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embrión, feto, diferenciación de tejidos

Referido al campo de la zoología y la reproducción humana, un embrión es el estado de desarrollo y diferenciación de tejidos y órganos de un animal, mientras está en el huevo o dentro del útero. En la especie humana, se considera ‘embrión’, al producto de la concepción, hacia los 10 días después de la fecundación, precisamente cuando el ectodermo se divide para formar el saco amniótico. El corazón de un embrión humano comienza a bombear plasma entre los días 21-23 después de la fecundación; lo hará unos 54 millones de veces antes del nacimiento y ya no dejará de latir hasta el momento de la muerte. Naturalmente una estructura aún muy rudimentaria, con la forma de un simple vaso sanguíneo, y muy lejos de ser el órgano de cuatro cavidades en un individuo ya totalmente formado.

En botánica, embrión es el esporofito (fase diploide) que suele comprender una planta rudimentaria contenida en una semilla, formada por el hipocótilo, radícula, plúmula y cotiledones. La ciencia que estudia al embrión y su desarrollo se llama embriología.

File:Tubal Pregnancy with embryo.jpg
Embrión humano a la quinta semana de gestación (10 mm de longitud), en un embarazo ectópico. Autor Ed Uthman, MD. Octubre de 2001. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tubal_Pregnancy_with_embryo.jpg

Feto era para los antiguos realmente lo mismo que embrión; pero la biología moderna considera al feto como “el embrión de los animales, a partir del tiempo que toman la forma de la especie a que pertenecen, que en los humanos es desde las semanas 8-9 de gestación, cuando ya se pueden distinguir rasgos faciales, el sexo comienza a diferenciarse y empiezan a verse los esbozos o rudimentos de las uñas.

Etimología de ‘embrión’

La palabra ‘embrión’ literalmente significa “lo que crece (-bryo) o se agranda dentro (en-) del vientre materno, tanto en humanos como en animales”. Vamos a ver:

El término ‘embrión’ se documenta en español desde el siglo  XIV y procede del latín tardío y medieval embryō(n), a su vez del sustantivo griego ἔμβρυον, ‘embryon’, raíz ἐμβρυ- (‘embrión’ o ‘el fruto del vientre antes de que nazca’; también se aplicaba para nombrar a ‘un animal recién nacido’. Término formado por ἐν-, ‘en’- (en, dentro) más βρύω, ‘bryo’ y su infinitivo βρύειν,’bryein’ (llenar,  hinchar, crecer). Por lo tanto, ἔμβυον, ‘embryon’ puede traducirse como “crecer o agrandarse dentro».

En la antigua frase griega, documentada en la Odisea ὑπ ἔμβυον ηκεν ἑκαστη (up embryon eken ekaste) que significa “poner una cría en cada madre para que se amamante”, se muestra claramente el significado de ἔμβυον, «animal joven», «cría».

El médico Galeno (siglo II d. C.) usó el término ἐμβρυοτομία (embryotomía) para referirse al recorte o extirpación del feto.

Etimología de ‘feto’

‘Feto’ es palabra eminentemente latina. Deriva de fœtus, más correctamente fetus (raíz fœ-), sustantivo masculino que significa ‘cría’ ‘parto’, ‘producto del parto’. También, como adjetivo, ‘recién nacido’, fetum pecum, ‘una mujer embarazada’, ‘una hembra preñada’. Además, se usó ‘fetus’ en sentido figurado: feta furore (lleno de cólera), fetus terrae (los frutos que da la tierra), fetus anĭmi (parto o producto del ingenio), fetus pecunĭae (interés del dinero, usura), es decir, ‘los intereses que se generan en un préstamo’, terra feta frugibus (la tierra cubierta de grandes cosechas). Como puede verse, en todos los casos se refiere a lo que se genera o produce, del mismo modo a la formación de un nuevo ser después de la fertilización del óvulo.

Vínculo indoeuropeo

La palabra fetus está vinculada a la raíz indoeuropea *dheh1(i)‑, que luego evolucionó a *dhē(i)- con la idea de ‘chupar’, ‘succionar’, que también está asociada a términos latinos como: fēmina (mujer), femella (mujercita), fēcundus (que produce muchas crías), fellātŏr, ōris (el que chupa o mama); fellāre (mamar, succionar), de donde la palabra ‘felación’; fēnum (heno), fīlus (hijo), fētŭōsus, a, um (encinta), fētūrātus, a, um (apariencia o forma de feto). Y en griego: θη̃σθαι (thesthai) ‘ordeñar’; θήνιον (thénion) ‘leche’; τιθήνη (tithéne) ‘nodriza’, γαλαθηνός (galathenós) ‘madre lactante’, θηλή (thelé), ‘pezón’.

