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Navidad

Introducción

La Navidad es la celebración del natalicio o la natividad de Jesús. Esta conmemoración es la más importante de los cristianos, y corresponde al 25 de diciembre de cada año, siendo un día anterior (día 24) la Noche Buena. Como es un nombre propio (no común, como casa, perro, piedra), debe escribirse siempre con letra inicial mayúscula, del mismo modo que: México, Perú, Rodríguez, Europa, Guadalajara, Texas, Zacatecas, Miguel, Chapala, y muchos más.

La palabra Navidad (hace siglos se usó la forma anticuada nadvidad), es en realidad un acortamiento o contracción del término natividad (donde se ha eliminado el componente -ti-), que significa ‘nacimiento’, principalmente de Jesucristo, de la Virgen María y de San Juan Bautista, los tres que festeja la Iglesia Católica. Por lo tanto, el nombre Natividad también quiere decir ‘nacimiento’, o ‘el acto de nacer’.

Etimología del término Navidad

Navidad, natividad proceden del latín tardío (siglos III-VI d. C.) nātīvĭtās, -ātis; de nātīvus, que significa ‘natural de un lugar’, ‘que nació allí’, ‘nativo’. Procedente a su vez de nātus o gnātus en latín arcaico (entre los siglos VI-IV a. C.), que es el participio pasado del verbo nasci, nascere (nacer, surgir).

Algunas palabras relacionadas con estos términos son: nacional, nación, natural, naturaleza, innato (lo que nace con la persona misma, como cuando se dice, por ejemplo, “Juan tiene una cualidad innata para la música”). En el vocablo Navidad, está presente el sufijo de sustantivos femeninos -idad (como en las voces felicidad, jovialidad, sanidad, eternidad, terquedad), que indica condición o cualidad. Es decir, navidad es “la condición de nacer”. 

La terminación -idad deriva del latín -itatem, de -i-, una vocal de unión, más -tas  (raíz -tat-), que indica condición, cualidad.

Antecedentes históricos

Realmene, existe mucha controversia sobre la fecha precisa del nacimiento de Jesús, y hay múltiples versiones, unas basadas en la Biblia (aunque en realidad el Evangelio no proporciona ninguna pista al respecto) y otras propuestas por historiadores. El 25 de diciembre fue designado por vez primera, en el año 221, como el día de nacimiento de Cristo, por el historiador Sexto Julio Africano (¿160-240?), para luego convertirse en una fecha universalmente aceptada. Asimismo, el motivo por el cual se determinó el 25 de diciembre para conmemorar su nacimiento (natividad), ha dado lugar a diversas opiniones.

I- El Sol Invicto (Natalis Sol Invictus)

Probablemente, la razón más importante es que durante los períodos finales del Imperio romano, la adoración del Sol se hizo más destacada, transformándose en lo que algunos llaman “monoteísmo solar”, pues casi todos los dioses de esa época tenían cualidades solares. Cristo y Mitra (dios solar persa) adquirieron ciertos rasgos de “deidades solares”. Consecuencia de esto, eran las fiestas romanas del 25 de diciembre, llamadas Natalis Sol Invictus o dies solis invicti nati, «la fiesta pagana del renacimiento del Sol Invicto o siempre victorioso», y el anuncio de la próxima llegada de la primavera y el verano, que se celebraban inmediatamente después de las Saturnales que más adelante se explican, y que el emperador Aureliano hizo oficial en el año 274 d. C.

Finalmente, esta fecha fue tomada 62 años después, de forma oficial por el cristianismo como el día del nacimiento de Jesús o la Navidad (la primera vez, en 336 d. C.), cuando Constantino I gobernaba el Imperio. Haciendo que coincidiera el nacimiento de Cristo con el renacimiento del Sol Invicto. Consumándose entonces la cristianización del Natalis Sol Invictus, una fiesta pagana del Imperio romano tomada por el cristianismo primitio.

¿Por qué el Sol Invicto, Sol Invictus?

