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Semen, concepto y definición

El semen, también llamado esperma, es una secreción blanco amarillenta o lechosa, espesa y  viscosa, descargada o eyaculada desde el orificio uretral externo del pene del hombre o cualquier mamífero, incluso aves o reptiles machos, durante el clímax de la excitación sexual. Es una mezcla de secreciones producidas en los tubos seminíferos, vesículas seminales, próstata y glándulas bulbouretrales, más los espermatozoides, que se producen en los testículos, pero que se almacenan en las vesículas seminales.

la palabra “semen” es derivada del latín, mientras que «esperma» procede del griego antiguo

El término semen deriva del latín, pero en la antigüedad romana nunca significó “semen”, con el sentido de líquido que eyaculan los hombres o machos de cualquier otro animal, y que depositado en las entrañas de una hembra, genera una cría (niño, perrito, pollo). 

Al abordar la etimología de “semen”, se hace indispensable tratar el origen de la palabra esperma: sperma, spermatis (semen con el sentido de semilla) en latín tardío (siglos III-V d. C.), tomada en aquellos siglos de σπέρμα (semilla, germen) en griego antiguo. Pero los griegos sí imaginaban o concebían que la expulsión del semen depositado en el interior de la hembra, era como una semilla que tendría que desarrollarse en el vientre materno, del mismo modo que las semillas de las plantas lo hacen en el suelo. 

Así que la madre aportaba solamente el ambiente propicio (como la tierra para las semillas de las plantas) para el desarrollo del niño, pues en aquellos días tan lejanos, ni remotamente sabían de la existencia de otra “semilla femenina”, es decir el óvulo o gameto femenino, que en la mujer mide unas 140 micras de diámetro, pues sólo veían el semen que fluía a través del pene del varón y quedaba depositado en las entrañas maternas. 

Esta idea que tenía por ejemplo, Aristóteles, fue sin duda una de las causas del androcentrismo prevaleciente —o sea, “todas las cosas trascendentes se deben y giran en torno a los hombres”— así como la misoginia —”rechazo desdén o aversión a las mujeres”—, pues veían a la mujer, nada más como un instrumento para la procreación, cuya simiente o esperma era una aportación única o exclusiva del varón.

Es por ello necesario que el lector consulte la entrada “esperma”, que ahora se considera como sinónimo de semen. 

Semen o esperma humano en una placa de Petri. Autor Jchoi30 , algunos ajustes de niveles por parte de Jaakobou. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Human_semen_in_petri_dish2.jpg

Origen del término “semen”

La palabra “semen” (un calco de sperma = σπέρμα en griego) y algunos derivados (sementare, sementaricius, sementarius o tiempo de sembrar, sementia) se utilizaron durante toda la Edad Media con el sentido de semilla, simiente, origen. Pero con el significado biológico de “fluido que eyacula el pene«, se encuentra en español sólo desde los inicios del siglo XV. 

“Semen” procede del latín sēmĕn, genitivo singular semĭnis, que, como ya lo señalé, nunca significó el líquido viscoso y blanco amarillento que arroja un hombre por el pene y que preña a una mujer. Este vocablo lo citan escritores antiguos como Cicerón, Ovidio, Virgilio, Tácito, Livio, Quintiliano y Columela. He aquí los principales significados durante la antigüedad romana:

1- La simiente o semilla de la que nacen los animales y las plantas.

2- en obras poéticas, átomos, partículas, elementos o partes constitutivas de todas las cosas.

3- El grano de trigo. De seguro porque un sólo grano sembrado, se multiplica muchas veces en la espiga.

4- Retoño, vástago, injerto, plántula o planta joven.

5- Tocón de algún árbol.

6- Sangre, con el sentido de linaje, estirpe.

7- Casta, origen, causa, raza.

Algunas expresiones de la antigüedad ilustran mejor el significado

Semina flamae (Virgilio) “las estrellas que generan flamas”.

In semen abire, exire (Plinio) “emerger o brotar las plantas”.

Semen belli (Cicerón) “el autor o causante de la guerra”.

