cultismos, varios
Dejar un comentario

moneda, monetario, numismática

¿Qué son las monedas?

  • Moneda es una pieza de metal (oro, plata, cobre), por lo general en forma de disco, acuñada por ambas caras con distintivos que acreditan su legitimidad, y que sirve como medida de legitimidad de las cosas y como medio de pago. Me tocó usar monedas mexicanas heptagonales de diez pesos en los años 1970s y 80s.
  • Un signo representativo del valor de las cosas, que se acepta oficialmente para hacer contratos y cambios. La moneda reemplazó al trueque. 
  • La unidad monetaria de un país. La moneda de curso legal de Argentina, Bolivia, Colombia, Filipinas, México y Uruguay es el peso.

En sentido figurado

  • Algo que sucede con mucha frecuencia. El comercio informal es moneda corriente en mi ciudad.
  • Pagar a alguien con la misma moneda. Me ha decepcionado, pero le pagaré con la misma moneda.

Origen de la palabra moneda

Los romanos comenzaron a acuñar monedas hacia el siglo III a. C. (los lidios ya hacían monedas desde los siglos ―VII-VI). Quizá la primera moneda romana fue el aes de bronce o de cobre, que comenzó a circular allá por el año 280 a. C. El término aes designaba en origen a todo metal sacado de las minas, menos la plata y el oro (aquí puede leerse esto con mucho detalle). Menciono este dato, porque el término moneda procede del latín, y tiene un origen muy curioso. Veamos.

El vocablo moneda deriva del latín mŏnēta que significa ‘moneda’, ‘acuñación de moneda’, del verbo mŏnēo, monēre, cuyo significado es ‘amonestar’, ‘advertir de algo’, ‘exhortar’, ‘recomendar’, ‘prevenir’, ‘hacer saber’, ‘aconsejar’; también ‘anunciar’, ‘informar’, ‘enseñar’, ‘predecir’, ‘pronosticar’, ‘vaticinar’, ‘inspirar’, como algo que los dioses hacen. Pero ¿Qué tiene que ver todo esto con lo que significa moneda? Aparentemente nada.

La diosa romana Juno

Los romanos tenían una diosa llamada  Jūno, personificación de la juventud (de la hipotética raíz IE *yeu-, “joven”, “juventud”), la madre de las Musas, hija de Saturno, hermana y a la vez esposa de Júpiter e identificada con la diosa Hera de los griegos, esposa del dios Zeus. Juno era la deidad principal del panteón romano, como diosa de la mujer, el matrimonio, el parto y la luna, protectora del Estado y sus bienes. De Juno deriva Junius de mensis Junius, ‘el mes de junio’ dedicado a esta diosa.

Precisamente, Jūno era una divinidad a la que la mitología romana atribuía, entre otras cosas, cualidades de ser protectora, vaticinadora, consejera, vigilante, es decir, tenía todos los atributos relacionados con el significado del verbo monēre, por eso, unos de sus epítetos era “Jūno Mŏnēta”, o sea, “Juno la avisadora o la consejera”, y como la acuñación de monedas estaba a un lado de su templo, en la colina del capitolio (capitolium en latín), entonces a cada pieza acuñada la llamaban mŏnēta.

Los escritores romanos Cicerón, Livio y Ovidio mencionan que Juno recibió este epíteto, por haber advertido a los romanos de un temblor de tierra. También nos cuenta Cicerón que Jūno recomendaba a los romanos sacrificar ante la diosa Cibeles una cerda preñada para evitar un terremoto. El templo fue prometido a Jūno con este nombre por el dictador Marcus Furius Camillus (445-365 a. C.), el “Segundo Fundador de Roma”, un destacado militar, cuando los romanos hicieron la guerra contra los Auruncos, exterminados en el año 314 a. C.

 nummus (o numus), nŭmisma, ‘numismática’.

Así nació entonces la palabra moneda. Aunque debe mencionarse que en latín, la moneda se conocía con el nombre de nummus (o numus), nŭmisma, nŏmisma (medalla, moneda, el sestercio romano, el dracma griego), del griego νόμισμα = nómisma, ‘cualquier cosa aprobada o sancionada por su uso estable, una costumbre’, y después, ‘pieza de metal utilizada como moneda’, de donde proviene nuestra palabra numismática o el estudio de las monedas antiguas.

Monetario 

La palabra monetario es un cultismo que significa ‘lo relacionado o perteneciente a la moneda’; ‘lugar donde se guardan de una forma ordenada, monedas y medallas’, del mismo modo que un insectario es una colección de insectos debidamente ordenada. Monetario es un cultismo que proviene del latín mŏnētārĭus, ‘lo relativo a la moneda o a la plata’, ‘el que fabrica monedas’. Obviamente el término proviene también de Mŏnēta.

raíz indoeuropea *men-3

las palabras latinas mŏnēta, mŏnēo, monēre están relacionadas con la raíz indoeuropea *men-3 (pensar, actividad espiritual).

La raíz IE *men-3 (pensar, actividad espiritual) también se asocia a términos latinos como: dementer (locamente); mens, mentis (mente); moneo, monere (recordar, advertir, informar); mention, onis (mención, conmemoración); monstro, monstrare (mostrar, indicar); monstrum (prodigio, señal, aviso de los dioses), de donde deriva la palabra ‘monstruo’; mentior, mentiri (engañar, mentir); amentia (locura).