Es importante mencionar que el epíteto de ‘Sol Invicto’ (Sol invencible, siempre victorioso) se debe a que el 21 de diciembre (día más corto del año) sucede el solsticio de invierno en el hemisferio norte, donde se encontraba todo el imperio Romano, destacando sitios como: Roma (entonces la capital del Imperio), Alejandría (la segunda ciudad del Imperio), Constantinopla (ahora Estambul, Turquía), Jerusalén, Atenas, etc.

A partir de esa fecha, comienzan los días a hacerse más largos y acortarse las noches, señal del carácter invencible del Sol, que detiene su desplazamiento durante el verano y el otoño vernal hacia el sur. Tal vez los antiguos pensaban que iba a hundirse por siempre en las regiones australes más remotas o lejanas, durante su viaje al sur, iniciado el 21 de junio, o el solsticio de verano. Pero el 21 de diciembre se detiene (solsticio de invierno) para volver de nuevo al norte. Una prueba empírica de ese desplazamiento aparente del Sol, sur-norte, norte-sur, la vemos en nuestros hogares, cuando observamos que, en ciertos meses del año, la luz solar entra por alguna ventana y en otras fechas no lo hace (véase mis artículos sobre ‘Sol’ y ‘solsticio’).

Otro posible origen del 25 de diciembre como fecha de celebración del nacimiento de Cristo

Otra versión, acaso más rebuscada, sugiere que el 25 de diciembre se convirtió en la fecha del nacimiento de Jesús por un razonamiento que identificaba el equinoccio de primavera (21 de marzo en el hemisferio norte) como la fecha de la creación del mundo y el cuarto día de la creación*, cuando se creó la luz, como el día de la concepción de Jesús (es decir, el 21-25 de marzo). De manera que el 25 de diciembre, nueve meses después (tiempo estimado que dura la gestación de la mujer), se convirtió en la fecha del nacimiento de Jesús.

*Recordemos el pasaje del Génesis 1:4 «Dijo luego Dios: Haya lumbreras (¿Estrellas, Sol, Luna?) en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años».

II- Las Saturnales

Otra posibilidad es que la fecha navideña se haya relacionado con las fiestas Saturnales (Sāturnālis o Saturnale festum en latín), que eran unas fiestas sumamente importantes, previas a las del Sol Invicto, dedicadas al Dios Saturno (Sāturnus, cuya forma antigua era Saeturnus, palabra de probable procedencia etrusca), que según la tradición vivió en el Lacio (en lo que hoy es la región de Roma) en épocas pasadas muy lejanas, quien gobernaba el Universo y brindaba prosperidad a los humanos en la legendaria Edad de Oro, de la que se decía, reinaba una especie de paraíso, en donde todo era abundancia y dicha, curiosamente, algo semejante al paraíso que se narra en los textos bíblicos del cristianismo. Saturno era hijo del dios Urano y la diosa Vesta.

En estas fiestas se conmemoraba el término del ciclo anual y el solsticio de invierno. Las Saturnales comenzaban el 17 de diciembre, con grandes banquetes pagados por el Estado romano, a los que estaban invitados todos por igual, en donde los esclavos recibían su comida que sus propios amos les servían. La fiesta duraba 7 días, hasta el 24 de diciembre. Así que se juntaba o enlazaba con las fiestas del Sol Invicto, que iniciaban justo al día siguiente. La expresión latina Io, Saturnalia, era pronunciada por la gente para felicitarse. Io es una interjección latina que se pronuncia para expresar alegría… y a veces pena o dolor. Entonces, Io, Saturnalia, en este caso se traduce como ¡Saturnalia!, pero en un tono alegre, festivo, de regocijo.

También es posible que la elección del 25 de diciembre, como la fecha del nacimiento de Cristo, haya resultado probablemente de la combinación de ambas festividades. De lo único que se tiene certidumbre es que la fecha fue fijada entre los siglos III-IV d. C.

La Navidad inicia siglos después de la muerte de Jesús

Con la llegada del cristianismo, después de la muerte de Jesús, la iglesia comenzó a rechazar estas fiestas paganas grecorromanas de carácter politeísta no cristiano. Pero aun así, lo más probable es que la Navidad se haya hecho coincidir con estas grandes celebraciones del mundo antiguo. 

