, unir con fuerza”.
Una interpretación personal
Rĕlĭgĭo, genitivo religiōnis, “religión” es, entonces, en origen, una fuerte ligazón o atadura a la práctica de actos ceremoniales ritualizados, dirigidos a una divinidad, a una fuerza superior misteriosa, ya sea buena o mala. Es decir, dichos actos ligan (ligare) intensamente (re-) a una persona o a una comunidad con el ser divino o maléfico al que van dirigidos; pero también atan fuertemente a todas las personas que comparten la misma fe hacia ese Ser Supremo. Es común, por ejemplo, que los miembros de una misma secta o religión se sientan y se digan “hermanos”, con el sentido de tener el mismo Padre Espiritual, de ser producto del mismo acto de creación.
En la misa, el rito de la paz: “La paz de Señor esté con todos”, los fieles o “hermanos” se dan un saludo de mano que simboliza dicha unión.
COMENTARIOS FINALES
Casi todas, por no decir todas las religiones del mundo comparten cinco elementos que las caracterizan:
- La firme creencia en una deidad muy superior a la naturaleza humana.
- Una doctrina o conjunto de ideas y creencias, y un sistema para su enseñanza.
- Un código de conducta o conjunto de normas de comportamiento que debe uno observar, que la relaciona con principios morales. Por ejemplo, los Diez Mandamientos de la Ley Mosaica, relacionada con Moisés.
- El uso y lectura de historias sagradas, por ejemplo, la Biblia y el Corán o las revelaciones del dios Alá a Mahoma.
- Rituales o conjunto de ceremonias característicos de cada religión.
Origen de las religiones
Resulta una tarea muy complicada rastrear el origen de las religiones y la religiosidad, pero parece haber evidencia de que desde la prehistoria (antes del nacimiento de la escritura) había ya actividad religiosa.
Los registros (no escritos) más antiguos sobre el comportamiento religioso, probablemente datan de hace unos 60 000 años. No obstante, los antropólogos y los historiadores del fenómeno religioso, se atreven a suponer que acaso esta conducta humana comenzó a darse al menos hace unos 2 millones de años, durante el Pleistoceno Inferior, cuando habitaba el Homo habilis, del que se han encontrado fósiles en Koobi Fora, Kenia, Tanzania, Etiopía y Sudáfrica.
Se cree que las religiones prehistóricas surgieron al mismo tiempo del miedo y a la vez la admiración pasmosa que deben haber suscitado eventos como terremotos, tormentas, volcanes, grandes incendios, relámpagos, eclipses, enfermedades con manifestaciones espectaculares, como la epilepsia, los trastornos mentales o neurológicos severos, la muerte misma. Pero también por ver el nacimiento de niños y animales, la germinación de las semillas, la nacencia de las aves de un huevo en eclosión, y muchas cosas cuyas causas eran totalmente enigmáticas, y eran atribuidas a la intervención de una fuerza divina muy superior al poder humano.
Asimismo, los humanos prehistóricos ejecutaban sus rituales religiosos, en la búsqueda de las más importantes necesidades para su subsistencia, por ejemplo, la prosperidad de su tribu y el acceso de alimentos suficientes. Por eso solían colocar alimento, objetos de ornato y herramientas en las tumbas, como una manera de asegurarle bienestar al difunto en la otra vida.
También hacían pinturas en las que dibujaban cosas relacionadas con su vida diaria, y realizaban danzas para promover la fertilidad de sus mujeres y los animales, para garantizar una caza exitosa. Realizaban además sacrificios como ofrenda a los dioses.
Formas primitivas de religión
A pesar de que los ritos religiosos de los pueblos primitivos actuales no pueden representar fielmente cómo debe haber sido la religión prehistórica, se han identificado varias modalidades de adoración que pueden dar alguna pista. He aquí algunas:
fetichismo, culto a los muertos y animismo
Fetichismo. Es probable que la primera forma de religiosidad haya sido el fetichismo, pasando luego al politeísmo (muchos dioses) y después al monoteísmo (un único Dios, como en el cristianismo y el islamismo). Un fetiche con atributos divinos puede ser un objeto material de cualquier tipo, por ejemplo, una montaña sagrada, un río, el mar, una roca, un volcán; objetos a los que se les asigna una virtud.
Culto a los muertos. Afirma que toda deidad era al principio un antepasado real de carne y hueso, pero que se diviniza por sus acciones. Los romanos de la Antigüedad solían divinizar a sus gobernantes ya difuntos, como sucedió con Julio César. Dentro del cristianismo, abundan mártires y papas que han sido santificados. El hecho de que uno pueda soñar a los fallecidos, se ha tomado como prueba de que por las noches vienen y visitan nuestro más recóndito ser. Voy a ser muy sincero, pero en condiciones de mucho apremio, a veces he invocado la memoria de familiares muertos.
