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cometa, núcleo, coma y dos colas

Definición de ‘cometa’

Un cometa es un astro o cuerpo celeste helado que aparece como una cabeza neblinosa, transparente y débilmente luminosa, de apariencia circular, usualmente rodeando un núcleo brillante; con una órbita alrededor del Sol, por lo general de alta excentricidad. Consistiendo esencialmente de hielo, rocas y polvo, y que con frecuencia desarrolla una o más largas colas solamente cuando se aproxima al Sol. La cabeza neblinosa se llama ‘coma’ (en latín ‘cabellera’) y a ella y la cola se deben, etimológicamente su nombre: cŏmētēs en latín, κομήτης, kométes en griego antiguo.

El diccionario Collins incluye la palabra cometology (cometología) en inglés británico y dice: “the study of comets (el estudio de los cometas), la rama de la astronomía que estudia los cometas. Parece que el término no se ha generalizado tanto en español.

ORIGEN DE LA PALABRA ‘COMETA’

Cometa es una palabra que tiene al menos unos 2500 años, pues aparece documentada en escritos de Heródoto (siglo ―V), Aristóteles (siglo ―IV) y otros griegos de la Antigüedad. El término pasó al latín, de donde fue tomado por el español.

‘Cometa’ significa ‘cabellera’ y hace alusión a la ‘cabeza enmarañada o enredada’ y refulgente o luminosa que llevan estos astros al aproximarse al Sol.

como se acaba de mencionar, ‘cometa’ es un sustantivo masculino que proviene del latín  cŏmēta o cŏmētēs (la transcripción más fiel del griego) ‘cometa’, que encontramos en escritos de romanos como Cicerón, Virgilio, Tácito, Séneca el Joven y Prudencio. En latín, sīdus cometes (así lo escribió el historiador romano Tácito) significa ‘astro con cabellera o cometa’, ya que sīdus, y su genitivo sīdĕris significa ‘astro’, ‘estrella’, ‘constelación’; y referido a las personas, ‘buena o mala estrella’: sidus faustum (buena estrella), s. durum (mala estrella), s. patrium (el cielo de la patria).

Cŏmētēs deriva del griego κομήτης

Cŏmētēs procede: a) del antiguo griego κομήτης (kométes), a veces ἁστήρ κομήτης (aster cométes) que significa ‘estrella con larga cabellera’ (Aristóteles), es decir, ‘un cometa’, así llamada porque da la apariencia de una cabeza con una larga cola o cauda luminosa; b) del verbo κομαω, κομᾶν (komao, koman), ‘usar el pelo largo’; a su vez de c) κόμη (kóme, término documentado desde la Ilíada), ‘el pelo de la cabeza’, ‘pelo’, ‘cabellera’. Lo opuesto a κομήτης es φαλακρός (phalakrós) que quiere decir ‘cabeza sin pelo’, ‘cabeza calva’.

κόμη > cŏma

El latín tomó la palabra κόμη bajo la forma de cŏma, ‘cabellera’, que también significa ‘la crin de los equinos’, ‘la melena de los leones’, ‘los rayos del sol’, ‘las ramas de los árboles, etc. Stella comans es ‘estrella con cabellera’, ‘cometa’; stella erratica o vaga significa ‘estrella errante o vagabunda’, ‘planeta’, porque estos astros (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno) no permanecen fijos como las estrellas, sino que andan errantes, vagando por el cielo, pero siempre en la eclíptica; stella inerrans,’estrella inerrante’, ‘las estrellas propiamente dichas’ (Alpheratz, Capella, Betelgeuse, Sirius, Castor, Regulus, Arcturus, Vega, etc.), que permanecen estáticas.

Pero eso de «estáticas» es sólo aparente, por las ingentes distancias que nos separan de ellas, porque en realidad se mueven a velocidades extraordinariamente grandes, como nuestra estrella, el Sol. En 1718 E. Halley mostró que las estrellas fijas o inerrantes, no existen como tal, sino que cambian su posición con respecto a otras en el cielo lentamente (por su lejanía). Por eso parece que las constelaciones siempre permanecen sin cambios., tomando en consideración la corta vida de un humano.

