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hepatitis, hepático

Hepatitis, concepto y definición

La hepatitis es la inflamación del hígado, por lo general causada por un agente infeccioso, por ejemplo virus y amebas; un agente tóxico como el alcohol, consumido en grandes cantidades y por largo tiempo; o algún fármaco como el acetaminofén o paracetamol; por procesos autoinmunes, etc. Puede ser moderada o tan grave que amenaza la vida. 

Puede ser crónica (de larga duración) y sólo detectada por la elevación de enzimas hepáticas en sangre; o aguda, es decir, severa, con marcada ictericia, agrandamiento del hígado, a veces con sangrado, alteraciones mentales y fallas múltiples en otros órganos. Con una progresión rápida y un curso corto.

Cronología de la palabra “hepatitis”

El término hepatitis se documenta desde los tiempos del griego antiguo, luego pasó al latín tardío hēpătĭtis; así como al bajo latín hepatitis, pero no precisamente con el sentido de “inflamación del hígado”, sino significando “de o relacionado con el hígado”. En francés (hepatite), aparece en 1542 como sustantivo; pero 118 años después (1660), como una patología de este órgano. 

Hepatitis en español

Según Corominas, “hepatitis” en español está documentado desde 1555. Hay referencias sobre el uso de este término, ya con el sentido de “inflamación del hígado”, en libros del inicio del siglo XVII, lo que nos permite afirmar que, en efecto, el vocablo existió en esta lengua desde el siglo XVI. Más adelante cito uno de 1607. El primer diccionario español que recoge esta palabra es el de Esteban de Terreros y Pando de 1787: “Hepatitis. Inflamación del hígado”.

Etimología de “hepatitis”

“Hepatitis” es un cultismo que proviene del latín tardío hēpătĭtis, ĭdis, un adjetivo que significa “de la naturaleza del hígado”, “análogo o semejante al hígado”. Documentado en la obra Medicamentis (una mezcla de herbolaria y encantamientos) del escritor de temas médicos Marcelo Empírico o Burdigalensis (siglos IV-V d. C.).  

Términos del latín relacionados a hēpătĭtis

Hēpătĭārĭus. Lo relacionado al hígado.

Hēpătĭās, del griego υπατίας. Del hígado; en Celio Aureliano, médico romano del siglo V.

Hēpătĭcus, del griego ηπατικος. Hepático, lo concerniente al hígado. Que padece una enfermedad del hígado (en la Historia Natural de Plinio el Viejo, siglo I d. C.).

Hēpătitēs, del griego ηπατιτης. La hepatita, una piedra preciosa con el color del hígado (Plinio el Viejo).

Hēpătĭtis lo tomó el latín del griego

Hēpătĭtis (en latín) fue tomado del griego antiguo ἡπατῖτις (hēpatîtis) con el significado: “de o en el hígado” (Galeno, siglo I d. C.). Hipócrates y Aristóteles llamaron ἡπατῖτις a la gran vena cava inferior o ascendente, que recoge sangre de órganos situados debajo del diafragma, debido a que en su trayecto pasa por detrás del hígado. Plinio el Viejo también llama así (Hēpătitēs) a cierta gema por tener un color parecido a este órgano (página 653). Como recién lo mencioné, en esos tiempos no le dieron el significado de “inflamación del hígado”.

ἡπατῖτις (hēpatîtis) es un término derivado del ἥπᾰτο (ς) (hēpatos), genitivo de ἧπαρ (hēpar): ‘el hígado’, que también pasó al latín como hēpār, ēpar o hēpătis, “el hígado” (en Marcelo Empírico); así como “cierto pez” (en Plinio el Viejo). Pero además de ἧπαρ y el genitivo ἥπᾰτο está presente ἡπατῖτις el sufijo -itis (en griego -ῖτις, ‘-îtis’) que antes no tenía ese significado, pero ahora se agrega a muchos términos para indicar “inflamación”. Por lo tanto, “hepatitis”, puede entenderse como hepato- + -itis, o sea, inflamación del hígado.

El sufijo -itis que indica “inflamación”

Ahora debo mencionar que el sufijo -itis, tan utilizado en la nomenclatura médica con el significado de “inflamación”, en griego antiguo (-ῖτις, ‘-îtis), por lo general formaba adjetivos femeninos, que los médicos utilizaban para formar términos que contenían la idea de “dolencia o padecimiento que afecta a”, es decir, para nombrar enfermedades, por lo tanto, muy relacionado con la voz νόσος, ‘nósos’ (enfermedad), de donde deriva la palabra nosocomio, que trato en este artículo.

