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¿Qué es el océano?

El océano es el mar grande y vasto o el inmenso cuerpo de agua salada interconectado, que cubre aproximadamente el 70,8 % de la superficie terrestre. Nuestro primitivo océano se formó a través de enormes períodos de tiempo. El agua permaneció como gas hasta que la Tierra se enfrió por debajo de los 100 grados centígrados. En aquel tiempo, hace unos 3800 millones de años, el agua se condensó y originó lluvias durante muchos siglos, que llenaron las cuencas que ahora conocemos como ‘los océanos’. Según esta teoría, el océano se formó por el escape de vapor de agua y otros gases, desde las rocas fundidas de la Tierra hacia la atmósfera del planeta en proceso de enfriamiento. Luego aparecería la vida (NOAA. 9 de abril de 2021).

Aunque el tema es altamente controversial. Otros creen que el agua en la tierra provino, sobre todo, del choque con  enormes asteroides con gran cantidad de hielo, unos 80-130 millones de años después de la formación del planeta.

Etimología de la palabra océano

Océano proviene del latín Ocĕănos, dios del mar, el hermano y esposo de Tethys, con la que engendró 3000 Ocĕănĭdēs. Pero los romanos tomaron estos nombres del griego antiguo ᾨκεανός = Okeanós y Τηθυς = Têthys, castellanizados como Océano y Tetis.

Okeanós era para los griegos de la antigüedad el dios que personificaba un ‘gran río exterior’ (fuente de todas las ‘aguas menores’) que llevaba el mismo nombre, y que según las tradiciones, rodeaba el gran disco terrestre, como se imaginaban era la Tierra. Y como ese río era continuo, como una circunferencia o cinturón, entonces no tenía ni principio ni fin, porque retornaba a él mismo (Según los escritores Homero y Hesíodo). Solo hasta el siglo VI a. C., fue que el matemático y filósofo griego Pitágoras comenzó a sugerir que nuestro planeta era esférico. 

Debe advertirse que los antiguos griegos dieron al término Okeanós el significado de un río y no de un mar. En cambio, los romanos utilizaron el término Ocĕănos para nombrar al dios griego ya citado, pero además asignaron ese nombre a la porción del Océano Atlántico que ellos conocieron (en contraposición con el ‘gran mar interno’ o el Mediterráneo), pues el Imperio tenía dominio en tierras bañadas por sus aguas.

Okeanós y Tethys

Okeanós (ᾨκεανός) era un titán, hijo de Gea (Γαια, Γαιη, Γη, la Tierra) y de Urano (Ουρανος, el cielo). El dios del Gran Río Okeanós que circundaba el disco terrestre, fuente de todas las aguas dulces, como ríos, arroyos, pozos, manantiales, nubes de lluvia. También regulaba los cuerpos celestes, los cuales salían desde y se ocultaban dentro de sus aguas. Tethys, su hermana y esposa cuyo nombre significa literalmente “la nana”, “la que amamanta”, fue, tal vez, visualizada como la que distribuía las aguas que nutrían la tierra a través de los acuíferos subterráneos. Sus hijos fueron los Potamoi (Ποταμος, Ποταμοι = Potamos, Potamoi), dioses de los ríos y los arroyos, y las Oceánidas (Ωκεανις, Ωκεανιδες = Okeanis, Okeanides), las ninfas protectoras de los manantiales o fuentes. A diferencia de sus hermanos, Okeanós y Tethys no intervienen en la castración de su padre Urano, ni participaron en la guerra contra Zeus, así que después continuaron su reinado sobre las aguas.

Datos de interés sobre los océanos

La oceanografía es una ciencia muy vasta. Sin embargo, con la finalidad de motivar a los lectores, escribo algunos datos generales sobre la naturaleza de los océanos. Es mi vivo deseo que sirvan de acicate para que busquen más información en este «océano» de conocimientos. Porque me olvidaba, pero la palabra océano se usa en sentido figurado para referirse a cosas muy, muy extensas.

Los grandes océanos se dividen de manera un tanto imprecisa en pequeñas regiones llamadas ‘mares’, ‘golfos’ y ‘bahías’. Por ejemplo, en el océano Atlántico, podemos mencionar el mar Del Norte, el Báltico, el Caribe y el de Weddell; los golfos de México, Guinea y San Lorenzo; las bahías de Hudson, de Baffin y de Guanabara.

Los océanos (cinco) comprenden un área de 361 132 000 km², alrededor del 70,8 % de la superficie terrestre, con una profundidad media estimada de 3 688 m (NOAA), un volumen aproximado de agua de unos ¡1 335 millones de km ³!, el 96,5 % de toda el agua del planeta. 

Salinidad del océano

El agua de mar consiste de una solución de muchas sales y numerosas partículas inorgánicas y orgánicas en suspensión. Los ríos están agregando sustancias constantemente, y en espacios geológicos de tiempo va cambiando su composición, pero es tan grande su volumen, que en miles de años se mantiene relativamente constante. Excepto en casos especiales, contiene alrededor de 35 gramos de sales por litro, con un rango que oscila entre 33 a 38 ‰. Anualmente, unas 2 300 millones de toneladas métricas de materiales solubles, son vertidas al océano por los ríos. Otra fuente de solutos es el interior de la Tierra a través de erupciones volcánicas. 

