Ir al contenido principal

sirena

Repito deliberadamente el significado esencial del mito sobre las sirenas

En la mitología griega, las sirenas eran —hay muchas versiones— unas hermanas, hijas de la musa Melpómene y del dios del río Aqueloo. Eran monstruos marinos femeninos, representados originalmente con cuerpo de ave provisto de grandes alas, pero con cabeza de mujer joven. Las Sirenas —Homero sólo cita dos, Platón ocho, pero parece que tres es el número que más se menciona— seducían y extraviaban a los navegantes con sus bellos cantos y provocaban naufragios. Durante el Medievo era ya común representar a las sirenas con cola de pez, acaso por la influencia de las Nereidas (50 hijas del anciano dios del mar Nereo), ninfas del mar bondadosas, a veces descritas con cola de pescado. Los griegos frecuentemente ponían figuras de sirenas en las tumbas para representar a los dolientes. (https://www.studiahumanitatis.es/sirena-o-nereida-esa-es-la-cuestion/). 

Miniatura rusa del siglo X en la que aparece una sirena representada a la manera de la Antigua Grecia, con cuerpo de ave y rostro de mujer. De https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sirin_lubok1.jpg

En sentido figurado 

Una sirena es también una bella y tentadora mujer, sobre todo, una que embelesa a los hombres con fines perversos.

  • Un aparato acústico que produce sonido oíble a lo lejos, por medio de un disco rotatorio perforado y que interrumpe un chorro de aire o de vapor. Hay sirenas de policía, bomberos, ambulancias, buques, factorías ; de advertencia o alarma de sismo, tsunami, ataque bélico, etc.
  • Canto de sirena es un “discurso elaborado con palabras agradables y convincentes, pero que esconden alguna seducción o engaño” DLE). Por eso se dice “Ten mucho cuidado. No te dejes engañar por el canto de las sirenas”. 

ORIGEN DE LA PALABRA SIRENA

Entre los siglos VII-VIII, durante los primeros siglos de la Edad Media, aparece la obra en latín Liber monstrorum de diversis generibus: “Bestiario anglosajón de Monstruos”. Un libro —de autor desconocido— donde se describen las criaturas más fantásticas que nos podemos imaginar, en una mezcla de paganismo y cristianismo”. En este bestiario se representa a las sirenas con tórax y cabeza de mujer y cola de pescado, la forma en la que aparece en nuestros días.

Etimología del vocablo sirena

Sirena en español, Sirène en francés, siren en inglés y Sirene en alemán, es una palabra que viene del bajo latín —hablado desde la caída del Imperio Romano y durante la Edad Media—  sirena, a su vez del latín clásico Sīrēn, ēnis. Según el mito, eran ninfas marinas con cuerpo de ave y cabeza de mujer que habitaban en alguna isla ¿Anthemoessa, Anthemusa, Sirenusa? O en las rocas del mar, frente a la costa de Italia suroccidental, y que, con su canto melodioso y seductor, atraían y desorientaban o extraviaban a los navegantes y hacían que las embarcaciones encallaran o que los marineros se lanzaran al mar y encontraran la muerte. 

El latín lo tomó del griego antiguo Σειρήν = Seirên y su plural Σειρηνες = Seirênes con igual significado. Según el mito, eran las divinidades del mar que atraían a los navegantes con sus hermosos cantos, que causaban en ellos una fascinación irresistible cuando pasaban por sus alrededores.

¿Cuál es el origen del término griego Σειρήν = Seirên?

No hay duda de que sirena o Sirena en español viene del latín Sīrēn, ēnis y este del griego Σειρήν = Seirên. El problema es que no se sabe con certeza el origen de Σειρήν. Según Pierre Chantraiine (página 994), Σειρήν (nombre propio de un ser mitológico) era “un ser fabuloso mitad ave, mitad mujer, que, según la Odisea de Homero, atraía de una manera irresistible a los navegantes por sus cantos melodiosos, causándoles la muerte”. 

