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dictador, Julio César, idus, triunvirato

¿Qué es un dictador?

Un dictador es una persona que ejerce, a través de la fuerza, un poder absoluto y reprime las libertades y los derechos humanos. Especialmente, un gobernante que tiene un ilimitado o irrestricto control del gobierno, sin tener un sucesor hereditario. Su sentido original (no actual) surgió en la antigüedad romana, cuando se llamaba dictātŏr, dictatōris a “un magistrado supremo y temporal”, en contraposición con la idea actual, que un dictador suele permanecer en el poder por muchos años.

El dictador era nombrado por los cónsules, con la aprobación del Senado en emergencias, cuando la República estaba en peligro o en crisis, y que le otorgaban el poder de mandar como un soberano, es decir, con autoridad suprema e independiente.

Dictador, el que dicta a un escribiente

Durante la antigüedad romana, un dictātŏr era también una persona que formulaba y redactaba los documentos, según las normas del Dictamen o Ars dictandi. Mientras que el “dictador” ejercía una función intelectual, el scriptor (escribiente en español) desempeñaba una acción solo manual. Por eso ahora el DLE (2021) dice que dictar es “Decir algo con las pausas necesarias o convenientes para que otra persona lo vaya escribiendo”. Pero también, “Dar, expedir, pronunciar leyes, fallos, preceptos”, significados que se entienden si se indaga sobre la etimología de estas palabras:

Etimología del término dictador

Dictador es término que procede, como arriba mencioné, del latín dictātŏr, ōris (diccionario latín-francés Gaffiot p. 521), derivado del verbo dicto, dictāre (decir, dictar, ordenar, mandar, imponer), que es el frecuentativo (verbo que indica una acción repetitiva) de dĭco, dicere,  que significa: ‘decir’, pero también, ‘objetar’, o sea, ‘oponerse e imponer algo’, ‘prevenir’, ‘advertir’. 

Mientras que dictadura, deriva de dictātūra, término femenino que significa ‘la dignidad y cargo de un dictador’, con el sentido histórico de la Roma republicana’ arriba señalado. Pero ahora la dictadura se refiere a la forma de gobierno a cargo de un dictador, o a un grupo reducido de personas que tiene un poder absoluto, sin limitaciones constitucionales efectivas, cuyo principal ingrediente es la fuerza, el dominio y la coerción. Donde una emergencia, como en los tiempos de la República romana, no necesariamente está presente.

Sufijos -tor y -ura

En el vocablo dictātŏr está presente el sufijo -tor (-tor), que significa: ‘el que realiza’, ‘el que ejecuta’, como en las palabras ‘agricultor’, ‘relator’, ‘pintor’, ‘compositor’, ‘boxeador’ y ‘locutor’. Ejemplo de palabras latinas con -tor: adūlātor (lisonjero, adulador); adversātor (el contrario, el adversario); ēdŭcātor (maestro, preceptor, el que cría infantes; también, ayo, o sea, persona que tiene a su cargo la crianza y educación de los niños).

En cambio, en la palabra dictadura vemos la terminación o sufijo -ura (-ura), que indica efecto o resultado, proceso. Entonces, una dictadura es el resultado de estar bajo el poder de un dictador, del mismo modo que una licenciatura es el resultado de realizar estudios universitarios.

Historia de las dictaduras

Durante la antigüedad, tanto en los pueblos de la región suroccidental de Asia, como en los territorios griegos, las dictaduras fueron muy frecuentes.

Las más conocidas de aquella época fueron las atenienses:

En Grecia

El legislador Solón (¿638-559? a. C.), uno de los siete sabios de Grecia, fue elegido arconte (magistrado) en Atenas en el año ―594, en tiempos con problemas económicos. Hizo varias reformas constitucionales, como cancelar deudas de personas esclavizadas, estimular el comercio, reformar la acuñación de monedas, etc. Permaneció en el poder 22 años y murió poco tiempo después de que el tirano Pisístrato (hacia 600-527 a. C.) tomara el poder, quien gobernó 21 años, repartidos en tres periodos.

En Roma

Como ya se ha explicado, los dictadores de la Roma Antigua, eran habitualmente nombrados en tiempos de crisis o de emergencia pública. El dictador o magiīster popŭli era investido por los cónsules y después, por el senado, con poder absoluto de tomar las medidas necesarias, para preservar y garantizar la seguridad pública y los intereses de la comunidad. Controlaba la mayoría de los asuntos administrativos, y la función de los otros magistrados. Sin embargo, este poder era limitado en el tiempo (seis meses). Estaba obligado a dejar el cargo, cuando sus tareas terminaban, y rendir cuentas de sus acciones. Muchos dictadores no sólo mantenían el orden, sino que preservaban los valores religiosos. Además, promovían el comercio, reformaban impuestos y la distribución de la tierra, abolían deudas y creaban obra pública.

