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leyenda, legendario

Definición de “leyenda”

Una “Leyenda” es una narración tradicional no comprobada, pero popularmente aceptada como histórica. Con frecuencia involucra a héroes, reyes u otros personajes importantes presentados como auténticos, aunque tal vez no lo sean, de tal forma que no tienen un registro histórico creíble. Sin embargo, a veces sí contienen personajes y hechos reales, pero con una buena dosis de exageración.

Otras acepciones o usos del término “leyenda”

1- Un relato o narración perteneciente a cierto pueblo, de la que popularmente se cree tiene bases históricas y transferida por generaciones entre la gente. 

2- Una persona muy notable, de cuyas acciones o proezas se habla mucho en el propio tiempo que ella existe. Por ejemplo:

A) La leyenda del Rey Pelé en el mundo del fútbol. 

B) La leyenda de la loca del muelle de San Blas (Nayarit, México). “La historia más conocida sobre la vida de Rebeca Méndez Jiménez tiene como escenario principal el mar, el muelle de San Blas. Cuenta la leyenda que el hombre al que Rebeca amó y con quien se casaría zarpó hacia el mar con la promesa de volver”. “Los días pasaron y Rebeca, como una especie de Penélope enloquecida, esperaba a su amado vestida de novia en el muelle de San Blas. Lamentablemente, una fuerte tormenta arrebató la vida del joven marino”. (México desconocido).

3) Una inscripción en una moneda, escudo de armas, monumento, epitafio, etc.

4) Leyendas de protección de datos personales. 

5) Leyendas urbanas (en inglés urban legend, usado desde 1968 por unos profesores de la Universidad de Utah), narraciones folclóricas supuestamente verdaderas, típicamente sobre  fenómenos o incidentes sensacionales, a los que por lo regular se les añaden varios cuentos o anécdotas que circulan por allí y que son regularmente no verificables. Una leyenda urbana dice que cuando Walt Disney murió, fue criogenizado o congelado en espera de que la ciencia pueda “revivir” cuerpos preservados en hielo. Cosa absolutamente falsa.

6) Leyendas en los medicamentos. Además de los símbolos y las siglas, los envases farmacéuticos incluyen leyendas con diferentes indicaciones de uso obligatorio, como advertencias, condiciones de almacenaje, casos de sobredosis, etc.

Definición de “legendario”

“Legendario” es un adjetivo que significa “lo relativo a la leyenda” o «un personaje que por las acciones o hazañas que se le atribuyen, pasa a ser parte de una leyenda». 

  • Robin Hood es un personaje legendario del folclore inglés que aparece en la literatura entre los siglos XIII-XIV, pero cuya historicidad es controversial.

La tumba del legendario Gengis Khan (1162-1227), fundador del Imperio Mongol, considerado el militar más famoso de la historia, murió en 1227, iniciándose una leyenda sobre su persona. Su tumba nunca ha sido encontrada, porque se dice que él pidió ser sepultado en un lugar secreto. Una historia cuenta que Gengis Khan fue enterrado en una cumbre de las montañas Khentilllamado Burkhan, a unos 160 kilómetros al noreste de Ulán Bator. Y unos 1000 caballos pisotearon la sepultura para borrar toda evidencia. Aquí un excelente ejemplo de una leyenda que posee elementos reales, pero con agregados ficticios.

Etimología de “leyenda” y “legendario”

I- La palabra “leyenda” está documentada en español desde mediados del siglo XIII, pero con su significado medieval. Sin embargo, el sentido moderno arriba explicado, lo tomó hasta el siglo XIX.

Proviene del latín medieval legenda (leyendas), que significa “cosas que deben leerse o que se leen”, “lo que habrá de ser leído” pero habitualmente referido a la vida de los santos, enfatizando sus hazañas y milagros no registrados o reconocidos.

Legenda (leyendas) es el plural de legendum, a su vez neutro de legendus (que habrá de ser leído, algo así como una lectura obligada entre los cristianos), que es el participio de futuro pasivo* del verbo latino lego y su infinitivo legere, que significa “leer”, “escoger”, “elegir”.

*El Participio de futuro pasivo latino en -ndus, que indica que la acción verbal ha de realizarse, como demonstrandus ‘que ha de ser demostrado’ o molendus ‘que ha de ser molido’. El gerundio es la forma no personal del verbo, cuya terminación en español es -ndo (DLE 2024).

Las leyendas o legenda medievales sobre los santos se leían en los maitines (primera de las horas canónicas, antiguamente rezadas antes del amanecer) y comedores o refectorios, y también eran parte de las liturgias en los servicios religiosos.

