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Pulso, pulsera, pulsión, pulsar, impulso y sus definiciones

Pulso

El “pulso” es la dilatación intermitente o rítmica de una arteria coincidiendo con los latidos cardíacos, y dependiente de una onda de presión, causada por la eyección de sangre durante la sístole ventricular, y difundida a través de la red arterial. Se percibe el pulso en varias partes del cuerpo por los dedos que palpan la arteria (habitualmente la radial, que se localiza en la cara anterolateral de la muñeca o sea, la unión de la mano con el antebrazo) sobre un plano resistente. En un humano adulto normal fluctúa entre 60-100 por minuto, pero muestra variaciones notables debido a diversos factores, como actividad física, estados emocionales, fiebre, la ingesta reciente de alimentos, el sueño, la relajación.

Además de percibirse con los dedos que palpan una arteria, puede verse, por ejemplo, el pulso carotídeo en el cuello de una persona o de muchos animales. También el pulso abdominal o movimiento pulsátil de la aorta abdominal, que claramente se percibe en personas delgadas, especialmente en las asténicas, caquécticas o muy flacas.

El pulso en las venas, por ejemplo, el pulso yugular venoso es mucho más débil como para ser sentido, aunque algunas veces es medido con un flebógrafo o esfigmógrafo, del que se obtiene un trazo llamado flebograma (del griego φλέβός, ‘phlébos’ “vena” y γραμμα, ‘gramma’ “representación gráfica”).

Pero también se le llama pulso a la región de la muñeca, donde habitualmente se toma el pulso. Y en sentido figurado, se usa el término pulso para referirse a la firmeza y seguridad para ejecutar algo. Todo mi acervo lo obtuve a pulso. No me va a temblar el pulso para lograr que se castigue al responsable de esta atrocidad.

10 puntos de palpación de los pulsos arteriales. Farreras / Rozman. Medicina Interna. Tomado de https://www.elsevier.com/es-es/connect/10-puntos-de-palpacion-de-los-pulsos-arteriales

Pulsera

Una pulsera es un aro de metal o de cualquier otro material que se lleva en la muñeca como adorno o cualquier otro propósito. Antiguamente le llamaban pulsera a una venda que llevaba un enfermo para contener algún medicamento vivificante. Todavía se venden diferentes pulseras o brazaletes que supuestamente tienen propiedades benéficas o mágicas.

¿Por qué la importancia de llevar pulseras en la muñeca? Desde la antigüedad se consideraba a esa parte de nuestro cuerpo como íntimamente relacionada con el corazón, órgano en el que se creía estaba la sede del pensamiento, los sentimientos y el centro (cardiocentrismo) sobre el cual gravitaban todas las funciones corporales, así como el conocimiento y el amor. De ello hay evidencias desde el tiempo de los egipcios (3000-2500 a. C.). Los aztecas llamaban yóllotl al corazón y a la conciencia, del verbo yoli que quiere decir “vivir”, niyuli “yo vivo”; lo que muestra la importancia que también le daban a este órgano… y si el pulso está conectado con él, pues entonces…

La palabra “pulsera” se forma con ‘pulso’ más el sufijo -era del latín -aria, que puede indicar varias cosas, pero en este caso funciona formando sustantivos femeninos que dicen el lugar u objeto en el que hay, abunda, se deposita, cría, produce o guarda algo. Por ejemplo: gusanera (donde hay gusanos), alhajera o alhajero, aceitera, cartera, billetera, llantera (donde se fabrican y/o venden llantas). Del mismo modo “pulsera” es el objeto que se lleva o coloca en el pulso o la muñeca. 

Pulsión

Pulsión es un motivo innato (que nace con uno mismo), algo modificado por el aprendizaje, y que de manera especial en los animales superiores y el humano, orientan la actividad hacia acicates o incentivos que son necesarios o útiles para la vida del individuo o el aseguramiento de la especie: pulsión sexual, gregaria, alimenticia, etc. Del latín tardío pulsio, onis (la acción de pegar o impeler), del verbo pulso, pulsare (excitar, sacudir), a su vez de pellere (golpear, presionar, empujar).

Impulso

Impulso es la acción y efecto de impulsar. La fuerza que produce movimiento en un cuerpo. Un deseo que nos lleva a hacer algo de manera súbita e irreflexiva. Ímpetu, empuje, vehemencia. Del latín impulsus (impulso, instigación), participio pasado de de impellere, “impulsar, tocar, empujar”. Por eso dicen “pulsa el botón del elevador”; equivale al clic en el ratón de una computadora o a presionar una tecla. El verbo impellere está formado por el prefijo im-, in- (hacia adentro, intensificación) más el verbo pellere (presionar, empujar).

