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Narcisismo, Narciso

Narcisismo un término psicoanalítico

Narcisismo. Excesiva fascinación y desmesurado amor hacia uno mismo, autoerotismo, deseo sexual por su propio cuerpo, que se desea a sí mismo, vanidad extrema. Según la teoría psicoanalítica, gratificación erótica derivada de la admiración de los atributos físicos o mentales que una persona experimenta de sí misma.

En realidad la figura de Narcissus, como una forma de representar el exacerbado amor propio o narcisismo, está testimoniado desde el siglo XVIII (año 1767). Tiempo después, el poeta, teólogo y filósofo inglés Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) usó el término narcissist (narzisst en alemán) para describir una similar obsesión por uno mismo, en una carta de 1822, inspirándose en el personaje mitológico griego Narciso. 

Paul Näcke

El término narcisismo fue Acuñado en 1899 en alemán Narzissismus por el psiquiatra Paul Näcke (1851-1913) en Die Sexuellen Perversitäten, “Sobre las perversiones sexuales”. Del griego antiguo Νάρκισσος Narkissos, Narcissus en latín, nombre de un hermoso joven en la mitología (Ovidio, «Metamorphoses,»  3 . 379) que se enamoró de su propia imagen reflejada en una fuente y que después de morir se convirtió en una flor de narciso.

La palabra «narcisismo» lleva el sufijo griego -ισμος (-ismos) que se utiliza mucho en biología y medicina, que indica «proceso patológico». Por ejemplo, paludismo, raquitismo, reumatismo, comensalismo, amensalismo. Pero también puede indicar doctrina o creencia: cristianismo, socialismo, evolucionismo, fijismo. 

El nombre de la planta o flor de narciso proviene del griego antiguo νάρκισσος (nárkissos) y Νάρκισσος (Nárkissos) es el joven mitológico que se enamoró de su imagen reflejada en el agua, y que luego de morir se convirtió en una flor de narciso. A pesar de ser controversial, parece que la mayoría de los lingüistas opinan que primero fue el nombre de la planta y después el del joven. 

En latín clásico, el hijo de Cēphissus o Cēphissŏs se llama Narcissus (Νάρκισσος), el hijo de Cēphissus o Cēphissŏs que se transformó en flor de narciso, que el poeta romano Ovidio nos cuenta en su obra Metamorphoses 3, 339.

Narcissus and Echo (Narciso y Eco). Found in the Collection of Walker Art Gallery. (Photo by Fine Art Images/Heritage Images/Getty Images). https://www.gettyimages.com.mx/detail/fotograf%C3%ADa-de-noticias/narcissus-and-echo.

Origen de νάρκισσος (nárkissos)

Sobre el origen del griego νάρκισσος narkissos, desde tiempos antiguos se dice que procede o al menos está influenciado por el vocablo también griego de ναρκὰω, ειν (narkáo, ein) “estar aturdido, adormecido, narcotizado”, de νάρκη (nárke) “adormecimiento”, “sopor”, por el encantador e intenso olor que despiden las flores de algunas especies de narcisos. Y así aparece en muchos diccionarios, como en el Merriam Webster’s Dictionary, que en su edición 1971 afirma que el narciso tiene ciertas propiedades narcotizantes, aunque algunos dicen que esto no es cierto.

Por ejemplo, el griego Plutarco de Queronea (siglos I-II d. C. en Mor. 647 B) dijo que νάρκισσος procede de νάρκη (nárke) “adormecimiento”, porque, según él, el narciso tiene propiedades calmantes. Hay que tomar en cuenta que, en efecto, la especie Narciso poeticus L., es una especie con ciertos alcaloides que pueden causar vómito, diarrea, convulsiones, parálisis y a veces la muerte, pero no específicamente narcosis.

Según el diccionario griego-inglés de Robert Beekes (p. 997), el término νάρκισσος no procede de νάρκη, como desde la antigüedad se decía, sino que se trata de un vocablo no indoeuropeo de procedencia probablemente pregriega, debido a que lleva el sufijo -ισσος (-issos), propio de otros vocablos que tienen ese mismo probable origen. Lo mismo opina el lingüista Chantraiine (p. 736). Por eso, decir que νάρκισσος (nárkissos) procede de νάρκη (nárke) “adormecimiento”, es una etimología popular.