Stella crinita

El diccionario español de Antonio de Nebrija del año 1495 dice: “cometa en latín: stella crinita», que traduzco como ‘estrella con cabellera’; porque stella quiere decir ‘estrella’, ‘meteoro’, ‘estrella de mar’, y crīnītas es una inflexión del adjetivo crīnītus, ‘de cabellos largos’, ‘cometa’; de crīnĭs, ‘cabellera, ‘pelo’, especialmente si es rizado o crespo; de donde procede la palabra ‘crin’, o el pelo que llevan los equinos sobre el cuello. Stella crinita ya aparece en escritos del historiador romano Cayo Suetonio Tranquilo (siglo II d. C.) en su narración De vita Caesarum (Vidas de los doce césares), escrita hacia el año 121 d. C. 

Así que en latín hay varias maneras de nombrar a un cometa: a) como término derivado del griego, cŏmētēs, cŏmēta y b) usando palabras eminentemente latinas, sīdus cometes y stella crinita, stella comans por los motivos recién explicados. 

SOBRE LA NATURALEZA DE LOS COMETAS

Como ya lo señalé, los cometas son pequeños cuerpos celestes compuestos de roca, polvo y hielo que orbitan en torno al Sol, pero con un recorrido muy elongado. Son los vagabundos cósmicos que salen de los confines del sistema solar exterior, pero que ya no evocan las creencias supersticiosas y el terror de antaño, pues los antiguos los relacionaban con hambrunas, pestes, guerras. Como bien lo dijo el escritor irlandés Jonathan Swift (1667-1745): “Los hombres ancianos y los cometas han sido venerados por el mismo motivo, su luenga barba y su pretensión de augurar ciertos acontecimientos”. Los cometas son, además, los astros que muestran los cambios más espectaculares; pues cuando están en las regiones más lejanas del Sol, son sólo una ‘bola de nieve sucia y helada’, pero durante el perihelio, se ven el núcleo, la coma y las dos colas, una de polvo y otra de gases ionizados.

Cuando el cometa se encuentra alejado del Sol

Cuando un cometa se encuentra lejos del Sol, es un cuerpo helado que se muestra como una gran bola de nieve sucia. Los cometas vienen de las tinieblas gélidas del Sistema Solar, donde reina la oscuridad y la temperatura es inferior a ―200°C, y cada vez que se acercan al Sol, su calor y radiación van degradando su materia, hasta que finalmente se desintegran. Es por eso también, que entre más corta sea la revolución de un cometa, más rápido desaparece para siempre. El que tiene el periodo de retorno más breve es el cometa Encke, el cual se aleja sin llegar a la órbita de Júpiter y se aproxima al Sol cada 1204 días, o sea, 3,3 años. Otros viajan tan tan lejos que duran miles o millones de años en volver o de plano nunca regresarán, por tener órbitas parabólicas.

Ahora bien, si un cometa se va desgastando cada vez que se aproxima al Sol ¿Porqué nunca dejan de verse? Pues debido a que del Cinturón de Kuiper o la Nube de Oort, por influjos gravitatorios de otros astros, nunca dejan de ser lanzados tanto al exterior (para perderse en las inmensidades del universo), como al interior de nuestro Sistema Solar, algunos de los cuales nos visitan regularmente. Se calcula, por ejemplo, que el cometa Halley, con su llegada cada 76 años, puede tener solamente una vida de unos 100 000 años. Pero el día llegará en que se desintegre y nunca más se vuelva a ver.

