cultismos, varios
Dejar un comentario

hecatombe

Significado

Hecatombe es un sustantivo femenino que originalmente se refería al ‘sacrificio de cien bueyes, vacas u otros animales que ofrecían los antiguos paganos a sus dioses’. Y con el transcurso de los siglos, por añadidura:

  • El sacrificio o matanza solemne de muchas víctimas.
  • Mortandad de personas.

Un triste y abyecto ejemplo de hecatombe es el caso de las bombas atómicas lanzadas en Japón en agosto de 1945. La primera sobre Hiroshima, el 6 de agosto, que mató al instante unas 140.000 personas. La segunda, el día 9, sobre la ciudad de Nagasaki, con un saldo de unas 40.000 víctimas mortales. Pero en meses posteriores murieron casi 200.000 más.

Otras hecatombes

Otra hecatombe fue el gran terremoto que sucedió el 23 de enero de 1556, en la provincia de Shaanxi, región central de China, con un estimado de 830.000 muertos. El sismo más letal del que se tiene registro.

Mucho más terrible hecatombe fue la espantosa mortandad, entre la población de América, durante la conquista Europea del siglo XVI. Se estima que en unos 50 años, las epidemias de sarampión, viruela y otras enfermedades virales (como la COVID 19 de nuestros días), traídas del Viejo Mundo, acabaron con la vida de unos 50 millones de personas. Dos siglos antes, Europa se vió asolada por la peste bubónica que cobró unos 25 millones de víctimas.  

Etimología de la palabra hecatombe

Este término tiene origen en los rituales mitológicos de la antigüedad. Llegó al castellano del latín clásico y posclásico hĕcătombē, que significaba ‘el sacrificio de 100 bueyes u otras bestias a los dioses’; vocablo que aparece en obras de los escritores romanos Varrón (116-27 a. C.) y Juvenal (60-128 d. C.).

Hĕcătombē fue vocablo que el latín tomó del antiguo griego ἑκᾰτόμβη (ekatombe), que era el nombre del sacrificio de cien bueyes como ofrenda, pero en los escritos homéricos de hace unos 2800 años, pierde ese sentido etimológico y pasa a significar “un gran sacrificio público”, donde los animales ofrendados ni siempre son 100, ni siempre son bueyes. De tal modo que en la Ilíada nos encontramos con una ‘ekatombe’ de 12 bueyes y en la Odisea de 81. O pueden ocurrir sacrificios de bueyes y carneros; y a veces solamente de 50 carneros, sin bueyes.

El εκατομβαιών (Hecatombaión, las fiestas, en español las hecatombeas) era el mes en el que se efectuaba este sacrificio, que correspondía al primer mes de Ática (región donde se encuentra Atenas), coincidente con la segunda mitad de julio y la primera de agosto, a la mitad del verano.

La palabra ἑκᾰτόμβαῐος, ον (ekatombaios, hekatombaion) era el epíteto que tenían varios dioses (como Apolo) a los que se ofrecían estos sacrificios; ἑκᾰτόμβοιος (hecatómboios) era el valor de la carne de 100 reses (en la Ilíada), y también el valor de 100 monedas que traían estampado un buey.

El vocablo ἑκᾰτόμβη resulta de la fusión de a) εκᾰτόν (ekaton) que significa ‘un ciento’, ‘cien’, más b) -bē, raíz de βοῡς (bous), ‘buey’, ‘toro’ o ‘vaca’. Por eso, hekatombe “se traduce como cien bueyes, cien cabezas de ganado”

Vínculo indoeuropeo

Ekaton (cien en griego antiguo) se asocia a la raíz indoeuropea *dekm̥-, *dek̂m̥- (diez), que en realidad está vinculada tanto a la palabra “diez”, como a “cien”. Veamos:

Cien: εκᾰτόν, ekaton (griego antiguo); centum (latín); hundrath (nórdico antiguo); hundred o hunderd (frisón antiguo); hund (inglés antiguo); garathjan (gótico); hunt (antiguo alto alemán); śatam (sánscrito); hundred (inglés actual); cent (francés).   

Diez: δέκα, déka, en griego antiguo; decem (latín); tīen, tȳn, tēn (antiguo inglés); zehan (alto germano antiguo); tīu (nórdico antiguo); taihun (gótico); daśa (sánscrito); ten (inglés actual); dix (francés).

Hecatombe en los diccionarios españoles

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) de 1787 dice que las fiestas se llaman ‘Hecatombeas’; el epíteto de los dioses a quienes se ofrecía este sacrificio, ‘Hecatombeo’ y el mes en el que se realizaban estas celebraciones, ‘Hecatombeón’. El DLE (2021) ya no trae estos términos. 

En el siglo XIX también se aceptaba la palabra hecatomba. Luego el término se aplicó para cualquier sacrificio solemne en el que se inmolaban muchas víctimas, aunque no necesariamente lleguen a cien, o se exceda de este número. El diccionario de Elías Zerola, año 1895 agrega que en sentido figurado, hecatombe significa ‘matanza’. En 1901, el de Miguel de Toro y Gómez dice: “en sentido figurado, matanza extraordinaria de gente en guerra, revolución, etc”. Y así, gradualmente el sentido fue cambiando durante el siglo XX hasta nuestros días.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 3 de noviembre de 2021.

Categoría: cultismos, varios

por

Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *