patrimoniales, varios
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escuela, didáctico

Asistí a la escuela durante casi cincuenta años, como alumno y como mentor ¿Cómo no dedicarle a esta hermosa palabra un espacio entre mis escritos? La escuela es el ambiente propio en que se da una educación programada.

Acepciones de la palabra ‘escuela’

  • Una escuela es un establecimiento público donde se da, especialmente a los niños, la instrucción primaria. Aprendí los números romanos en la escuela.
  • Institución en que se da instrucción, especialmente técnica o artística. Debo llevar a mi hijo a la escuela de enfermería. Mañana asistiré a la escuela de danza.
  • Oportunidad o cosa que representa una fuente de ejemplo o de experiencia. He aprendido más en la escuela de la vida que en la universidad. ¡Y lo digo de verdad!
  • Enseñanza que se da o se adquiere. Héctor es un buen guitarrista, pero todavía le falta escuela.
  • El conjunto de profesores y discípulos de una escuela. Iré de paseo con la escuela (es decir, con toda la comunidad escolar).
  • Conjunto de partidarios de un maestro, un arte, doctrina o estilo. El kantismo fue una escuela filosófica que inició en el siglo XIX.

Didáctico, ca

Sustantivo femenino, ‘técnica o conjunto de técnicas de la práctica educativa’; ‘disciplina que trata las técnicas y métodos de enseñanza’. 

Adjetivo, ‘lo relacionado a la enseñanza’; ‘referido a alguna persona o cosa’, ‘propio o adecuado para instruir o enseñar’. ‘Método didáctico’. ‘Material didáctico, los recursos para facilitar la enseñanza’. ‘Libros bíblicos didácticos’.

Etimología de la palabra ‘escuela’

Escuela es una palabra patrimonial que se originó en la Grecia antigua, de donde pasó al latín clásico y luego a las lenguas romances (derivadas directas del latín, como el español y el italiano); pero además a otros idiomas no pertenecientes a la rama indoeuropea itálica. 

Como prueba de su origen griego común, cito el término en diversos idiomas:

École (francés), scuola (italiano), escola (portugués), school (inglés y neerlandés), skola (sueco), szkola (polaco), okul (turco), școală (rumano), škola (checo), школа (ruso), σχολείο, scholeío (griego moderno).

Tiempo libre, descanso

Aunque parezca incomprensible, el vocablo escuela está vinculado a la idea de ‘tiempo libre’, ‘descanso’, ‘ocio’, Y es que los griegos de la Antigüedad tenían claro los conceptos de:

1- Trabajo, ἄσχολος (ascholos), ‘no ocio’, ‘no descanso’, tratándose de personas, ‘estar ocupado, atareado, no tener tiempo para otra cosa’; del verbo ἀσχολέω (ascholéo), ‘ocuparse, empeñarse, dedicarse’.

2- Descanso, ἄνάπαυσις (anapausis), ‘quietud, reposo, sosiego, cese de toda actividad, no hacer absolutamente nada’.

3- Ocio, σχολή (scholé), primero documentado en Heródoto en el siglo V a. C., que significa  ‘ocio-diversión’, ‘tiempo libre que puede uno emplear en otras actividades de ingenio, que divierten o recrean’. Este es el verdadero origen de la palabra ‘escuela’, porque los griegos aprovechaban parte del tiempo libre para dedicarse al estudio, recibir lecciones, escuchar conferencias, tomar clases de música, danza, ejercicios físicos, de guerra, etc. Aunque eran actividades prácticamente sólo para la aristocracia.

Al lugar donde se pasaba el tiempo libre lo llamaban σχολαστήριον (scholastérion); y σχολεῖον (scholeion) era concretamente “la escuela griega”; σχολαῖος (scholaios) significa ‘persona lenta, perezosa, que siempre llega tarde’; σχολαιότης (scholaiótes), ‘la haraganería, pereza, flojera’; σχολάρχης (scholárches), ‘el encargado (ahora director) de una escuela’; σχολαστής (scholastés), el que vive cómodamente, con todas las facilidades, que los romanos llamaban homo otiosus, “hombre ocioso”.

σχολή, schŏla

El latín tomó del griego σχολή (scholé, ‘ratos de ocio’, ‘tiempo libre’, ‘horas libres’, ‘estar desocupado’, ‘descanso’) y generó la palabra schŏla (escuela en castellano), esencialmente con igual significado, pero voy a enlistar lo más fielmente posible los sentidos con los que este término se utilizó en la antigüedad romana:

A-Tiempo dedicado al aprendizaje, una conversación o debate donde se aprende, lectura, disertaciónn.

