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guerra

Significado de ‘guerra’

La palabra guerra es un sustantivo femenino que significa:

a) ‘Controversia hostil por medio de las fuerzas armadas entre naciones, estados o gobernantes, o entre grupos de la misma nación (guerra civil o intestina‘.

b) ‘El empleo de las fuerzas armadas contra una fuerza o poder extranjero, o contra un partido opositor en el estado’.

c) ‘Una condición de activo antagonismo o disputa en cualquier otro terreno‘. Por eso también se puede decir: ‘guerra comercial, g. ideológica, g. de declaraciones, g. de precios, g. de opiniones, g de o entre bandas, o grupos de gente armada, etc.

Sinónimos de guerra: lucha, conflicto, contienda, enfrentamiento, combate, conflagración. y antónimos: paz, avenencia, concordia.

Mientras que la palabra paz es de origen latino, ‘guerra‘ tiene raíces germánicas.

Bellum-πόλεμος

Los romanos llamaban bellum a la guerra, de donde provienen las voces belicoso, bélico y beligerante. Mientras que los antiguos griegos la denominaban πόλεμος = pólemos (guerra, contienda, batalla), palabra documentada desde el escritor griego Homero hacia el siglo VIII a.C., a su vez derivado de πολεμέω = poleméo, πολεμίζειν = polemízein (guerrear, pelear). Términos de donde provienen las palabras polémica, polémico y polemizar.

Origen germánico

Pero guerra en español, italiano y portugués procede del grupo de lenguas indoeuropeas germano occidentales*; concretamente del alto alemán antiguo (hablado más o menos entre los años 500-1050), *werza (confusión), que luego debe haber pasado a *werra- y por último a werran (‘confusión’, ‘confundir’, ‘crear confusión’), werra (enfado, enojo, irritación, conflicto, controversia, desacuerdo), verwirren (perturbar, aturrullar, confundir, turbar).

Después, pasó al antiguo francés primero como werre = ‘guerra’, en fráncico, una lengua hablada entre los siglos IV-VIII, pero extinta en la Edad Media, que dio origen al antiguo neerlandés; y después guerre (disputa, dificultad, hostilidad, lucha, guerra, combate), probablemente a través del idioma fráncico altomedieval (siglos V-IX). Para el año 1100 aparece en francés antiguo como guerre (palabra aún usada en el actual francés) con los significados ya dichos, y además, ‘lucha o confrontación entre grupos armados o entre estados’; ‘una guerra con límites de espacio y tiempo definidos’.

Guerra en inglés

Para evidenciar más claramente el origen germano-occidental del término, menciono que, en inglés actual, guerra es war (término existente desde el siglo XII), vocablo que procede del inglés medieval werre, warre, a su vez del francés nórdico antiguo werre, guerre, asimismo originado del germano antiguo werra.

Como una prueba de de la igualdad de significados entre war y guerra, citaré algunas expresiones inglesas:

Act of war (declaración de guerra); war cry (grito de guerra); air war (guerra aérea); all-out war (guerra sin cuartel, sin tregua); antiwar (antibélico, algo que impide la guerra); art of war (el arte de la guerra); at war (en conflicto, en guerra); articles of war (estrategia o códigos de guerra); civil war (guerra interna, intestina o civil); class war (guerra de clases); the Cold War (la Guerra Fría); conventional war (guerra convencional, con el uso de «armas tradicionales»); war lord (señor de la guerra o de los ejércitos); declare war (declarar la guerra).

Otras: World War I o the First World War (la Primera Guerra Mundial); gang war (guerra entre bandas de gente armada); war to the death (guerra a muerte); god of war (dios de la guerra, como Mars, o Marte, el dios romano; Ares (en antiguo griego, Ἄρης = Áres, el dios griego de la guerra y del valor, y Odin, el supremo dios y creador en la mitología nórdica, el dios de la guerra de los Vikingos, al que los daneses llamaban Othinn, del nórdico antiguo Óðinn, dios supremo de los pueblos escandinavos. También Wōden, en el antiguo inglés, dios que tuvo también enorme influencia sobre el arte, la cultura, la riqueza y hasta sobre la muerte.

Precisamente, Wednesday (miércoles, dies Mercurii o día de Mercurio entre los romanos), es palabra que viene del inglés antiguo wodnes.daeg, o día de Wōden, como recién mencioné, llamaban los ingleses a este dios. Daeg era la forma antigua de day (día).

En el Medievo

Después significó en francés ‘enemistad’, ‘el acto de confrontarse’, ‘disensión, ‘disputa o contrariedad’, y a finales del siglo XVIII, ‘los asuntos sobre altercados’, ‘la organización del ejército’. Del mismo modo las fuentes citan la palabra werra en latín de la Edad Media que el español antiguo tomó como guerra. Todos estos radicales y vocablos se asocian a la raíz indoeuropea *wers- (Pokorny u̯ers‑ p 1169), con palabras emparentadas que implican la idea de ‘llevar o provocar confusión’.

