Ángel, angelología, angelical, definiciones
La palabra “ángel” tiene en realidad diferentes connotaciones, casi toda de carácter religioso:
1- Espíritu celeste que, según las religiones monoteístas, el mismo Dios ha creado para su ministerio. Un mensajero de Dios, especialmente en la teología persa, judía, cristiana e islámica.
2- Ser sobrenatural bueno o malo al que se le atribuye una inteligencia y poder superior al humano. Lucifer fue un ángel de las tinieblas, caído por su maldad.
3- Un guía espiritual con buena influencia, “un ángel bueno”.
4- Una imagen de forma humana, vestida de blanco, con alas, un halo o anillo de luz que le rodea la cabeza, y que es intermediario y guardián protector de una persona (ángel de la guarda) o de una nación, señalado por Dios para conducir por el buen camino y proteger de los peligros. Esta creencia se remonta a la Antigüedad, siglos antes de Cristo.
5- Un miembro de cualquier categoría o rango de la jerarquía celestial, sobre todo de orden inferior, de los nueve jerarquías o niveles: el más alto, Serafines, Querubines, Tronos; intermedio, Dominaciones, Virtudes, Potestades; tercero, Principados, Arcángeles y Ángeles.
5- Una persona a la que se considera buena, noble, inocente, compasiva, etc., aplicado especialmente a niños y mujeres. Están velando a un angelito (o niño) que murió anoche. Mi madre era un ángel.
6- Carisma, don, encanto, gracia, belleza. Mi tía tiene un ángel y todos la quieren.
Angelología
La angelología es la parte de la teología que trata de los ángeles y su culto. Tiene sus antecedentes en la angelología medieval, que describe criaturas aladas como intermediarias entre Dios y los hombres. La palabra aparece desde la segunda mitad del siglo XVIII. La voz angelología está formada por los elementos griegos: ἄγγελος = angelos más -logía de -λογία “estudio, tratado” de λόγος “discurso, palabra”. El primer diccionario español en recoger este término fue el de Elías Zerolo de 1895. La RAE lo incluye hasta 1956.
Angelical
Angelical (adjetivo) es lo relacionado con los ángeles; que tiene los rasgos de un ángel: candor, inocencia, hermosura. Por ejemplo, “tienes una cara, una sonrisa angelical”. En esta voz encontramos la palabra ángel, más la terminación -al, del latín -ālis, un sufijo que forma adjetivos como angelical, primordial, esencial, musical, dominical, patrimonial, celestial, fenomenal, perjudicial. También puede formar sustantivos que indican abundancia: arrozal, lodazal, pantanal, peñascal, arenal, etc. Natalis (lo relacionado con el nacimiento), perpetualis (universal, general) y popinalis (propio de la taberna o figón) son buenos ejemplos de adjetivos antiguos con este sufijo.
Un ángel consolando a Jesús antes de su arresto en el Huerto de Getsemaní. 1874. Carlos Bloch (1834-1890). https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gethsemane_Carl_Bloch.jpg
Otros derivados de “ángel”
- Angelofanía. Aparición de los ángeles.
- Angelolatría. Adoración de los ángeles.
- Angelogonía. Teorías que explican el origen y naturaleza de los Ángeles. Del mismo modo que la cosmogonía trata de explicar el origen del cosmos o la TeogonÍa de Hesíodo el origen de los dioses.
- Angelica. Género de una planta herbácea umbelífera que tiene ese nombre por sus cualidades curativas.
- Angeleño. El gentilicio de un habitante de Los ángeles, California.
- Ángelus
Del latín Angĕlus [Domĭni nūntiāvit Mariae], primeras palabras de esta oración. Una forma de devoción que conmemora la Anunciación y la Encarnación y que se dice en la mañana, al mediodía y en la noche en la Iglesia Católica Romana, usualmente con el repique de la campana. La Encarnación es, según la teología cristiana, el anuncio del arcángel Gabriel a María, de que iba a ser la madre de Cristo. Es decir, Angĕlus [Domĭni nūntiāvit Mariae] o el Ángel del Señor anuncia a María. Del verbo nuntio, nūntiāre, “anunciar” a quien sea cualquier cosa, “hacer saber”.
Todavía en algunas iglesias de muchos pueblos de México (como Jalisco, donde lo vi hace años), a eso de las 8 de la noche, repica la campana de la iglesia anunciando que se está pronunciando esta frase. La gente que aún conserva esta tradición, suspende lo que está haciendo y se persigna, para luego retomar su actividad. Es cuestión de segundos.