Asimismo, Chantraiine menciona el término micénico (en el Peloponeso, hacia 2000-1100 a. C.) “seremokaraore” con el significado de “cabeza de sirena”, al parecer, compuesto por σειρήν (sirena), más el viejo término griego κάρᾱ (cara, rostro), que se utilizó en forma poética en lugar de κεϕαλή = kephalé (cabeza), pero Sófocles (496-406 a. C.) usó el vocablo con el sentido de “rostro”, “semblante”, “cara”. O quizá aluda a “un genio minoico” (Creta, c. 2400-1400 a. C.), figura inspirada en alguna deidad egipcia. Véase la entrada “rostro

Hay dos hipótesis que sobresalen por ser las más sugestivas

Una dice que σειρήν (seirén) acaso se relaciona con el término σειρά (seirá) que significa “cuerda”, “cadena”, la idea de encadenar a alguien, tal vez porque las sirenas, con su dulce canto, ataban, sujetaban, aseguraban o dominaban a los navegantes, y los hacían sentir un deseo irresistible de dirigirse al lugar de donde venían esos cantos seductores y, finalmente, encallaban los buques entre las rocas de las islas, o los marineros se echaban al mar y morían ahogados. 

También se ha tratado de vincular a σειρήν (seirén) con el adjetivo σειριος (seirios) que significa “ardiente”, “caliente, de donde Σείριος (Seirios), el nombre griego de la estrella Sirio, la más brillante del cielo, visible durante las noches caniculares o la época más caliente del verano en el hemisferio norte. A lo mejor entonces, σειρήν evoca al gran calor del mediodía, pensando en que las sirenas eran seres demoníacos del mediodía y propias de un cálido mar en calma.

Así mismo, y sin el propósito de abundar en detalles, queda la posibilidad de que σειρήν (seirén) tenga raíces semíticas, pues los griegos tuvieron contacto con pueblos como los fenicios, los egipcios y otros que hablaban lenguas semíticas.

MÁS SOBRE EL MITO DE LAS SIRENAS

El mito sobre las sirenas, o más bien de seres monstruosos que habitaban en el mar, a veces malvados, a veces bondadosos, puede rastrearse al menos hasta unos 6000-7000 años atrás. Entre los sumerios y acadios, y sus sucesores, los babilonios, por ejemplo, había un dios (¿o diosa?) o más bien un ser al que llamaban Oannes, dotado de razón, cuyo cuerpo era semejante al de un pez, “y tenía debajo de una cabeza de pez otra cabeza y tambíen pies abajo, como los de hombre, sub unidos a la cola de pez” (Oannes, personaje enigmático…”). 

Algo así como mitad humano y mitad pez y de vida anfibia, que había surgido de las tinieblas, en algún lugar del golfo Pérsico, y que durante el día daba a los hombres lecciones de comportamiento y sabiduría y por las noches se sumergía en el fondo del mar. Lo interesante es que este y otros monstruos mitológicos, igual que las sirenas, tienen su morada en el mar. Esa inmensidad de agua, cuyo fondo se conoce menos que la superficie lunar y que, considerada como un todo, cubre alrededor de 360 millones de km² de nuestro planeta Tierra.

Décreto, una divinidad femenina de Siria 

Según los griegos, Dérceto (Δερκετώ = Derketố) o Dercétis (Δερκετίς = Derketís) en antiguo griego, es el nombre que le dieron a una gran deidad femenina del norte de Siria, que también tenía cabeza, pecho y brazos de mujer, pero con cola de pescado, y que se conocía como Atar’ateh (Atargatis) en arameo, Ἀτάργατις en antiguo griego y Atargătis en latín clásico con igual significado y citado por Plinio el Viejo del siglo I d. C. Me imagino que de esta y otras diosas parecidas, los romanos de la época imperial comenzaron a representar a las sirenas con tórax, manos y cabeza de mujer y con cola de pescado.

Nunca volverá a tener a su esposa y a sus hijos cerca de él

Homero escribió en La Odisea: “Kirke (Circe) advierte a Odiseo de los peligros del viaje que se avecina: ‘Vendrás a las Sirenas en primer lugar; quienes hechizan a cualquier mortal que se les acerque. Si un hombre en ignorancia se acerca demasiado y capta su música, nunca volverá a tener a su esposa y a sus hijos cariñosos cerca de él ni a ver su alegría por su regreso a casa; o sea, irremediablemente morirán.

Se sientan en un prado y los cadáveres de los hombres yacen amontonados a su alrededor, pudriéndose sobre los huesos a medida que la piel se descompone. Debes remar más allá de allí; debes tapar los oídos de toda tu tripulación con cera dulce que has amasado, para que ninguno de los demás pueda oír la canción. Pero si tú mismo estás empeñado en oír, entonces dales órdenes de atarte de pies y manos mientras te pones de pie contra del mástil, con los extremos de la cuerda atados al mástil mismo; así se pueden escuchar las voces de las Sirenas y déjate extasiar…”. 

