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lote, lotería

definiciónes de ‘lote’ y ‘lotería’

Lote (masculino)  

  • Cada una de las partes en las que se divide un todo para repartirlo entre varias personas. Para repartir la herencia hicieron cinco lotes.
  • Conjunto de objetos similares que se agrupan con un determinado fin. Recibieron un cuantioso lote de alhajas. Pondrán a la venta un lote de libros. Está en venta un lote de autos dañados por el granizo.
  • Grupo de animales con ciertas características en común. El estudio toxicológico consistió en separar los mosquitos en cuatro lotes.
  • Solar o parcela (pequeña porción) que resulta al dividir un terreno destinado a la edificación. Están vendiendo lotes en un terreno que se encuentra al lado del hospital. Hay que limpiar el lote, porque mañana viene el ingeniero a trazar los cimientos de la casa.

Lotería (femenino)

  • Juego de azar del Estado —público y autorizado— en el que se venden billetes numerados (de los que se premian con diferentes cantidades de dinero), los que coincidan en una o más cifras con determinados números sacados por sorteo. También hay otras formas más rápidas y directas como el raspadito: se compra el boleto, se le raspa con la uña o una moneda y aparecen ciertos números, cuyo premio va de acuerdo a ciertas reglas ahí explicadas. Naturalmente que casi nunca gana uno. Compré un cachito de lotería para el sorteo navideño. Bueno, más bien compré una ilusión.
  • Cosa o asunto que depende de la casualidad o de la suerte. Me saqué la lotería con la decisión que tomé. ¿Cuándo construirás tu casa? ¡Uy! Po ‘s cuando me saque la lotería.

ETIMOLOGÍA DE ‘LOTE’

La palabra ‘lote’ tiene un origen germánico, nada que ver con el latín ni el griego. Al español llegó del francés lot: ‘la parte que a cada persona le toca en un reparto’, término documentado desde mediados del siglo XII. Para el siglo siguiente ya aparece con el sentido de ‘sorteo que reparte premios’. Del fráncico (la lengua de los francos*) *lột ‘porción’. En inglés antiguo hlot (cualquier objeto usado para determinar la parte que le corresponde a alguien); nórdico antiguo hlutr; hlauts (herencia, reparto); en gotico** (porción de tierra); antiguo alto alemán (h)loz, hlôz ; el radical germánico *hluta– (lote, porción), del hipotético protogermánico *khlutom. Son probablemente palabras relacionadas con lot, lote en español, pero con relaciones indoeuropeas no muy claras.

*Los francos: un pueblo germano del bajo Rin que invadió la Galia en el siglo III, de ahí el nombre de Francia. **Los godos fueron un pueblo escandinavo que salieron de su tierra en el siglo I a. C. y se diseminaron por varias regiones europeas.

ORIGEN DE ‘LOTERÍA’

El vocablo lotería procede del francés loterie (atestiguado desde el siglo XVI): “juego de azar que consiste en tirar a la suerte los números que designarán a los billetes ganadores o premiados. Loterie (que dio en inglés lottery) es un derivado del neerlandés medio loterije, loterij, de lot recién citado.

La palabra francesa loterie  lleva el sufijo -erie (-ería en español) que indica cualidad, condición o acción, del antiguo francés -erie, -er, que finalmente proviene del latín -arius (masculino), -arium (neutro). 

En efecto, la lotería (loterie, lot-ería) lo que hace es “repartir o distribuir entre varias personas las partes (lot) en las que se divide un todo o el dinero que se rifa”.

El tradicional juego de lotería que juegan las familias mexicanas y en las ferias regionales

La lotería es un juego de azar muy popular en México, en las comunidades hispanas de Estados Unidos y algunos lugares de Europa. Este juego comenzó en Italia durante el siglo XV, pasó luego a España y de ahí  a la Nueva España en el XVIII. (Teresa Villegas. History of La Loteria).

Típicamente consta de un conjunto 54 de cartas, que llevan impresa una figura distinta cada una, y un grupo de cartones en los que están estampados 16 casillas (el número puede variar) con figuras diferentes. Se trata de ir descubriendo las cartas una a una, por lo común pronunciadas por uno de los jugadores o por un anunciador, para que los jugadores vayan marcando —con granos de maíz o frijol o con piedritas— en sus cartones las casillas correspondientes hasta que alguien logra llenar una línea, un cuadro o el cartón completo y grita, “buena”, “lotería”.

El que grita las cartas a veces (no siempre), agrega cierta expresión folclórica alusiva a cada una:

El que pica con la cola, ‘el alacrán’. El caso que te hago es poco, ‘el cazo’. No te arrugues cuero viejo que te quiero pa’ tambor, ‘el tambor’. Hay que brinco pegó tu hermana, ‘la campana’. La cobija de los pobres, ‘el sol’. El que espera desespera, ‘la pera’; y así sucesivamente, hasta que uno o más de los jugadores gritan “buena”.


Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 4 de noviembre de 2023.  

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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