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caos, caótico

Caos, caótico concepto y significado

Caos (sustantivo):

  • Un lugar o estado de cosas donde reina la confusión y el desorden.
  • Un desgarreate o desgarriate, revoltijo, enredo. Entré a la alcoba y me encontré con un tremendo caos.
  • Según algunas ideas cosmogónicas, la condición desordenada e informe o amorfa de la materia en un espacio infinito que existió antes del universo ordenado o cosmos. Un estado de cosas en el que lo que prevalece es lo fortuito; en especial, el estado confuso y fuera de orden de la materia primordial antes de la creación o surgimiento de de las distintas formas.
  • El inherente e impredecible comportamiento de un sistema natural complejo, por ejemplo, la atmósfera, el agua en ebullición, la disposición y distribución de los claros de un bosque, los latidos cardíacos… porque cada latido lleva implícito cierto grado de riesgo… cada 24 horas se producen unos 100 000 en un humano adulto… 37 millones al año.
  • Un estado de confusión completa. El terremoto causó un caos en toda la ciudad.  

La Teoría del Caos   

En física y matemáticas, comportamiento supuestamente errático e impredecible de algunos sistemas dinámicos deterministas con gran sensibilidad a las condiciones iniciales. Esto es materia de estudio de la teoría del caos, una rama de las matemáticas y la física que estudia la naturaleza y las consecuencias de los sistemas caóticos. Esta teoría fue propuesta por el matemático y meteorólogo estadounidense Edward Norton Lorens (1917-2008) en los años 1960s. Célebre por su memorable pregunta: “¿El aleteo de una mariposa en Brasil provoca un tornado en Texas?”

De una manera más tangible: un modelo o estado de orden que existe dentro de un desorden aparente, como las irregularidades de un litoral o de un copo de nieve.

La palabra “caos” en el español

La palabra caos se registra en español hacia las primeras décadas del siglo XV, y su derivado, el adjetivo “caótico” (que tiene las cualidades del caos, algo confuso, incoherente, desordenado) aparece al inicio del siglo XVII.

El diccionario de Francisco del Rosal de 1611 dice: “Caos, masculino. En griego y latín es confusión ciega de cosas”.

La RAE de 1729: “Chaos. masculino. Materia sin forma, confusa y sin distinción hasta que la forma la especifique. Esta la conoció, o fingió la Gentilidad (sic) en la formación del mundo.

Pero en 1780, la RAE cambia a “Caos” y dice: “La mezcla confusa de todos los elementos que hubo antes de la creación. Chaos. Caos, por metonimia: Confusión, desorden. Confusio, Perurbatio.

Aclaración personal

Confusio es un sustantivo latino que deriva del verbo confundere (confundir) y significa ‘confusión’, ‘desorden’.

Perturbatio, onis (otro sustantivo derivado del verbo perturbare), quiere decir ‘confusión’, ‘desorden’, ‘caos’, ‘embrollo’, ‘desbarajuste’.

Etimología de “caos”

El término “caos” deriva del latín clásico chăŏs, atestiguado en la Eneida del poeta romano Virgilio (siglo 70-19 a. C.), para quien era “el caos, la materia amorfa (sin forma), confusa y sin distinción”. El poeta grecolatino Estasio (45-96) ecribió… Cimmericumque chaos en su obra Silvae, ‘bosques’ (3, 2, 92), cuando se refería a los cimerios (en latín Cimmerius), un pueblo (Taurica Chersonesus*) que se dice vivió por muchos años en la orilla oriental del mar de Azof, de donde quizás proviene la palabra Crimea.

*Lempriere’s Classical Dictionary. 1875. Página 164. Edición impresa. O también aquí.

Para Lactancio (250-325 d. C.), escritor latino del norte de África, “el chăŏs era la materia desordenada del cielo y de la tierra, que fue hecha por Dios de la nada”, de la cual luego recibieron forma todas las cosas del universo; también era “la profundidad”. Unos 100 años después, el poeta hispanorromano Prudencio (348-413 d. C.), escribió que el chăŏs eran “las tinieblas”.  

En sentido figurado, el chăŏs eran la profundas tinieblas; chaos horridum “tinieblas aterradoras, espantosas, estremecedoras, espeluznantes. 

El término chăŏs fue tomado por los romanos del griego antiguo

El sustantivo chăŏs proviene del griego Χάος (kháos o cháos), que según la Teogonía de Hesíodo (c. siglo VIII a. C.), el caos era el primer estado del universo: πρώτιστα χαός γένετ’ = prótista kháos génet’. Pero tiempo después, para los filósofos posteriores, el caos suele representar al espacio infinito. A veces en la forma latinizada rudis indigestaque moles o “la inconmensurable y confusa masa”, de donde fue creado el universo. 

La raíz indoeuropea *ĝhēu- : ĝhō(u)- : ĝhǝu- (bostezar) está vinculada a las palabras chăŏs en latín y Χάος en griego. Así como gas en latín científico a su vez de chăŏs ya citado.

Lo primigenio fue entonces, la noción preponderante en el significado de chăŏs, kháos. Hesíodo también dice que era el infinito espacio vacío, que existía en la cosmogonía antigua, anterior a la formación del mundo, de donde nacieron los dioses, los hombres y absolutamente todas las cosas.