Hace algunos años también, en ciertas estaciones de radio mexicanas, exactamente a las 12 del mediodía decían “es la hora del Ángelus” y ponían el Avemaría.
- Ángel. Nombre personal masculino que se origina del latín medieval angelus literalmente “ángel”, “mensajero”. Ángela, el femenino de Ángel; Angelina y Lina, son los diminutivos correspondientes.
ETIMOLOGÍA DE LA PALABRA ÁNGEL
ángel-evangelio
Antes que nada debe saberse que el término “evangelio” tiene el mismo componente griego ἄγγελος = angelos, “mensajero”, sólo que lleva el prefijo εὒ– (eu-) que indica “bueno”, “favorable”, “bien”. Por eso, etimológicamente “evangelio” significa “buenas noticias”. Recomiendo al lector que lea la entrada “evangelio”.
El término ángel lo tomó el español del latín, éste del antiguo griego, a su vez tomado del persa
“Ángel” proviene del latín medieval angelus (ángel, mensajero), y éste del latín tardío. San Agustín de Hipona (354-430) utilizó el vocablo en su De civitati Dei o la Ciudad de Dios, del año 426. Aulio Clemente Prudencio (348-410) escribió en latín clara nos hinc angelorum iam vocant stipendia o “las brillantes marchas de los ángeles ahora nos llaman desde aquí” en su Peristephanon liber o “La Corona de los Mártires”. Stephanium significa en latín “pequeña corona”. En griego antiguo περιστεφής peristephés quiere decir “coronado”, de στέφᾰνος = stéphanos “corona”
Angelus (ángel, mensajero) de ἄγγελος
La palabra angelus procede del griego antiguo ἄγγελος, que ya desde la Ilíada de Homero significa “mensajero”, “al que envían a notificar algo”; “el que habla o anuncia, como las aves en un agüero”. En la Septuaginta o LXX, Biblia en griego koiné que se tradujo del hebreo durante los siglos III-II a. C., el vocablo ἄγγελος (angelos) significa “un ser espiritual enviado de Dios” con alguna noticia, y en la Biblia Vulgata latina (siglos III-IV) aparece angelus.
Se sabe que el término ἄγγελος es un préstamo de la lengua persa, ya que los iranios tenían un complicado sistema jerárquico de seres espirituales que mediaban entre Dios y los hombres, por ejemplo en el mazdeísmo, cuya divinidad suprema era Ormuz o Ahura Māzda, el Señor de la Sabiduría.
El mazdeísmo, considerado como la primera religión monoteísta, fue instituido como religión persa entre los siglos IX y VI a. C., por Zoroastro o Zaratustra (Zaotar, cantor y compositor religioso), basado sobre la existencia de una deidad única y una lucha cósmica entre el espíritu del bien (Spenta Mainyu) y el espíritu del mal (Angra Mainyu). Pero los orígenes del mazdeísmo y el zoroastrismo están en antiquísimas creencias mesopotámicas que también asumían la existencia de espíritus mensajeros que mediaban entre los hombres y Dios.
No hay datos precisos, pero se estima que Zaratustra (que hablaba lengua avéstica) vivió en algún tiempo entre los siglos IX-VI a. C. Sin embargo, algunas fuentes se atreven a suponer que acaso vivió entre el año 1500-1000 a. C., o aún antes, lo que desquicia las estimaciones cronológicas. Se supone que los griegos supieron de Zaratustra y su religión entre los siglos V-IV a. C.
ἄγγᾰρος
El término griego ἄγγᾰρος (angaros) es un préstamo del persa y se refiere a un mensajero o porteador montado como los que reclutaban en el Imperio Persa. El dramaturgo griego Esquilo (siglos VI-V a. C.) escribió ἄγγαρον πῦρ = angaron pyr, “la flama mensajera que se ponía en lugares elevados como colinas o atalayas”, una manera de avisar sobre algo, como la amenaza de enemigos o la llegada de buques. En Sánscrito (otra lengua indoeuropea), la palabra angiras era el nombre de un grupo de seres divinos y luminosos. Una fiel equivalencia a lo que ahora entendemos por un ángel. Así que es muy probable que ἄγγελος y ἄγγᾰρος tengan un origen común. Las ἄγγαροι ἡμίονοι = angaroi emionoi eran las mulas de posta o correo.