Pagano es palabra que deriva del latín paganus, que quiere decir, ‘aldeano’, ‘inculto’, ‘rústico’, de pagus, ‘aldea’, ‘cantón’. Debido a que las fiestas romanas tenían grandes motivaciones rurales o atendiendo a los ciclos agrícolas. Pero después pagano pasó a significar ‘anticristiano’, que ‘no obedecen a las tradiciones cristianas’.

Esta importante festividad no existía en las primeras fiestas de la Iglesia. La primera vez que se menciona el 25 de diciembre se da en el calendario de Filocalus (304-384 d. C.), o el calendario del año 354, donde dice que Cristo nació un viernes 25 de diciembre, justo 15 días después del plenilunio o luna llena. 

Tiempos actuales

En nuestros días, la Navidad y sus festividades son, entonces, una mezcla abigarrada de tradiciones romanas, griegas, escandinavas y orientales.

Los regalos navideños

Hacia finales del siglo XVIII se consolidó la práctica de hacer regalos a los miembros de la familia. Desde el punto de vista teológico, la fiesta recordaba a los cristianos el regalo que Dios nos dio a la humanidad con Jesús. Incluso, la llegada de los Reyes Magos a Belén sugería que la Navidad estaba relacionada de algún modo con la entrega de regalos. La práctica de hacer regalos, que se remonta al siglo XV, contribuyó a la opinión de que la Navidad era una fiesta secular centrada en la familia y los amigos (https://www.britannica.com/topic/Christmas)

Navidad, Christmas en inglés

El DLE (2021) dice que christmas significa ‘tarjeta de navidad’. Pero soy originario del norte de México, muy cerca a la frontera estadounidense, y en esas regiones usamos la palabra «crismas» como sinónimo de Navidad.

Navidad en inglés se dice Christmas, literalmente «mass on Christ’s day o misa en el día de Cristo», palabra derivada del inglés medieval Cristemasse o Cristes maesse, del inglés antiguo Cristes maesse, de Cristes, el genitivo de Crist, Christ (Christus en latín), más maesse, del latín tardío missa, ‘misa’ (consulta la entrada ‘misa‘ en este mismo sitio).

Christmas también se dice en inglés Yule (Navidad, Fiesta del Nacimiento de Cristo), un término que se usa desde el siglo XII (véase) y que procede del inglés medieval yol, yole, a su vez del inglés antiguo geōl, ‘día de Navidad’; como geōla, que significa ‘los tiempos de diciembre-enero’; jōl, ‘festival pagano de invierno’, ‘christmas’ o ȳlir, ‘el final del mes próximo al solsticio de invierno’, en nórdico antiguo; jiuleis, en gótico.

Un poco de historia sobre la Navidad (Christmas) de los pueblos anglosajones

En tiempos anteriores a la conversión de los anglosajones al cristianismo, geōl era el nombre de una fiesta de invierno que se celebraba en algún momento de la época del año que ahora llamaríamos diciembre. Tras su conversión, los anglosajones siguieron utilizando geōl como nombre de la gran fiesta cristiana que se celebraba en la misma época, es decir, la Navidad.

Otros pueblos paganos que hablaban lenguas germánicas celebraban fiestas similares, y entre los nórdicos, la fiesta de invierno se llamaba jōl, utilizando el equivalente en nórdico antiguo del inglés antiguo geōl. Después de la conversión de Escandinavia al cristianismo, se dio un nuevo uso a jōl, al igual que a geōl en Gran Bretaña. Sin embargo, la palabra habitual para designar la Navidad sigue siendo Jul en danés, noruego y sueco, los pueblos descendientes del nórdico antiguo.

La Iglesia anglosajona no desaprobó este tipo de reutilización de palabras germánicas nativas a las nuevas tradiciones cristianas que emanaban del mundo mediterráneo, y actualmente, varias otras fiestas cristianas tienen nombres ingleses con raíces anglosajonas (The American Heritage® Dictionary of the English Language, Fifth Edition copyright ©2020 by Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company. Consultado el 24 de diciembre de 2021.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 24 de diciembre de 2020. Revisión 24 de diciembre de 2021.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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