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bilis, bilioso

Bilis, bilioso. Concepto y definiciones

La bilis es un líquido viscoso, amargo y verde amarillento que es segregado por los hepatocitos del hígado, almacenado en la vesícula biliar y luego vertido al duodeno. No posee enzimas digestivas, pero ayuda en la emulsificación y absorción de las grasas.  

En un tiempo bilis y cólera eran sinónimos (RAE 1770). Se ha utilizado también como sinónimo de fiereza, furor, ira, irritabilidad, rabia. De seguro por el intenso sabor amargo de la bilis, que produce una sensación muy desagradable. Del mismo modo cuando uno se topa con una persona biliosa, de humor violento y agreste.

Bilis – cholé, kholé

La b. se relaciona con los dos humores de la vieja fisiología griega, asociados con la melancolía (b. negra o μέλαινα χολή, melaina cholé en antiguo griego, de donde el término μελαγχολία melancholía) y la cólera o irascibilidad (b. amarilla). 

Bilis era χολή (cholé, kholé) en griego. De donde derivan términos términos antiguos como cólera y melancolía y neologismos como acetilcolina, colecistitis, colédoco, colesterol, coluria y otros.

Bilioso 

Bilioso es un adjetivo que significa “con gran cantidad o abundancia de b.”. “Una persona irritable, colérica, irascible”. “Un tipo atrabiliario, de muy mal genio, difícil de tratar”. No trates de llegar a un acuerdo con él, porque es un tipo bilioso. Véase la entrada “atroz, atrocidad”.

ETIMOLOGÍA DE “BILIS”, “BILIOSO”

La palabra bilis se registra en español desde 1450, en inglés y francés en el siglo XVI.

Bilis proviene del latín clásico bīlis. Plinio llamó a la ictericia bilis suffusa, de suffusio, -onis, “derramamiento”, es decir, “b. derramada». La ictericia es una coloración amarillenta (tono cetrino) de la piel, las membranas mucosas y la esclerótica de los ojos. 

En sentido figurado, bīlis significa cólera, mal humor, arrebato, furia. Bilis atra o atra bilis (Plinio) “cólera negra”. Bilis difficilis (Horacio) “cólera tan intensa que no se puede ocultar”. Hay registros de atra bilis (atra, es el femenino de ātĕr, “negro”) desde los escritos de Plauto del siglo III-II a. C. Un calco del griego μελαγχολία ya citada. 

Atrabilis (de atra bilis), un término aún usado, designa a uno de los cuatro humores principales del organismo, de acuerdo a las antiguas doctrinas de Hipócrates (siglos V-IV a. C.) y Galeno (siglo II d. C.).

Aunque hay varias propuestas, no está muy clara la relación de bīlis con alguna raíz indoeuropea.

Bilioso, de bīlĭōsus (un derivado de bīlis): “lleno de b.”, “colérico”. El médico Escribonio Largo  del siglo I d. C. escribió biliosa rejicere: “vomitar materia biliosa muy amarga”. El verbo rejicio, rejicere significa “arrojar”, “echar”, “vomitar”. En bilioso está el sufijo -oso, de -osus que indica abundancia, como en rencoroso y amoroso.

Algo más sobre la bilis 

Diariamente el hígado produce entre 600-1000 ml de b., la cual tiene un pH alcalino (de 7,6-8,6, pero algo menos alcalina en la vesícula biliar), compuesta principalmente por agua, sales biliares, ácidos grasos, colesterol, lecitina, pigmentos biliares (bilirrubina y biliverdina) y algunos iones como  Na+, K+, Ca++, Cl− y HCO3−. En realidad la bilis es en parte un producto de excreción (expulsión de residuos metabólicos) y en parte una secreción digestiva. 

La b. ayuda a alcalinizar (subir el pH por encima de 7,0) el contenido intestinal y juega una importante función en la emulsificación, absorción y digestión de las grasas. Las sales biliares emulsifican las grasas al fraccionar los grandes glóbulos grasos en pequeñas partículas, de manera que pueden ser digeridas por las enzimas intestinales y pancreáticas

La vesícula biliar es un saco piriforme localizado en una depresión de la superficie postero inferior del hígado, donde se almacena la b., la cual pasa al duodeno cuando una persona o animal ingiere alimentos. La vesícula de un humano adulto es de unos 30-50 ml. Según la nomenclatura anatómica se latiniza vesica biliaris o vesica fellea, porque en latín fel, fellis significa hiel, sinónimo de b. (bīlis).

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 24 de abril de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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