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menopausia, menarquia

definición de menopausia y menarquia

La “menopausia” es la cesación natural y permanente de la menstruación, que habitualmente sucede entre los 45-55 años de edad, pero puede ocurrir dentro de un rango muy amplio de edades, entre los 35 y 58 años, con una edad promedio que ronda entre los 50-52.

También se llama menopausia al período en el cual sucede tal suspensión. Igualmente se conoce como “climaterio”. Ambos términos tienen raíces griegas.

«Menarquia» o menarca es la aparición de la primera menstruación, cuyo inicio oscila entre los 9-17 años en las niñas púberes o adolescentes. Es un neologismo acuñado en 1895 en alemán (Menarchia) del griego μηνο- μήν (meno- mén, menos), ‘mes’ y  ἀρχή (arché) ‘inicio’, “principio”, “comienzo”, “empiezo”; del mismo modo que en el término «telarquia» o el crecimiento inicial del pecho y pezón en niñas prepúberes. Es decir la menarquia es el inicio (arché) o la primera menstruación (meno-/men, menós), “mes”, “menstruación”.

Andropausia

A mediados del siglo XX apareció el neologismo “andropausia”, para designar al tiempo en el que los hombres pierden el vigor sexual, pero este término no tiene la misma aceptación en el argot médico que “menopausia”, ya que en la mujer es muy claro el cese de las menstruaciones, mientras que en los hombre, seguramente que la potencia sexual va decreciendo, pero no hay una pausa o cesación tan marcada o tan evidente (πᾶυσις).

“Andropausia”  se formó por la fusión del griego antiguo ἀνδρός = andrós, el genitivo de ἀνήρ = anḗr, que significa ‘hombre’, ‘esposo’, más πᾶυσις = ‘pausa’. Véase la entrada “andropausia”.

“Menopausia” es un neologismo acuñado en francés ménopause

La palabra menopausia no existía en la antigüedad, pero sí los dos componentes del antiguo griego que la conforman.

Menopausia, menopausis en latín científico resulta de: A) μείς mȇis en jónico, el dialecto de Homero o μήν mȇn en dórico y su genitivo μηνός mȇnos, que significa: “mes, mes lunar»; «la parte visible de la luna”, ya que desde aquel tiempo notaban que el sangrado menstrual de las mujeres tendía a coincidir con los ciclos lunares. B) πᾶυσις pausis, que en griego quiere decir “pausa”, “cese”, “cesación”, “suspensión”. Por lo tanto “menopausia es el cese (pausis) de las menstruaciones (mȇn, mȇnos) en la mujer.

La palabra μηνιαῖος (meniaios) significa “a cada mes” y τὰ μηνιαῖα (tá meniaia) eran precisamente “los meses de la mujer”. 

Relación indoeuropea de mȇn, mȇnos, mēne, Moon

Luna en inglés es “moon”, palabra que, a través de una larga evolución, deriva del griego antiguo μηνη (mēne, “la luna”). Voz asociada a la raíz indoeuropea *mēn- (‘medir’, Pokorny 3. mē‑ 703), que tiene nexos con todos los vocablos ya mencionados, así como mensis (mes) en latín, μέτρον métron (medida en griego), etc.

πᾶυσις pausis “pausa”

Πᾶυσις pausis, “pausa”, “hacer un alto en el camino», deriva del verbo παύω, παύειν (paúo, paúein), “hacer que algo pare o termine”, “aquietar”. Παυσίνοσος (pausínosos) significa “la curación de una enfermedad” “el cese de una dolencia”; παυστέον (pausteón) quiere decir “poner fin a algo”, “uno debe parar”. Estas y otras palabras se vinculan con la raíz IE *paus- (dejar ir, abandonar). 

La menopausia es entonces el cese definitivo de las menstruaciones o ciclos menstruales (literalmente mensuales) de una mujer. El criterio que se toma para confirmar la menopausia es que no se produzca ninguna menstruación durante un período de 12 meses, ya que puede haber previamente irregularidades en los ciclos (perimenopausia).