Algunos dictadores romanos

Entre los más destacados dictadores romanos, sobresalen:

Tito Larcio (Titus Larcius Flavus), político romano de origen etrusco, cuya fecha precisa de nacimiento se desconoce, fue nombrado dictador en el año ―501, siendo, por ello, el primero en ejercer el cargo en la antigüedad romana.

Lucio Quincio Cincinato (Lucius Quinctius Cincinnatus, 519-430 a. C.), dictador por dos veces, ―458, ―439.

Lucio Papirio Cursor (Lucius Papirius Cursor, 365-310 a. C.), dos veces dictador en los años ―325 y ―310.

Quinto Favio Máximo (Quinto Fabio Maximus V. Cunctator, 280-203 a. C.), también dos veces dictador (―221 y ―217).

Cayo Mario (Gaius Marius, 157-86 a. C.), cónsul siete veces. Los últimos años de su vida estuvieron marcados por rivalidades con Lucio Sila.

Sila (Lucius Cornelius Sulla, 138-78 a. C.), militar y político, nombrado dictador en el año ―82, quien reformó las cortes criminales y le dio más poder al senado. Se retiró de la función pública el año ―79. 

Cayo Julio César

Después de leer los datos biográficos de Julio César en numerosas fuentes, he encontrado algunas diferencias en cuanto a fechas, pero…

Cayo Julio César (Caius Julius Caesar, 102/100-44 a. C.), un militar, político, orador e ilustre escritor; seguramente, uno de los personajes más destacados en la historia antigua de Roma. Su biografía es vasta y compleja. Solo citaré algunos pasajes de su vida:

Nació en Roma, en una familia aristocrática y murió en esa misma ciudad apuñalado en marzo del año ―44, por algunos personajes del senado. En el año ―83 (a los 15-17 años de edad), se casó, ya nombrado flamen dialis (sacerdote de Júpiter), con Cornelia (en latín, Cornēlĭa, quien murió el año ―68-67), hija del poderoso político Lucio Cornelio Cinna, lo que le dio acceso al mundo de la política. Julio César estuvo en Grecia estudiando oratoria y filosofía.

Tras las rivalidades con Sila (arriba citado), decidió exiliarse en Asia, para volver a Roma hasta el año ―78 (cuando Sila murió), ejerciendo como abogado hasta el año ―71. En el ―73 lo nombraron tribuno militar, y poco después magistrado sacerdotal o pontífice (Pontĭfex), de pons, ‘puente’, y de fix-, fex-, derivado de facĭo, facere, ‘hacer’, por lo tanto, ‘el hacedor de puentes’, en el sentido de establecer comunicación entre los hombres y los dioses; aunque esta explicación no la aceptan todos los etimólogos.

En el año ―65 lo nombraron Ædilis (de donde viene la palabra ‘edil’), o sea, el magistrado que cuidaba en Roma los edificios, la limpieza, el control de incendios, vigilaba caminos, fiestas, entierros, pesas y medidas, el organizador de juegos públicos, etc.

Pontifex maximus

En el ―63 le asignaron el cargo de pontifex maximus o presidente de los colegios sacerdotales, función que desempeñó hasta el día de su muerte; también era el que tenía la tarea de organizar los eventos más relevantes durante el año o los Annales Maximi. Se hizo pretor (magistrado romano, el segundo después del cónsul) en el ―62. Luego, en el año ―61, lo nombraron propretor (pretor prorrogado por un año). Después de algunas expediciones militares, retornó a Roma.

El año ―60 hizo alianza con Pompeyo (un brillante militar que retornó a Roma en el ―62, luego de grandes victorias en Asia Menor) y Craso (un hombre muy rico y con grandes ambiciones políticas), a la sazón, los hombres más poderosos de Roma, constituyendo lo que se llamó el «Primer Triunvirato” o comisión formada por tres personas (trĭumvĭrātŭs, como el de Antonio, Octavio y Lépido, citado por Plinio). Este triunvirato duro hasta el ―53, o sea, 7 años.