Relacionada además con las palabras griegas: μένος, ‘ménos’, que significa ‘mente’, ‘disposición’, ‘estado de ánimo’, aunque también se usó desde tiempos homéricos con el significado de ‘fiereza’, ‘poderío’, ‘fuerza’, ‘coraje’, ‘pasión’; Μέντωρ, Méntōr, ‘un amigo de Odiseo’ con los atributos de guía y tutor; Μοῦσα, Moûsa, ‘las musas’, diosas que inspiraban el arte, la literatura y la ciencia; μανθάνω, manthánō, ‘yo entiendo, yo sé, conozco, pregunto’; μνάομαι, mnáomai, ‘ser consciente’, ‘buscar’, ‘pretender’.

Palabras de uso común derivadas de *men-3

Amnesia, amonestación, anamnesis, demente, mantis, mantra, mandarín, mandarina, manía, manicomio, mentalidad, mentalmente, mentor, monstruo, monumento, premonición, rememorar, reminiscencia, etc.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La historia de las monedas y su acuñación es fascinantemente compleja. Sólo haré un breve comentario al respecto.

¿Por qué surgen las monedas?

La moneda es un invento que surgió por las necesidades creadas ante el intercambio de productos entre los pueblos, ya que el trueque acarreaba muchos problemas.

Mientras que el código babilonio Hammurabi (que data del siglo XVIII a. C.), contiene evidencia que la plata era utilizada para determinar el valor de los bienes, servicios, obligaciones y el medio de pago, muchas comunidades antiguas tomaron el ganado como un estándar o referencia de valor. Así, el talento de oro de los tiempos homéricos (Edad Oscura Griega) tuvo el valor equivalente de un buey. No olvidemos que tanto la palabra española (aunque con raíces germánicas) ‘ganado’ como la anglosajona ‘cattle’ denotan dinero, riqueza.

El intercambio de bienes con moneda significó una enorme ventaja sobre el trueque, dado que su uso provee de un generalizado poder de compra a los participantes y posibilita su uso en situaciones futuras. 

Una gran variedad de objetos han servido como moneda, por ejemplo, piedras, conchas, cacao, pieles, marfil, cuentas de collar formadas por conchas, tabaco, pescado seco. No obstante, desde tiempos muy antiguos, los metales se han usado con fines monetarios, debido a su manejabilidad, durabilidad, divisibilidad y su alto valor intrínseco.

En Capadocia

El primer medio oficialmente estampado que sirvió como manera de intercambio, surgió a finales del tercer milenio antes de Cristo, en Capadocia —al centro de Anatolia—, en forma de lingote o barra de plata, la cual servía como “dinero en circulación”. Sin embargo debieron transcurrir unos 22 siglos para que los lidios acuñaran las primeras monedas, como en seguida se menciona.

Inicia la acuñación de monedas  

La acuñación de monedas por parte del Estado, se inició en Lidia (Asia Menor, en la península que sobresale entre el Mediterráneo, al sur; el Egeo al oeste y el mar Muerto hacia el norte), durante el siglo VII a. C., muchas veces con un valor nominal superior al que intrínsecamente tenían como metal.

Los mercaderes y artesanos lidios tenían una ubicación excelente que les permitió un boyante comercio regional. Hacia finales de los años 600s antes de Cristo crearon una gran riqueza y un reino independiente, famoso por sus grandes depósitos de oro; mientras que la mayoría de las culturas vecinas dependían del trueque para sus operaciones comerciales y el intercambio de mercancías por otros bienes. Sin embargo, debe reconocerse que los lidios comenzaron a fijar precios y a desarrollar un sistema monetario, utilizando monedas como medio de intercambio. Y muy pronto los griegos y los persas iniciaron la acuñación de sus propias monedas, y el concepto de moneda se extendió más allá de Lidia.

File:BMC 06.jpg
Moneda de un tercio del siglo VII a. C. acuñada en Lidia. A la izquierda la cabeza de un león y a la derecha un sol. Fuente: http://www.cngcoins.com/Coin.aspx?CoinID=57383. Imagen de File:BMC 06.jpg – Wikimedia Commonshttps://commons.wikimedia.org/wiki/File:BMC_06.jpg

Giges y Ardis

Giges, rey de Lidia, quien probablemente gobernó entre los años 680-644 a. C. o a lo mejor su hijo y sucesor Ardis son considerados como los primeros en acuñar monedas metálicas, al tener la idea de estampar ciertas figuras en uno de los lados del circulante en uso, que en esos días era de electrón, una aleación de oro y plata, con pepitas sacadas del río Pactolo (en el que se cree abundaba el oro) cerca de Sardes, capital de Lidia.

Ciertas fuentes dan como fecha aproximada entre los años —680-670, como la primera aparición de monedas acuñadas en Lidia y la vecina Jonia.  

¡Que estos breves comentarios sirvan de acicate para que los lectores profundicen en el tema!

Fuentes:

Chodorow Stanley et al. 1994. The Mainstream of Civilization pp. 37-42. 

Farah A. Mounir. 1997. World History pp. 82, 113. U. S. A.

Lempriere’s Classical Dictionary. 1875. New York pp. 267, 335-337, 422-423. New York.

Todas son ediciones impresas.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 14 de marzo de 2023.

Categoría: cultismos, varios

por

Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *