Definición
El útero es un órgano reproductivo muscular y hueco de las hembras de los mamíferos, localizado en la cavidad pélvica, en el cual se implanta el cigoto y se desarrolla el feto hasta el momento del parto.
Etimología de la palabra útero
El término útero es un sustantivo masculino que proviene del latín ŭtĕrus (plural ŭtĕri), que en origen significa, de una manera muy general, ‘la barriga o el vientre como cavidad que contiene las vísceras’, ‘el seno o vientre materno’, ‘hueco’, ‘cavidad’, ‘el útero o matriz como órgano femenino donde se desarrolla el feto hasta el parto’. Pero también se utilizó la palabra con los sentidos de:
1) ‘El fruto de la mujer’, la cría que procede del vientre materno en humanos y animales’.
2) ‘El vientre o el flanco de un animal’ o también ‘de un buque, de un tonel; incluso, en escritos del poeta romano Virgilio (70-19 a. C.) el vientre del famoso caballo de Troya, que era de madera y tenía un hueco en la panza donde se ocultaron soldados griegos.
Uterus se usó como cultismo durante toda la Edad Media, y en el siglo XV (hacia el año 1430) se documenta ya en español, en inglés desde el siglo XIV, y en francés, utérus, en el año 1573
Palabras latinas relacionadas con ŭtĕrus
Ŭtĕrīnus, a, um: uterino, ‘de la misma madre’, hermano de parte de la madre
Ŭter: palabra que dio origen al término ‘odre’ o un recipiente de cuero, casi siempre de cabra, para contener aceite o vino.
ὑστέρα (hystéra, hystero-, hyster-)
Los antiguos griegos como Hipócrates y Aristóteles llamaban ὑστέρα (hystéra), ὑστέρη (hystére, en dialecto jónico) al útero o matriz. También usaron este mismo vocablo para denominar al ovario de animales ovíparos como aves, reptiles y peces.
El término pasó al latín como hystĕra (útero, matriz) e hystĕrĭca (del griego ὑστέρικός, mujer que padece de histeria).
Relación indoeuropea
Tanto ŭtĕrus en latín como hystéra en griego, se relacionan con la raíz indoeuropea *udero-, *u̯ēdero- (barriga, vientre o panza). También vinculada con las palabras latinas venter (estómago, vientre, entrañas, el hijo dentro del útero, hinchazón, etc.) y vesica (pústula, vejiga). Y con el griego ὅδερος (hoderos), ‘vientre’, ‘panza’; udara, udár-am en sánscrito con el mismo significado.
Términos médicos con ŭtĕrus
Uteralgia, ‘dolor uterino’ del griego algos, ἄλγος (dolor), como en gastralgia, neuralgia y odontalgia. Uteralgia se usa menos que histeralgia e histerodinia que significan lo mismo.
Uterectomía o histerectomía (término más común), del griego ektomé, ἐκτομή (extirpación quirúrgica), eliminación parcial o total del útero.
Uterolito, ‘cálculo en la matriz’, del griego lithos, λίθος (piedra) como en otolito, coprolito y cistolito.
Uterotomía, ‘incisión del útero’, sinónimo de histerotomía, de tomḗ, τομή (corte), por ejemplo, en las palabras anatomía, flebotomía y dicotomía.
Uteritis, inflamación del útero. Se usa más metritis, del latín matrix (la matriz, nodriza, origen, causa), de mātĕr, su acusativo mātrem (madre).
términos con hystero-, hyster-
Histerocele, hernia del útero, especialmente durante la gestación. Del griego kéle, κήλη (hernia, un tumor, un bulto en algún órgano), como en los términos meningocele, varicocele y mucocele.
Histeroscopia, la inspección del útero usando un endoscopio especial. De skopium (instrumento empleado para examinar algún órgano), de skopéo, σκοπέω (ver o mirar con mucho detalle algo), que vemos en otros vocablos como estetoscopio, microscopio, otoscopio, telescopio y artroscopio.
Histerelcosis, ulceración del útero, del griego hélkos ἔλκος (ulceración, herida, lesión), ἔλκόω (herir, dañar, lesionar, causar supuración, lacerar).
Histeria
un término peyorativo utilizado en el habla popular, que designa a una condición psiquiátrica caracterizada por trastornos mentales disociativos o de conversión, que cursan con síntomas y signos especialmente mentales, sin que pueda detectarse una causa objetiva que pueda explicarlos, o también la expresión de emociones ampliamente fluctuantes. La actual nomenclatura para los desórdenes mentales no incluye el término histeria, que tiene tras de sí una muy interesante historia que se remonta a los tiempos de la Antigüedad y que en otro momento, tal vez, me ocuparé de explicar.