-ῖτις, ‘-îtis se encuentra, por ejemplo, en el antiguo témino ἀρθρῖτις (arthrîtis) que ya Hipócrates usaba para referirse a las dolencias de las articulaciones; o φρένιτις (phrénītis), enfermedad del diafragma que él también denominó. Con el prefijo φρήν (phrḗn) que se refiere, en primer lugar al diafragma y después, por metonimia, a la mente. Como en frenalgia, frenético, frenesí, frenicectomía, esquizofrenia, hebefrenia y oligofrenia.

Términos griegos con el sufijo -itis 

Ahora existen centenares de palabras médicas con este sufijo, dando el significado general de “inflamación”: amigdalitis, sinusitis, bronquitis, poliomielitis, dermatitis, uveítis, meningitis, otitis, hepatitis, uretritis, prostatitis, glositis, estomatitis, enteritis, nefritis, laberintitis, cistitis, endocarditis, pericarditis, condritis, pleuritis, esofagitis, gastritis, duodenitis, blefaritis, rinitis, metritis, uretritis,  y un largo etcétera.

¿Desde cuándo se usa -itis con la idea de “inflamación”?

No tengo alguna referencia precisa, pero, por ejemplo, en español existe un libro de Juan de Barrios, año 1607, llamado “Verdadera medicina, cirugía y astrología en tres libros dividida”, página 145, donde podemos leer “…inflamación de los riñones, es el que comúnmente llamamos nephritis… y al hígado, hepatitis”. Este texto lo cita el Dicciomed.usal.es. Así que el tan empleado -itis debe usarse con este sentido, tal vez desde los siglos XV o XVI. Porque los antiguos sólo lo utilizaban como un generador de adjetivos, o para dar la idea de “padecimiento que afecta a cierta parte del cuerpo».

 ἧπαρ 

Pero volvamos con ἧπαρ (página 653), que para los griegos, tratándose de los humanos, era un órgano vital y el lugar donde residía la vida de una persona. La sede de las pasiones, como amor, cólera, temor, etc., según Esquilo, Eurípides y Sófocles. Se aplicaba también para denominar el hígado de animales como el jabalí, oca, ganso y otros, que era un platillo muy gustado entre los griegos. También le daban este nombre a cierto pez.

derivados de ἧπαρ

  • ᾑπᾰτουργός (hēpatourgós). Que corta el hígado para hacer predicciones.
  • ᾑπᾰτοσκοπέω (hēpatoscopeo). Yo inspecciono el hígado. Este verbo está en la Septuaginta o Biblia griega, libro de Ezequiel 21:21 donde dice que “el rey de Babilonia se detuvo en la encrucijada… para recurrir a la adivinación… ha mirado en el hígado”. Algo semejante a lo que cito en la entrada “hernia”, donde menciono que hariolus, auspex, extispex son términos que significan más o menos lo mismo que hăruspex.

En latín, la palabra  jĕcŭr, iecur (hígado) fue reemplazada por fīcātum con igual significado  

El vocablo griego ἥπᾰτο (ς) (hēpatos), genitivo de ἧπαρ (hēpar): ‘el hígado’, está relacionado con la raíz indoeuropea *yē̆kwr̥- (hígado), también asociada yakrt (sánscrito); ank-is, keknos (lituano antiguo); yaker (avéstico); jigar (persa); jĕcŭr, iecur o jŏcŭr (en latín clásico), el nombre original (relacionado con el griego ἧπαρ) que los romanos daban al hígado, pero después fue reemplazado por fīcātum (de ficus, ‘higo’, ‘higuera’), que significa “hígado de ganso o de oca engordado con higos”; en general también “el hígado”; un término de origen gastronómico que comenzó a predominar desde los tiempos del latín tardío (siglos III-VI), por motivos que en otro espacio voy a explicar.

Otros términos derivados de ἥπᾰτο (ς) (hēpatos), ἧπαρ (hēpar)