Signos ominosos

Los cometas visibles desde la Tierra pueden verse por unos días o hasta por varios meses. Ellos fueron por mucho tiempo vistos con sobrecogimiento o terror y se creía que presagiaban eventos desfavorables, como guerras, pestes, catástrofes, hambrunas; probablemente porque, según algunos, cuando alguien moría en la antigüedad griega, las mujeres se soltaban el pelo y vagaban por las calles llorando, por lo tanto, un cometa, con su larga cabellera, entre las estrellas, era visto como un símbolo de duelo en el cielo, porque algo malo estaba por suceder.

Cometa Halley

La última vez que se vio fue en 1986 (tuve el privilegio de contemplarlo) y volverá a visitarnos hacia el 2061 y luego el 2137, hasta que al fin se desintegre totalmente, pues cada vez que se acerca al Sol, va perdiendo parte de su masa. Este cometa se llama Halley, en honor al astrónomo Edmund Halley, y fue el primero en ser reconocido como periódico.

Es de período corto, porque tarda menos de 200 años en completar su vuelta o revolución. Asimismo, es el único que acaso una persona pueda ver dos veces en su vida, si al menos llega a los 80 años de edad, de tal modo que lo disfrute, digamos, a sus 8 años y después a los 84, y nomás.

Aunque la ocurrencia de muchos cometas ha sido registrada desde tiempos muy antiguos, fue hasta el año 1705, cuando el astrónomo inglés Halley (1656-1742), después de observar un cometa de 1682, concluyó que se trataba del mismo que nos visitó en 1531 y 1607, con una periodicidad de unos 76 años (que realmente puede oscilar entre 76-79,3) y predijo que en 1758 volvería a verse ¡Y se vio!, pero la vida no le alcanzó para comprobarlo. 

El núcleo y la coma de los cometas

Como al principio mencioné, usualmente un cometa posee un núcleo pequeño (regularmente mide unos cuantos km, pero su tamaño puede ser mayor) y brillante, rodeado por una envoltura gaseosa y nebulosa llamada coma o cabellera, cuyo conjunto suele llamarse cabeza. La luminosidad se debe a que las moléculas absorben la radiación ultravioleta del Sol. Según la teoría de los “conglomerados de hielo” propuesta por Fred Lawrence Whipple (1906-2004) en 1949, el núcleo contiene hielo, mayormente de agua, otros gases congelados, metales y moléculas orgánicas, con partículas de sustancia pesadas, que constituyen algo así como “una gran bola de nieve sucia”.

La cola  

En la medida que el cometa se aproxima al Sol, partículas del núcleo y la coma se desprenden y usualmente forman una cola que puede prolongarse hasta unos 150-300 o más millones de kilómetros. La cola es empujada por el viento solar y apunta siempre al lado opuesto del Sol. Aunque en realidad son dos colas, una recta de color blanco azulado formada por gases ionizados, y otra blanca o amarillenta y curvada, que contiene polvo. Entre más cerca esté del Sol (perihelio), las colas son más largas.

Cerca del Sol un cometa puede cambiar drásticamente en forma y tamaño, incluso puede dividirse en dos, como sucedió con el cometa Biela de 1846. El tamaño medio del diámetro del núcleo varía entre 0,5-300 km. La cabeza (el núcleo y la coma que lo rodea) es de unos 130 000 km (unas 10 veces mayor que el diámetro de la Tierra). Aunque algunos son tan pequeños que su cabeza mide sólo unos 16 000 km o aún menos de diámetro. La mayor parte del volumen de la cabeza corresponde a la coma. 

Mientras que el volumen de un cometa puede ser enorme, la masa suele ser menos de una millonésima parte de la terrestre, y está casi totalmente contenida en el núcleo y la coma. 

File:Comet Physical Structure.svg

 Un cometa es un pequeño y helado cuerpo del Sistema Solar, que al pasar cerca del Sol, se calienta y comienza a liberar gases que producen una atmósfera llamada ‘coma’ y algunas veces una ‘cola’. Se muestran sus partes a) Núcleo, b) Coma, c) gas ionizado de la Cola, d) Cola de Polvo curvada, e) envoltura de hidrógeno, f) Movimiento del Cometa, g) dirección del Sol. Sanu N, CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0, via Wikimedia Commons.

