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mayo, el quinto mes del año

El mes de mayo

Mayo es el quinto mes del año en los calendarios juliano (45 a. C.) y gregoriano (vigente desde 1582). En el calendario primitivo de los romanos era el tercer mes. Es uno de los siete meses del año con 31 días. Sus días son parte de la primavera del hemisferio boreal y el otoño del h. austral. En algunas culturas, este mes simboliza  “la primavera de la vida”,  “el apogeo de nuestra vida”, más o menos entre los 30-38 años de edad en un humano, o el equivalente a los días 120 a 158 del año.

Procedencia de la palabra ‘mayo’

‘Mayo’ proviene del latín Māius, a, um (Gaffiot p. 940) ‘lo relacionado con el mes de mayo’, o como sustantivo masculino, el nombre de este mes o Maius mēnsis. El mes que le sigue a Āprīlis (abril) y anterior Jūnĭus o Iūnĭus (junio).

La diosa romana Māia

En general, se acepta que Māius, el nombre de este mes, se relaciona con la diosa romana (tal vez de origen etrusco) Māia, asociada con el dios Vulcano e hija del dios Faunus (equivalente al dios Pan griego); también la llamaban Bŏna Dĕa (o Dīva, que asimismo significa ‘diosa’) la “Buena diosa”;  una divinidad que personificaba a la primavera, la abundancia y la fecundidad, honrada por las mujeres romanas, cuya fiesta se celebraba en mayo, según el escritor Macrobio del siglo IV d. C.

La diosa griega Μαῖα (Maîa)

Pero también, debido a la intensa influencia griega en el mundo romano, es probable que derive de la diosa griega Μαῖα (Maîa), hija de Pléyone y de Atlas, y madre de Hermes (que lo engendró a escondidas con Zeus), según cuentan Homero y Hesíodo. Maîa es también el nombre de la cuarta estrella más brillante de las Pléyades, un grupo de siete estrellas o asterismo de la constelación Taurus. Era la más vieja de las pléyades. Esta diosa permanecía muy apartada, ya que vivía en una cueva cerca del monte Cilene (Κυλλήνη, ‘Cylléne‘) en Arcadia, Península de Peloponeso. 

La mitología romana llamaba a esta diosa Maia Majesta, que se traduce como Maia Virtuosa, Maia Divina. Era la madre de Mercurio (Hermes griego), y en origen, era la personificación del crecimiento, el incremento, la abundancia, que precisamente caracterizan a este mes en el hemisferio norte. Al gran dios Júpiter lo llamaban Māius o Mājus deus, ‘el dios mayor o más grande’.

Māia proviene de magnus, a, um

El nombre de la diosa Māia es un derivado de magnus, magna, magnum que significa:

  • ‘Mejor o mayor’ en sentido comparativo: magna domus (una gran mansión).
  • ‘Grande’, como cantidad. Magnus numerus fromenti (una gran cantidad de trigo o cualquier cereal).
  • Como fuerza, ‘grande’, ‘intensidad’: Magna voce (una voz alta).
  • ‘Cosas o personas de mucha importancia’. Vir magnus (un gran hombre).
  • ‘Generoso, grande, noble’: magna verba (palabras elocuentes).

Vínculo indoeuropeo de Māia, Māius y magnus

Estos términos están relacionados con la raíz indoeuropea *meg̑‑, después *meg‑ (mayor, mucho), asociada también con las palabras latinas: māior (más grande); māiestās (autoridad); magister, -tri (oficial de alto rango, maestro, jefe, director); magistratus (magistratura); magnifice (magníficamente); magnitudo (magnitud, extensión); magnopere (grandemente). En antiguo griego μέγας, μεγάλη, μέγα (mégas, megále, méga), ‘grande’, de donde derivan términos como megalópolis, megalómano, megáfono. Otras palabras como acromegalia, Almagesto (obra astronómica del siglo II d. C., escrita por Claudio Ptolomeo) magnate, magnitud, magnífico, magnánimo, magnavoz, mayoría, magistral, máximo, megabit (un millón de bits), megaspora, megafauna, megapixel, mister (en inglés), omega; y en sánscrito: mahabharata, maharaja, maharani, mahayana, mahatma, etc., proceden del radical sánscrito mahā‑, mahat-, que significa ‘grande’.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 25 de mayo de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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