Regio semina orta (Livio) “el que ha nacido de sangre real”.

Rerum nature semina “los principios de las cosas”.

Hay términos de uso actual derivados de sēmĕn: semental, seminal, seminario, inseminar, sementero, semencera, siembra, sembrío, sembradío.

Vínculos indoeuropeos de sēmĕn

El término sēmĕn se relaciona con la raíz indoeuropea  *sē(i)‑ Pokorny 889 (dejar caer, sembrar, tirar), vinculado también a términos latinos, por ejemplo: sino, sinere (dejar hacer, permitir);   sero, serere (plantar, sembrar, causar, engendrar); satio, sationes (el tiempo de la siembra); sationalis (que se puede sembrar), etc.

DATOS COMPLEMENTARIOS SOBRE LA NATURALEZA DEL SEMEN O ESPERMA

El volumen de semen o esperma en una típica eyaculación oscila entre 2-5 mililitros conteniendo 50-150 millones de espermatozoides cada uno. En promedio unos 100 000 000 por ml, lo que resulta en  un total aproximado de unos 350 millones. Cuando el conteo es menor a 20 millones/ml, es probable que la persona sea infértil. Se requiere de una gran concentración de espermatozoides, ya que sólo una pequeña fracción alcanza al óvulo maduro y habitualmente nada más uno logra penetrar y fecundarlo.

Aunque el fluido prostático es levemente ácido, el pH del semen varía entre 7,2-7,7 (un promedio de 7,5, casi como la sangre, una leve alcalinidad), debido a la alcalinidad y mayor volumen del líquido segregado por las vesículas seminales. El color lechoso del semen se debe a la secreción prostática, y su consistencia pegajosa o viscosa es causada por el fluido de las glándulas bulbouretrales y las vesículas seminales. El líquido seminal funciona como un medio de transporte de los espermatozoides, una fuente de nutrientes y un elemento protector contra la acidez de la uretra masculina por donde tienen que pasar y de la vagina, donde son depositados durante el coito.

En condiciones normales, el semen no debe contener leucocitos o sólo unos pocos de manera ocasional. Al menos un 80% de los espermatozoides deben mostrar motilidad o movilidad, y los que muestren alguna anormalidad morfológica, no debe exceder del 10-20%.

Proporciones volumétricas

Si consideramos las proporciones por unidad volumétrica de semen, se tienen en promedio los siguientes valores: espermatozoides, alrededor del 10%; fluido de las vesículas seminales 60%, es decir, la mayor parte del volumen; líquido prostático 30% y muy pequeñas cantidades de la secreción procedente de las glándulas bulbouretrales. Por lo tanto, si tomamos como promedio 3,5 ml de semen eyaculado, entonces, ¡sólo 0,35 ml representan el volumen de los aproximadamente 350 millones de espermatozoides! Y 2,1 ml es líquido de las vesículas seminales.

Después de cinco minutos en la vagina, el semen se coagula

Una vez dentro, o más bien en el fondo de la vagina, el semen se coagula en unos 5 minutos, por la intervención de ciertas proteínas sintetizadas en las vesículas seminales. La función de esta coagulación no se conoce muy bien, pero las proteínas que la causan son muy distintas a las que coagulan la sangre. Pasados 15-25 minutos, el semen recupera su fluidez, debido a fibrinolisinas (literalmente “sustancias que disuelven las fibras del coágulo») del antígeno prostático específico (APE o PSA, el que se mide como una forma de diagnosticar el cáncer de próstata) y otras proteínas proteolíticas segregadas también por esta glándula. 

Ya recuperada la fluidez del semen, los espermatozoides recobran su motilidad, para seguir su largo camino en búsqueda del óvulo, que finalmente es alcanzado entre 24-48 horas después.

Lecturas sugeridas:

Guyton & Hall. 2000. Textbook of Medical Physiology. Tenth Edition. pp. 919-920

Tortora J. Gerard & Bryan Derrickson. 2000. Principles of Anatomy and Physiology. p. 1067. USA. 

Ediciones impresas.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 9 de marzo de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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