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ave, auspicio, ornitología

Explicación sobre las palabras y conceptos de ave, auspicio y ornitología

Ave es un animal vertebrado, homeotermo (con temperatura corporal constante), respiración pulmonar, cuerpo cubierto de plumas, que pertenece a la clase Aves (Linneo, 1758). Cuyos miembros anteriores están convertidos en alas y los posteriores, son las ‘patas’ con las que caminan o en algunos casos las usan para nadar. La mayoría de las especies pueden volar, aunque algunas no, por ejemplo: el pingüino, avestruz, ñandú, casuario, emú y otras. Las aves son un grupo de animales, que tal vez comenzaron a evolucionar de ancestros (no propiamente aves) muy antiguos, que quizás existieron unos 150 millones de años atrás, durante el Jurásico Superior. Se estima que el número de especies vivientes es de unas 18.000, pero se han clasificado sólo entre 9.000 y 10.000.

Ornitología

La ciencia que estudia a las aves se llama ornitología, neologismo acuñado por el biólogo italiano Ulisse Aldrovandi (1522-1605) en el año 1599 en latín renacentista como ornithologia. Para ello, unió dos elementos lingüísticos del griego antiguo:

El término ὄρνις = ornis y su genitivo, ὄρνῑθος = ornithos, que significa ‘ave’, y su hipónimo ‘pájaro’; más el componente -λογία (-logía) con el significado de ‘tratado o estudio’, como en las palabras biología, geología, espeleología, epistemología, cardiología, neurología, etc. Por lo tanto, “la ornitología es el estudio (-logía) de las aves (ornithos)”. Con el vocablo ornithos, se han creado otras palabras propias de la biología. Por ejemplo, ornitorrinco, ornitosis, ornitotomía, ornitófila, ornitofauna, ornitina, etc.

Etimología de «ave»

La palabra ave procede del latín clásico ăvis (‘ave’, ‘pájaro’, ‘auspicio o presagio’), ya que los romanos, griegos y otras culturas presagiaban o pronosticaban acontecimientos, observando el vuelo o canto de las aves. 

Frases latinas de la antigüedad con avis y sus derivados

Algunas frases latinas de la antigüedad muestran el sentido con el que se utilizó este vocablo: a) avis alba (‘el mirlo blanco’), era un refrán o dicho que indicaba ‘algo raro o muy poco visto’, como una zorra con dos colas o una gallina con dientes; esto, debido a que el macho de los mirlos es negro, las hembras, color marrón y sólo de manera muy extraña o rara se ven especímenes blancos, algo así como ahora decimos, ‘elefante blanco’ o ‘garbanzo de  libra’; b) avi sinistra (‘algo con mal agüero o mal pronóstico’); c) secundis avibus (‘ave de buenos presagios’); d) avibus bonis (‘con buenos presagios’).

Algunas palabras derivadas

De ăvis derivan palabras latinas como: 

1. ăvĭcŭla (ave pequeña).

2. ăvĭārĭus (el que cuida y guarda las aves).

3. auspĭcĭum, (‘auspicio’, ‘agüero’, ‘presagio’). En la antigua Roma, ‘la predicción o adivinación tomada de la observación del vuelo, el canto y el comportamiento de las aves’. Auspĭcĭum, es palabra formada por ăvis (ave) y el verbo speciō, speciēre, ‘mirar’, ‘examinar’, ‘contemplar’. Es un sustantivo que indica: a) ‘apoyo’, ‘ayuda’; b) ‘señal de que algo sucederá en el futuro’; ‘agüero’; ‘señales buenas o malas de algo que apenas inicia’.

5. auspex, -icis, (‘consejero’, ‘adivino’, ‘agorero’, ‘protector’, ‘guía’), también de avis y speciēre, como en las frases: auspex clamor (grito de buen presagio); dis auspicibus (con la protección divina); nuptiarum auspices (testigos en una boda).

Auspicio, su significado

Nuestra actual palabra auspicio puede significar; ‘apoyo’, ‘ayuda’, por ejemplo, ‘el orfanatorio fue construido bajo el auspicio del Club de Leones’; también, ‘señal de que algo sucederá en el futuro’; ‘señales buenas o malas de algo que apenas comienza’ ¿Porqué ‘apoyo o ayuda’? Debido a que los antiguos adivinos apoyaban o auxiliaban a una persona guiándola en una acción, según sus predicciones. Y ‘señales de probables sucesos buenos o malos’, por el poder que tenían de presentir o prever sucesos del futuro examinando ciertas conductas de las aves.   

