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equinoccio

Significado

Equinoccio es el momento cuando el Sol cruza el plano del ecuador terrestre, haciendo que en todos* los lugares de la tierra, el día y la noche, tengan la misma duración, por ello su nombre «noche igual» (que el día). Hay dos equinoccios anuales, el vernal (del latín ver, veris, ‘primavera’) o de primavera, que en el hemisferio norte sucede entre el 20-21 de marzo, y el equinoccio autumnal (del latín autumnum, autumnus, ‘otoño’) u otoñal, que puede acontece entre el 21-24 de septiembre (aunque las fechas más comunes son entre el 22 y 23). Naturalmente que en el hemisferio sur las cosas son exactamente opuestas, es decir, el 20-21 de marzo es el equinoccio de otoño y el 22-23 de septiembre, el de primavera.

*Las regiones polares, un caso especial

En las regiones polares, los días de equinoccio son también un suceso muy peculiar:

El día del equinoccio de primavera del hemisferio boreal (20-21 de marzo), en el Polo Norte se cambia de una etapa que duró seis meses de noche, a un tiempo con la misma duración, pero de día. De tal forma que, en esta fecha, podrá verse sólo medio disco solar durante 12 horas en el horizonte. Luego el Sol seguirá ascendiendo, hasta lograr su máxima altura el 20-22 de junio (solsticio de verano), para volver a descender, hasta tomar de nuevo el aspecto de medio Sol durante 12 horas el 21-22 de septiembre (equinoccio de otoño). Después desaparece del horizonte por completo por seis meses (la larga noche boreal), hasta el próximo 21 de marzo. Así, año tras año.

Como ya se dijo, esto mismo sucede en el Polo Sur, nada más que el 21 de marzo, el sol desaparece y viene una noche de 6 meses, para volver un día con la misma duración, el 22 de septiembre.

Iluminación de la Tierra por el Sol durante un equinoccio. Imagen de Przemyslaw «Blueshade» Idzkiewicz. https://en.wikipedia.org/wiki/March_equinox#/media/File:Earth-lighting-equinox_EN.png

Etimología del término ‘equinoccio’

Equinoccio procede del latín medieval aequinoxium, también ēquinoxium, ēquinoctium, derivado del latín æquĭnoctĭum, literalmente, «noche igual» (al día) o ‘equinoccio’, ‘el tiempo de días y noches iguales’, término documentado en escritos de los romanos Catón el Viejo, Julio César, Cicerón y Plinio el Viejo. En el vocablo æquĭnoctĭum podemos distinguir los elementos latinos siguientes:

1) El adjetivo aequus (‘igual‘, también ‘llano, tranquilo, semejante, moderado’).

2) Nox, genitivo noctis (‘noche, reposo, tinieblas, oscuridad’). En sentido figurado, ‘cielo oscuro, sombras, tempestad, la muerte, calamidad, ignorancia, confusión’.

3) El sufijo -ium, que por lo general forma sustantivos de efecto y resultado, pero a veces da la idea de pequeñez (como en Clostridium). Ejemplos con este sufijo: auspicium (adivinación por observación de las aves); taedium (cansancio, hastío, tedio); vestigium (pisada, huella que deja el pie, vestigio); medium (espacio intermedio), desiderium (deseo, nostalgia, pena), etc.

Palabras derivadas de aequus

De aequus (igual) derivan palabras latinas como: el verbo aequo, are (igualar, arrasar, allanar, demoler); aequilibris (equilibrio); aequum (terreno llano, equidad); aequor (superficie plana, llanura, mar, superficie del mar en calma); el adverbio aeque (igualmente, con equidad), etc. Aequus tiene un origen incierto o discutible, probablemente proceda del latín arcaico (siglos VI-IV a.C., del que nada más se conocen textos sobre metal, piedras o cerámica) *aiquos, tal vez de alguna raíz protoitálica *aikwos-, cuyos nexos indoeuropeos son cuestionables y no seguros. Curiosamente existió en tiempos muy antiguos una tribu guerrera itálica llamada Aequi  (castellanizado como ecuos), de la que se sabe, fue eliminada en el siglo V a.C. por el dictador Lucio Quincio Cincinato (floreció hacia el año 460 a.C.), en los tiempos de la República romana, fundada en 509 a.C.

Relación indoeuropea de nox

Nox, noctis se vincula a la raíz indoeuropea *nekw-t (noche, en Pokorny nek-(t‑) 762.), con numerosas relaciones en muchas lenguas indoeuropeas, por ejemplo, νῡκτός = nyktos, que es el genitivo singular del griego antiguo νύξ (núx o nýx, ‘noche’), night (noche en inglés actual), en italiano, notte (noche), nuit en francés, Nacht (alemán), nacht (holandés), тьма (ruso), noapte (rumano), nakti (sánscrito), nekus (hitita), etc.

Se ha propuesto la hipótesis de que esta raíz quizá originalmente designaba al crepúsculo de la mañana o de la tarde, forma opuesta a *kwsep- (la oscuridad de la noche) tal vez de la raíz verbal *negw (ser de noche).

Comentario final

Si en los equinoccios el Sol cae de manera perpendicular sobre el ecuador, entonces en las ciudades de Nueva Loja, Ecuador y Macapá, Brasil, que se encuentran respectivamente a solo 4’ y 2’ al norte de la línea ecuatorial, los días 21 de marzo y 22 de septiembre, los objetos prácticamente no proyectan sombra cuando dicho astro se ubica sobre el meridiano local (76°53′28″O en Nueva Loja y  51°03′55″O en Macapá). En esta imagen se muestra una representación de la esfera celeste mostrando lo posición del equinoccio autumnal y vernal.

Marzo y el equinoccio de primavera boreal

En el día 21 del mes de marzo (dentro de cuatro días) se produce el equinoccio de primavera en el hemisferio norte y el de otoño en el sur. Es cuando el Sol, en su eterna trayectoria anual por los cielos, atraviesa el ecuador celeste en dirección al norte, un desplazamiento que culmina el 21 de junio, cuando se produce el solsticio de verano en el norte y el de invierno en el sur.

Al equinoccio de primavera o vernal (21 de marzo), todavía se le conoce como el Primer Punto Aries, ya que, en tiempos antiguos, hace más de 2000 años, cuando se compuso el zodíaco, el Sol se ubicaba en la constelación El Carnero (Aries) en el primer día de la primavera boreal. 

En cambio, ahora el Sol está en los peces (Pisces), mientras que en El Carnero entre el 19 de abril y el 15 de mayo, ya que los signos zodiacales se desplazaron aproximadamente un mes los por el fenómeno astronómico llamado precesión de los equinoccios.

CONCLUSIÓN

Durante el desplazamiento del Sol en la eclíptica de norte a sur y de sur a norte, que produce los solsticios (los días en los que el Sol cae perpendicular en uno de los dos trópicos), el astro pasa sobre el ecuador dos veces, produciéndose los equinoccios respectivos: en el hemisferio norte, el autumnal o de otoño (22 de septiembre, el Sol desplazándose del norte al sur) y el vernal o de primavera (21 de marzo, el Sol moviéndose del sur al norte). Lo que se debe:

1) Al movimiento de traslación anual (también llamado revolución) de la tierra en torno al Sol en una órbita casi circular, a una velocidad media de unos 30 km por por segundo o ¡107 803 por hora! Es decir, alrededor de ¡944 millones de km por año! Casi un millón.

2) A la inclinación del eje terrestre de 23,7 grados (Reeth Herman. Scientific American. October 26, 1998)

Autor: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 23 de junio de 2020.

Categoría: ciencia

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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