Los hablantes de latín medieval tal vez usaron war o werra en lugar de bellum (guerra, conflicto en latín) probablemente porque esta palabra podría confundirse con bellus (bonito) y de este modo surgió el término guerra en italiano, portugués y español.

De *werra-, werran perviven todavía en alemán actual (2020) términos como: Wirren (disturbios), el adjetivo wirr (confundido), Wirrwarr (caos, desorden, algazara, tumulto, batahola o bulla).

Nota aclaratoria:

*De las lenguas germano occidentales, derivan idiomas como el inglés, holandés, afrikáans (hablado es Sudáfrica y Namibia), yidis (una mezcla del germano medieval con el hebreo), frisón (que se habla en Alemania y en algunas regiones de los Países Bajos). En cambio, de las lenguas germano-nórdicas derivaron idiomas como el islandés, noruego, sueco y otras. Y de las germano-orientales, derivó el gótico, una lengua ahora extinta hablada por pueblos germánicos (los godos), que en tiempos antiguos, habitaron entre los ríos europeos Elba y el Vístula, y que en los primeros siglos del cristianismo invadieron el Imperio romano.

Otros vocablos asociados a *wers- (confundir)

Otros términos ligados a la raíz indoeuropea *wers- (confundir):

1) Worse (también en inglés, ‘que perjudica’, ‘defectuoso’, ‘malo’) 3) werrar (‘desconcertar’, ‘confundir’ en alto alemán antiguo), 4) verro, verrere, verbo latino que significa ‘arrastrar por el suelo’, ‘recoger barriendo’, ‘llevarse’, ‘empujar’, ‘trastornar’, ‘agitar’, ‘arrebatar’, que fue precisamente lo que hicieron los estadounidenses cuando en 1847 se llevaron el 55% del territorio mexicano, con apenas 26 años de haber logrado su independencia de España.

Los diccionarios españoles

El diccionario del castellano de Antonio de Nebrija del año 1495 dice que ‘guerra es bellum en latín’. En 1706 el diccionario español-inglés de John Stevens afirma que guerra es war en inglés. La Real Academia Española (RAE, 1734) anota: “guerra, arte militar, latín ars militaris, militia‘, o ‘entre personas de una casa, o sea, maridos, criados, parientes que riñen mucho sin tener quietud: latín, bellum domesticum‘, y en 1780, “dissensio, bellum domesticum dissidium“.

La RAE

En 1787, la RAE ya hace referencia a la confrontación entre naciones, pues dice: “efecto de la diferencia, queja o disensión entre dos o más estados de príncipes soberanos que no se puede terminar sino por medio de las armas”; y agrega las expresiones latinas, bellum apertum, ‘guerra o enemistad declarada’; civile bellum, ‘la que tienen entre sí los habitantes del mismo pueblo’; velitatio levis pugna, ‘la que es poco sangrienta, con algunas partidas de gente sin empeñar todo el ejército’; naves mercatorias ad bellum instruere, ‘poner las embarcaciones mercantiles en disposición de combatir’; bellum indicere, ‘notificar una potencia a otra la resolución que ha tomado de tratarla como enemiga’.

Pero fue hasta 1884 que la RAE dice: “guerra viene del antiguo alto alemán werra que significa ‘querella”; ‘desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias’; ‘disidencia entre dos o más personas’; ‘toda especie de lucha y combate aunque sea en sentido moral’, etc. Esto quiere decir, que si bien es cierto que el español ya había adoptado la palabra guerra, acaso en la parte baja del Medievo, los diccionarios todavía relacionaban guerra con el latín bellum, y  hasta finales del siglo XIX (1884) anotan la procedencia germana (werra) del término.

Las guerras más antiguas

Seguramente los conflictos con hostilidad (guerras) entre pueblos son un fenómeno muy antiguo que debe remontarse a la prehistoria (periodo anterior a la historia escrita); pues con el nacimiento de las sociedades primitivas y la fundación de aldeas y después ciudades, surgió en las gentes el concepto de territorialidad, de límites de posesión, del robo o pillaje, de abusos, riñas, etc. Por lo tanto, tenían forzosamente rivalidades y combates con cierta regularidad. Después, con el surgimiento de sociedades más complejas, deben haber comenzado las guerras de origen político, económico, ideológico, religioso, racial, cultural. 