Apolonio en sus Argonáuticas 4. 892 (epopeya griega del siglo III a. C.)

«En poco tiempo, los argonautas avistaron la hermosa isla de Antemoesa, donde las Sirenas de voz clara, hijas de Aqueloo… mitad humanas y mitad aves, pasaban el tiempo vigilando los barcos desde una altura que dominaba su excelente puerto; y muchos viajeros, reducidos por ellas a piel y huesos, habían perdido la felicidad de llegar a casa… Se apresuraron a saludar a los Argonautas  con una melodía sutil; y los jóvenes pronto habrían arrojado sus cabos a la playa, si Orfeo no hubiera intervenido”. 

“Alzando su lira, Orfeo extrajo de ella la animada melodía de una canción rápida, para ensordecer sus oídos con una mezcla de sonidos. Las voces juveniles de las sirenas fueron vencidas por el señuelo; y el viento, ayudado por el resuello de la orilla, se llevó la nave. Y el canto de las Sirenas se volvió ininteligible; sin embargo, había un hombre, Butes, el noble hijo de Teleón, que quedó tan encantado con sus dulces voces que, antes de que pudieran detenerlo, saltó al mar. El pobre hombre nadó a través de la oscura ola en dirección a la orilla, y de haber desembarcado, pronto le habrían robado toda esperanza de llegar a casa. Pero Afrodita, se apiadó de él. Lo atrapó mientras aún luchaba contra las olas; y después de salvarle la vida, lo acogió en su corazón y encontró un hogar para él”. 

“Y como se había decretado que las sirenas sólo vivirían hasta que alguien que oyera su canto pasara imperturbable, se arrojaron al mar y se transformaron en rocas. Algunos escritores relacionaron la autodestrucción de las sirenas con la historia de Orfeo y los Argonautas, y otros con la de Odiseo”. 

Pseudo-Apolodoro, Bibliotheca E7. 18-19 (trad. Aldrich) (mitógrafo griego del siglo II d. C.)

«Odiseo navegó junto a la isla de las Sirenas. Eran hijas de Aqueloo y de la Musa Melpómene, y sus nombres eran Peisínoe, Aglaope y Thelxiepeia. Una tocaba la cítara, la segunda cantaba y la tercera tocaba la flauta; de esta manera, solían persuadir a los marineros que pasaban para que se quedaran con ellas… Al pasar, Odiseo quiso escuchar su canto, así que, siguiendo las instrucciones de Circe, tapó los oídos de sus navegantes con cera y les pidió que lo ataran al mástil. Cuando las Sirenas lo persuadieron para que se quedara con ellas, rogó que lo liberaran, pero sus hombres lo ataron aún más fuerte, y así siguió navegando. Un oráculo había dicho que las Seirenes morirían si algún barco lograba pasar junto a ellas; y efectivamente murieron». Fragmentos de https://www.theoi.com/Pontios/Seirenes.html.

El mito de la Sirena viene de la Magna Grecia, una colonia griega que llegó al sur de Italia hacia el siglo VIII a. C.

Sirena era una de las ninfas (deidades fabulosas de las aguas y los bosques) que moraban en una isla situada sobre la costa suroeste de Italia. El mito se desarrolló en el Mar Tirreno, frente a las costas de Nápoles, ya que, por ejemplo, Virgilio menciona en la Eneida Sirenum scopuli, para referirse a las “rocas de las Sirenas” cerca de Capri. El escritor romano Petronio del siglo I d. C., dejó escrito Sirenum domus o “la casa de las Sirenas en Parténope”, la población del siglo VII antes de Cristo donde luego se fundó Nápoles. Parténope era el nombre de una de las ninfas, que decepcionada por no seducir a Odiseo, se lanzó al mar y ya muerta, las olas la arrastraron a la playa napolitana, donde fue sepultada

En el siglo VIII a. C., o algo antes —en el ocaso de la Edad Oscura griega—, se asentaron los primeros griegos  (procedentes de las ciudades de Calcis y Eretria de la isla de Eubea) en el sur de Italia, fundando lo que se conoce como Magna Grecia. Por lo tanto, el mito de las Sirenas fue traído de Grecia al sur de Italia, hace al menos 2800 años, allá por el tiempo de Homero y Hesíodo.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 29 de septiembre de 2025.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!