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orgía, bacanal

Definiciones de orgía, bacanal y bacante

Una orgía es:

A- Una fiesta o disfrute colectivo en donde abundan los excesos en el consumo de alimentos, alcohol u otras drogas psicoactivas y desmanes sexuales. Orgía de placer.

B- Satisfacción viciosa de deseos o pasiones desenfrenadas.

C- Manifestación grande o exagerada de alguna cosa. El filme se volvió una orgía de sangre.   

D- Exceso de algo. Orgía de sangre. Orgía de terror. O. de colores.

Bacanales eran las fiestas de la Antigüedad en honor al dios Baco. Actualmente se define como una fiesta con mucho desorden y excesos. Y bacante era la mujer que participaba en las bacanales.

File:Bacco - Mantegna, Andrea - Baccanale col tino -1470 ca.-.jpg
Bacanal con una cuba de vino. Autor Andrea Mantegna (1431-1506). Fuente Giorgio Lise. Imagen tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bacco_-Mantegna,_AndreaBaccanale_col_tino-1470_ca.-.jpg

Etimología de la palabra ‘orgía’

Orgía es un término que procede del latín orgĭa, -ōrum, que significa: ‘orgías’, ‘misterios religiosos’, ‘misterios de Baco o su festival nocturno (Nocturni orgia Bacchi)’, ‘jolgorio frenético y secreto’, acompañado de gritos salvajes y mucho tumulto. La palabra orgĭa se encuentra siempre en plural, y en la mayoría de las veces en poesía, y se refiere, como recién mencioné, a los ritos del dios griego Dionisos (Bacchus para los romanos). 

El término puede referirse tanto a los objetos sagrados de los misterios (ceremonias secretas y ocultas) que se guardaban en ciertos recipientes (canastas), así como los secretos asociados a ellos, que no los debe oír un no iniciado. Palabra documentada en escritores romanos como Catulo, Virgilio, Ovidio y Juvenal. Todos pertenecen a la época del latín clásico (siglos I a. C.-I d. C.).

Orgĭa deriva del griego ὄργια (órgia) 

Orgĭa deriva del griego antiguo ὄργια (órgia), palabra que se encuentra en escritos de la Antigüedad siempre en plural, que significa: ‘secretos’, ‘adoraciones secretas’, practicadas sólo por iniciados, justo como μυστήρια, μυστἡριον (mystéria, mystérion), ‘cultos mistéricos’; una palabra posthomérica, usada en los ritos de adoración secreta de deidades como: Demeter en Eleusis (Δημήτηρ, Dēmḗtēr), la diosa de las cosechas; los Cabiros, dioses del inframundo; Orfeo (Ὀρφεύς, Orpheus, castellanizado como Orfeo), el padre de los cantos ¿Recuerdan las personas mayores, mis coetáneos, los discos LP Orfeón, que se vendían a mediados del siglo XX?

La palabra ὄργια procede de ὀργή (orgé), que significa ‘impulso natural’, ‘propensión’, ‘sentimientos’; también tuvo el sentido de ‘mente enferma’, ‘pasión’, ‘enojo’, ‘ira’, ‘cólera contra alguna cosa o persona’, etc

Relación indoeuropea de la palabra orgía

Los términos ὄργια, ὀργή, orgía, orgiástico, etc, se vinculan con la raíz indoeuropea (IE) *werg- o *u̯erĝ-2, *u̯reĝ- (hacer, trabajar), también vinculada a palabras como: ‘bulevar’, ‘energético’,  ‘energía’, ‘letargo’, ‘liturgia’, ‘organoléptico’, ‘quirúrgico’ y otras.

Διόνυσος – Βάκχος

Pero ὄργια se refería sobre todo a la adoración de Διόνυσος (Diónysos, Dĭŏnysus en latín), el dios griego del vino, el éxtasis, la borrachera, el desenfreno, hijo de Zeus (Júpiter romano) y Sémele (en latín Stĭmŭla). Los romanos utilizaban el nombre de Bacchus (el dios Baco), que también tomaron de los griegos, que usaban el término Βάκχος (Bakkhos o Bakchos) al que le dedicaban las fiestas orgiásticas, con la agitación, danzas seductoras, cantos, alborotos y consumo de alcohol sin medida. Tanto griegos como romanos comenzaron a celebrar estas fiestas, primero, sólo con la participación de las mujeres, pero después aceptaban a los hombres. Se realizaban a campo abierto, en los claros de los bosques. 

