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mariposa, María pósate

Significado de ‘mariposa’

Mariposa es el nombre común de los insectos adultos lepidópteros (Lepidoptera, plural latinizado), que tienen las cuatro alas cubiertas por escamas. Las más patentes son las diurnas, de colores vistosos, aunque la mayoría de las especies son nocturnas, grisáceas, menos atractivas, llamadas palomillas (un diminutivo del nombre paloma, por su apariencia o más bien sus colores). Del latín palumba, pălumbēs, bis, ambos, sustantivos femeninos con el significado de paloma, paloma torcaz.

Probable origen de la palabra ‘mariposa’

Mariposa es un sustantivo femenino que al parecer deriva de la expresión ‘María, pósate‘. Por lo tanto, su origen debe ser el español u otras lenguas romances medievales (circa siglos IX-XIV). El término mariposa probablemente originado en ‘María, pósate’ (como ordenando a María que se pose o se detenga después de estar volando), está atestiguado en español tardomedieval hacia los siglos XIII-XIV, pero su génesis podría remontarse algunos siglos antes.

María y pósate

María es un conocido y común nombre propio femenino castellano, que proviene del latín Măria, ‘la madre de Jesús’, tomado del griego antiguo Μαρία, Μαριάμ (María, Maríam), del origen hebreo מִרְיָם (Myriam). Y el verbo imperativo pósate, del latín tardío pausāre (reposar, detener), a su vez del latín pausa (forma antigua, paussa) que significa ‘tregua’, ‘suspensión’, ‘pausa’, ‘cese’. Posarse es ‘situarse en algún lugar después de haber volado’, como un ave, insecto, murciélago, avión, etc.

Diccionarios españoles de los siglos XV-XVIII

  • El diccionario Español-Latin de 1495 de Antonio de Nebrija dice: “mariposa. papilio papilionis”. En latín, pāpĭlĭo, ōnis (Gaffiot p. 1111) significa ‘mariposa’, atestiguado por ejemplo en el siglo I d. C. en los escritos de Plinio el Viejo.
  • En 1611 se publicó el diccionario de Francisco del Rosal, donde dice textualmente: “Maríposa, nombre puesto por los niños, que jugando dicen: posa, porque (sic) te coja”, muy probablemente, en alusión de estos insectos tan bellos que los niños querrían coger, y por eso les pedían que se posasen en el suelo, una piedra, un tronco.

Diccionario de la Real Academia Española

El diccionario de la Real Academia Española (RAE), de 1734, dice que el lexicógrafo español Sebastián de Covarrubias (1539-1613) las llamó quali maliposa (¿quien se posa mal?), porque se asienta o coloca mal en la luz de la candela. Quizá por eso, llama la atención que los diccionarios de los siglos XVII-XVIII, cuando definen la palabra mariposa, se refieren, en general, a un insecto que torpemente vuela o revolotea en torno a una candela o vela, hasta que se quema y cae. Lo que nos permite concluir que se referían, en primer término, a las mariposas nocturnas o palomillas, que finalmente son mucho más abundantes que las diurnas.

ψυχή, psyché

Los antiguos griegos llamaban ψυχή (psuché o psyché) a las mariposas, que en origen significaba: ‘soplo’, ‘soplo vital’, ‘aliento’, ‘exhalación como signo de vida’, ‘la vida’, ‘el espíritu’, ‘el alma de un difunto’. De donde se han acuñado diversos neologismos: psicología, psiquiatría, psicoanálisis, psicobiología, psicocatársis, psicódido, psicosis, psicótico, psicodiagnosis, psicoactivo, psicodélico y muchos más.

Así las llamaban en sentido metafórico o figurado, aludiendo a la manera en la que estos insectos emergen como adultos de la pupa o capullo; pues lo rompen y brotan suavemente, con elegancia y ligereza, sin producir sonido. Con un vuelo silencioso, como se cree escapa el alma (ψυχή = psyché), cuando una persona fallece. Solo basta comparar el vuelo de una mariposa con el de otros insectos como chapulines, abejorros, escarabajos, abejas que hacen ruido al volar. Las mariposas no, debido a la suavidad de sus alas y las escamas que las cubren.

Esta comparación alegórica podemos encontrarla en la Historia Animal (Historia animalium) de Aristóteles (384-322 a.C.). Probablemente referida a la mariposa de la col (Papilio brassicae L, 1758), tomada como símbolo del alma inmortal, debido a que permanece en la crisálida, inmóvil, como ‘muerta’, y pasado un tiempo, emerge con un vuelo ligero y silencioso.

Mariposear, mariposón

De mariposa se deriva el verbo mariposear, por la ligereza o veleidad de estos insectos, que significa ‘variar frecuentemente de aficiones y caprichos‘; sobre todo en asuntos de amores, andar con insistencia tras alguien. También mariposón, término coloquial que se refiere a un hombre inconstante, caprichoso y poco serio en amores, o que anda insistentemente en torno a alguien. En algunos países como Perú, Uruguay, Argentina y Chile, mariposón es ‘un homosexual’, ‘un afeminado’.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 14 de junio de 2020.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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