  • Heparina (1918). Una sustancia que se encuentra en el hígado y los pulmones que retrasa la coagulación sanguínea.
  • Hepático, del griego ἡπατικός, hepatikos. De, relacionado a, que afecta, que suple o drena al hígado.
  • Género de plantas no vasculares de la familia Hepatica (división Marchantiophyta). Las primeras plantas terrestres.
  • Hepatitis A. (1973)*: hepatitis aguda generalmente benigna, causada por un picornavirus, género Hepatovirus, que no persiste en el suero sanguíneo, y que se transmite por agua o alimentos contaminados con materia fecal. Los virólogos Robert Harry Purcell, Albert Zaven Kapikian y Stephen Mark Feinstone lograron aislar e identificar al virus de la hepatitis infecciosa o virus A, diferenciándose de la h. B.
  • Hepatitis B. (1971): una hepatitis a veces fatal causada por virus del género Orthoepad-navirus de la familia Hepadnaviridae, que tiende a persistir en el suero sanguíneo. Se transmite por sangre infectada y por otros fluidos corporales como el semen. También la llaman hepatitis sérica. Se estima que unos dos mil millones de personas en todo el mundo han sido infectadas por este virus, que fue descubierto en 1965 por el doctor estadounidense Baruch Samuel Blumberg (1925-2011). 
  • Hepatitis C. (1978), causada por flavivirus del género Hepacivirus. También persiste en la sangre y se transmite por transfusiones sanguíneas o por el uso de jeringas contaminadas en personas drogadictas. Este virus es el causante principal de la enfermedad hepática crónica. Su existencia fue reconocida en 1975, cuando el mismo Stephen Mark Feinstone arriba citado, detectó que la mayoría de los casos adquiridos por transfusión sanguínea no eran atribuibles ni a la A ni a la B (NANBH, nonA, non-B hepatitis) y entonces se pensó en la h. C., que fue plenamente identificada en 1989.

Las hepatitis B y C están asociadas con el cáncer hepático, causantes del 80% de los casos. Los virólogos también han descubierto la hepatitis D, E y G.

  • Hepatocito. (1965), una célula hepática.
  • Hepatoma. (1905). Un tumor en el hígado usualmente maligno.
  • Hepatotóxico. (1926). Cualquier sustancia que daña al hígado como el alcohol y otras drogas.
  • Hepatotoxicidad. (1952). La capacidad de una sustancia para intoxicar (y dañar) al hígado. 
  • Hepatología. (hépatologie en francés hacia 1793). La rama de la medicina que estudia la prevención y tratamiento de las enfermedades que afectan al hígado, la vesícula y las vías biliares, así como al páncreas.
  • Hepatalgia, hepatotrofia, hepatectomía, hepático, hepáticoduodenostomía, hepaticoenterostomía, hepaticoyeyunostomía, hepaticolitotomía, hepatectomía, hepatoblastoma, hepatocarcinógeno (capaz de causar cáncer de hígado, como los virus B y C, el alcohol, aflatoxinas, hígado graso), hepatoma, hepatomalacia, hepatomegalia, hepatomelanosis, hepatonecrosis (gangrena del hígado), hepatonefritis, hepatoperitonitis o perihepatitis, hepatoportograma, hepatorenal, y faltan muchos términos más.

Nótese que prácticamente todos los términos médicos son derivados del griego  ἥπᾰτο (ς) (hēpatos), ἧπαρ (hēpar). A la palabra latina “hígado” la desdeñaron los médicos. Cuando vamos a consulta, nada más nos dicen: cuida tu hígado, no bebas más alcohol; traes un poco inflamado el hígado; tienes hígado graso; déjame palpar tu hígado, ¿Te duele el hígado? Pero tratándose de cuestiones y reportes médicos sólo usan “hepato-”. Ni modo, ganó el lenguaje griego.    

*Las cifras entre paréntesis indican el año aproximado en el que se documenta por vez primera el témino.

brevísimos comentarios históricos

Resulta inhacedero describir con pormenores la historia sobre el conocimiento de la hepatitis. Así que sólo anotaré unos cuantos datos.

Existen referencias sobre esta enfermedad de hace al menos unos 5000 años. Durante centurias la hepatitis fue un auténtico misterio y su intelección llegó a riadas, hasta que por fin, se desveló su origen. 

Hoy por hoy, la primera descripción se ha encontrado en Sumeria (c. milenio III a. C.), donde se describe la ictericia (una manifestación frecuente de hepatitis) sobre tabletas de arcilla, los primeros prontuarios de medicina. Ante tan extraña dolencia, no quedaba otra solución que atribuir la causa (etiología) a un ser demoníaco femenino de la mitología acadia, al que llamaron Ahhazu, “la que capturaba”, que atacaba al hígado, la morada del alma y causaba la ictericia. Este mito pasó luego a Babilonia.

El gran médico griego Hipócrates (460-375 a. C.) describió en De Morbis Internis la ictericia epidémica, con algunos casos fulminantes cuyos enfermos morían a los 10-12 días de iniciado el padecimiento. Para su curación se recomendaba una dieta de agua con miel.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 8 de febrero de 2024. 

Categoría: ciencia, cultismos

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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