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Paliar, paliativo, cuidados paliativos. sus definiciones

Paliar es un verbo que significa “mitigar, aligerar o suavizar la crudeza de una enfermedad», “reducir el dolor. Los analgésicos paliaban sus intensos dolores 

También se refiere a “suavizar o hacer más llevaderas las penas o angustias causadas por alguna situación adversa, sea cual sea». Tu compañía palia un poco mi angustia.

Paliativo (adjetivo y a veces también sustantivo). Referido a cierto tratamiento médico, “que tiene la propiedad de atenuar o suavizar el sufrimiento de un enfermo, aunque no cure su padecimiento”. Los pacientes con cáncer terminal reciben un tratamiento paliativo para minimizar sus terribles dolencias.

Paliativo deriva del verbo paliar más el sufijo -ivo, del latín īvus, que en este caso forma adjetivos y a veces sustantivos, que expresan la capacidad de hacer lo que indica el verbo que lo antecede, en este caso “paliar”. Es decir, “un paliativo tiene la capacidad de paliar o suavizar un dolor o sufrimiento”. Pueden citarse algunos ejemplos: “vomitivo”, que puede hacer vomitar; “carminativo”, que puede hacer que se eliminen los gases del aparato digestivo; abortivo, laxativo, evacuativo, emotivo, infectivo, receptivo.

Etimología de paliar y paliativo

Es muy interesante saber que paliar y paliativo son palabras derivadas de la antigüedad romana, pero en aquel tiempo se referían a cosas relacionadas con el vestuario. Con el paso de los siglos, y desde finales de la Edad Media comenzaron a usarse con el sentido de mitigar o suavizar el sufrimiento que causa una enfermedad dolorosa o terminal y también la aflicción que acarrean algunas situaciones aciagas de la vida.

En 1314 aparece en francés la palabra palliatif como un adjetivo que significa “que mitiga un mal, pero sin curarlo”, en la obra De Chirurgie del médico cirujano y anatomista Henri de Mondeville (1260-1320).

Paliar deriva del verbo palliāre

Paliar deriva del latín posclásico y tardío pallio, palliāre*, “proteger”, “cubrir con una capa”, “ocultar”, “tapar”; de pallium “manto o prenda de vestir exterior que usaban sobre la túnica hombres y mujeres griegas”, del mismo modo que los romanos una toga, “una capa”, más -are, terminación de los verbos infinitivos. El verbo palliāre se documenta en Apuleyo, un escritor romano del siglo II d. C.

*Palliāre es equivalente a los verbos latinos: tegere “cubrir, envolver, ocultar” y celare “tener algo oculto, mantenerlo en secreto”.

Paliativo de pālliĭatus

Paliativo del latín clásico pālliĭatus (Cicerón): “el que lleva una capa larga”, el participio pasado de pallium, “capa”, “vestimenta exterior”. Pallia noctis “el manto de la noche” (Venancio Fortunato).

Relación indoeuropea de paliar y paliativo

La raíz PIE *pel-3b-, *pelǝ-, *plē- (piel, pellejo, vestido que cubre), Pokorny 3b. pel‑ 803, es la que tiene nexos con pallium y sus derivados. Palabras como despellejar, erisipela, filme, neopalio, paliar, película, pellejo, pellizcar, piel (pellis) y otras, también están relacionadas con esta misma raíz.

Neopalio

El neopalio (también neocórtex, isocórtex o corteza cerebral) es la parte superior o la cubierta del cerebro humano. Una estructura con 6 capas diferenciadas filogenéticamente reciente en la evolución del hombre, que se relaciona con la coordinación general del aprendizaje y las funciones cognitivas más avanzadas, incluyendo el lenguaje escrito y hablado, el pensamiento consciente, el razonamiento, la abstracción y muchas otras. Se trata de un neologismo híbrido acuñado por el neuroanatomista y egiptólogo británico Grafton Elliot Smith (1871-1937), contemporáneo de Cornelius Ubbo Ariëns Kappers (1877-1946), neurólogo holandés quien también se ocupó de estos temas. Literalmente significa “manto o palio nuevo”, ya que es como un manto (pallium) que cubre a nuestro cerebro y es evolutivamente de formación nueva (neós). 
El escrito donde Smith introduce el neologismo “neopalio” es: Notes upon the natural subdivision of the cerebral Hemisphere (Notas sobre la subdivisión natural del hemisferio cerebral), publicado en julio de 1901. Journal of Anatomy and Physiology. Aquí lo pueden leer.

CUIDADOS PALIATIVOS

Cuidados paliativos: “un adecuado control de síntomas y una preocupación real por las necesidades espirituales y sociales de los enfermos terminales, es hoy una demanda ineludible que debe ser atendida por los sistemas de salud vigentes”. Cita textual del texto Medicina paliativa y cuidados continuos de Alejandra Palma et al. 2010.

Los cuidados paliativos (que mitigan, protegen, aminoran) se refieren a la atención médica, psicológica y espiritual que se brinda a un enfermo que padece una enfermedad grave, potencialmente mortal o terminal, como el cáncer en fases avanzadas, y que esencialmente no tienen como propósito curar, sino más bien, aligerar los síntomas —sufrimiento, dolor, malestar, depresión, desesperanza—, mejorar en lo posible la calidad de vida y saciar las necesidades emocionales, espirituales y confortadoras. 

Porque aceptar la proximidad de la muerte, que ya se ve venir de manera ineludible, no es algo tan fácil de lograr. Así como el nacimiento (proceso del parto) es traumatizante para el bebé que viene a la vida, pues no es nada cómodo dejar el cálido ambiente intrauterino y pasar por el estrecho canal del parto, tampoco es tan fácil “soltar el cuerpo” y dejarse llevar hasta la última exhalación que marca la muerte… pero no se olviden que morir es tan natural como nacer.

Cada día es más común escuchar sobre las “experiencias cercanas a la muerte” (ECM), que muchos creen son una muestra de que nuestra conciencia trasciende y sigue la vida después de la muerte. Pero este es un muy controvertido asunto que por ahora prefiero no abordar.

Los cuidados paliativos también son necesarios para pacientes con enfermedades no mortales en el corto plazo. 

Debe señalarse que también se ofrecen cuidados paliativos a enfermos que tienen un penoso padecimiento, no necesariamente mortal en el corto plazo. Pongamos como ejemplo a una persona que se encuentra politraumatizada y que sabe que va a quedar parapléjico, que ha perdido la vista, que ha sufrido amputaciones, quemaduras que le marquen el rostro, etc. Ellos también necesitan de esos cuidados, para ayudarlos a aceptar esa nueva condición, con la que tendrán que vivir el resto de sus días.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 20 de marzo de 2024.

Categoría: ciencia

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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