B- Posteriormente schŏla ya significó el ‘lugar donde se aprende o se instruye’, es decir, «una escuela», que los romanos también llamaban ludus, que además significa ‘juego’, ‘diversión’, representación teatral’, ‘chiste’, ‘broma’. Ludi magister (maestro de escuela), ludum aperire (abrir una escuela). De ludus (y el verbo ludere, ‘jugar’) derivan las palabras ‘lúdico’, ‘ludismo’, ‘ludir’ y ‘ludopatía.

otros significados de scholé

  • Galería donde se exhiben obras de arte (en escritos de Plinio).
  • El anfiteatro donde combatían gladiadores y animales (scholæ bestiarum) y además se realizaban naumaquias (espectáculo de combate naval).
  • Las escuelas de los seguidores de ciertas corrientes filosóficas eran las philosophorum scholæ. 
  • Los discípulos o seguidores de un profesor, una secta o conjunto de seguidores.
  • En los últimos tiempos del Imperio romano (siglos III-V), un colegio del ejército o de personas de la misma profesión.
  • La sala de espera dentro de los baños públicos, ya que mientras llegaba el turno para bañarse, la persona permanecía ociosa. Con este sentido usó la palabra schŏla el arquitecto y escritor romano Vitruvio del siglo I a. C.

Algunas palabras derivadas de schŏla

Schŏlāris, ‘lo relacionado con la escuela’; ‘propio de los guardias del emperador en un palacio’.

Schŏlastīca, ‘la declamación, hablar en pública, ejercitar la retórica’.

Schŏlastĭcē, ‘a la manera o estilo de una escuela’.

Schŏlastĭcus, ‘declamador, retórico, sabio, erudito, experto en gramática, abogado, consultor, estudiante, escolar’.

Relación indoeuropea de σχολή

El vocablo griego σχολή se vincula con la raíz indoeuropea  *seĝh-, *seĝhi-, *seĝhu-*segh- (sostener, poseer, vencer, victoria, superar, que también tiene relación con las palabras griegas: σκεθρός (skethrós), ‘escaso’, ‘poco’, ‘preciso’; σχεδόν (schedón), ‘cercano’, ‘casi’, ‘próximo’; σχερός (scherós), ‘incesante’, ‘ininterrumpido’; σχη̃μα (schema o skhema), ‘figura’, ‘forma’, de donde proviene la palabra ‘esquema’; ἰσχύ̄ς, -ύος (ischus, ischuos), ‘vigor, fortaleza’; ῝Εκτωρ, ἕκτωρ (Hektor, derivado de hektor que significa ‘el que sujeta, el poseedor’) el nombre de un guerrero mitológico troyano que luchó contra los griegos allá por los siglos XII-XI a. C. 

Origen del término ‘didáctico, ca’

Como lo menciono más abajo, durante la antigüedad griega scholé era sinónimo de ocio-distracción, pero cuando se programaba y se realizaba en un lugar preciso, se decía didaskaleion, δῐδασκᾰλεῑον, (una escuela, lugar para enseñar). Entonces, didáctico procede del griego didaktikós, δῐδακτικός (apto para la enseñanza) de didaktós, δῐδακτός (aprendido, adquirido, apto para ser aprendido, lo que puede o debe ser aprendido), del verbo didásko, δῐδάσκω (yo enseño), didaskein, διδασκειν (‘enseñar’, ‘instruir’, por ejemplo, enseñar a montar un caballo; entre los poetas ditirámbicos y dramáticos, ‘enseñar a los actores’), más el sufijo de pertenencia -ikos, -ικος. Didásko y sus derivados son términos relacionados con la raíz indoeuropea *dens-1– (talento, fuerza mental, aprender, Pokorny *dens- p. 201).

Palabras derivadas de διδακτικός

Δίδαγμα (didagma), ‘una lección’; δίδαξις (dídaxis), ‘enseñanza’, ‘instrucción’; δίδακτρα (dídaktra), los honorarios de un tutor; δῐδασκᾰλία (didaskalía), ‘educación’, ‘instrucción’; equivalente a disciplīna en latín; δῐδασκᾰλικός (didaskalikós), ‘apto para enseñar’, ‘capaz de dar instrucción’; διδασκάλιον (didaskálion), ‘la cosa enseñada’, ‘una ciencia’, ‘un arte’; δῐδάσκᾰλος (didáskalos), ‘un profesor’, ‘un maestro’.

