cereal, las diosas Ceres y Deméter, asteroide Ceres
El significado de «cereal»
Cereal como adjetivo significa “lo perteneciente a la diosa romana Ceres y de las fiestas que se celebraban (en la antigua Roma) en honor de esta diosa. En botánica, y como sustantivo, “cereal” se aplica al nombre de las plantas monocotiledóneas gramíneas o sus granos farináceos (de la naturaleza de la harina, granos o gramíneas panificables), como arroz, avena, cebada, centeno, sorgo, mijo, trigo y maíz.
Origen del término “cereal”
La palabra “cereal” es, en origen, un adjetivo que viene del latín preclásico y clásico cĕrĕālis (la diosa Ceres + -alis) que significa “lo relacionado o perteneciente a la diosa Ceres y a su adoración”, así como “las fiestas que se hacían en su honor”, que datan de tiempos muy antiguos. Por metonimia o transnominación, cĕrĕālis también se refería al “cultivo de la tierra”, especialmente para cosechar granos o cereales y todo “lo relacionado con el trigo y el pan que se hacía con sus granos”. Virgilio cita en la Eneida cerealia arma que significa “utensilios para elaborar el pan”.
Así mismo, el escritor hispanorromano de temas agronómicos Columela (4-70 d. C.) escribió granum cereales o “granos cereales”, es decir, de los que se obtiene harina y pan y además se relacionan con la diosa Ceres.
Cĕrĕālis fue también un cognomen o apodo aplicado a personas, casi seguro porque venían de familias que cultivaban el trigo (un cereal) o se dedicaban a la elaboración del pan.

Ceres en búsqueda de su hija Proserpina. Por Johann Blaschke, 1786. Autor: Jánus Blaschker. Fuente http://www.latein-pagina.de/ovid/ovid_m5.htm. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Blaschke_-Ceres_in_search_of_Proserpina-_1786.jpg
Cĕrĕālĭa o Cĕriālĭa, las fiestas dedicadas a Ceres
Como sustantivo, Cĕrĕālĭa o Cĕriālĭa era el nombre que daban a las fiestas dedicadas a la diosa Ceres, que se realizaban cada 10 de abril, aunque advierto que las fechas varían con la fuente consultada, ésta, por ejemplo dice que se extendían desde el 12 al 19 de abril. Cerialia ludi (según Tito Livio) eran “los juegos que se hacían en honor a la diosa Ceres”. La fiesta Cerealia o Cerialia era para recordar el regreso de Proserpina —hija de Ceres que raptó Plutón— a la tierra, es decir, el inicio del verdor propio de la primavera. Cĕrĕāles eran, además los magistrados que tenían a su cargo el abastecimiento de los mercados
Ceres, su plural Cereris y la diosa Deméter
Cĕrēs, Kerri en idioma osco, y Cels en etrusco —y su plural Cerĕris, que tal vez se refiere a Ceres y su hija Proserpina— es el nombre de la diosa romana relacionada con Deméter de los griegos con las mismas características. Ceres era hija de Saturno y de la diosa romana de la riqueza y abundancia Ops (ops en latín significa opulencia, riqueza, poder, de donde la palabra «opulencia». Asimismo, Ceres es hermana de Juno, Júpiter (con quien tuvo a su hija Proserpina), Neptuno, Plutón y Vesta (según algunas versiones como aquí, Vesta y Saturno son los padres de Ceres). Es además la diosa de la agricultura, muy especialmente de las mieses o granos farináceos (de los que se hacía el pan. Farīna en latín significa «harina»); Ceres también presidía la floración y la cosecha.
Probablemente el culto a Ceres surgió en la región de Campania (más adelante abundo sobre el tema) ubicada en territorio de la Magna Græcia. Cuando se le ofrecían sacrificios, eran cerdas y vacas.
