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marzo, martes, en honor a Marte

Introducción

Marzo es el tercer mes del año —con 31 días— en nuestro calendario gregoriano (adoptado en 1582), pero en los tiempos de la Roma monárquica (siglos VIII-VI a. C.), el año tenía 10 meses y marzo era el primero, ya que en la época más fría del invierno (ahora enero y febrero), los romanos suspendían las labores del campo y otras actividades, y simplemente no se contabilizaban. 

El mes de marzo (Mārtĭus) fue dedicado al dios Marte (Mārs), porque en esa época del año se reanudaban las actividades agrícolas, pero también las campañas militares, pues recordemos que los romanos tuvieron una muy intensa actividad bélica. Nada más entre el año 498 a. C. y el 399 d. C., la historia antigua registra unas 80 guerras protagonizadas por Roma. El día martes o Martis dies también era consagrado a Marte. 

Tanto el nombre del mes de marzo como el día martes, tienen su origen en Mārtĭus, a, um (lo relacionado con Marte), de Mārs, Mārtis (forma arcaica y poética Māvors, genitivo Māvortis), el nombre del dios de la guerra romano y del planeta rojo que simbolizaba la sangre derramada en los combates.

Marzo era el primer mes del año en el calendario romano primitivo 

Rómulo, el fundador de Roma, le dedicó al dios Marte el primer mes (marzo, Mārtĭus) del calendario lunar. Luego Numa Pompilio (año —683) agregó al final del calendario los meses de enero (Jānŭārĭus) y febrero (Febrārĭus), quedando entonces después de diciembre (December o el décimo mes); pero siglos después, en el año —153, por motivos políticos y electorales, se pasaron al inicio del año, quedando marzo finalmente —como hasta ahora— como el tercer mes. 

La forma antigua Māvors quizá procede del proto itálico *Māwortis (en la lengua osca extinta era Mamers). Los etruscos tenían una divinidad llamada Maris, de donde tal vez surgió el culto al dios romano Mārs (Marte). Maris era representado como un niño que tenía influencia en la fertilidad y las cosechas. Existió durante la antigüedad griega el término Μάμερτος (Mámertos), que era un arcaico nombre de Marte, probablemente (no se sabe bien) vinculado al Mārs latino recién citado. 

Latín Mārs, griego Ἄρης

El equivalente griego de Mārs fue Ἄρης (Ares), el dios de la guerra y las masacres hijo de Zeus y de Hera, y también el nombre del planeta Marte, del que escribió Aristóteles en su obra Sobre el Cielo (Περὶ οὐρανοῦ, Peri ouranou, en latín De Caelo), escrita a mediados del siglo IV a. C. 

Expresiones latinas de la antigüedad con Mārs,Mārtĭus

Las siguientes expresiones muestran la importancia de este primitivo dios romano en los asuntos de guerra:

Martis dies, el día de Marte, es decir, “el día martes”, el segundo día de la semana;  Mārspiter (el Padre Marte en De Vaan p. 366 ); Martia legio (la Legión de Marte); lupus Marte (el lobo consagrado a Marte); Martia proles (la descendencia de M., Rómulo y Remo, el pueblo romano); Idus Martiæ, Kalendae Martiæ (idus y calenda de M.); hasta Martis (la lanza llamada Marte, la que tocaba el general antes del combate rogando ¡Mars vigila!); Mars Caecus (el Marte ofuscado, rabioso, cegado por el furor del combate), etc.

¿Quién era el dios Marte?

“En la vieja mitología romana, Marte era hijo de Juno (la reina de los dioses, esposa de Júpiter), padre de Rómulo y Remo y del pueblo romano. Originalmente fue el dios de la fertilidad y la vegetación, pero después lo asociaron con la guerra. Por ser el dios de la primavera, era en esa época cuando se celebraban los mayores festivales para enaltecerlo. Era el que presidía las labores del campo; como dios de la guerra, recibía ofrendas en sacrificio antes de los combates, y aparecía en los enfrentamientos acompañado por Bellona o Belona (de bellum, ‘guerra’, ‘combate’), una diosa guerrera, que algunos identificaban como su esposa y a la vez su hermana. A diferencia de su equivalente griego Αρης (Ares), Marte fue el dios más ampliamente venerado por los romanos, probablemente porque era el padre de Rómulo y Remo, los fundadores de Roma” (Cotterell & Storm).

Marzo y el equinoccio de primavera

En el día 21 del mes de marzo (dentro de cuatro días) se produce el equinoccio de primavera en el hemisferio norte y el de otoño en el sur. Es cuando el Sol, en su eterna trayectoria anual por los cielos, atraviesa el ecuador celeste en dirección al norte, un desplazamiento que culmina el 21 de junio, cuando se produce el solsticio de verano en el norte y el de invierno en el sur.

Al equinoccio de primavera o vernal (21 de marzo), todavía se le conoce como el Primer Punto Aries, ya que, en tiempos antiguos, hace más de 2000 años, cuando se compuso el zodíaco, el Sol se ubicaba en la constelación El Carnero (Aries) en el primer día de la primavera boreal.

En cambio, ahora el Sol está en los peces (Pisces), mientras que en El Carnero entre el 19 de abril y el 15 de mayo, ya que los signos zodiacales se desplazaron aproximadamente un mes los por el fenómeno astronómico llamado precesión de los equinoccios.

Una lectura:

Cotterell Artur & Rachel Storm. 2009. Encyclopedia of Mythology. London p.p  62, 80, 21. Edición impresa. 

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 17 de marzo de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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