Los lingüistas aceptan que ἄγγᾰρος es un préstamo del persa o iranio, y creen que quizá sea a su vez un vocablo de origen semita. La veneración a los ángeles se diseminó sobre todo en la religión persa, que luego pasó al judaísmo y finalmente al cristianismo. Es en el judaísmo donde inicia una compleja jerarquización de los ángeles.
ἀγγαρήιον
Ἀγγαρήιον = angaréion, según Heródoto y Jenofonte, era un sistema persa de posteadores montados, establecido por Ciro. Había caballos a cada cierta distancia a lo largo de los principales caminos del Imperio, de manera que los mensajeros (ἄγγαροι, angaroi), que se relevaban a esas distancias, podían mantenerse en la carrera sin interrupción, tanto de día como de noche y bajo cualquier condición del tiempo atmosférico. Esto nos hace suponer que la provisión de caballos tenía carácter obligatorio. De acuerdo con Suidas (supuesto lexicógrafo griego del siglo X), ἄγγαροι primero se aplicó en Persia a “los que transportaban cargas de cualquier tipo”, y después significó “cualquier servicio obligatorio”.
Este sistema fue adoptado muchos siglos después por los romanos durante el período Imperial. Para ello tenían la palabra angaria, “acarreo, acarreo público”; “obligación de dotar de caballerías para las cargas”. El verbo angario, angarare era “obligar a alguna carga”; “exigir o requerir”. Todo esto originado primero en Persia y pasado a los griegos.
El panteón griego también tuvo dioses alados
La existencia entre los griegos de dioses y personajes alados, es algo perfectamente documentado. Según la concepción mitológica griega, las deidades aladas, como entes mensajeros, tenían la facilidad de interconectar los tres niveles: el celestial u olímpico, el mudo de los dioses del Olimpo; el mundo de los hombres mortales y el inframundo o Hades o el mundo de los muertos. Las alas les permitían ir de aquí para allá en su función mensajera.
- Hermes (Ἑρμης, Mercurio para los romanos). Dios olímpico de los rebaños, el comercio y el robo, mensajero de Zeus y el que conducía a los muertos al inframundo. Tenía alas, pero en sus botas.
- Iris (Ιρις). Una hermosa mujer, una doncella con alas doradas. La diosa del arco iris, mensajera de los dioses del Olimpo y de Hera la esposa de Zeus.
- Eros (Ἔρος el cupido romano). Un dios muy antiguo que surgió en los amaneceres de la creación. Dios del amor y del deseo sexual. Un joven alado con su arco y sus flechas. Algunos escritores antiguos dicen que no tuvo padres, pues nació del caos, pero otros sostienen que Ἔρος era hijo de Erebo (la sombra, la oscuridad, hijo de Caos) y su hermana Nix, Nyx (la diosa de la noche). En fin…
- Nike (Νίκη, Victoria romana). Diosa alada de la guerra y de las competencias no bélicas, con los brazos extendidos. Hija de Palas y de Estigia (otros dicen que de Ares).
- Tanatos (Θανατος, Mors para los romanos). Un hombre alado, casi siempre con barba, era el dios de la muerte no violenta, porque la muerte violenta, por enfermedad devastadora, accidente o las matanzas, eran el dominio de las Keres (Κηρ, Κήρες), espíritus femeninos o daimones también alados. Tanatos vivía en las Tinieblas Eternas y no tenía padre.
Había también monstruos, por ejemplo, grifos (animal fabuloso con medio cuerpo de águila, y el resto, un león) y sirenas o ninfas marinas con alas, que a veces daban un aspecto aterrador, espantoso, pero cuidaban a los seres que estaban bajo su protección
Mal’āk Yehōwāh
La Biblia hebrea no menciona ἄγγελος sino la expresión Mal’āk (מַלְאָך) Yehōwāh, que, aunque es muy discutible, según esta fuente, parece que no debe traducirse como “el Ángel de Jehová”, sino más bien “la presencia o manifestación del Señor”, pero un análisis lingüístico detallado está fuera de los propósitos de este artículo, y además implicaría el conocimiento cabal de la gramática hebrea. La palabra Mal’āk se menciona en el Antiguo Testamento hebreo siempre en singular en casi 220. La vemos ligada a personajes como Agar, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Gedeón, David y otros grandes protagonistas bíblicos.
Génesis 19:1 “Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde…”
Mateo 1:20 “…He aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David…”
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 18 de marzo de 2024.