Relación indoeuropea
Los términos Ceres, cereal, cerealis se relacionan con la raíz indoeuropea *k̂er-2, k̂erǝ-, k̂rē-, forma antigua *k̑er‑ que en general lleva el significado de “crecer”. Aquí o acá pueden ver más detalles sobre esta raíz. Palabras como crear, criar, concreto, cría, crianza, creación, creciente, crecimiento, criollo, crecer, concreción, excrecencia, hipocorístico y otras comparten la misma raíz.
“Cereal” es un adjetivo que se forma con el sufijo latino -al, -ālis
Cereal, (cĕrĕālis) se forma con el nombre Cĕrēs más el sufijo latino de relación o pertenencia -al, -ālis-, como en los adjetivos de uso cotidiano: actual, artificial, esferoidal, fenomenal, intelectual, laboral, litoral, magistral, natural, profesional, superficial, vital, cordial, global, intersticial, mortal. ¡Ah! pues del mismo modo “cereal” es lo perteneciente ( -al, -ālis-,) o relacionado con la diosa Ceres (Cĕrēs).
Pero a veces -al, -ālis- forma sustantivos que indican “lugar donde abundan”. Por ejemplo en mangal, arrozal, berenjenal, breñal, cenagal, lodazal, peñascal.
Palabras latinas de la antigüedad con el sufijo -al, -ālis-
A manera de ejemplo:
Pāgānālĭa en plural “las fiestas de una aldea o rurales celebradas en enero”. De pagus, “aldea”, “cantón” de donde viene el término “pagano”.
Digitalis. “De un dedo” y este de digitus, “dedo”, de donde viene digital y dígito.
Pectŏrālis. “Lo que se refiere al pecho, pectoral”. De pectus, “pecho”, de donde la palabra expectorante.
Săcerdōtālis. “Sacerdotal, de sacerdos, “sacerdote” y este de sacer “sacro”, “consagrado”.
Saturnalia. “Fiestas dedicadas a Saturno”. De Sāturnālis, “relacionado con el dios Saturno”. Léase la entrada «Navidad«.
Sŭŏvĕtaurīlĭa. De sus (cerdo), ovis (oveja), taurus (toro). “Sacrificio que ofrendaba un cerdo, una oveja y un toro”, en especial, durante las lustraciones o purificaciones.
El asteroide Ceres
Ceres es el asteroide más grande y el primero que se descubrió, el 1 de enero de 1801 mediante el uso del telescopio. El astrónomo Guiseppe Piazzi (1746-1826) en Palermo, Sicilia —cuando buscaba un planeta que según el astrónomo Bode debía existir entre Marte y Júpiter—, fue el que lo detectó y quien lo llamó Ceres, a lo que primero creyó se trataba de un cometa, pero tras observaciones subsecuentes —lo observó 24 veces—, luego lo consideró planeta y en los años 1850s ya se consideraba asteroide.
El asteroide Ceres es un astro más pequeño que nuestra luna, que orbita en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Le da la vuelta al Sol en 4,6 años terrestres y se encuentra a unos 263-264 millones de km de la Tierra. Ceres es esférico y su diámetro es de 952 km (el diámetro de la luna es de 3474 km, es decir, 3,649 veces más), por eso, en el siglo XXI se ha ganado la categoría de Planeta Enano junto con Plutón y otros astros. Su área es de 2 772 368 km2, casi igual a la superficie de Argentina de 2 780 000 km².
Asteroides que miden unos milímetros y otros casi 1000 km de diámetro
Hay que señalar que el tamaño de los asteroides oscila entre sólo algunos mm hasta el de Ceres de casi mil kilómetros. Se estima que hay unos 200 millones de más de un km de diámetro, pero hay miles de millones más chicos. La mayoría vagan en el Cinturón de Asteroides, pero también hay en otras regiones del Sistema Solar (Aderin-Pocock).
Piazzi y el nombre del asteroide Ceres
Piazzi decidió llamar a este asteroide Ceres o Cereres Ferdinandea. Primero (Ceres), por la diosa romana de la Agricultura y las mieses, donde, según el mito, se encontraba su hogar terrenal en Sicilia, precisamente justo en el Lago Pergus (ahora Pergusa), junto al volcán Etna, donde comenzó la historia de Ceres y Proserpina, ya que según el escritor romano Ovidio (43 a. C.-17 d. C.), fue ahí donde Plutón raptó a Proserpina para hacerla reina del inframundo o el Hades y la pobre Ceres, desconsolada, la buscaba por las noches con una antorcha en la mano.