II- Legendario (que es merecedor o digno de leyenda) es un adjetivo documentado en español hacia el año 1700, que deriva del latín medieval legendārius, formado por legenda más el sufijo latino -arius (-ario en español) que indica “relacionado con”, “relativo a”, “lo propio de”, como en las palabras: abecedario, hacendario, imaginario, binario y muchas más.

Vínculos indoeuropeos de «leyenda» y «legendario»

Estos términos (legenda, legendus, legendarius, legere) están relacionados con la raíz indoeuropea *leĝ- (recolectar, recoger, juntar, seleccionar, Pokorny. p 658), con derivados que dan la idea de “hablar, leer”. También relacionada con λόγος = lógos (“decir, razonar”) en griego, con lectio, onis (“lectura, selección”), en latín, etc. Palabras como leña, leño, lignina, lección, aleccionador, lectura, leer, lógica, lectivo, lector, lectoría y otras, pertenecen a esta misma familia.

DIFERENCIAS ENTRE LEYENDA Y MITO

En primer lugar, la palabra “leyenda” procede del latín legenda, en cambio “mito” tuvo su origen en el griego antiguo μῦθος (mythos), que luego pasó al latín mȳthos y después llegó al castellano como “mito”.

Las leyendas y los mitos son parte del folclore de cada pueblo. Los mitos tienen dioses o semidioses (Zeus y Hera, Júpiter y Juno, Pitzintecuthli y Xochiquétzal, Hércules) como protagonistas o figuras principales y el propósito básico es explicar creencias sagradas o fenómenos naturales, que por su magnificencia, causaban un gran asombro. En cambio, las leyendas se enfocan sobre seres humanos (no dioses) y su objetivo es explicar y glorificar reiteradamente a los ancestros o la historia de una población.

Asimismo, la leyenda se diferencia del mito, por la particularidad de que su narración de hechos asombrosos mantiene nexos con una cronología y con lugares concretos reales, de la que sacan ciertos elementos (cosas, hechos, personas), para forjar símbolos, y su esencia se integra de personajes y proezas humanas. En cambio el mito gira alrededor de seres sobrehumanos, aunque el ámbito se refiere a la historia de los hombres. 

En el medievo, la palabra legenda en latín, “leyendas” en castellano, se refería a la vida de los santos, que no eran más que leyendas hagiográficas, alteradas por pensamientos fantásticos.

Las leyendas y los mitos suelen traslaparse

En realidad las leyendas y los mitos se traslapan y pueden ser parte coincidente de obras literarias. En la Ilíada (c. siglo VIII a. C.), por ejemplo, mitos de dioses griegos se entretejen con leyendas de reyes y guerreros griegos y troyanos.

Otro caso muy relevante, son las diversas narrativas legendarias sobre los Romances del rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda, que fueron escritas durante la Edad Media, y que gravitan sobre un héroe británico de leyenda: el Rey Arturo.

El rey Arturo es una figura legendaria que apareció en la literatura inglesa, como rey de los Bretones y un muy destacado líder militar, que, si en realidad existió, probablemente vivió en el siglo VI, como un guerrero y pieza clave en la resistencia contra los invasores germánicos.

Otro personaje de leyenda para los hablantes del castellano, es Rodrigo Díaz de Vivar o el Cid Campeador, también adalid militar del siglo XI, nacido en Burgos, España, quien inspiró el Cantar del Mío Cid de autor desconocido.

Leyenda áurea 

Otro caso muy notable, es sobre los abundantes registros escritos sobre la vida de los santos cristianos medievales. Por ejemplo, la Leyenda Áurea (Legenda aurea o Legenda sanctorum) escrita en latín; una colección hagiográfica del siglo XIII (año 1265) sobre la vida de los santos, por el fraile dominicano Santiago de Vorágine (¿1230?-1298), que también incluye la explicación de los nombres (etimologías). Estas hagiografías o biografías de santos, se consideran en buena parte leyendas, ya que no se presentan como históricamente exactas, sino que sólo tenían el propósito de que se usaran para fortalecer la narrativa espiritual.

La Leyenda Áurea fue muy popular en la Edad Media, pero por carecer de sentido crítico, fue severamente criticada durante el Renacimiento. 

Algunos de los santos cuyas historias se cuentan en la Leyenda Áurea, que contienen las narraciones más prolijas y precisas, son las de San Francisco de Asís (1181/1182-1223), Santo Domingo de Guzmán (1170-1221) y Santa Isabel de Hungría (1207-1231), del medioevo tardío.

En fin, hay miles de mitos y leyendas que han generado una fascinante literatura, asequible para todas las personas interesadas en este género literario.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 5 de julio de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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