La respuesta de los ovarios a las gonadotropinas pituitarias comienza a disminuir

Todo comienza cuando van escaseando los óvulos en los ovarios y disminuye la respuesta de éstos a las gonadotropinas pituitarias (la folículo estimulante “FSH” y la luteinizante “LH”), originando fases foliculares más cortas, menos ovulaciones, baja en la secreción de la progesterona y ciclos más irregulares. Luego el folículo falla y no segrega estrógeno. Durante su vida fértil, una mujer tiene alrededor de 490-500 menstruaciones a través de unos 40 años, desde la menarquia hasta la menopausia.

Aunque en algunas mujeres la menopausia es asintomática, alrededor del 75% de las mujeres menopáusicas padecen sofocos o bochornos y sudoraciones por la inestabilidad vasomotora. La mayoría pasan por esta etapa durante más o menos un año, pero entre el 25-50% los padecen por hasta 5 o más años. Sienten una “ola” de intenso calor y pueden sudar profusamente. El bochorno puede durar tan sólo 30 segundos o hasta unos 5 minutos y luego sienten escalofríos.

Naturalmente que estos trastornos no son los únicos. Las mujeres también tienen síntomas psicológicos y emocionales: irritabilidad, fatiga, insomnio, falta de concentración, depresión, pérdida de la memoria, dolor de cabeza (cefalea o cefalalgia), coitos dolorosos por sequedad en la vagina, ansiedad, nerviosismo, episodios de ira, etc. Además aumentan los riesgos de trastornos cardiovasculares y osteoporosis (poco calcio en los huesos).

La premenopausia o perimenopausia es la fase previa al inicio de la menopausia. Véase el artículo «perimenopausia, premenopausia«.

Lo que pensaban durante la Antigüedad y el Medievo de la menopausia 

Durante muchos siglos se creía que cuando el período menstrual de una mujer se suspende permanentemente, los venenos que el mismo cuerpo produce, pueden acumularse y causar enfermedades, y un montón de condiciones mentales y físicas indeseables; ya que el sangrado menstrual era considerado por muchos como una manera de eliminar toxinas o sustancias dañinas del cuerpo. El “período crítico” o “El cambio de vida”, como se denominó al cese de las menstruaciones, fue presagio de esterilidad, mal humor, excitabilidad, letargo, histeria, carácter voluble y melancolía. 

Charles de Gardanne

Los eruditos europeos de la Edad de la Ilustración de los siglos XVII-XVIII no usaron la palabra menopausia, sino mencionaban la “edad crítica de la mujer”. Pero en el año 1821, el médico francés Charles-Pierre-Louis De Gardanne, utiliza por vez primera el término ménopause en su libro De la ménopause ou de l’âge critique des femmes (De la menopausia o la edad crítica de las mujeres).

La menopausia en otros mamíferos

Se ha probado hasta ahora la menopausia en hembras de chimpancé (la especie más cercana a los humanos) y en ciertas especies de ballena, concretamente, las orcas. En realidad se trata de un fenómeno raro en la naturaleza, pues la gran mayoría de las hembras de mamíferos conservan su fertilidad (aunque tal vez algo menguada) hasta una avanzada edad. Y en la mujer en promedio oscila entre los 50-52, pero puede vivir hasta 20-30 años más sin poder reproducirse, aproximadamente entre el 25-30% de la duración de su vida. Una característica evolutiva que sigue siendo un enigma para los evolucionistas.

Aunque ciertamente los chimpancés viven un máximo de unos 50 años, bajo ciertas condiciones, hay hembras que viven hasta los 65 años, y desde los 50 dejan de reproducirse. Se tiene el registro de una chimpancé que murió a los 70 años en un parque safari en Florida (véase). Así mismo, se les vio un comportamiento hormonal semejante al de las hembras humanas, cuando dejaron de ser fértiles.

Es un hecho curioso, pero las mujeres menopáusicas, regularmente son abuelas y el largo tiempo que siguen viviendo sin parir, las posibilita a que se hagan cargo de los nietos, cuando llegue a necesitarse… y esto sucede a menudo. La típica abuela que tiene a su cargo el cuidado de sus nietos cuando sus hijas o hijos no pueden hacerlo porque nunca maduran y adquieren la capacidad de responsabilisarse de sus crías. Parece que no es el caso de las hembras viejas de chimpancé, pues sus hijas se alejan una vez que alcanzan la adultez.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 3 de mayo de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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