Histeria proviene del latín científico hysteria, de hystericus, a su vez del griego antiguo ὑστέρικός = hysterikós, que significa ‘lo relacionado con el útero’, ‘mujer que sufre del vientre’, ‘histérica’ (Hipócrates, Aristóteles, Galeno), porque se creía que este padecimiento tenía su origen en el útero. En francés (hystérie) la palabra se registra desde 1731, en inglés (hysteria), en 1801. El diccionario español de Ramón Joaquín Domínguez recoge la palabra histérico(a) en 1853.
Información complementaria
El útero es un órgano muscular hueco, de forma parecida a una pera (piriforme), con su porción superior (corpus o cuerpo) más voluminosa, situada a la mitad de la cavidad pélvica, entre el hueso sacro y la sínfisis del pubis, detrás de la vejiga. En una mujer no gestante mide unos 7,5 cm de longitud, 5 de ancho y su pared tiene un grosor entre 10 y 50 mm, según el área uterina considerada. La parte más alta del corpus, en forma de domo, se llama fundus*, donde desembocan los tubos uterinos o de Falopio.
*El fundus (en latín, ‘base’, es la parte más grande de un órgano hueco, como el fundus gástrico o curvatura mayor del estómago, de la vejiga urinaria, de la vesícula biliar, el ocular, el timpánico, etc.
La pared uterina está compuesta por tres capas: la interna o endometrio (endometrium), la muscular o miometrio (miometrium) y la más externa o parametrio (parametrium). Consta de dos partes principales, el cuerpo (corpus) y el cérvix (cuello uterino). La cavidad dentro del cuerpo es un espacio potencial, puesto que sus paredes se tocan en una mujer no gestante. El cérvix es una estructura cilíndrica inferior, que tiene una parte que protruye dentro de la vagina, y una porción supravaginal en la unión con el segmento uterino inferior.
El cérvix tiene una abertura que permite entrar al semen y viajar a los tubos de Falopio para fecundar al óvulo. La misma abertura posibilita la eliminación del material sanguinolento de la menstruación y el paso del feto durante el parto.
El peso de la matriz de una mujer no preñada es de unos 60 gramos (como el de un huevo de gallina) y al final de la gestación, previo al parto, llega a alcanzar un kilogramo o algo más, y su volumen crece unas 24 veces. Después del parto, el útero jamás retorna a su tamaño original y la abertura del cérvix cambia ligeramente su forma.
Enfermedades del útero
Miomas uterinos
Muchas mujeres, después de los 35 años, desarrollan tejido muscular extra en su miometrio, colectivamente llamados miomas o fibromas, usualmente múltiples . Son tumores benignos que pocas veces se tornan peligrosos, cuando crecen demasiado. Muchas ocasiones pueden dejarse sin tratamiento, porque decrecen o desaparecen por completo durante la menopausia. Generalmente no interfieren con el embarazo, sin embargo, lo pueden complicar al causar contracciones prematuras durante el parto o propiciar la presentación anómala del feto, lo que requiere de una cesárea.
Cáncer del útero
El cáncer uterino es el segundo tipo más común (después del mamario) de los órganos reproductivos en la mujer. La edad promedio en que inicia es de unos 50 años. Sin embargo, puede afectar a mujeres tan jóvenes como 20 años. Actualmente se considera esencialmente una enfermedad de transmisión sexual (por el virus del papiloma humano). El riesgo es inversamente proporcional a la edad de la primera relación sexual (entre menor edad de la mujer, mayor el riesgo), y directamente proporcional con el número de parejas (más parejas, mayor riesgo). El riesgo también aumenta por mantener relaciones con hombres, cuyas parejas anteriores tuvieron cáncer cervicouterino. Ya hay una vacuna contra el papiloma humano que se aplica a niñas y niños de entre 9-12 años, o a personas de mayor edad.
La infección por el virus del papiloma humano (HPV, por sus siglas en inglés) y el desarrollo del cáncer cervical están fuertemente asociados. La infección por HPV tipos 16, 18, 31, 33, 35 y 39 incrementa considerablemente la propensión a esta neoplasia. Sin embargo, otros factores también influyen. Por ejemplo, fumar tabaco aumenta el riesgo de una neoplasia intraepitelial cervical (CIN) y de un carcinoma.
Hay, por supuesto, muchas otras enfermedades de este órgano (infecciones, endometriosis, cervicitis, pólipos, síndrome de Asherman*, hemorragias, adherencias y muchas otras.
*El síndrome de Asherman, así llamado por el médico checo Joseph G. Asherman (1889-1968), es una amenorrea secundaria causada por cicatrizaciones del endometrio, causadas por endometritis y cortes agresivos durante abortos inducidos o la remoción de fragmentos de placenta retenidos durante el posparto.
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 30 de octubre de 2021.