Al finalizar la Segunda Guerra Civil romana (49-45 a. C.), Julio César fue nombrado por los senadores imperator (el mando máximo militar de la República). Fue hasta la Edad Media que el término emperador tomó el sentido que ahora tiene, cuando Carlomagno (747-814) se erigió emperador, como una añoranza del viejo Imperio romano.

Triunvirato, triunviro

La palabra triunvirato ―’magistratura de la Antigua Roma formada por tres personas’― proviene del latín trĭumvĭrātus, del latín trĭumvĭr, plural trĭumvĭri (los triunviros o miembros de un colegio de tres), Gaffiot 1606. Vocablo formado del latín tres (tres) + vir (hombre, varón, personaje famoso) + el sufijo -ātus, -ātum, que puede significar efecto, acción, cualidad, pero en este caso denota ‘cargo’, ‘dignidad’, como en califato y virreinato.

Los trĭumvĭri monetales eran los encargados de las monedas. El trĭumvĭr agrarius era uno de los tres comisionados que se encargaban de repartir las tierras agrícolas.

Julio César, dictador vitalicio

Después de la batalla de Farsalia que libró contra Pompeyo, a quien derrotó (agosto del año ―48) en Grecia central, Julio César fue nombrado dictador por un año. Posterior a la batalla de Tapso, en África (año ―46), fue investido como praefectus morum (censor), lo que le dio poderes como censor por tres años y dictador otra vez, por diez. Y después de la batalla de Munda*, en marzo de ―45, donde consolidó el éxito sobre los ejércitos pompeyanos, recibió aún más honores, otorgándosele el título de Liberator (liberador, salvador). Al inicio del año ―44, lo nombraron dictador vitalicio (posible móvil de su asesinato), es decir, hasta el final de sus días.

*La batalla de Munda sucedió en la antigua región de Bética, tal vez muy cerca de la actual Montilla, provincia de Córdoba, actual comunidad autónoma de Andalucía, España.

Posibles móviles para su asesinato

El séptimo mes del año recibió el nombre de ‘julio’ en su honor y fue nombrado Parens Patriae (Padre de la Patria). Su estatua apareció en distintos sitios de Roma, además, un templo fue erigido para pedir su clemencia. Algunos intentaron aclamarlo como rey, probablemente una señal de intento para otorgarle poder monárquico, lo que quizás motivó su asesinato. Los senadores acaso no toleraron a un hombre con tal ostentación de poder.

El asesinato de Julio César en el senado romano

Pero no tuvo la fortuna de disfrutar sus privilegios, pues en el idus* de marzo (el día 15) del año ―44, a los 56 años de edad, un grupo de los miembros del senado, lo rodearon y le dieron muerte a puñaladas (más de 20). Con la muerte de Julio César, el oficio de dictador fue abolido en Roma. Creo (no me consta) que, tal vez por el hecho de haberle otorgado a Julio César el título de dictador permanente o vitalicio.

Julio César y Cicerón

Los historiadores creen que Julio César fue más un hombre de política que un militar, aunque sus méritos en las batallas son geniales e innegables. Como orador se le considera el segundo después de Cicerón (106-43), el gran estadista, filósofo, orador y escritor romano quien fuera su contemporáneo, sólo que vivió 63 años, 7 más que Julio César. Cicerón murió decapitado en el ―43 por órdenes de Marco Antonio, César Octavio y Marco Emilio Lépido, que habían formado el Segundo Triunvirato ese mismo año. Con toda la calma del mundo y gran coraje, él mismo colocó su cabeza e invitó a los asesinos a consumar la bárbara ejecución.

Después de transcurridos muchos siglos, ahora un dictador toma el significado de “el que gobierna por muchos años, a veces, hasta su muerte”.

*Idus

*Idus procede del latín īdŭs, del viejo término eidus, vocablo de posible origen etrusco, para nombrar a las noches de plenilunio o luna llena, que representaban la mera mitad del mes romano lunar, que iniciaba en los novilunios. Pues bien, īdŭs era el día que partía el mes en dos, los días 15 de marzo, mayo, julio y octubre. En el resto de los meses era el día 13. La palabra īdŭs puede considerarse entonces como equivalente a plēnĭlūnĭum (de plenus, ‘lleno’ y luna, ‘luna’).

Dictadores modernos

Los dictadores modernos se parecen más bien a los antiguos tiranos, que a los dictadores de aquellos días. Los dictadores modernos, usualmente recurren a la fuerza o el fraude para ganar el poder político despótico, el cual mantienen con el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden usar técnicas de propaganda masiva, con el fin de mantener el respaldo público.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 27 de febrero de 2021. Revisión el 8 de mayo de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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