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alfabeto, abecedario, ĕlĕmenta

Significado de alfabeto y abecedario

Son dos sustantivos masculinos con igual significado, pero con distinta etimología. Designan al conjunto de todas las letras usadas en una lengua, según un orden convencional. El abecedario o alfabeto español consta de 27 letras y 5 dígrafos o secuencia de dos letras que representan un solo sonido, que son: ch, ll, gu, qu y rr (DLE 2021).

Dicho de otro modo, “alfabeto es una colección de un pequeño número de símbolos, generalmente entre 20 y 40, conocidos como ‘letras’, destinadas a representar los diversos elementos fonéticos de la comunicación oral humana” (David Diringer). La palabra alfabeto es algo más antigua y tiene más raigambre que el término abecedario. Veamos:

Etimología de la palabra alfabeto

Alfabeto deriva del latín eclesiástico o cristiano alphăbētum (antes alpha et beta, “alfa y beta”). Término que se encuentra, por ejemplo, en el Epistolario de San Jerónimo (Eusebius Hieronimus, ¿342-420? d. C.), ascético y erudito cristiano, el más instruido y elocuente de los cuatro doctores latinos de la Iglesia.

Alphăbētum deriva del griego tardío ἀλφάβητος = alphábētos, la fusión de ἄλφα = álpha (alfa, “α”) y βῆτα = bêta (beta, “β”), las dos primeras letras del alfabeto griego.

“Alfabeto” también significa, en sentido figurado “primeros elementos o rudimentos del conocimiento”, ya que saber lo más elemental de una ciencia, es como sólo conocer las primeras dos letras, de las 24 que tenía el antiguo alfabeto griego.

ĕlĕmenta, ōrum

Los romanos llamaban al alfabeto ĕlĕmenta, ōrum: «las letras del alfabeto». En sentido figurado, «los principios o elementos de la ciencia», «primeros estudios», «rudimentos». Por eso es tan común ver libros que tratan cierto tema con un sentido incipiente, introductorio o «elemental». ‘Álgebra Elemental’, ‘Elementos de Anatomía Humana’. La palabra ĕlĕmentārĭus significa «lo relacionado con el alfabeto»

Origen del término abecedario

1. Abecedario (adjetivo)

Abecedario, como adjetivo, es palabra derivada del bajo latín (siglos III-VI d. C.) ăbĕcĕdārĭus, “lo referente al abecedario”, “que pertenece a las letras latinas»: a (a) b (be) c (ce) d (de), con el sufijo -arius, que en este caso, con el significado de “cosa relacionada o perteneciente a”, como en aquarium y planetarium. Por lo tanto, abecedarius es «lo relacionado con las letras a b c d», las primeras cuatro del alfabeto latino. 

2. Abecedario (sustantivo)

Mientras que el sustantivo latino abecedarium (con el sufijo -arium, neutro de -arius), significa propiamente “abecedario”. Con el sufijo nomina -arium, que se encuentra en palabras como: armarium (armario) y balnearium (que originalmente significó bañero, el que cuida los baños, pero ahora es el lugar donde la gente va a bañarse). Estos términos están documentados en latín eclesiástico, como en Tertuliano (Quintus Septimus Florens Tertullianus, ¿160-220? d. C.) teólogo norteafricano convertido al cristianismo en Roma.

Concordancia semántica entre alfabeto y abecedario

Como ya lo señalé, ambos términos hacen referencia a las primeras dos letras del alfabeto griego, en alphábētos, alphăbētum y a las primeras cuatro del alfabeto latino en abecedarium.

Asimismo, alphăbētum o abecedarium también significó «lo perteneciente a quien se empeña en aprender el alfabeto”, por lo tanto, lo relacionado con las primeras etapas del aprendizaje, saber lo más esencial sobre alguna cosa o tema.

Por eso se dice el a b c, o los primeros conocimientos sobre algo. Con frecuencia, podemos ver libros elementales sobre distintas materias, con los títulos de: El a b c de la Meditación de María Cristina Beati. El A B C de la Tabla Periódica. El a b c de los Trastornos Electrolíticos de E. Rotellar, etc. Textos que sólo dan conocimientos preliminares sobre cada tema.

Sucinta narración histórica

Aunque la palabra alfabeto hace alusión a las dos primeras letras del “alfabeto griego”, no fue este el primero que existió. Hay muchos indicios que apuntan hacia los escritos egipcios, los cuneiformes, los cretenses (de la isla de Creta, ubicada en el Mediterráneo oriental, cuyo máximo esplendor se dio hacia el siglo XVI a. C.), los fenicios, etc., como los prototipos.

Sin embargo, el origen parece ubicarse principalmente en inscripciones de la región de Tierra Santa (Palestina, Israel, Egipto, Irak, Siria, etc., el escenario de las narraciones bíblicas) y zonas aledañas, entre los años 1700-1300 a. C.

Estas inscripciones han motivado la formulación de algunas hipótesis sobre el origen del alfabeto. Algunas versiones, basadas sobre la lectura e interpretación de las encontradas en la península de Sinaí, de los siglos XVII-XVI a. C., sostienen que la escritura protocananea y el muy antiguo ugarítico son el antecedente más antiguo de un alfabeto consonántico, y representa la transición entre los jeroglíficos egipcios y el alfabeto de las lenguas semíticas noroccidentales (ugarítico, cananeo, arameo). Otros consideran que la escritura de Biblos (Jebeil), una milenaria ciudad fenicia de Líbano, es el arquetipo del alfabeto, en base a inscripciones en piedra y bronce del siglo XV a. C. y antes.

