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camello, dromedario, jirafa, camelopardalis

Definiciones

Camello (femenino camella) es el nombre de cualquiera de las tres especies del Viejo Mundo, de grandes mamíferos artiodáctilos rumiantes que pertenecen al género Camelus (L. 1758), usadas para carga o para montar en regiones desérticas de Asia y África, especialmente hábiles para vivir en las duras condiciones del desierto. Los mastozoólogos (que estudian a los mamíferos) reconocen tres especies, dos domesticadas y una silvestre. Las primeras son C. dromedarius o camello árabe (con una joroba dorsal, adaptado para vivir en los desiertos cálidos de Asia y África) y C. bactrianus o camello bactriano domesticado (con dos jorobas dorsales, que vive en los desiertos fríos de Asia Central). La tercera es C. ferus o camello bactriano salvaje del desierto de Gobi entre el norte de China y el sur de Mongolia.

Etimología de ‘camello’ y ‘dromedario’

Camello

Camello es sustantivo que proviene del latín cămellus, variante de cămēlus (camello), a su vez derivado del griego antiguo κάμηλος (kámēlos), “camello”, procedente del probable nombre protosemítico** común, *gamal- (camello), de donde también gāmāl = גמל‎ (hebreo), gamlā = ܓܡܠܐ‎ (arameo),  jamal = جَمَل‎ (árabe), con el mismo significado. Todos estos vocablos vinculados a la raíz semita *gml¹- (camello).

Esquematizando: español, camello < latín, cămellus < antiguo griego, κάμηλος < arameo, gamlā < protosemítico, *gamal- < raíz semítica aún más remota, *gml¹- (camello).

**Las lenguas semíticas son la mayor subfamilia de la familia de lenguas afroasiáticas como el acadio, canaanita, arameo, hebreo, amárico, árabe, etc.

Cămellus es una palabra que se documenta en escritos de Lucio Pomponio (nacido en Bolonia al norte de Italia), quien floreció hacia el año 90 a. C. Y κάμηλος aparece en escritos de Esquilo (525-456 a. C.), Heródoto (siglo V a. C.) y Aristóteles (siglo ― IV).

Dromedario

El término dromedario (femenino dromedaria) proviene del latín tardío drŏmĕdārius, ĭi (dromedario), voz que aparece en la Biblia Vulgata, libro de Isaías 60:6 (“multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa…”), y en la obra de Flavio Vopisco de Siracusa (siglo III d. C.). 

Drŏmĕdārius proviene del latín drŏmăs, ădis y su genitivo dromados (dromedario, el animal), de drŏmŏs (carrera) más el sufijo de relación o pertenencia -arius, castellanizado -ario. Palabra tomada del griego clásico δρόμος (drómos) que significa “pista para carreras”, “una carrera, por ejemplo, de caballos» (en la obra la Ilíada de Homero, siglo VIII a. C.). Los griegos llamaban al dromedario κάμηλος δρόμάς (kámelos dromás), literalmente “camello corredor”, por ser un animal capaz de correr a gran velocidad.

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Cría de dromedario del Sahara alimentándose de su madre. Diciembre de 2004. Autor: Garrondo. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Camelcalf-feeding.jpg

Καμηλο-πάρδαλις, cămēlŏpardălis, «la jirafa»

Es importante mencionar que los griegos de la Antigüedad denominaban a la jirafa κᾰμηλο-πάρδᾰλις (kamelo-párdalis, cămēlŏpardălis para los romanos), la unión κάμηλος (kámelos) y πάρδᾰλις (párdalis), componente de la palabra leopardo, ya que creían que este felino era una cruza entre león y pantera; pues además suponían que la jirafa era el producto del cruzamiento entre un camello y un leopardo, ya que estos mamíferos tienen una cabeza que recuerda a los camellos y manchas semejantes a las de los leopardos. De hecho, Carlos Linneo introdujo el nombre biológico Giraffa camelopardalis (1758) para la jirafa, rememorando su antiguo nombre. Jirafa es una palabra que proviene del árabe زَرَافَة‎ (zurāfah, zarāfa), y Giraffa es una latinización.

Constelación de la Jirafa

En los cielos nocturnos nórdicos se encuentra la constelación de la Jirafa (latinizada Camelopardalis), que se observa todo el año en latitudes altas . Fue definida por el astrónomo alemán Jacob Bartsch (1600-1633) en 1624. Según él, representa al camello en el que Rebeca venía montada a visitar a Isaac. Génesis 24: 63-66. La estrella más brillante de la Jirafa es β Cam., una supergigante amarilla a 870 años luz de nosotros y unas 3300 veces más luminosa que el Sol. Y a propósito ¿Qué hace una jirafa muy cerca a dos osas, ‘Ursa Minor‘, ‘Ursa Major‘; un Dragón, Draco y un Lince, ‘Linx‘? ¡Eso sólo podemos verlo en el cielo!

File:Camelopardalis constellation map.svg
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Camelopardalis_constellation_map.svgConstelación de la Jirafa con las estrellas principales. Draco (el Dragón), Umi (Osa Menor), Uma (Osa Mayor). Autor Camelopardalis_constellation_map.pngTorsten Bronger. 7 de julio de 2010. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Camelopardalis_constellation_map.svg.

Nótese que además del Dragón, Osa Menor, Osa Mayor y el Lince, La jirafa también tiene como constelaciones vecinas al Cochero o Auriga, Perseo o Perseus, Cassiopea y Cefeo o Cepheus. He observado a la Jirafa desde los cielos nocturnos de Colorado, U. S. A., justo al oeste de Casiopea. !Un espectáculo inigualable! Y no cuesta nada.