Animismo. Del latín anima, “alma”. Es la la suposición de que las religiones nacieron de la creencia en seres espirituales o almas. El hecho de morir y de soñar pudo haber provocado el convencimiento de que existe un ánima o principio del que depende toda forma de vida. Lo mismo tiene alma un ser humano, así como los perros, osos, águilas, cocodrilos, ranas, peces, lombrices, moscas, árboles, etc.
totemismo Alto Dios del Cielo
Totemismo. Creer que un objeto, el tótem, generalmente un animal o también una planta o algún fenómeno natural, tiene virtudes divinas o es el antecesor de ciertas tribus. El totemismo es común en tribus norteamericanas.
Alto Dios del Cielo. Algunos creen que antes que cualquier forma de religiosidad, nació la idea o creencia de que existe un Dios Todopoderoso que se encuentra en el Cielo al que debe rendirse culto, adoración y respeto. Si esto fuera verdad, entonces el monoteísmo sería la primera forma de religión y el politeísmo surgiría como una deformación posterior. Dicho ser celestial aparecería como un supremo juez de los actos humanos y vengador implacable de las culpas.
Las principales religiones bajo la perspectiva histórica
Egipto, Babilonia, India, China
La R. Egipcia. Existen evidencias que ya desde el año 4000 a. C., los egipcios tenían sus divinidades muy ligadas a ciertos animales: Horus “el halcón”, Sorku “el cocodrilo”.
La R. de Babilonia (sumerios y acadios) y Asiria entre los milenios III-II a. C. Cada ciudad tenía sus dioses: Eridu (Enki, el dios de las aguas); Shirpurla (Ningirsu, el Sol o dios de la guerra); Uruk (Nana, la gran madre); Sippar (Shamash, el Sol); Babbilonia (Marduk, el Sol).
Las R. de India surgen antes de las invasiones arias, en las civilizaciones de Mohen-Jo-Daro y Harappa, allá por el tercer milenio a. C. luego llegó el período védico hacia finales del milenio II anterior a nuestra era. Después los brahmanas, las upanishads, el budismo, jainismo, hinduismo.
Las R. de China. Que comprenden el confucianismo y el taoísmo. El shintoísmo surgió luego en Japón. El mazdeísmo de Irán, con el Avesta, una colección de himnos; así como el mitraísmo y el maniqueísmo.
La Antigüedad Clásica
Las R. de la Antigüedad Clásica, en la cuenca del Mediterráneo, que comprende la de Asia Menor, la del mar Egeo, la griega, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII a. C., con los poemas homéricos del siglo VIII a. C., y la compleja mitología, que da origen a nombres como Urano, Cronos, Zeus, Hera, Afrodita, Ares, Hefestos, Hades, Deméter, Atenea, Febo, Apolo.
La R. de los romanos. En los primeros tiempos, Italia estuvo habitada por los italiotas, los etruscos y los griegos (en la región sur), quienes civilizaron a los primeros. Los romanos primitivos (c. siglos IX-VIII a. C.) inicialmente fueron influidos por los etruscos, que tal vez llegaron de Asia Menor. La religión etrusca concebía un mundo subterráneo en el que los muertos permanecían y la tortura era común. Tenían una tríada, formada por Tinia, Cupra y Menvra, análoga a la tríada romana de Júpiter, Juno y Minerva.
Al principio, los dioses romanos no tenían ni personalidad ni forma definida; más bien eran fuerzas o las numina y no tenían templos donde rendir culto a las divinidades. Además, daban a la adivinación tanta importancia como los etruscos. En cada hogar había un culto distinto y particular, que iba dirigido a sus antepasados ya extintos, y el jefe de la familia hacía las veces de sacerdote. El estado romano le rendía adoración a Jano, el dios de la puerta de Roma y a Vesta, la diosa del hogar nacional.
Hacia los inicios del siglo VI antes de Cristo, comienza la influencia de los griegos y llega Apolo (Febo) y la diosa de los granos Deméter que la identifican con Ceres (de donde las palabras cereal y tal vez cerveza). Asimismo, el Hermes griego que equivale al dios Mercurio de los mercaderes. Y durante el siglo II a. C., cuando Grecia cayó ante Roma, se inicia la helenización y los romanos adoptan más elementos de la mitología griega.
Otros sistemas religiosos
Es imposible seguir describiendo las religiones más renombradas del Viejo Mundo, que por razones obvias influyeron poderosamente sobre las que tenemos ahora en América a raíz de la conquista y colonización que los europeos iniciaron en el siglo XV. Además, no podemos olvidar las religiones de África, Oceanía, las islas del Pacífico, la región del Caribe y muchas más.
Aunque es tarea harto difícil, algunas fuentes dicen que en la actualidad debe haber unas 4200 religiones alrededor del mundo. Según algunas estimaciones, el 77% (unos 6200 millones de personas) de la población del planeta, practica alguna religión, cuyos integrantes en orden decreciente pertenecen a las cuatro mayores. En primer lugar, al cristianismo (31%), seguido por el islamismo (24%), hinduismo (15%) y budismo (7%). Bueno, son cálculos aproximados, de manera que el resto de la población es seguidora de las restantes 4196.
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 8 de abril de 2024.