¿Qué edad tienen los cometas? 

Parece haber un acuerdo entre los astrónomos de que los cometas están hechos de material primigenio, y se formaron al mismo tiempo que los planetas hace unos 4600 millones de años, a partir de una colección de hielo, rocas, polvo, materia orgánica y gas; de manera que son los trozos sobrantes de estos materiales. Como quiera es muy difícil descifrar la historia del Sistema Solar, debido a que planetas, satélites y asteroides han sufrido una intensa metamorfosis desde su formación.

¿De dónde vienen?

Los cometas se clasifican según el tamaño y forma de su órbita en dos categorías: los de corto y los de largo periodo. Los primeros se mueven en órbitas elípticas y necesitan menos de 200 años para una revolución, mientras que los segundos completan su órbita en un tiempo mayor, que puede extenderse a más de dos siglos, milenios, millones de años o acaso nunca más volverán (cometas no periódicos). 

Cinturón de Kuiper, Nube de Öpik-Oort

Los de corto periodo siguen una trayectoria elíptica y se considera que proceden del Cinturón de Kuiper que está más allá de la órbita de Plutón, los de período largo tienen una órbita mucho más elongada, casi con forma parabólica y se cree que provienen de la Nube de Oort (más correctamente Öpik-Oort, como abajo lo explico ), que, al igual que el C. de Kuiper contienen millones y millones de cuerpos helados de tamaño muy diverso. Pero la Nube se localiza mucho más lejos, ¡unas 50 000-100 000 veces (Unidades Astronómicas) la distancia del Sol a La Tierra! Es decir, entre 7 479 891 433,86 y 14 959 782 867,73 km, o 0,79-1,58 años luz. 

El Cinturón de Kuiper comienza a unas 30 Unidades Astronómicas o UA (unos 4 500 000 km del Sol) y se extiende hasta 50 unas UA, o sea, 7 500 000 km del Sol. Se calcula que más de 100 000 objetos de esa región superan los 100 km de diámetro.

Otros cometas y el cometa Halley (que completa su revolución cada 75-76 años), a pesar de ser de periodo corto, se cree que vienen de la lejana Nube de Öpik-Oort.

¿A qué velocidad se desplazan?

Lo más probable es que cada cometa tenga una velocidad propia. Se estima que oscila entre 150 000-1 700 000 km/hora. En teoría, si este valor se rebasa, entonces el cometa toma una órbita parabólica y si nos visita nunca más regresa. Poniendo al cometa Halley como ejemplo, se estima que se desplaza a unos 112 000 km/hora, cuando se acerca a nosotros, pero cuando se aproxima aún más al Sol (perihelio) se acelera y alcanza los 188 000 km/hora. Esto es algo mayor que la velocidad de la Tierra en su viaje anual alrededor del Sol: 107 200 km/h. No obstante, es probable que muchos cometas, cuando se encuentran en el afelio o punto más lejano del Sol, puedan reducir su velocidad hasta 60 km/hora.

DATOS CRONOLÓGICOS

Anoto algunas fechas relevantes sobre los hitos o hechos clave que fueron formando el conocimiento científico de los cometas. No pretendo, por supuesto, que sea una lista exhaustiva.    

Año 2500 a. C. Los astrónomos chinos dan valor astrológico a los cometas, que llamaban ‘estrellas escoba’ y estaban convencidos que acarreaban la mala suerte.

5 a. C. La estrella de Belén que guió a los Reyes Magos al lugar de nacimiento del niño Jesús, quizá era un cometa, pero también pudo haber sido un planeta, como Venus, Marte o Júpiter.