Νάρκισσος (Nárkissos), Narcissus en latín clásico

Ναρκισσίτης (narkissites), que Plinio (siglo I d. C) la escribió como Narcissītēs es un tipo de piedra preciosa, así llamada quizá por su color. La flor del narciso era narcissus y Narcissus hijo de Cēphissus o Cēphissŏs que se transformó en flor según Ovidio en su obra Metamorphoses

SOBRE EL MITO DE NARCISO

Según la mitología griega, Narciso fue un joven muy hermoso y arrogante (nunca aceptó tener amores con nadie), hijo del río Cefiso, (en griego Κηφισσο, Cephissus) de Beocia y la ninfa-náyade Liríope (Λιριοπη). Entre los muchos que lo amaban y eran rechazados, incluyendo inmortales y mortales, destaca la ninfa Eco (Ἠχώ, Ēkhō) y el joven Aminias (Ἀμεινίας, Ameinías).

A grandes rasgos, el mito dice que Narciso (Νάρκισσος) era un joven apuesto, nacido de la ninfa Liríope y del río Cefiso, pero, a pesar de su hermosura, no le interesó tener aventuras amorosas con nadie —puede que haya tenido razón— a pesar de que muchos jóvenes y también doncellas sentían una irresistible atracción por él. La ninfa Eco (Ἠχώ), que lo amaba locamente, murió en vano de tristeza y dolor en una caverna del bosque, hasta que sólo quedaron sus huesos… y el eco de su voz.

A Eco la castiga Hera quitándole el don del habla

Eco era una hermosa joven que con su seductora locuacidad, se encargaba de entretener a Hera, mientras que su esposo Zeus se daba gusto enamorando a otras ninfas, pero un día Hera se dio cuenta y despertó su ira, condenando a Eco a ya no poder hablar, sino solamente repetía la ultima palabra que alguien le dirigía, lo que la volvió incapaz de comenzar una conversación quedando sólo el eco de su voz, por eso tuvo que vivir solitaria, apartada de todo trato humano. Pero así, muda o casi muda se enamoró de Narciso a quien seguía y contemplaba.

Ameinias pide a Némesis castigar a Narciso

Murió Eco de amor, pero también hubo un joven llamado Ἀμεινίας, Ameinias, que por más que le rogaba a Narciso que le correspondiera su amor por él, nunca accedió, nunca quiso. Entonces Ameinias, colmado de despecho, decidió suicidarse (algunos dicen que el propio Narciso le envió una espada para tal fin), pero antes le rogó fervorosamente a Némesis (Νέμεσις, Némesis, Nĕmĕsis) que castigara a Narciso por su insensibilidad a los ofrecimientos de amor. Némesis era la diosa griega (hija de Nyx, la noche), de la indignación por las malas acciones, o de la venganza, que, según el mito, atendía sobre todo problemas amorosos.

Y Némesis escuchó los ruegos del pobre Ameinias, mandando a Narciso una maldición que lo condenaba a ver su bello rostro reflejado en las límpidas aguas de un pozo, y que se enamorara perdidamente de él mismo.

Narciso ve la imagen de su rostro reflejada en el agua

El mito cuenta que un día regresó Narciso de una cacería cansado y sediento, y encontró entre la arboleda un pozo (o manantial) con aguas muy limpias y al agacharse a beber para saciar su sed, vio su hermoso rostro reflejado. Bajo el influjo de la maldición de Némesis, quedó perdidamente cautivado de su rostro reflejado en esas aguas. 

Fue tan enorme su embeleso, que trataba de tocar su imagen y no podía, pues metiendo sus manos en el agua se distorsionaba, pero tampoco podía alejarse del pozo, pues si lo hacía, dejaba de verse. Así quedó Narciso, prendado de su propia belleza, hasta que finalmente murió afligido por el amor a sí mismo y por su arrepentimiento o acaso murió ahogado.

Otras versiones cuentan que Narciso tenía una hermana gemela ya fallecida idéntica a él, tras lo cual miró su propia imagen reflejada en el pozo, como una manera de satisfacer la apetencia (¿sexual?) por ella.

Las ninfas prepararon todo para realizar su funeral, pero al ir por Narciso, encontraron una flor de narciso flotando en el agua.

Escritores griegos como Pausanias, Meníppos, Filóstrato, Clistráto y otros escribieron sobre este mito. El poeta romano Ovidio en su obra Metamorfosis también hace una hermosa narración sobre Narciso, pero cambia el nombre de Zeus por Jupĭtĕr, Hera por Jūno, Narkissos por Narcissus. Aquí lo pueden leer en español.

Otra manera de dar el significado de narcisismo

Ese es el origen del concepto de narcisismo: “amarse uno mismo, interés excesivo en la apariencia propia, en el confort o en la importancia”. En la teoría psicoanalítica: “regresión al primer estado del desarrollo de la libido o deseo sexula en el cual uno mismo es objeto de placer erótico.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 20 de mayo de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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