Sin embargo, existen casos en los que la salinidad es excepcionalmente alta, por ejemplo, en las restringidas aguas del Golfo Pérsico y el Mar Rojo, donde la evaporación es mayor a la precipitación, la salinidad puede exceder el 42 ‰ (42 gramos por litro). Pero también puede suceder lo contrario: bajos niveles de salinidad existen donde grandes cantidades de agua dulce son descargadas por lluvia y por los ríos, como sucede en el mar Báltico que a veces tiene una salinidad de 10 ‰ o menos.

Temperatura del océano

La temperatura del agua oceánica superficial varía según la cantidad de radiación recibida, lo que depende en primer lugar de la latitud. En latitudes bajas (regiones ecuatoriales y tropicales), se registran en promedio unos 24 °C, mientras que en regiones de altas latitudes, unos 2 °C. En los mares cálidos, justo a partir de los 300 m de profundidad, comienza a descender la temperatura rápidamente (termoclina), por la incapacidad de la luz solar de penetrar más allá de los 200 m; de tal modo que a los 1000-1200 m desciende a 2 °C y así se mantiene hasta el fondo marino. Esta variación térmica no sucede en los mares fríos, pues su temperatura es baja desde la superficie.

Diversidad de la vida marina

Una amplia diversidad de organismos viven en el mar. Su tamaño oscila desde microscópicos (algas, bacterias), hasta el animal más grande del planeta, la ballena azul (Balaenoptera musculus L 1758), con una longitud de 24-29 m y un peso aproximado de 100-120 o más toneladas métricas. Sencillamente, el animal más grande de todos los tiempos conocido. Los biólogos han identificado hasta ahora (2021) unas 255 000 especies marinas, y como dato interesante, los insectos son prácticamente inexistentes en el mar abierto, con solo cinco especies del orden Hemiptera, familia Gerridae, género Holobates son verdaderamente marinos, que viven en la superficie de los mares tropicales y subtropicales del mundo.

El color del océano

En general, el mar muestra un color azul, debido a que, cuando recibe la luz solar, absorbe con más intensidad los colores de mayor longitud de onda, es decir, el rojo, anaranjado y amarillo, en cambio, refleja o devuelve el azul (por eso su color), con una longitud de onda menor. Sin embargo, si el agua contiene impurezas, como sólidos en suspensión, algas, etc., el color azul se pierde en mayor o menor grado. Asimismo, el cielo se ve azul, no porque la atmósfera absorbe los colores con mayor longitud de onda, sino debido a que dispersa más el azul.

Los cinco océanos

Mapa mundial de los cinco océanos con sus límites aproximados. Autor: Pinpin. 29 de noviembre de 2021. Tomado de https://en.wikipedia.org/wiki/Ocean#/media/File:World_map_ocean_locator-en.svg

Donde es posible, límites continentales y algunas características del relieve submarino se utilizan para fijar fronteras entre los océanos; pero cuando estos elementos están ausentes, entonces líneas imaginarias se emplean para ello, con frecuencia tomando como base consideraciones políticas, que  suelen ser arbitrarias. Lo cierto es que las dimensiones reconocidas a cada océano varían según la fuente consultada. La distribución de las regiones oceánicas en la tierra es desigual. En el Hemisferio Norte, alrededor del 61 % de la superficie es agua (39 % tierra firme), en cambio, en el H. Sur, casi el 81 % de la superficie es mar (sólo 19 % área continental e insular).

Sus nombres   

Según la International Hydrographic Organization (Organización Hidrográfica Internacional), se reconocen cinco océanos, que en orden de su tamaño son:

  • Pacífico, el mayor y más profundo: 155 557 000 km ². Representa el 43 % del área oceánica total. Es tan grande, que todos los continentes (149 000 000 km ²)  caben en su área.
  • Atlántico, 106 500 000 km², representa alrededor del 68 % del Pacífico. Es relativamente un océano angosto, comparado con el Pacífico, mucho más ancho.
  • Índico, 68 556 000 km ². Más pequeño que el Atlántico. A diferencia del Pacífico y el Atlántico, es predominantemente austral.
  • Océano Austral o Glaciar Antártico, 20 327 000 km². Cercano al continente Antártico, está constituido por la unión de corrientes oceánicas, llamada ‘Convergencia Antártica’. Realmente son porciones del Pacífico, el Atlántico y el Índico, a más de 50 ° de latitud sur.
  • Glaciar ártico, el más superficial: 14 056 000 km ². Con solo un 25 % de la profundidad que poseen los otros océanos.

Los relativos niveles entre las tierras continentales y las cuencas oceánicas, marcan una notable diferencia: la altitud media de los continentes es de unos 840 metros, en cambio, la profundidad media del océano es de 3 688 m, es decir, 4,4 veces más (Tarbuck & Lutgens. 2009).

Lectura sugerida:

Tarbuck J. Edward & Frederick K. Lutgens. 2009. Earth Science pp. 366-409. USA. Edición impresa.

Autor: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 19 de mayo de 2021.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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