Siglos XI-XVIII

  • 14 de octubre de 1066. El tapiz de Bayeux, en el que se muestra a unos soldados señalando lo que probablemente era el cometa Halley, que fue visto unos 6 meses antes de la batalla de Hastings o Senlac (quizá la más decisiva jamás realizada en suelo inglés) en la que perdió la vida el rey Harold de Inglaterra.
  • El humanista y astrónomo germano Petrus Apianus (1495-1552) publica en 1540 su obra Astronomicum Caesareum (Astronomía de los Césares), donde dice que las colas de los cometas siempre se desarrollan y apuntan en dirección opuesta al Sol. 
  • El genio Sir Isaac Newton (1642-1727), catorce años mayor que Halley, es la primera persona que calcula en el año 1680 la trayectoria de un cometa.
  • Hacia el año 1775, el filósofo y matemático germano Immanuel Kant (1724-1804) dice que los cometas están formados por remanentes de la formación de los planetas, en su obra Allgemeine Naturgeschichte und Theorie des Himmels (Historia Natural Universal y Teoría de los Cielos). Caroline Lucretia Herschel (1750-1848), astrónoma británica nacida en Hannover, Alemania, descubre ocho cometas entre 1786 y 1797 y es la primera mujer en descubrir un cometa, usando un telescopio hecho por su hermano Friedrich Wilhelm Herschel (1738-1822). El cometa Herschel-Rigollet, que ella descubrió en 1788 tiene ese nombre en su honor.

Siglos XIX-XX

  • Giovanni Virginio Schiaparelli (1835-1910), astrónomo italiano nacido en Savigliano, Piedmont, investigó la relación entre los cometas y los meteoroides, logrando por vez primera encontrar el vínculo entre una corriente de meteoroides con un específico cometa: Las Perseidas y el cometa Swift-Tuttle (año 1862).
  • En 1868, el astrónomo londinense William Huggins (1824-1910), contemporáneo de Schiaparelli, logra demostrar que ciertos cometas contienen hidrocarburos en su composición química. Sus trabajos los desarrolló en los jardines de su casa, suburbios de Londres. Fue pionero en el estudio de la espectroscopia de los cometas.
  • La primera fotografía del Gran Cometa (C/1882 R1) de septiembre de 1882, fue tomada por el astrónomo escocés, nacido en Aberdeen y educado en el Colegio Marischal, David Gill (1843-1914). Fue nombrado en 1879 astrónomo honorario del Real Observatorio del Cabo de Buena Esperanza, donde, durante 28 años tomó unas 22 000 fotografías de los cielos del sur.
File:Great Comet of 1882.jpg
El Gran Cometa de de 1882. Visto desde el Observatorio Astronómico de Sudáfrica. Autor Sir David Gill, 1843-1914. 7 de noviembre de 1882. Dominio Público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Great_Comet_of_1882.jpg
  •  En 1900, el físico y químico sueco Svante August Arrhenius (1859-1927), nacido en Wijk, cerca de Upsala; Nobel de Química, en 1903. Propone que la radiación solar lanza el polvo cometario hacia la cola.
  • En 1932, el físico estoniano Ernst Julius Öpik (1839-1985) crea la teoría según la cual, los cometas de periodo largo (200 o más años) vienen de una enorme nube (de Oort) cometaria que circunda al Sistema Solar. Jan Hendrik Oort (1900-1992), astrónomo neerlandés, amplió la teoría de Öplik relacionada con el enorme reservorio de cometas en los confines de nuestro sistema planetario, con una máxima distancia al Sol de 100 000 unidades Astronómicas (UA) o 15 000 000 000 000 (15 billones) de kilómetros. 

Lecturas recomendadas (todas son ediciones impresas)

Asimov Isaac. 1991. Asimov’s Chronology of the World. New York.

DK. 2014. Planetas. La vía visual definitiva del Sistema Solar. México. 

Ellyard David. 2008. ¿Quién lo descubrió? ¿Qué y cuándo? México. 

Levy H. David. 1994. A Guide to Skywatching. San Francisco, CA. Printed in Thailand.   

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez 2 de junio de 2022.

Categoría: ciencia

por

Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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