Y Ferdinandea en honor del Ferdinando de Sicilia (1751-1825), ya que en 1790 fundó el Observatorio de Palermo. O sea que se llama Ceres por un doble motivo: se descubrió en el observatorio de Palermo que se localiza en la isla de Sicilia, que además era el legendario hogar de esta diosa.
Cabe mencionar que el símbolo astronómico original de Ceres, todavía utilizado en astrología es una hoz () —precisamente uno de los símbolos característicos de la diosa Ceres—, y al parecer sugerido en 1802 por los astrónomos Johann Elert Bode (1747-1826) y el astrónomo austriaco Franz Xaver von Zach (1754-1832).
ALGUNOS PASAJES SOBRE LA NARRACIÓN SOBRE EL MITO DE CERES Y DEMÉTER
Como todos los mitos, se trata de narraciones complicadas y con variantes de acuerdo a los autores consultados. Solamente menciono algunos pasajes que considero destacados.
Sin duda, la mitología grecorromana —del mismo modo que otras mitologías— tiene centenares o miles de personajes, por eso, sólo menciono algunas cosillas de este intrincado pero alucinante tema. Tengo en mi poder un antiguo librito en inglés que se llama Lempriere’s Classical Dictionary (New York) del año 1875 y en sus páginas 154-155 puede leerse una narración sobre Ceres con muchos detalles. Un auténtico tesoro. Pero aquí también pueden verlo.
La imagen romana de la diosa Ceres
A Ceres se la representa totalmente drapeada en un carro tirado por dragones y coronado de amapolas. Era la madre de Proserpina, quien fue capturada por Plutón mientras recogía flores. Ceres era también el nombre romano de la Madre Tierra, como la dadora del alimento para la gente y los animales. Igualmente se la representa como una majestuosa mujer de pie, su cabeza coronada de espigas y que lleva en la mano derecha una antorcha, para iluminarse por las noches, cuando buscaba a su hija tras el rapto consumado por Plutón.
Comparación entre Ceres y Deméter
Δημήτηρ (Deméter), la Gran Madre o la Madre Tierra de los griegos era hija de Rhea y Cronos —en origen, una deidad muy muy antigua pre griega—, la diosa griega equivalente a Cĕrēs de los romanos. Deméter tuvo una hija con su hermano Zeus llamada Perséfone o Περσεφόνη (Persephóne) en griego antiguo, del mismo modo que Ceres tuvo con Júpiter una hija llamada Proserpina (Proserpĭna en latín), cuyo nombre es el equivalente al Persephóne griego.
A Perséfone se la llevó Hades (hermano de Zeus y Poseidón) y la hizo diosa del inframundo, mientras que a Proserpina la raptó Plutón para también llevarla al Hades o inframundo; pero fue tan grande el pesar de Ceres, que Júpiter permitió que su hija permaneciera 6 meses con ella —primavera y verano, cuando los campos reverdecen y la tierra nos da sus frutos — y otros 6 —otoño e invierno— con Hades. Recordemos que el Zeus griego es el mismo que el Júpiter romano. Durante el tiempo que duró el rapto, las tierras se volvieron áridas y no había cosechas.
Ceres es una divinidad itálica prerromana
Ceres es una divinidad itálica prerromana que ha sido asociada o se cree que su mito tal vez nació en la región central de los Apeninos o más bien en la región de Campania algo más al sur. Es muy difícil saberlo con precisión, pero a veces se considera que el mito y la adoración a Ceres acaso se remonta hasta el Neolítico o la última Edad de Piedra, que terminó entre los milenios V-IV a. C., precisamente el período de la prehistoria donde comienzan las actividades agrícolas y económicas.
