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Pubertad, hueso púbico, público

¿por qué asociar estos tres términos? Veamos:

La pubertad es como la puerta que se abre hacia la adolescencia; el tiempo en el que por primera vez, regularmente los dos sexos comienzan a reconocerse, a sentir que son diferentes (véase). Es la época de la vida en la que niñas y niños se vuelven funcional y anatómicamente capaces de reproducirse. De una manera muy general se considera que en las primeras se alcanza a los 12 años y en los varones a los 14. Sin embargo, el proceso puede extenderse entre los 9-16 y 13-15 años respectivamente. Los estudios muestran que el inicio de la pubertad se relaciona con el decremento en la secreción de la glándula pineal.

En las niñas se incrementa notablemente el crecimiento corporal, comienza el desarrollo mamario y aparece el vello púbico. Tiempo después de estos cambios, aparece el vello axilar y se inicia la secreción vaginal blanquecina normal, una leucorrea fisiológica característica de la mujer adulta. Finalmente, se presenta la primera menstruación o menarquia. Pero estos eventos tienen variaciones individuales en cada caso.

En los niños sucede del mismo modo un incremento en la altura y peso corporal, con el ensanchamiento de los hombros, así como el crecimiento del pene y los testículos. El vello púbico y facial aparece, aumenta la secreción de las glándulas endocrinas y sebáceas, que favorecen la aparición del acné, y finalmente llega la primera polución o emisión nocturna de semen (sueño húmedo acompañado o no de sueños eróticos memorables). Lo que se llama semenarquia o espermarquia, algo comparable con la primera menstruación o menarquia de las niñas (del griego arche, ‘comienzo’, ‘principio’).

Origen de la palabra ‘pubertad’

‘Pubertad’ deriva del latín pūbertās, ātis (Gaffiot p. 1272), que significa: edad de la madurez, o cuando ésta comienza, pubertad; de pūbĕr, ĕris o también pūbēs (el vello que aparece en el bajo vientre y en las ingles cuando inicia la madurez sexual; también un púber, un adulto, un hombre ya desarrollado, los signos de la madurez; juventud, gente joven, gente, multitud). Más -tas (castellanizado -tad*), un sufijo nominal que indica estado o condición, derivado de -tatem, acusativo de -tas. Entonces ‘pubertas es la condición (-tas, castellanizado como -tad) de ser ya una persona adulta o madura (pūbĕr, pūbēs). Pubens, pubentis es “el que está en la edad de la pubertad”.

Según las leyes romanas, las niñas a partir de los 12  y los niños a los 14 años, edad de inicio de la pubertad, ya podían casarse. Se necesitaba la autorización del pater familia.

*El sufijo español -tad es una terminación de sustantivos abstractos casi siempre femeninos, que indica ‘condición’, ‘cualidad’, ‘estado’; por ejemplo en las palabras: bondad, enfermedad, fealdad, hermandad, honestidad, mendicidad, mezquindad, necesidad, tranquilidad, voluntad y muchas otras.

EL HUESO PÚBICO

Cabe además señalar que de pūbēs surgió la expresión os pubis, citada por el médico romano Celso; y como os, ossis significa hueso en latín clásico, entonces de ahí nace el nombre del pubis, “el hueso frontal de la pelvis humana que se cubre de vello en el momento de la pubertad”. También: “La parte de cada uno de los huesos ilíacos que se encuentra por encima y delante del agujero isquio-púbico” (CNRTL en línea). 

Relaciones entre la pubertad y lo público: todo parece gravitar en torno de la salida del vello púbico (pūbēs) durante la pubertad

Sin meterme en detalles finos sobre lingüística, debo señalar que la relación indoeuropea de estos términos parece no estar clara, pues si bien algunos como el destacado indoeuropeísta holandés Michiel de Vaan propone algunas posibilidades, nada es concluyente. En la página 494 de su Etymological Dictionary of Latin and Italic Languages, podrán leer sus reflexiones. Más bien quizás estamos ante términos con algún origen etrusco ¡Quién sabe! 

PÚBLICO

La palabra española ‘público’ deriva de pūblĭcus (lo que concierne al pueblo, a toda la población, lo relacionado con los asuntos del Estado, oficial), una contracción de poplicus o populicus, de pŏpŭlus, acusativo populum (el pueblo, opuesto al senado; en el ámbito urbano, los ciudadanos, opuesto a los militares; también ‘populacho’, ‘multitud’, ‘el pueblo romano’), a su vez del latín arcaico poplus. 

Palabras como: publicānus (relativo a las rentas del Estado), publicātio, onis (confiscación, venta pública de los bienes de alguna persona), el adverbio publice (públicamente), el verbo publicāre (revelar, publicar, hacer algo público, darlo a conocer) y otras, derivan o se relacionan con pūblĭcus, pŏpŭlus.

¿Cómo fue que pūbertās, pŏpŭlus y pūblĭcus terminaron por coincidir en torno a pūbēs?

Los lingüistas señalan que la aparición del vello púbico fue la clave para que esto sucediera, por el cruce de algún término derivado de pūbēs con poplicus, ya que los romanos asociaron la idea de la pubertad o madurez sexual, con el hecho de que un hombre con vello púbico, ya era un ciudadano que dejaba de ser niño para convertirse en soldado, senador, o para involucrarse en cuestiones públicas. Dicho de otro modo, el cambio de sentido se dio por la influencia de pūbēs con la idea de “hombre adulto”, “la población masculina que ya tenía el vello púbico de un hombre maduro, capaz de procrear hijos”. Esto debe haber sucedido hace al menos unos 2300 años. 

 Pūbēs también se aplicó a las plantas

Pubesco, pūbescēre es un verbo que significa ‘cubrirse de pelos’, ‘entrar en la adolescencia’; ‘desarrollarse las plantas’. Prata pubescunt flore (los prados se cubren de flores). Puberibus foliis (con el follaje cubierto de vello). Por eso en botánica se les llama pubescentes a las hojas o frutos cubiertos de vello o pelusa.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 13 de octubre 2022.

Categoría: cultismos, varios

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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