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inercia, inerte

Inercia

En física

La inercia es el principio que dice: “Todo cuerpo permanece en su estado de reposo o de movimiento rectilíneo uniforme, a menos que haya algún agente exterior (fuerza) que modifique ese estado”. O en otras palabras

“Es la resistencia de la materia a los cambios de su estado de movimiento”.

“La tendencia de un cuerpo en reposo, a permanecer quieto, o de un cuerpo en movimiento rectilíneo de permanecer como tal (igual, sin cambio), a menos que actúe sobre él una fuerza de afuera”.

“la resistencia de un cuerpo a cambiar su momento (momentum) o cantidad de movimiento”.

En sentido metafórico

Pero también inercia se aplica a cosas que uno hace: 

“Tendencia o propensión a actuar de forma rutinaria, de la manera a como habitualmente se viene haciendo algo, o como otros lo hacen. Por ejemplo: “por las mañanas, me levanto y, por inercia, me preparo el café”; “aunque detesta bañarse, lo hace por pura inercia”.

En medicina

Se llama inercia uterina, cuando la matriz (útero) no muestra actividad o no tiene contracciones suficientemente intensas durante el parto, para facilitar la expulsión del feto

Inercia in extremis, ‘los últimos momentos en la vida de un moribundo’. Que se mantiene aún vivo por inercia.

Inercia colónica, ‘actividad muscular débil del colon con un tránsito lento de su contenido, lo que conduce a la distensión del órgano y a constipación o estreñimiento del paciente.

Inerte  

La palabra inerte es un adjetivo que significa:

A) “Que no muestra signos o no tiene vida” (ejemplo: su cuerpo yace inerte sobre la cama).

B) “Incapaz de movimiento o acción”, que no responde incluso a los más agresivos estímulos.

C) “Insensible, indolente”, “imperturbable, inconmovible”, en cuanto a acción o movimiento.

C) En química, “que no reacciona fácilmente con otros elementos”, por ejemplo: los elementos helio, argón, xenón, criptón (también kriptón), radón, etc.

D) “Sin efectos farmacológicos, fisiológicos o metabólicos”, como las sustancias que se mezclan con medicamentos, con el fin de mejorar su sabor, consistencia (excipiente), etc., o para facilitar su uso y dosificación.

Etimología ‘inercia’, ‘inerte’

El término inercia procede del latín ĭnertĭa (diccionario Gaffiot p. 810), genitivo inertiae, que significa: a) ignorancia o carencia de todo arte o habilidad, incapacidad. Por extensión, b) inercia, inacción, pereza*, indolencia, lentitud, flojedad, debilidad; por ejemplo: inertia laboris (aversión o rechazo por el trabajo).

Asimismo, ĭnertĭa es vocablo que proviene de ĭners (in– + ars), genitivo inertis, que quiere decir, ‘insensible a todo arte’; ‘sin capacidad’; ‘sin talento’, como en la expresión: iners poeta, ‘poeta sin valor’. También, en sentido figurado, ‘insípido’, ‘alimento sin sabor’, ‘horas de ocio’, ‘quieto’, ‘inactivo’. Iners está formado por:

Prefijo in-

El prefijo in, que en este caso indica ‘negación* o carencia’, como en las voces latinas: a) Inānis (vacío), de donde procede en español inane, adjetivo que significa ‘fútil’, ‘vano’; b) Ināniō (yo vacío), Inānīre (vaciar, evacuar), de donde la palabra inanitio, -ōnis, ‘inanición’, un estado de extrema debilidad por carencia de alimento u otras causas, algo así como estar muy débil por tener el estómago vacío. Así como en muchas voces en castellano: inmoral, inculto, infalible, incauto, inaudito, inédito, increíble, insensible, inconforme, etc.

Ars, artis

Más ars, genitivo artis (de donde precisamente deriva la palabra ‘arte’), con el significado de: ‘pericia’, ‘habilidad’, ‘destreza’, ‘talento’, ‘saber hacer’, ‘todo aquello que uno puede aprender’, y que tiene alguna aplicación práctica, por ejemplo, construir cosas, escribir como un arte, flirtear con las mujeres, o ser experto en las artes amatorias; pintar, esculpir, labrar o cultivar la tierra. En fin, cualquier actividad. En contraposición con la scientia (ciencia, conocimiento puro, adquirido solo por el deseo de saber, sin una aplicación práctica), derivado de sciens, participio del verbo scio (yo conozco, yo entiendo), scīre (conocer, entender), más el sufijo de cualidad -ia.