Vocablos de uso actual vinculadas a la raíz *dhē(i)- (mamar)

Cito algunas palabras de uso actual relacionadas con *dhē(i)- y, por lo tanto, con ‘feto’: afiliación, ahijado, epitelial, endotelial, filial, fecundación, fecundo, felación, feliz, fémina, femenino, hidalgo, hijo, hijuelo, hijastro. 

En neologismos médicos

Telalgia (dolor en los pezones), teleplastia (operación plástica del pezón), telarquia (inicio del desarrollo de los pezones en las niñas), Thelazia (del griego θηλάζω, thelázo, tratándose de las crías, ‘succionar, mamar la leche de la madre’), un género de nemátodos que habitan en el saco y ducto conjuntival y lacrimal de algunos vertebrados, a veces también en humanos. 

Inicio del estado fetal en el embrión humano

Durante las 6-8 semanas del estado embrionario suceden marcados cambios en la apariencia del ser que se está formando. Modificándose la forma que no permite su reconocimiento como humano a una fácilmente reconocible. Además del desarrollo cerebral, la cabeza comienza a diferenciarse del cuerpo mediante la formación del cuello. El sistema nervioso ya posibilita ciertas reacciones reflejas, como sobresaltarse en respuesta al contacto. A los 49 días (final de la séptima semana) ya se pueden ver los dedos y los párpados están en formación. Al finalizar la octava semana, el embrión mide unos 25-38 mm de longitud”. 

Al inicio del tercer mes (entre las semanas 12-13) «se reconoce la forma humana del feto (ya no puede confundirse con el de un oso, un león o un cerdo); se aprecia el sexo; la cabeza es prominente, la nariz es plana, las orejas bien diferenciadas y los ojos están en su posición final; algunas estructuras óseas están ya formadas; muestra movimientos pulmonares; también puede mover sus brazos y piernas, girar un poco la cabeza, fruncir el seño y hacer movimientos labiales de succión; mide ya entre 55-85 mm de largo y pesa unos 13-15 g. Detalles epidérmicos como pestañas, cejas, el pelo en la cabeza, uñas y tetas aparecen” (Mader, 2006).

Hay que señalar además que, durante siglos, el final del tercer mes era considerado como “el tiempo del despertar del feto en la matriz”, ya que comienza a volverse poco a poco lo suficientemente activo, como para ser percibido por su madre dentro de sus entrañas.

Antes de las 20-22 semanas

Antes de las 20-22 semanas (140-154 días) de desarrollo embrionario, los niños prematuros no pueden sobrevivir. Aún en la semana 28 (196 días de gestación), si se produce un alumbramiento anticipado, se presentan serios problemas médicos que requieren asistencia especial, debido a que los pulmones no están suficientemente preparados para respirar. Asimismo, es muy poco probable que el feto expulsado con un peso menor a 500 g sobreviva.

Sin embargo, estos límites son difíciles de determinar con una precisión aceptable. La sobrevivencia del feto que ha salido del útero cerca del fin del segundo trimestre (24-27 semanas) de gestación (en mujeres), depende mucho de la disponibilidad de personal y equipo capaz de mantenerlo con vida hasta que el niño se desarrolla suficientemente.     

Bibliografía:

  • Mader S. Sylvia. 2006. Inquiry into Life. Eleventh Edition. Pp. 454-460. U. S. A. Edición impresa.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 20 de junio de 2022.

Categoría: ciencia

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

6 Comentarios

  1. Sara dice

    Disculpe, feto significa «dependencia»? Hace un tiempo vi un video de un debate y decían que Feto en «griego» no me acuerdo muy bien, pero significa dependencia también, pero quiero saber realmente si viene del griego o es otro idioma

  2. Lourdes del Carmen López Orozco dice

    Muchas gracias Prof. Treviño. Muy amplio y aclarador. Lo voy a agregar a favoritos. Dan ganas de conocerlo

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