Un poquito de historia

Grecia antigua

Como recién lo señalé, en la Antigua Grecia, scholé era lo mismo que ocio-distracción, pero cuando se programaba y se realizaba en un lugar preciso, se llamaba didaskaleion, δῐδασκᾰλεῑον, (una escuela, lugar para enseñar), término que podemos encontrar en autores tan antiguos como Sófilos del siglo VI a. C. y muchos más posteriores.

En los tiempos anteriores al siglo ― V en Esparta, el legislador Licurgo (cuyos datos biográficos son muy controvertidos) instituyó un esquema educativo muy estricto: a los 7 años el niño pasaba a ser propiedad del Estado hasta que cumplía los 20, y la enseñanza se aplicaba casi exclusivamente a la educación física.

Por aquellas mismas épocas, en Atenas surge lo que puede llamarse la verdadera escuela, con profesores especializados en las diversas áreas educativas. Se reconocían: a) el pedotriba (παιδοτρίβης, paidotríbes) o entrenador de niños en lucha y ejercicios gimnásticos; b) el citarista (κιθαριστής, kitharistḗs), de κῐθάρα, kithára, ‘cítara’, cithara en latín, un instrumento de cuerda muy antiguo, cuyo nombre pasó al árabe y luego dio lugar en español a la palabra ‘guitarra’) era el que enseñaba a los niños letras, literatura y canto; c) el pedagogo (en griego παιδαγωγός paidagōgós, paedagōgus en latín); quien era un tutor, un ayo, maestro y entrenador de niños. En Atenas era el esclavo que conducía de ida y vuelta al niño de la casa a la escuela. Según la mitología griega, Fénix (Φοῖνιξ o Phoĩnix, en latín Phoenix, un mirmidón hijo de Agenor) fue el pedagogo de Aquiles (Aquilles), junto con el centauro Quirón.

Los romanos

Durante la antigüedad romana no existían las escuelas griegas recién descritas. La educación estaba a cargo de la institución familiar, especialmente por el pater familias o pater familiæ, el maestro o profesor de la casa, el varón más viejo de la casa, que gozaba de facultades legales para ser una autoridad sobre los integrantes de la familia.

Se sabe que durante el siglo ― I se funda la primera escuela latina de retórica (rhetorĭca o el arte de bien decir, de hablar para conmover, convencer y deleitar), donde además enseñaban latín, griego y otras disciplinas. Durante todo el tiempo que duró el Imperio romano se tenían muchas escuelas gratuitas administradas por los municipios.

Origen de las lenguas romances

Pero al caer el Imperio Romano de Occidente (año 476), desaparecieron las escuelas y en cada región la gente hablaba el latín a su manera, casi nadie iba a la escuela, surgiendo numerosos dialectos que más tarde dieron origen a las lenguas romances (portugués, español, italiano, rumano, más de 30.), de manera que gradualmente el latín hablado en España ya no lo entendían los de Portugal, Francia, Italia, Rumania; originando las palabras patrimoniales o vulgarismos (rueda, año, pie) con profundas transformaciones del latín original. Pero durante el Renacimiento creció el deseo de leer las obras del latín antiguo, y muchas palabras se incorporaron al español directamente, dando lugar a las palabras que llamamos cultismos (furibundo, tórrido, infausto).

O sea que los eruditos renacentistas tomaron los cultismos del latín de la Antigüedad, especialmente el usado por los grandes escritores romanos y los incorporaron directamente a la literatura moderna, sin pasar por el habla vulgar medieval.

En la Edad Media

En la Edad Media la escuela estaba controlada por la Iglesia, al principio por medio de la catequesis (educación totalmente religiosa). Sin embargo, gradualmente se fueron incluyendo materias profanas (seglares, no sagradas), por previas iniciativas de personajes como Clemente de Alejandría (que parece nació en Atenas) del siglo II, San Basilio el Grande del siglo IV y San Agustín de Hipona de los siglos IV-V.

Con el avance de los siglos, las escuelas fueron poco a poco enseñando contenidos no religiosos, aunque con una gran presión por parte de la Iglesia que trataba de mantener los cánones cristianos. Hacia el año 1088 se funda la universidad europea más antigua, en Bolonia Italia; luego la de Oxford (1096) en el Reino Unido; la de Cambridge (1209) también en Inglaterra; la de Salamanca en España (1218)… y la historia sigue sigue y sigue.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 4 de diciembre de 2021.

Categoría: patrimoniales, varios

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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