Poemas homéricos y tiempos posteriores

Todas las tradiciones que hacen referencia a un culto místico de Dioniso son posteriores a la composición de los poemas homéricos (c. siglo VIII a. C.) ya que en estos poemas Dioniso no aparece como una gran deidad, y no se menciona la historia de su nacimiento por Zeus ni a las orgías báquicas. Dioniso es descrito solamente como el dios que enseña al hombre la preparación del vino, por lo que se le llama Dionysos Mainomenos, «el dios que se enloquece con el vino», “el dios delirante”, que el espartano Licurgo (¿ss. VIII-VI a. C.?) no tolera en sus terrenos.

Del mismo modo que el cultivo de la vid se extendía en Grecia, el culto a Dioniso también se generalizó más. El culto místico fue desarrollado por los órficos, aunque probablemente se originó en la transferencia de los modos de culto frigio y lidio al de Dioniso. Después de la época de la expedición de Alejandro Magno a la India, la celebración de las fiestas báquicas asumió cada vez más su carácter salvaje y licencioso.

Como bien lo dice el psicoanalista Gary D. Astrachan (14 de septiembre de 2009): “Dionysos-Baco se manifiesta rodeado del delirio furioso enloquecido de sus adeptos, de mujeres que bailan entusiasmadas, alegremente, de sátiros con el falo erecto (itifálicos), de vino que fluye a raudales, de hiedra rizada y de pieles de leopardo manchadas… sencillamente, la naturaleza enloquecida, desenfrenada y desatada. Representa una amenaza para los nobles, seguidores nostálgicos de los remotos griegos homéricos, con su calma heroicamente establecida. A la máxima clásica, patriarcal y sobria inscrita sobre el templo de Apolo en Delfos, conócete a ti mismo, Dionisos contraataca con la suya: piérdete a ti mismo«.

Διόνυσος-Βάκχος  ‖  Dĭŏnysus-Bacchum

Dionysus o Dionysos, también llamado Bacchus o (en Roma) Liber Pater, ‘Padre desenfrenado’, era en la religión grecorromana el dios de la fecundidad y la vegetación, conocido especialmente como el dios del vino y el éxtasis. El registro de su nombre en una tableta en lineal B (c. siglo XIII a. C.), nos muestra que fue ya adorado en el período micénico, aunque se desconoce dónde se originó su culto. Sin embargo, en todas las leyendas se describe como un dios de origen extranjero.

Según algunos escritores, Dionisos era hijo de Zeus, rey de los dioses, y de la mortal Sémele, una princesa mortal de Tebas. El dios era conocido como el «doblemente nacido», ya que, por la intromisión de Hera, Sémele fue asesinada por los rayos de Zeus en el transcurso de su embarazo, pero fue rescatado por su padre, que lo llevó a término sembrado dentro de su muslo

Componentes del nombre  Διόνυσος

El prefijo dio- en el griego antiguo Διόνυσος se ha asociado desde la antigüedad con Zeus, y las variantes del nombre parecen sugerir un hipotético *Dios-nysos arcaico, ya que en griego micénico, Zeus aparece bajo la forma di-wo. El segundo componente es -nūsos, de identidad y origen desconocidos. Es probable que se relacione con el monte Nysa, imaginario lugar mitológico de origen de este dios, donde se cree, fue amamantado por las ninfas Nsíades o Híades. Entonces, ‘Dionysos’ podría interpretarse como el “hijo de Zeus que se crió en Nysa”, un lugar cuya ubicación se desconoce. En fin, hay otras posibles explicaciones.

