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vengar, venganza

Concepto y definición de «vengar», «venganza»

Venganza (sustantivo femenino) o la acción de vengar, es el regreso de un agravio o ultraje por otro, como represalia o castigo. Desquitarse de una injuria; vendetta por rencillas entre familias o grupos rivales, o también entre dos personas. El propio deseo de hacerlo, con notable furia, de manera excesiva, con un enorme alcance. La respuesta de Israel contra Hamás, es un despliegue de venganza rabiosa por las acciones del 7 de octubre de 2023 de este grupo terrorista, que brutalmente asesinó a más de 1400 personas.

La palabra venganza es un sustantivo femenino que proviene del verbo “vengar”, o ‘reparar el agravio hecho, dando al quejoso o dolido reparación cumplida’. Tengo que vengar sus ofensas.

Casi siempre el o los que ejecutan una venganza, están indignados, enfurecidos, encolerizados.

-anza

Pero “venganza» se forma con el verbo ‘vengar’, más la terminación -anza que forma sustantivos deverbales o deverbativos femeninos, casi todos abstractos, que indican acción, efecto, cualidad, etc. Por ejemplo, esperanza del verbo ‘esperar’, confianza (confiar), enseñanza (enseñar), alabanza (alabar), semejanza (semejar). -Anza es un derivado del sufijo latino nominal -antia (acción, estado, cualidad), de -ant- (raíz de -ans), ‘que causa o ejecuta’. 

Un buen ejemplo de palabra en latín con -antia es arrogantia, adjetivo que significa altanería, presunción, arrogancia.

Vengar, su origen

El verbo ‘vengar’ procede del latín vindĭco, vindicāre (reclamar ante los tribunales, reivindicar, vengar, recobrar, reconquistar lo que se había perdido, vengarse de, libertar); (raíz vindic-) relacionado con vindex, vindĭcis (vis- + dīco, dicĕre). 

1- Vindex en principio significa “garante” o “el que responde por otra persona”; algo después, “vengador”, “el que saca venganza de”, “el que castiga”, “protector”,  “defensor”, “vindicador”, “vengador de una injuria”,  “el que libera al preso ante el juez o pretor”.

2- Dīco, dicĕre quiere decir “hablar”, “oponer”, “objetar”, “decir”, “afirmar”, “asegurar”, “reclamar”, “demandar”, “mencionar”, “indicar como cierto”. 

Luego entonces, vindicāre combina vindex más dīco, dicĕre. Por lo tanto, vindicare se traduce más o menos como “el garante, el que garantiza o asegura (vindex) lo que afirma, demanda o reclama (dicĕre)”. Pero los años pasan, y después adquirió el significado de “vengador” o “justiciero”, “el que sabe cómo cobrarse una injuria”…

Dīco, dicĕre se relaciona con la raíz indoeuropea *deik̂-, “mostrar”, ‘señalar’). 

vindex, -ĭcis es una palabra muy antigua

Vindex, vindĭcis es un término tan antiguo, que aparece en la Ley de las XII Tablas (Leges XII Tabularum), elaborada a mediados del siglo V a. C., durante los inicios de la República Romana, después de la abolición de la Monarquía (año 509 a. C.), cuando los etruscos fueron expulsados de Roma.

Vin-

El componente vin- de vindex es muy arcaico y de significado francamente oscuro. Aunque algunos lo asocian con la idea de “fuerza” (según Michiel de Vaan p. 683); o también lo relacionan con la idea de “deseo”, la base de venia, “permiso, gracia, venia”. Pero todo esto parece muy hipotético (véase Century Dictionary. Vol 8. 6757). Del mismo modo, la relación indoeuropea de vindex es muy incierta.

Las XII Tablas, inspiradas en el legislador griego Solón (siglos VII-VI a. C.)

Según la tradición, se registraron disturbios frecuentes en Roma, por el antagonismo entre el pueblo y la nobleza, debido a la inestabilidad o irregularidad de las leyes. Con el propósito de remediar tan grandes dificultades, enviaron a Atenas a tres comisionados para que copiaran las célebres Leyes de Solón (un ateniense, c. 638-559 a. C., elegido arconte en —594).

El nuevo código romano, con 10 leyes, se grabó en 10 tablas de bronce, que se colocaron en el lugar más público o visible del Foro, para que todos pudieran enterarse. Pero luego notaron que faltaban cosas importantes y al siguiente año se agregaron 2 más (completando 12), para suplir o agregar las leyes faltantes. 

Las Leyes de las doce Tablas son, sin duda, uno de los “monumentos” de la lengua latina. Y muchos escribieron para su interpretación: Sexto Elio Peto Cato (c. ss. III-II a. C.), Lucio Acilio, Servio Sulpicio, Marco Antistio Labeon, etc.

Sin embargo, de estos escritos sólo quedan fragmentos que luego fueron colectados por eruditos posteriores.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 7 de enero de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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