El Kháos también era: a) el inmenso espacio de aire; b) la oscuridad infinita, el inframundo, junto con Ἔρεβος Érebos, que era la negrura absoluta, también engendrado por Caos; c) un vasto golfo oscuro, vacío y tenebroso.

En la Teogonía hesiódica Kháos fue personificado como un ente que no tuvo padres, pues fue el primer ser que existió. Engendró a ῎Ερεβος Érebos o Érebo, la oscuridad, a Νύξ Nýx, la noche. Luego surgió Ἔρως, Eros o el dios del amor y la fertilidad, que según algunos, no tuvo padre, pero otros dicen que fue hijo de Caos, y Γαῖα, Gaia o la madre tierra, que no tuvo padres, sino fue producto de la creación. Pero hay muchas cosas sobre estos mitos que, por razones de espacio, no voy a mencionar.

Cada civilización tuvo sus mitos sobre el origen del universo o su cosmogonía

En fin, hay muchos mitos griegos y de otras civilizaciones que tratan de explicar el origen del universo y todas las cosas que existen. Se considera que el más antiguo entre los griegos era de origen pelasgo (véase más abajo), según el cual, del Caos nació Eurynome (hay otros personajes mitológicos con ese nombre), quien creó todas las cosas. En cambio, en el mito de los Olímpicos (de ῎Ολυμπος Ólympos o la morada de los dioses del paganismo griego), el caos engendró a Gaia o Gea, la madre de la Tierra y de todo cuanto existe. Otra variante del mito dice que los primeros dioses fueron Urano (el cielo), hijo y esposo de Gaia, que engendraron a los Titanes, hijos (Océano, Jápeto) e hijas (Febe, Tetis), quienes personificaron los diversos poderes de la naturaleza, así como al bien y al mal 

A veces Caos se toma como “una gran cantidad de materia desordenada y confusa de la que un ser superior creó la vida.

Los pelasgos

Los pelasgos (en la antigua Grecia, Πελασγοί Pelasgoí, el plural Pelasgi en latín. Para los romanos, Pelasgia era el nombre antiguo de Peloponeso), según la tradición, fueron un pueblo prehelénico, con un lenguaje muy propio distinto al griego; pero muy poco se sabe de ellos. Según la Ilíada de Homero, eran de Tesalia, al norte de Grecia. La Odisea dice que eran de Creta. Luego surgió la versión de que vivían en Argos, Arcadia y Atenas, y quizá se movieron a las islas del mar Egeo, Asia Menor (Anatolia) e Italia.

Para los romanos, Pelasgia era el nombre antiguo del Argia en Peloponeso. Plinio el Viejo (siglo I d. C.) también da ese nombre a una parte de Tesalia, donde vivían los pelasgos y a la isla de Lesbos del Egeo.

Los egipcios

El χάος (cháos, kháos) griego era Nu o Num para los egipcios, la personificación del océano primordial con aguas caóticas abismales, que existió desde el comienzo de los tiempos y que contenía el germen de todas las cosas. Estas aguas contenían cuatro pares o parejas (Nun y Naunet, Kuk y Kauker, etc), parejas conocidas como Ogdoad, que simbolizaban a las aguas primordiales, que en algún momento crearon un huevo, de donde surgieron un fabuloso pájaro, así como el Dios sol Atum y otras cosas más. Conceptualmente se consideraba el padre de todos los dioses, pero nunca tuvo templos de adoración.

Otras figuras míticas que representan al Caos

Entre los seres mitológicos del caos pueden citarse: el Océano cósmico Tiamat y el Océano terrestre Apsu, de Babilonia, con sus equivalentes hebreos Tehōm (abismos) y Aphsey-Erec (los más remotos límites de la Tierra) y el Ymir (germano); Puruṣa o Purusha (indio) y P’ an-ku (chino). Si profundizamos en el tema, nos vamos a encontrar con una intrincada red de mitos.

El origen del universo y de todo cuanto existe

Si le damos una buena revisada al inicio del libro bíblico del Génesis, vamos a encontrar semejanza con el mito de culturas tan distintas como la griega, sumeria, tibetana, japonesa, céltica, norteamericana, africana, australiana, etc. Y es que el origen del universo siempre ha sido un enigma irresoluto, del que se ocupa la filosofía y todas las religiones del mundo, incluso sigue siendo un debate para la ciencia moderna.

A manera de corolario

Según el Diccionario Harper’s de Literatura Clásica y Antigüedades de Harry Thurston Peck (1856-1914): “Sobre Χάος. Hesíodo dice que Cháos es el abismo enorme e insondable que fue el primero de todos los seres existentes. Del Caos surgieron Gea (Tierra), Tártaro (Infierno) y Eros (Amor). El Caos engendró al Erebo y a la Noche; de su unión surgieron Aether y Hemera (Cielo y Día). La concepción del Caos como la masa confusa de la que al principio surgieron las formas separadas de las cosas es incorrecta y pertenece a un período posterior.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 12 de febrero de 2024.

Categoría: ciencia, cultismos

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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