Βάκχος (Bakkhos

Bakkhos (el dios ruidoso, libertino y disoluto) era un epíteto tardío que los griegos tenían para Dionysos. Bakkhos también es un nombre cuyo origen no se conoce con precisión. Quizá esté ligado al viejo término latino bacca, “el fruto o baya pequeña del laurel, el mirto y el cerezo silvestre”. Esto, tal vez porque Bakkhos era el que cuidaba los viñedos, que dan uvas, frutos que también son bayas. Los romanos tomaron este nombre y lo asimilaron como Bacchus, de donde derivan las palabras: baco, báquico, bacanal, bacante. Aunque también existía la palabra Dĭŏnysus, del Dionysos griego.

Sentido explícito de sexualidad en el término ‘orgía’ 

Aunque en los escritos antiguos parecen no existir referencias explícitas sobre el desenfreno sexual, dudo mucho que no hayan sucedido episodios de lascivia y lujuria en aquellas orgías. Sin embargo, en el Bajo Medievo, el escritor y rector de la escuela diocesana de Zurich Conrado de Mure, Konrad von Mure (1210-1281), terminó la obra Fabularius (Fabulario, una colección mitológica), en la que describe claramente prácticas de sexualidad desmedida durante las orgías.

Algunos creen que las orgías grecorromanas fueron tomadas del Oriente Próximo Antiguo. No es infrecuente que los ritos orgiásticos se acompañen de sacrificios sangrientos, tales como el descuartizamiento de animales sagrados, hecho por las bacantes (mujeres que intervienen en una orgía), o también el ofrecimiento de cabezas que se hace en Indonesia para mejorar la cosecha de arroz.

Llegan a Roma las orgías en el siglo III a. C.

Las orgías o celebraciones mistéricas de Baco o el Diónisos de los griegos, llegaron a Roma (el Lacio) durante el siglo III a. C., desde su versión tracia, muy probablemente procedentes de los etruscos, quienes a su vez las tomaron de la Magna Grecia, al sur de Italia. Uniéndose con el equivalente dios autóctono Liber (el dios libertino o licencioso de la fertilidad y del vino).

Como arriba lo señalé, primero era sólo para mujeres, pero la sacerdotisa Ania Pacula, al iniciar a sus dos hijos, propició la participación de los hombres. Los iniciados se llamaban mystēs (μύστης) ‘un iniciado’, del griego myéo (μυέω), ‘iniciarse en los misterios religiosos’ (mysta, mystē en latín), y estaban obligados a mantener en secreto absoluto los ritos. Se reunían en las noches en un pequeño bosque del monte Aventino a orillas del río Tíber, así como en Ostia, frente al mar Tirreno.

El Senado Republicano y las bacanales

Sin embargo, en el año 186 a. C., las mujeres bacantes fueron acusadas de conciliábulo, por el hecho de juramentar en favor de mantener el silencio, así como de inmoralidad por la nocturnidad de sus acciones, la promiscuidad y el exceso de bullicio, y el asesinato de niños, cuya evidencia nunca se obtuvo. Realmente el senatus consultum ultimum (que usaba el Senado Romano en tiempos de la República) dejaba abierta la eventualidad de pedir y obtener el permiso para ejecutar el rito, con la única condición de limitar el número de participantes. César y Adriano favorecieron en Roma las llamadas Dionisias helénicas de carácter suavizado.

En las bacanales (bacchānăl en latín, ‘lugar de reunión de las féminas que participaban’, ‘reunión de las mujeres concurrentes’) de la antigüedad suele verse como protagonista central a la divinidad, y en la escena se ven bacantes poseídas por la locura mística y sátiros danzando o en posiciones abiertamente eróticas. Hay representaciones artísticas sobre las orgías en muchos lugares de Europa: Villa Doria Panfili, Roma; Museo Vaticano Chiaramonti; Museo Nazionale, Nápoles y delle Terme de Roma, sólo por citar algunos. 

“Se fueron para nunca más volver Baco y Dioniso, pero quedó entre nosotros el nombre y el concepto, ya transformado, de las orgías y las bacanales”. Y la vida sigue. 

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 12 de mayo de 2022.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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