Raíz indoeuropea vinculada con ĭnertĭa, ars, artis, artus

La raíz indoeuropea *ar-, *ar-1– (unir o juntar bien algunas cosas), según el lingüista Julius Pokorny, está asociada a las palabras latinas ĭnertĭa, ars, artis, artus (ajustado, próximo), ordo (orden), ornare (adornar), etc. Muchas palabras de uso común pertenecen a la familia de *ar-: arte, artista, inercia, inerte, rima, adorno, aritmética, subordinado, artículo, ornamentar, enartrosis, diartrosis, exordio, y otras.

Inerte, cuyo significado ya se explicó arriba, deriva del latín ĭners, inertis igualmente ya citado.

Primera ley de Newton sobre el movimiento

El término inercia, con el sentido de la física, fue introducido en el siglo XVII por el astrónomo y matemático alemán Johannes Kepler (1571-1630), quien demostró que los planetas giran en torno al Sol en órbitas elípticas. Poco tiempo después, en 1687, el matemático inglés Isaac Newton (1642-1727), volvió a usar el término (inertia), en su obra Philosophiae Naturalis Principia Mathematica (Principios matemáticos de Filosofía Natural), donde explica sus tres leyes sobre el movimiento de los cuerpos, la primera de las cuales es la Ley de la Inercia. Aunque debe aclararse que el que sentó las bases del concepto ‘inercia’ fue el físico y astrónomo italiano Galileo Galilei (1564-1642), quien murió el año que nació Newton.

Durante la Antigüedad y el Medievo hubo algunos filósofos y eruditos que dedicaron algo de su tiempo al estudio del movimiento de los cuerpos. Por ejemplo: a) Aristóteles (s. IV a. C.), b) Epicuro (341-270 antes de Cristo), c) Lucrecio (99-55 a. C.), d) John Philoponus (490-570), e) el polímata español Averroes (1126-1198).

Conclusión

A la inercia también se la llamó en latín, durante aquel tiempo, vis inertiae, que se traduce como: “la resistencia natural de la materia a cualquier fuerza que actúe sobre ella”. De vis (plural vires), ‘energía’, ‘fuerza’, ‘poder’, ‘virilidad’; e inertiae, el plural de inertia; lo que se interpreta literalmente como “un poder (vis) que tiene la materia a resistirse o negarse (inertia) a dejar su estado de reposo o a la modificación de su estado de movimiento”.

Inercia nos da la idea de ‘inerte’, ‘inmóvil’, ‘flojo’, ‘haragán’, *perezoso. Como si dijéramos, «un cuerpo en reposo o en movimiento es perezoso para cambiar por sí mismo su condición, a no ser que una fuerza lo impulse».

Ejemplos

Citemos unos ejemplos muy sencillos y cotidianos:

Si un balón se encuentra sobre el suelo en estado de reposo, allí permanecerá mientras que no haya una fuerza que actúe sobre él, como si se resistiera o tuviera incapacidad (inertia) para moverse por sí mismo: Empero, si de pronto alguien lo patea, comienza a rodar por el terreno sin parar, por inercia (inertia); pero la fricción o roce con el suelo, actúa como una fuerza exógena, que termina por detenerla de nuevo.

Cuando viajamos en un autobús, digamos, a 60 km/h; si de pronto frena y se detiene, nuestro cuerpo tenderá a proyectarse hacia adelante, por la inercia que llevaba cuando nos transportaban a aquella velocidad. Pero si en vez de frenar, el conductor acelera bruscamente, y la velocidad aumenta de repente a 100 km/h, entonces sentimos que el cuerpo se jala hacia atrás, como ‘tratando’ de mantener la velocidad (60 km/h) original.

Por eso, cuando viajamos en un automóvil es necesario ponerse el cinturón de seguridad, tanto los que viajan adelante como atrás, porque éstos se proyectarán hacia nosotros en una frenada súbita. Es igualmente peligroso que el conductor lleve objetos en el asiento trasero, pues en una colisión o frenada brusca, se lanzarán hacia adelante, y lo pueden lesionar.

Lectura sugerida:

Félix Estrada Alejandro et al. 1992. Lecciones de Física. pp. 60, 62, 73, 97, 100, 130. Compañía Editorial Continental, S.A. de C.V. México.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 2 de diciembre de 2020.

Categoría: ciencia, cultismos

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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