δρόμος (drómos, ‘pista de carreras’), latín drŏmŏs (carrera)

Con drómos se han formado palabras como aeródromo, hipódromo, autódromo, velódromo; y en medicina:

  • Dromomanía: un deseo o impulso insano de caminar.
  • Dromotrópico: relacionado con la conductividad de un nervio o un músculo.
  • Prodrómico: (del griego pródromos, originalmente “correr en la delantera”, también “precursor”) perteneciente al estado inicial (primeras manifestaciones) de una enfermedad, porque esos primeros síntomas llevan la delantera sobre lo que luego vendrá en un padecimiento.

Información adicional

El camello es un mamífero del orden Artiodactyla, suborden Tylopoda (del griego tylos, ‘callo’, literalmente, “pies con callosidades o almohadillas), un rumiante primitivo de la familia Camelidae, cuyos miembros carecen de vesícula biliar y poseen eritrocitos ovales. Además del género Camelus (camellos verdaderos), en Sudamérica existen especies de esta familia del género Lama (llama, guanaco) y el género Vicugna (vicuña).

Tiempo de domesticación

Los camellos son reconocidos por su habilidad para caminar por largo tiempo sin beber agua. Además de ser usados como bestias de carga o para montar, se aprecian por su leche, carne, lana y piel. Los dromedarios se domesticaron hacia el milenio III a. C. en Arabia; mientras que el camello bactriano, desde el año 4000 a. C. en las estepas asiáticas. Los dromedarios solo existen en su forma doméstica, en cambio, sí hay bactrianos silvestres. Aunque hay una buena población de dromedarios salvajes en Australia, descendientes de los que fueron llevados a ese lugar en el siglo XIX. Se estima que el 94% de los camellos actualmente vivientes son dromedarios (la mayoría están en India y en el Cuerno de África) y el 6%, bactrianos.

Tolerancia al calor y al frío

Viven donde las temperaturas ascienden arriba de los 48 grados centígrados. Su corto pelaje ayuda a bloquear en buena medida el calor del sol. Con sus patas anchas y sus gruesas almohadillas, pueden caminar fácilmente sobre la arena suelta. Los dromedarios pueden medir unos 215 cm hasta la altura de la joroba y pesar tanto como 730 kg. Los bactrianos tienen también los pies duros y resistentes para cruzar los desiertos rocosos de Asia. Su pelo grueso y desgreñado los protege del frío, que puede llegar a ― 28-30°C en invierno. Las tres especies miden alrededor de 3 m de largo.

Su joroba

La joroba los ayuda a sobrevivir en el desierto. Muchas personas creen que en ellas se almacena agua, cosa totalmente falsa, pues en realidad son masas de grasa (pueden almacenar hasta unos 35 kg), que los nutre cuando el alimento es escaso, al grado que pueden caminar durante días sin comer. Si esto sucede, la giba se vuelve flácida, pero recupera su forma después que el animal come y bebe. Estos rústicos rumiantes mordisquean cualquier planta que ellos se encuentren.

Resistencia

Pueden caminar unos 160 km sin agua, quizá durante 3-4 días, pero manteniendo un paso firme y constante. Arranques súbitos de hasta 65 km por hora son posibles, pero en general son animales lentos, pero muy laboriosos.

Los camellos no sudan tan fácilmente, pues pueden tolerar que su cuerpo llegue a los 41°C antes de hacerlo, lo que evita que pierdan agua tan fácilmente. En la estación invernal las plantas proveen suficiente humedad para que los camellos caminen por varias semanas sin beber. 

Cuando el agua está disponible en hoyos o pozos, toman sólo si es necesario, nada más para reponer el líquido perdido desde la última vez que bebieron. Sin embargo, algunas veces ellos beben grandes cantidades. Un animal sediento puede engullir hasta 115 litros de agua en tan solo 10 minutos (¡Casi 12 litros por minuto!). Un camello deshidratado y con un prolongado ayuno puede perder hasta un 25-30% de su peso corporal. Por ejemplo, si su peso normal es de 650 kg, puede llegar hasta los 455-490 kg.

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Camello bactriano en el zoológico de Shanghai. 30 de diciembre de 2011. Autor de la foto: J. Patrick Fischer https://commons.wikimedia.org/wiki/File:2011_Trampeltier_1528.JPG

Origen de los camélidos

Tal vez nuestro sentido común nos diga otra cosa, pero los primeros camélidos (familia Camelidae) tuvieron su origen en la región occidental de Norteamérica (la región de las montañas Rocallosas y sus alrededores), hace unos 40 millones de años, durante el Eoceno, Era Cenozoica, pero desaparecieron gradualmente, hasta extinguirse totalmente de esa región hace unos 10 000 años. De Norteamérica cruzaron a Eurasia por el estrecho de Bering unos 7 millones de años atrás, dando origen a los camellos verdaderos. Y desde hace 2,5 millones a unos 11 700 años, se desplazaron a Sudamérica, originando las especies que viven en la costa occidental (Perú, Bolivia, Chile, Argentina).

Del mismo modo como se cruza un burro con una yegua para obtener la mula, en aquellos lugares se practica el cruzamiento de bactrianos (preferentemente machos) con hembras de dromedario, lo que origina un híbrido con una sola joroba y más resistente. Lo que en genética se llama vigor híbrido o heterosis. Algunos pueblos del desierto miden la riqueza de una persona por el número de camellos que posee.

Hay mucho más que puedo comentar de este interesante tema, pero dejo al lector la tarea de que lo investigue por sí mismo.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 29 de agosto de 2021.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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