Prehistoria

Algunos historiadores sostienen la tesis de que hasta ahora, la evidencia más antigua sobre un probable enfrentamiento armado, se encuentra en el Cementerio Jebel Sahaba, al norte de Sudán, cerca del Nilo, con una antigüedad de entre 15.000-12.000 años, donde se encontraron unos 61 esqueletos (hombres, mujeres, niños), con rastros de muerte violenta, en los que casi la mitad, mostraban daños con puntas de flecha. Sin embargo, no todos los arqueólogos están de acuerdo sobre esta conclusión.

La más antigua y sólida evidencia del empleo de una «tecnología especializada» de guerra data de tiempos anteriores al uso de los metales. Las murallas de piedra de Jericó, muy cerca del río Jordán, Palestina, con una antigüedad estimada del año 8000 a. C., puede considerarse, de manera inequívoca, que tuvo propósitos puramente militares. Esta paredes, de al menos 4 metros de alto, y reforzadas por torres de vigilancia o refugio de unos 8 metros, fueron claramente planeados para proteger de intrusos a sus habitantes y sus suministro de agua, Cuando estas fortificaciones fueron construidas, usaban, con gran destreza, hachas de piedra afilada, así como flechas y otras armas no metálicas. Luego llegaría el uso de los metales, y, con ello, una creciente sofisticación de las armas… hasta nuestros días, con el uso de armas biológicas, nucleares y otras barbaridades más.

La primera narración sobre una guerra en Grecia

En el mundo de la antigüedad grecorromana, probablemente la primera narración poética, con una gran dosis de mitología y fantasía, fue la Ilíada, cuya autoría se atribuye al griego Homero, quien probablemente vivió y floreció allá por el siglo VIII a. C. Dicha obra trata de los sucesos del fin (quizás los últimos 50 días) de la legendaria Guerra de Troya, que según las antiguas tradiciones duró unos 10 años, y cuyas causas y desarrollo pueden leerse en este artículo. La guerra de Troya, aunque no hay absoluta seguridad, se cree sucedió entre los siglos XIII-XII a. C., cuando los griegos vivían en la que los historiadores llaman la Edad Oscura (más o menos entre los años 1150-750 a. C.), que fue seguida por el establecimiento o fundación de las πολις (polis) o “ciudades estado”. 

Las primeras batallas registradas por la historia

Batalla de Megido

La primera batalla o guerra de la que se tiene registro histórico con detalles, fue la invasión que sufrió Asia de Egipto en el año ¿1469? a. C. La llamada batalla de Megido, en la que se enfrentaron las fuerzas egipcias lideradas por el faraón Tutomis III y la coalición dirigida por el rey Kadesh, para decidir sobre la soberanía de Retenu en Siria y Palestina. Tutomis desplegó su ejército en tres divisiones he hizo un ataque devastador al amanecer. Los rebeldes huyeron a su refugio de Megido; los egipcios pudieron haber vencido a los enemigos en ese punto, pero pararon la ofensiva a sus rivales. Sin embargo, Tutomis finalmente tomó la plaza después de siete meses de sitio.

Batalla de Timbrea

No obstante, muchos historiadores consideran que la batalla de Timbrea que ocurrió entre los años 550-546 a. C., en la que se enfrentaron las fuerzas lidias del rey Creso y la milicia persa de Ciro II el Grande, resultando ganador este último, es considerada como la primera en la que participaron fuerzas militares bien organizadas y bajo una disciplina castrense rigurosa. El historiador griego Jenofonte (s. IV a. C.) explicó la organización persa en su Ciropedia, una obra donde describe a Ciro II el Grande, escrita hacia el año 380 a. C., y en la que menciona que su ejército estaba integrado por unos 150.000 hombres bien organizados en hileras de 10.

En cambio, los romanos desarrollaron como táctica militar la legión que se dividía en 10 cohortes con un total de entre 4200 y 6000 hombres de infantería y caballería, con la que lograron la expansión del Imperio, hasta que finalmente fue derrotado en su porción occidental (Imperio Romano de Occidente) en el año 476 d. C. El Imperio romano ¡duró 503 años!

Clases de guerra

Se puede hablar de muchos tipos de guerra, según los motivos, aspecto o rasgo que se tome en cuenta, pero para que el lector se de al menos una idea, sólo mencionaré unos ejemplos:

Guerra química, g. bacteriológica, g. atómica, g. convencional o limitada, g. biológica, g. santa, g. fría, g. subversiva o de guerrillas (guerrilla es un diminutivo de guerra), g. revolucionaria, g. insurreccional, g. psicológica, g. galana (poco sangrienta), g. de invasión (como la de Estados Unidos y México del siglo XIX), g. de conquista. Invito al que se interese por este tema tan amplio, tenga la paciencia y la voluntad para investigar al respecto. Es, sin duda, un fascinante mundo de información.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 15 de julio de 2020.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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