Relación indoeuropea de ăvis

La palabra latina ăvis está vinculada a la raíz indoeuropea *awi-, *awei-, *au̯ei- (ave), según el lingüista Pokorny, página, 86. También asociada en griego antiguo a ᾠον (oón, ‘huevo’), de donde derivan términos como ‘oogonio’, ‘ooforoplastia’, ‘ooplasma’ ‘ooteca’, ‘oogénesis’, ‘ooblasto’, ‘oocito’, ‘oófago’ etc.; ἀετός, αἰετός (aetós, aietós), que significa ‘águila’; οἰωνός (oionós), que quiere decir ‘ave grande’, ‘ave de presa, como el buitre o el águila’, también, ‘la gran ave que permite presagiar’. Y en latín, ovum (huevo), de donde proceden: ‘huevo’, ‘ovíparo’, ‘ovipositar’. Del latín ăvis también proceden voces como: avión, oviforme, aviación, avicultor, aviar, avifauna, avestruz y otras. Obviamente, estos términos tienen una explicación, pero pretender hacerlo, alargaría considerablemente este artículo.

Remanentes actuales del antiquísimo arte de presagiar sucesos por la observación de las aves 

Todavía hay reminiscencias en muchas culturas de la añeja costumbre de observar ciertas conductas de las aves, con el fin de hacer presagios o predicciones: 

En nuestro medio (México), bien recuerdo que durante mi infancia, cuando se escuchaba por las noches el chillido de una lechuza, los mayores decían que era como “un ave de mal agüero” y mostraban un vago temor. Incluso, en tiempos recientes, conozco personas que oyen cierto canto de un pájaro crepuscular que merodea por estas regiones nayaritas, y le dicen “pájaro muertero”. Aparentemente, porque, según creen, su canto presagia la muerte de algún vecino de los alrededores. También rememoro, de una forma muy vaga e imprecisa, que los adultos en mi pueblo (en el noreste de México) decían, ‘cuando una gallina canta de manera semejante a un gallo, es que algo malo va a suceder’. Jamás en mi niñez oí una gallina cantando como gallo, pero bueno…

Recuerdo aún, palabras más o palabras menos, la escena de la película mexicana (Tizoc, 1956), protagonizada por Pedro Infante y María Félix, en la que, un grupo de “indios” están conversando en una choza durante la noche, cuando, de pronto, se escucha el canto de un tecolote (búho). Entonces, alguien dice: “cuando el tecolote canta, el indio muere”, y otro contesta, “sí, ¡pero aquí todos semos indios…!”

Comentarios adicionales

Las plumas son en realidad una modificación evolutiva de las escamas de los reptiles. Una prueba (hay otras, por supuesto) de que estos vertebrados tienen origen reptiliano, es poseer  patas cubiertas de formaciones escamosas. No obstante, las aves ponen huevos de cáscara dura, mientras que los reptiles producen huevos con una cubierta más bien parecida a un cuero. La historia exacta de las aves se desconoce y es motivo de controversia, pero las evidencias que se han obtenido, indican que están estrechamente relacionados con los dinosaurios bípedos (los que caminaban solo con las patas posteriores, como los depredadores Tyrannosaurus rex y el Albertosaurus, que vivieron hace unos 75-65 millones de años).

El Arqueopterix

Fósil de un Archaeopterix íntegro, donde se aprecian las plumas primitivas. espécimen exhibido en Museum für Naturkunde in Berlin (Museo de Ciencias Naturales de Berlín) https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/9d/Archaeopteryx_lithographica_%28Berlin_specimen%29.jpg. Foto de https://commons.wikimedia.org/wiki/User:Vesta.

Y esto fue notado desde hace unos 400 años, pero la idea tomó fuerza en 1861, cuando el paleontólogo germano Christian Erick Hermann von Meyer (1801-1869), descubrió una rara pluma fosilizada en rocas al sur de Alemania. Hallazgos posteriores hicieron que en 1861 se propusiera el nombre científico Archaeopteryx lithografica (Meyer, 1861), que literalmente significa “antiguo pluma impresa o estampada en la roca”, del griego antiguo, ἀρχαῖος = archaīos, ‘antiguo’, como en la palabra arqueología, πτέρυξ = ptéryx, ‘pluma’, ‘ala’, como en los términos ‘díptero’, helicóptero’ y ‘lepidóptero’. Este fósil tiene una antigüedad estimada de entre 150-125 millones de años (durante el Jurásico Superior), que, según algunos, representa la transición entre los dinosaurios y las aves. La forma castellanizada de Archaeopteryx es Arqueopterix. Medía unos 50 cm de largo y se parecía más a un dinosaurio que a un ave. A la fecha (año 2021), se han descubierto unos 12 fósiles de este espécimen. 

La ornitología es una ciencia biológica muy interesante, sin embargo, debo finalizar este escrito. 

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 26 de enero de 2021.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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