El alfabeto fenicio, remoto origen del abecedario latino

Parece haber acuerdo entre los estudiosos, en el sentido de que los fenicios (pueblo que se dedicaba a la navegación y al comercio en la costa del Mediterráneo, tal vez desde el siglo XIII a. C.) fueron los inventores del alfabeto, de donde, finalmente surgiría el griego y el latino. Los fenicios en realidad eran canaanitas, pero los griegos los llamaron en el siglo IX a. C. Φοίνικες (phoínikes), ‘los rojos’, quizás porque comerciaban tintes rojizos y púrpuras. Los límites geográficos donde vivían son vagos, pero fundaron colonias en el Mediterráneo Oriental, y se estima que ya para el año 2800 a. C. había comercio entre Egipto y los fenicios de Biblos.

Alfabeto fenicio > a. eubeo griego > a. etrusco > a. latino > a. español…

El alfabeto fenicio (ya extinto), constaba de 22 símbolos, y estaba relacionado con lenguas semíticas y egipcias del grupo lingüístico semítico noroccidental recién citado; usado por este pueblo en Siria y los colonos cartagineses más o menos desde el siglo XI a. C. Este alfabeto fue el antecesor inmediato (hacia los siglos IX-VIII a. C.) del alfabeto griego, cuya variante eubea sirvió de base para la creación del a. etrusco (pueblo asentado en el centro de Italia), durante la misma época.

Asimismo, el alfabeto etrusco* fue tomado y adaptado por los romanos para crear el latino, que originalmente tenía 21 letras. Pero en la época del latín clásico (siglo I a. C. y los inicios del I d. C.), ya eran 23, pues tomaron de los griegos la Y (de υ = ípsilon) y la Z (de ζ = dseta), para transliterar palabras griegas como ζέφυρος, en latín, zephy̆rus** o el viento del oeste, ligero y suave, el viento del oeste esperado por todos.

Las letras i griega (y) y zeta (z) recién citadas, fueron añadidas al final del alfabeto latino. Por eso diferenciamos la i griega (y, letra número 26 de nuestro abecedario actual) de la i latina (i, la número 9).

Sobre el pueblo etrusco y el céfiro

*El pueblo etrusco tiene un origen no bien conocido. Quizás llegaron a la región central de Italia de algún lugar del Mar Egeo, tal vez de Anatolia (Asia Menor). Su existencia se calcula entre los años 900-400 a. C., y florecieron entre los siglos VI-V a. C. Los romanos adquirieron muchos aspectos culturales de ellos, entre otros, su alfabeto, algunos dioses y muchas palabras.

**El ζέφυρος en Grecia era el viento del oeste suave y ligero, a veces asociado también a lluvias tormentosas. En español es céfiro. Este viento era personificado en la mitología griega por el Dios Ζεφυρος (Zephyros), que los romanos llamaron Favonio.

En resumen, los precursores de los primeros alfabetos fueron: la escritura iconográfica (con imágenes simbólicas) e ideográfica del hombre prehistórico (como pinturas rupestres); así como la escritura cuneiforme y los jeroglíficos egipcios y otros pueblos antiguos.

Diseminación del alfabeto latino 

Aun después que los países europeos lograron sacudirse la autoridad política de Roma, el latín, la lengua de la Iglesia Romana, se convirtió en el lenguaje común del mundo intelectual durante el Medievo. Como resultado, el alfabeto latino fue adoptado, desde luego, por las lenguas romances (aragonés, asturiano, catalán, español, francés, friulano, gallego, italiano, lombardo, occitano, portugués, rumano, sardo, etc.), pero además por las germánicas (inglés, alemán, sueco, danés, noruego, holandés), las eslavas (polaco, checo, croata), ugrofinesas (finlandés, húngaro), bálticas, etc.

Después, con la expansión de los europeos desde el siglo XV, a tierras como América, Australia, centro y sur de África, islas del Pacífico, etc., el alfabeto latino tuvo una enorme diseminación. De manera que en nuestro tiempo (año 2021), se estima que alrededor del 70% (unos 4.700 millones de personas) de la población mundial, lo utilizamos en nuestro idioma.

Hay otros alfabetos no romanos, por ejemplo: griego, sánscrito, cirílico*, glagolítico (propio de pueblos eslavos antiguos), arameo, hebreo, árabe (estos últimos tres también derivan del fenicio).

*El alfabeto cirílico, originalmente con 43 letras, fue hecho por San Clemente de Ocridia, alumno de San Cirilo y su hermano Metodio (murieron en el año 869 y 884 respectivamente). Fue inventado para que los pueblos eslavos tuvieran uno propio, que satisficiera los sonidos de su lenguaje. Se estructuró tomando como arquetipo al griego. Actualmente se utiliza en Rusia, Bulgaria, Serbia y otros pueblos de Europa Oriental y de Asia. Entre las lenguas que usan este alfabeto se encuentran: abjaso, bielorruso, búlgaro, kazaco, macedonio, mongol, ruso, tártaro, ucraniano y otras.

Lenguas del Lejano Oriente

La lengua china no tiene un sistema alfabético de escritura, sino miles de caracteres en lugar de palabras. Un sistema de escritura se llama silabario, cuando un carácter representa una sílaba, más que un fonema, como sucede con el Kana japonés, utilizado en esa lengua para sustituir los caracteres chinos, (su antecedente), porque los japoneses copiaron las formas y estructuras de la lengua china.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 4 de abril de 2021.

Categoría: ciencia, cultismos

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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