Ejemplos: No seas tan impulsivo, cálmate, no vayas a cometer una estupidez. De pronto sentí el impulso de echarme a llorar, pero me contuve. El balón de fútbol llegó a la portería bajo el impulso de una fuerte patada.

Etimología de “pulsus”

La palabra pulso deriva del latín pulsŭs: “sacudida”, “golpe”, “impulso”, “empuje”, “pulso de arteria o de vena” Como puede verse en las siguientes expresiones latinas.

  • Pulsus remorum. El impulso o golpeteo de los remos.
  • P. lyrae. La acción de hacer vibrar las cuerdas de la lira.
  • P. pedum. Pisoteo, el golpeteo de los pies que se produce al caminar o correr. Pes, pedis significa “pie”.
  • P. celer (Celio Aureliano) “pulso rápido”. De celeritas, atis viene la palabra “celeridad”, relacionada con el verbo accelerare “acelerar”, “incrementar la velocidad”.
  • Pulsus terrae (Ammianus Marcellinus, historiador romano del siglo IV) escribió esta frase con el significado de “terremoto”, igual que terræ motus.
  • P. venarum (Tácito, historiador romano siglos I-II d. C.). El pulso de las arterias. En la antigüedad, los romanos llamaban vena a cualquier vaso sanguíneo, tanto vena  como arteria. En latín artērĭa, del griego ἀρτηρία, llegó a significar “arteria” o vaso sanguíneo, pero más bien se refería a la tráquea que sale desde los pulmones hasta la base de la lengua. Luego escribiré sobre “arteria”.   

Pulsuōsus (Celio Aureliano, médico romano del siglo V) significa “que conmueve o agita”.

Pulsus es un derivado del verbo pellĕre

Pulsus, -ūs es un nombre de acción o deverbal (que indica la acción expresada del verbo del que procede). Es decir, pulsus es la acción de pello, infinitivo pellĕre que significa: “batir”, “golpear”, “pulsar”, “agitar”, “echar fuera de”, “excitar”, “mover”, “hacer vibrar”, “rechazar”, “espantar”, “empujar”. Algunas frases:

Pellere aquam de agro (Plinio) “hacer salir el agua del campo”; p. aliquem regno, “destronar a uno”, “echarlo del poder”; p somnum “espantar o ahuyentar al sueño”.

Relación indoeuropea de pulsus, pellere

Aunque hay cierto disenso, los lingüistas relacionan al verbo pellĕre con la raíz indoeuropea *‌‌pel-5  (en Pokorny 2a. pel‑ 801: “empujar con brusquedad”, “golpear”). También vinculada a los términos latinos: 

Appellare “llamar”, “nombrar”, “apelar”:

Appellere “hacer ir”, “mover”.

Appellatio “apelación”, “el acto de reclamar”.

Appellator “el apelante”, “la parte que reclama”.

Appellitāre, frecuentativo de appellāre “llamar’ con frecuencia” “proclamar”. De donde viene la palabra “apellidar”.

Filtrum (filtro); filtrationis (filtración), etc.

Hay muchas palabras de uso cotidiano y que todos conocemos, que también se asocian a esta raíz indoeuropea: 

Expeler, expulsión, fieltro, filtro, impulsar, impulsivo, impulso, interpelar, interpolar,  pulso, pulsar, pulsación, propulsión, repelente, repulsivo, repulsión, tripulación, tripulante, tripular. 

Plesiosaurio y púlsar son neologismos que también tienen relación con esta misma raíz indoeuropea

Plesiosaurio, un reptil marino que vivió hace unos 210 millones de años. Su nombre (Plesiosaurus) se formó con raíces griegas: πλησίος ‘plesios’ (cercano a) y σαύρος (saurio, lagarto), debido a que a los que descubrieron sus fósiles en Inglaterra les pareció que tenía característica que se acercaban a los de un saurio.

Púlsar. Estrella de alta densidad formada exclusivamente por neutrones, que gira muy rápidamente y que emite a intervalos regulares y cortos radiaciones electromagnéticas muy intensas. Del inglés pulsar (documentado hacia 1968), un acrónimo de pulsating star o “estrella pulsátil”, ya que su comportamiento se compara con el pulso, pulsación o golpeteo de las arterias.

ALGO MÁS SOBRE EL PULSO COMO TÉRMINO FISIOLÓGICO Y MÉDICO

Con cada latido cardíaco, una nueva ola de sangre llena las arterias. Si no fuera por la distensibilidad del sistema arterial, el flujo sanguíneo a través de los tejidos ocurriría sólo durante la sístole. Sin embargo, normalmente tal distensibilidad de la red arterial reduce casi a nada la presión de las pulsaciones cuando la sangre llega al lecho vascular; o sea, en los capilares se mantiene el flujo casi continuo, con pulsaciones muy débiles. El pulso capilar es indicio de insuficiencia aórtica y se manifiesta por palidez y enrojecimiento alternativos de la piel.