Basta con señalar que en lejanos tiempos, Italia —que se cree la cuna de Ceres— estaba poblada por antiguos habitantes como ligures, etruscos, réticos, sicanos y sardos que hablaban lenguas no indoeuropeas. Y entre los siglos VIII-VII a. C., se establecieron al sur de Italia y en Sicilia colonias griegas como las jónicas y las dóricas, razón a la que se atribuye la fusión o similitud entre Ceres y Deméter.
Entonces, cada vez que pronunciamos la palabra “cereal” (desayuné cereal con leche) estamos utilizando un término cuyo origen tal vez se remonta a más de 3000 años atrás.
Una de las 12 deidades mayores de panteón romano
Ceres (Cĕrēs) era una de las doce deidades* mayores del panteón (conjunto de dioses de un pueblo) romano que componían el Consejo Celestial o los Dii Consentes** (coincidente con los doce dioses olímpicos griegos).
*En el siglo III antes de Cristo, el poeta Ennio enumeró los doce grandes dioses del panteón grecorromano: Juno, Vesta, Minerva, Ceres, Diana, Venus, Marte, Mercurio, Júpiter, Neptuno, Vulcano y Apolo. Y es que las mitologías griegas y romanas estuvieron muy interrelacionadas.
**Dii Consentes. Derivado de consentio, consentire pensar de manera unánime, estar conforme, coincidir sobre el análisis de algo. Dii es el nominativo plural de deus que significa “dios”. Entonce Dii Consentes son los dioses (dii) que forman el Consejo Celestial, de consentĭo, consentīre, deliberar en común.
A manera de curiosidad
Chicomecoatl (en náhuatl, “siete culebras”, “culebra de siete cabezas”) diosa de la abundancia de cosechas, sobre todo del maíz, patrona de la vegetación, se considera la Ceres Mexicana.
Porca praecidanea era la cerda sacrificada o inmolada a Ceres antes de la cosecha. Porca de porcus (puerco, cerdo) y praecidanea, de praecidaneus (inmolado antes, en este caso, de la cosecha). De prae (delante de, antes, a causa de, por) y el verbo caedo, caedĕre (‘matar’, ‘derribar’, ‘sacrificar’, ‘cortar’, de donde se formó el término homicidio).
Cerialis Ludi
Como arriba mencioné, Cerialia o Ceriales Ludi (Juegos de Ceres) eran los festivales que se celebraban en Roma en honor de la diosa Ceres. Fue en el año 493 a. C. (recién instaurada la República en el año 509) que la adoración a la diosa griega Deméter, pero con el nombre italiano o latino Ceres, fue establecida en Roma bajo la dirección de los cuidadores de los libros proféticos Sibilinos. Para ello, construyeron un templo en su honor: Aedes Cereris (el Templo de Ceres) cerca de Circus Maximus (Circo Máximo), construido en el siglo VI a. C., entre el monte Palatino y el Aventino, aunque los rituales y las ofrendas eran totalmente griegas. Pero en conexión con estas celebraciones, los plebeyos —los que comerciaban los granos— instituyeron sus propios juegos, con la invitación a que los patricios también participaran.
“Inicialmente estas celebraciones se hacían solamente en ocasiones extraordinarias, pero con el paso del tiempo terminaron por ser anuales, entre el 12 y 19 de abril, llamando Cerialia de manera especial al día 19. Este festival de primavera fue planeado para celebrar el regreso de Proserpina a la Tierra, devolviéndole su verdor. Todos los participantes debían vestirse de blanco, y no se permitían sacrificios con sangre, excepto el ofrecimiento de una cerda Las ofrendas consistían en pan, miel e incienso”.
“Luego se organizó un segundo festival, al que llamaron sacrum anniversarium Cereris o “Sacro Aniversario de las Ceres”, se celebraba en el mes de agosto. Una fiesta para agradecer o dar las gracias a Ceres, pero en la que sólo participaban mujeres vestidas de blanco que traían los primeros frutos a la diosa. Ellas mismas se preparaban, ayunando y separándose de sus maridos durante nueve días”. (Willian Smith et al).
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 4 de agosto de 2025.