La velocidad de la onda pulsátil en la aorta normal es de 3-5 m/seg, de 7-10 en las ramas arteriales mayores y en las arterias menores, de 15-35. Asimismo, la velocidad de transmisión en la aorta es unas 15 o más veces mayor a la velocidad del flujo sanguíneo, debido a que la presión del pulso es sólo una ola que implica poco movimiento del volumen sanguíneo; de manera que la sangre avanza solo unos 25-30 cm/seg.

Ya se dijo que en un adulto normal en reposo, el pulso puede variar entre 60-100 por minuto, es decir, unos 4800 por hora. Pero puede acelerarse, por ejemplo, en estados febriles, en personas anémicas, o con hipovolemia, condición que consiste en una disminución del volumen sanguíneo, que puede deberse a un sangrado (hemorragia) interno o externo, la pérdida de fluidos (deshidratación) o la baja ingesta de agua. También con personas en shock, y pacientes que han consumido drogas estimulantes del corazón, como teofilina, cocaína, cafeína o nicotina.

También puede disminuir (menor a 60 por minuto) en atletas con entrenamiento intenso (un corredor en reposo tiene menos frecuencia en su pulso que un sedentario); en personas que toman beta bloqueadores (metoprolol, bisoprolol, atenolol, etc.), bloqueadores de los canales de calcio (amlodipina, felodipina, nicardipino, verapamilo), etc. Y durante el sueño y estados de relajación.

El pulso tiene un gran valor clínico

El común de la gente puede pensar que el pulso sólo sirve para valorar la frecuencia cardiaca, pero la verdad es que en medicina hay numerosas variantes que sólo pueden ser interpretadas por un médico experto, y que sirven como elementos de diagnóstico, ya que las pulsaciones son producto de la actividad eléctrica del corazón y pueden revelar muchas cosas acerca de las condiciones de las válvulas cardiacas, el miocardio, las arterias, la fuerza de las contracciones y su regularidad, la inhibición vagal, la presión arterial, aneurisma aórtico, la volemia, etc. 

La cantidad de nombres que se usan para denominar las diferentes maneras en las que clínicamente puede percibirse el pulso, puede alcanzar algo así como ochenta. Sólo daré algunos ejemplos: 

Abdominal, alorrítmico, anacrótico, anadicroto, aracnoideo (pulso pequeño, débil y pequeño), bigeminado, de Corrigan, entóptico (sensación de ver en la oscuridad un rayo luminoso en cada latido cardiaco), filiforme, hiperdicroto, espasmódico, yugular, ungueal (que se aprecia a través de las uñas), retrosternal, vermicular. Esto solamente es con la finalidad de que el lector entienda bien que lo que revela el pulso, nada más un experto lo puede descifrar.

Sitios en los que puede palparse el pulso

No sólo el pulso de la arteria radial puede percibirse. También el carotídeo que fácilmente puede palparse en las arterias carótidas a ambos lados del cuello. El de la arteria temporal en la sien, por delante del pabellón de las orejas. Arteria braquial por delante del codo. Ulnar o cubital en el lado anterior interno de la muñeca, debido a que al hueso cúbito también se le llama ulna y hay una arteria con ese nombre. Femoral en la región de ambas ingles. Arteria pedia en el dorso de cada pie (dorsalis pedis). En la arteria axilar, debajo de las inserciones del músculo pectoral mayor. La arteria poplítea en la cara posterior de la rodilla, puede apreciarse a simple vista cuando cruzamos la pierna. Tibial posterior por detrás del maléolo o tobillo. 

Cuando el pulso carotídeo no se palpa, generalmente es señal de que una persona ha muerto o requiere asistencia de resucitación o reanimación cardiopulmonar inmediata, porque pasados 15-20 segundos de que se suspende el latido cardiaco, cesa la actividad cerebral. Las neuronas cerebrales son muy sensibles a la anoxia o falta total de oxígeno.

Precisamente en los casos de reanimación cardiopulmonar es en los que se mencionan las Experiencias Cercanas a la Muerte, que a muchos investigadores los tiene muy ocupados.

El pulso en los animales domésticos

Durante unos seis años, además de trabajar como profesor, me dediqué a la atención de animales domésticos. A los caballos les tomaba el pulso en la arteria sublingual, por debajo de la mandíbula. A los bovinos, en la porción inferior en la base de la cola por donde pasa la arteria coccígea media.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 13 de abril de 2024

Categoría: ciencia, varios

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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